domingo, 5 de diciembre de 2010

LA LARGA NOCHE DE LAS CUCHARAS

De la televisión de mi infancia hay algunas cosas que me quedaron marcadas para siempre. La primera vez que vi "King Kong" o "El planeta de los simios", cuando Heidi se volvió a encontrar a su abuelito, el encuentro de Marco y su madre o el primer episodio de Mazinger Z. Pero, si hay una noche inolvidable, fue la que apareció el mítico Uri Geller en el programa de José María Iñigo "Directísimo" en 1975. En ella aparecía el, por entonces desconocido, mentalista Geller que, entre otras cosas, procedió al doblado de cucharas y otros prodigios que se antojaron en aquel momento como extraordinarios. El asunto no pasaría de lo anecdótico si no hubiera sido testigo directo del fenómeno. Nuestro protagonista pidió a los espectadores del otro lado de la pantalla que buscaran algún reloj viejo, que no funcionara, porque iba a lograr que lo hiciera. Mi padre, con toda la guasa e incredulidad del mundo, fue a buscar un viejo reloj de pulsera que andaba roto en algún cajón de la casa. Incluso yo había jugado alguna vez con aquel vetusto reloj, cuyas manecillas se habían rendido hacía ya mucho tiempo. Con el reloj en la mano y los ojos cerrados, mi padre repetía las palabras de Uri Geller: Funciona, funciona, funciona... Tras unos pocos minutos, abrió la palma de su mano y en su rostro se reflejó una sorpresa no esperada. Aquel viejo reloj volvió a la vida y sus manecillas volvieron a ejecutar los segundos, los minutos y las horas. Aquello me impresionó de forma contundente y recuerdo no pegar ojo durante toda la noche, convencido de que aquel extraño individuo no era en realidad humano, que era de otro planeta y que se me aparecería en la oscuridad cual espíritu invocado. Recuerdo pasearme orgulloso con el reloj de mi padre en la muñeca, mientras le contaba a todo el mundo el fenómeno tan extraordinario al que había tenido la oportunidad de asistir. Pasados unos días, el reloj se volvió a rendir y nunca más volvió a funcionar.


Aquella noche de televisión pasó a los anales de la historia y es patrimonio de la nostalgia de los años 70. Pero, ¿Uri Geller era realmente un fenómeno psíquico o solo un fraude?. Algunos se han dedicado a desprestigiarlo y, en parte, lo han conseguido. James Randi, célebre mago y escapista, ha sido uno de los que más concienzudamente ha intentado desenmascarar a Geller, de hecho pueden ver con relativa facilidad sus argumentos en algún vídeo de Youtube. La verdad es que la explicación de Randi es tan sencilla y evidente que no parece lógica. No tiene demasiado sentido que, por medio de los burdos trucos de los que se le acusan, Geller pudiera haber obtenido semejante fama a nivel internacional durante tantos años. James Randi afirma que Uri Geller realiza el truco de doblar unas cucharas que previamente ya han sido manipuladas. Me sorprende que a lo largo de todo este tiempo nadie haya sido tan hábil como para impedir semejante procedimiento. Es cierto que circula también un vídeo de un programa de televisión en donde, un Geller presionado, no pudo realizar ninguna de sus habilidades.

Uri Geller descubrió sus supuesta habilidades cuando, de niño, fue capaz de reparar un reloj con la fuerza de su mente. Sus padres no dieron demasiado crédito a lo que parecía una fantasía infantil más. Pero cuando alcanzó la madurez fue capaz de realizar todo tipo de fenómenos extraños que llamaron la atención de la comunidad internacional. En 1972 un grupo de periodistas y fotógrafos de la Alemania Occidental le lanzó el reto que consistía en detener el teleférico de Hochfelder sin tocar los mandos. Tras una breve concentración mental, Geller sorprendió a todos al detenerlo utilizando sus poderes psíquicos. La noticia apareció reflejada el 14 de junio del 72 en el Bild Munchen. El doctor Friedbert Karger, del Instituto Max Planck de Munich fue testigo también de sus habilidades y afirmó: "Los poderes de este hombre son tributarios de un fenómeno que, en términos de Física teórica, no tiene explicación. Sea como fuere, esta fuerza se halla estrechamente ligada a la persona humana, lo cual la coloca a nivel de las manifestaciones fisiológicas". En Estados Unidos fue sometido a toda una serie de pruebas en el Instituto de Investigación de Stanford. Los doctores en física Harold Puthoff, Russell Targ y Gerald Feinberg tomaron todo tipo de precauciones, grabaciones en cinta y filmaciones, además de un material controlado y ajeno a Geller. En ninguna de las pruebas efectuadas se pudo detectar truco alguno.

Fraude o realidad, todo depende del cristal con que se mire, a mi siempre me quedará el recuerdo de un viejo reloj que una noche de 1975, cual criatura de Mary Shelley, volvió a la vida en las manos de mi padre.

25 comentarios:

  1. A mi me parece, querido amigo, que en esas noches de Iñigo y Uri Geller fuimos muchos los niños que nos sorprendimos, ya no por revivir un reloj muerto, sino por ver a nuestro padre un señor hecho y derecho sacando brillo sin cesar a una cucharilla de café. Ay! Cuántos mitos han caido por menos de eso. Saludos, Mister Cahiers

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  2. Uri Geller...un visionario del marketing televisivo.
    Producto: Él mismo.
    Espectro: Todos menos él.
    Éramos niños...sin duda.

    Salu2

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  3. Recuerdo a Uri Geller. Como es lógico no en el programa de Directísimo, pero si de verlo en algún otro programa del que ahora mismo no recuerdo el nombre.

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  4. Ah! Creo que dijo de que cogieramos las cucharas yh que las doblaría. En mi caso no funcionó...

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  5. Uri Geller no tiene lo que hay que tener para ponerse en medio de la vía y detener al TGV con sus poderes mentales... ¡Me juego lo que sea! ¡Geller no es Magneto!

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  6. Recuerdo como si fuera ayer aquella noche, yo solo tenía seis o siete años, y ahí estábamos mis padres, mi abuela y yo intentando doblar la cucharita. Ninguno tuvo éxito alguno excepto yo... que gracias a mis dos manitas... mi padre me miró con sonriSa cómplice y mi madre me reprochó con un... "la vas a romper"
    Que recuerdos más gratos

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  7. Recuerdo perfectamente esa noche, y como en mi casa también funcionó un viejo despertador que llevaba meses sin realizar ningún movimiento.
    Lo cierto es que el israelita luego se hizo millonario trabajando para compañías petrolíferas o algo así, por aquello de las prospecciones tipo zahorí. También ha colaborado con el Mossad y los servicios secretos norteamericanos, y no deja de ser una personalidad fascinante y polémica.
    Lo cierto es que esa noche miles de relojes averiados se pusieron en marcha...

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  8. La fama le duró bastante, porque yo no pude presenciar ese momento televisivo, pero si recuerdo verle haciendo lo mismo en los 80. Vamos, que el cuento le dió para vivir un tiempo larguito.

    No hay nada mejor que jugar con la ingenuidad e incredulidad de la gente. Poderes no tendría, pero listo era un rato.

    Saludos ;)

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  9. Yo no estoy muy puesta, la verdad, en Uri Geller porque, aunque he oído hablar siempre de él, ni recuerdo haberle visto con Iñigo entonces ni después tampoco, ésa es la verdad.
    Y por tanto no sé lo que hay de fraude o realidad en toda su historia. Cerrada a los posibles poderes de la mente humana tampoco estoy, ni mucho menos, con lo que le doy a este señor el beneficio de la duda. Y me quedo así de ancha.
    Otras cosas hay en esta vida que me parecen un fraude mucho más escandaloso (léase, por poner un ejemplo, Belén Esteban)y nos las tragamos sin más. ¿O no?

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  10. Aún no había nacido cuando eso ocurrió, pero solo había visto en algún programa nostálgico. A mi de pequeño me impresionaba Anthony Blake en sus apariciones en el mítico "1, 2, 3".

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  11. Blue Day: Supongo que por entonces eramos más ingenuos y todo nos sorprendía más, pero quien no intentara aquella noche doblar una cuchara que tire el primer tenedor, perdon quise decir piedra.

    Toni: Sin duda aprovechó la coyuntura de unos momentos propicios. Hoy en día, quizás hubiera sido devorado por el ingente cúmulo de engendros televisivos de ínfima categoría.

    Lazoworks: Porque usted no tenía fe. Eso le perdió. Oiga esto sería una buena idea para uno de sus cortos del troncho cinema. La historia de un hombre que, aquella noche, no fue capaz de doblar la cuchara y se tortura a si mismo hasta su propia destrucción. Protagonizada por su amigo el sr. Menta.

    Octopusmagnificens: Bueno no crea, fíjese en los controladores aéreos, que sin poderes mentales han sido capaz de parar cientos de aviones.

    Alimaña: Recuerdos de cuando la tele era todo un acontecimiento, que se vivía de forma intensa. Por cierto, ¿hizo usted trampa o de verdad la dobló con su mente?.

    Tirador: También detectaba pozos de agua. Algo de verdad tendría, porque de lo contrario no hubiera sido tan famoso durante tantos años.

    Pliskeen: Ahora no se le ve mucho, supongo que ya no necesitará hacer este tipo de cosas, pero les veo a ustedes, en general, muy reticentes.

    Clementine: Quién lo iba a decir, pero que felices eramos entonces con dos canales de tv.

    Sr.Nocivo: Blake es también muy bueno, le he visto hacer cosas increibles.

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  12. Cuanto viejuno hay por aquí, jajaja... Yo recuerdo muy vagamente todo aquelo pero sí, mi padre que era todo menos un señor hecho y derecho lo probó, igual que las psicofonías de Jiménez Del Oso o los duendecillos del agua de los folletos XDD

    Lo importante es que todos estos experimentos marcan una época donde los sueños y la ingenuidad todavía tenían cabida.
    A mí personalmente todavía me gusta creer en los Uli Geller...

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  13. In Uri we trust!

    Además, no creer es mucho más aburrido.

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  14. Yo creo que la magia o el misterio de este hombre consistía en que a mucha gente, en sus casas, les sucedió lo que a tí (o a tu padre) con el reloj. Yo he oído contar a mi tío que una cuchara que estaban manipulando en casa realmente se dobló al mismo tiempo que lo hicieron las de Geller. Y no es el único ejemplo, he oído más. Yo creoq ue precisamente el secreto estaba en el público. No sé si es un fenómeno muy explicable pero lo cierto es que algo ocurría cuando Geller aparecía en trelevisión. Un abrazo.

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  15. Hay dos acontecimientos para mí inolvidables de aquella TV en blanco y negro: cuando el hombre pisó la luna (tenía 7 años y me mantuve despierto haciendo dibujitos en una libreta) y Uri Geller. También mi padre consiguió que un reloj estropeado se pusiera en marcha y un vecino le dijo al día siguiente que Uri era un agente del diablo. En todo caso dio el nombre de un grupo de rock de Barcelona: "Uri Geller y los cucharas". Muy buena su aparición en la película "Muertos de risa" de Alex de la Iglesia. Borgo.

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  16. Todos los testimonios coinciden: fue la noche de los relojes, no la de las cucharas. Lo que era tremendo era el poder de convocatoria que tenía la televisión de entonces: más de un productor actual mataría por una audiencia de aquellas. Y lo de sus poderes era verdad: hombre, lo vimos todos, ¿no? Más prueba que esa... Iñigo no nos iba a mentir.
    Saludos.

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  17. Quimerico: Si, la verdad, es que somos un poco viejunos o veteranos de guerra. A mi me parece que esa sana ingenuidad no es mala del todo.

    Möbius: Desde luego. A mi, personalmente, me gustaría pensar que ese tipo de cosas pueden suceder para darle un poco de color a la monotonía.

    Marcos: Sin duda, aquella noche fue la noche de muchos y algo de cierto debía tener aquello. Iñigo también llevó en una ocasión a un alquimista y no resultó.

    Miquel: Creo que en "Muertos de risa" salían Iñigo y Geller en la actualidad, pero convenientemente maquillados para que parecieran más jovenes.

    Licantropunk: Es que aquella televisión tenía toda la audiencia para ella solita, aunque soy de los que pienso que, a pesar de no tener competencia, realizaba una tv de gran calidad.

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  18. No se vaya a pensar que soy un superdotado (al menos no en ese aspecto). Doblé la cucharilla de café con la fuerza que me permitían las dos manos con sus pulgares apretándola con toda la poquita fuerza de que disponía... jajajaaja

    Un saludo

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  19. No lo vi en su día, y cuando debió repetirlo en el Un,dos, tres, tampoco...
    Pero bueno, lo que sí he visto son algunos vídeos de James Randi... Muy buenos e instructivos. Y más que Geller, uno de sus amigos hizo una serie de trucos que "eminentes" parapsicólogos no pillaron y le dieron como al típico tío con poderes.
    ¿Qué es un fraude? Seguro (desde mi punto de vista) Pero lo son tantas cosas (la religión, la política, la televisión, mi blog, etc...) Si a él le ha servido para vivir... Oye, ganarse la vida doblando cucharitas (aunque primero sea a escondidas), tiene su mérito.
    Un saludo.

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  20. Pensando en ésto de los mentalistas me he acordado de Anthony Blake. Yo soy muy escéptico, pero por lo que me han contado un par de voluntarios en uno de sus shows, el tipo tiene poderes (aunque sólo sea la facultad de lavar el cerebro de la audiencia para que crean ver que la mesa levita...) Un saludo

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  21. Alimaña: Entonces utilizó usted las malas artes.

    David: Como decía el título de una conocida película "Todo es mentira".

    Rafa V: Anthony Blake ha realizado algunas cosas que te dan que pensar. Habilidades mentales o lavado de cerebro... ni idea.

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  22. Señor Cahiers he intentado buscar su correo pero no lo he encontrado en su perfil ni en ningún sitio. Bueno, solo es para recomendarle un enlace a usted, que es aficionado al mundo del cómic, de un zaragozano que ha comenzado un blog para dar a conocer su cómic: elbados.blogspot.com

    Abrazos.

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  23. Gracias Marcos y disculpe, pero para esto del perfil e incluir algunas cosas soy un verdadero desastre. Ya he visitado el blog que me apunta y promete.

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  24. Hubo un programa posterior en el que se volvió ha hacer aquella prueba de las cucharas por otro mentalista, recuerdo que había mucho público y les invitaron a intentarlo a la vez que él.
    El mago en cuestión logro doblar la cuchara, evidentemente, pero lo que a mi me sorprendió es que cuando la cámara hizo un barrido para demostrar que el público también lo intentaba, una chica había conseguido doblar la suya. No creo que estuviera preparado, tampoco hicieron un primer plano, pasó casi desapercibido.

    En fin, que bajo sugestión el cerebro humano, es capaz de muchas proezas que apenas somos capaces de entender.

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  25. Pues, Piedra, es posible que en medio de ese público hubiera una mentalista anónima. ¡Quién sabe!

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