lunes, 27 de enero de 2014

LARGA VIDA AL ROCK AND ROLL

En la noche del jueves, después de la serie "Cuéntame", Televisión española emitió un programa especial con el título "Ochéntame otra vez: Mi rollo es el rock", donde se hacía un nostálgico repaso a las bandas rockeras de la década de los ochenta, de sus anécdotas y vivencias al margen de la conocida y institucionalizada "movida", con testimonios tan interesantes como los de Miguel Ríos, el Mariskal Romero, Gay Mercader, integrantes de Obús, de Tequila, de Barón Rojo y  de Johnny Cifuentes de Burning. A través de sus palabras podemos adentrarnos en el apasionado mundo de los pioneros del rock en España, de los tiempos difíciles en los que había mucho de improvisación y también de valentía. Al margen de los que ellos llamaban los niños de papa de la "movida" de Tierno Galván o de la radio fórmula convencional, sin ayudas ni apoyos, surgieron de las entrañas de pueblos y ciudades, dispuestos a poner una pica en el turbulento negocio de la música. Fueron los años de Asfalto, Bloque, Topo, Ñu, Leño, Barón Rojo, Obús, Panzer y algunos más, que demostraron que aquí había lugar para algo más que Hawaii-Bombay y polvos pica pica.

El gran Mariskal Romero cuenta cómo llegó a ser productor musical con el entrañable sello de "Chapa Discos". La discográfica Zafiro quería incorporar en su nómina a los nuevos grupos de rock que surgían por España, pero al ser una compañía ligada al Opus Dei pretendían guardar las apariencias. Así que le encargaron al famoso locutor que se hiciera cargo personalmente, ya que ellos no querían ver a ningún "melenudo" andando por sus oficinas. Mariskal hace un análisis de los grupos de entonces, llegando a interesantes conclusiones. Que Rosendo Mercado, a pesar de ser un mediocre cantante y guitarristas, tenía un carisma incuestionable y que Barón Rojo ha sido probablemente la mejor banda de rock de la historia de nuestro país, y de cómo conquistaron algunos países con más larga y mejor tradición en el género. Podemos ver algunas imágenes de festivales de rock en el Reino Unido, en los que los asistentes hablaban maravillas del buque insignia de Chapa Discos. Sherpa, bajista y voz de Barón Rojo, se quejaba amargamente de que, por falta de financiación, no pudieron acometer una gira europea que les hubiera situado en la órbita de las grandes bandas. Así mismo cuenta una curiosa anécdota. En un festival en tierras británicas, unos segundos antes de salir al escenario, sufrió un percance intestinal y tuvo que salir a escape al cuarto de baño con guitarra incluida. Como no se hablaba con los hermanos de Castro, Carlos y Armando, éstos ni le avisaron y salieron sin él. Sherpa escuchaba desde su particular trono los primeros acordes del tema "Barón Rojo" y tuvo que darse prisa, en terminar su particular y escatológica faena, para aparecer en el escenario, recibiendo la ovación del público que identificó su tardanza con su condición de líder del grupo. 

Contaba Gay Mercader, promotor musical, lo precaria que era la situación en aquellos años en lo que se refiere a la contratación de grandes bandas que actuaran en nuestro país. Prueba de ello fue la primera vez que los Roling Stones vinieron a España, allá por el año 76, en la que, estando contratados, no había ningún espacio disponible para un concierto de esa envergadura. Refería Mercader una broma bastante interesante y que denota la herencia sufrida por el puritanismo de los años de la dictadura. Se acercó al hotel, después del concierto de la mítica banda británica, y se encontró en el vestíbulo a Mick Jagger y a Ron Wood, acompañados de sendas señoritas, algo contrariados porque el recepcionista no les dejaba subir a sus habitaciones, salvo que les mostrara el correspondiente libro de familia, atestiguando así que eran un par de matrimonios enamorados y con los papeles en regla. La situación quedó solventada tras el socorrido soborno a tan celoso guardián de la moral, con la estimable cifra de un billete de 1.000 pesetas del año 76.


En un país tan anquilosado como el nuestro, la imagen era algo más que una simple capa de apariencia, y no eran pocos los que desconfiaban del estilo que las bandas de rock lucían como bandera de su forma de vida. No es sólo que la música  fuera todo un cúmulo de disonancia con el orden establecido, además se extendía a un cambio en lo físico que se reforzaba como un anacronismo de los tiempos. Fortu, el cantante de Obús, contaba de forma jocosa que, grabando uno de sus primeros vídeos musicales por las calles de Madrid, algunas mujeres, al verles las pintas, decían que estaban rodando una película de esas de quinquis, del estilo de las que filmaba José Antonio de la Loma narrando las aventuras del Vaquilla y el Torete. Decía también Fortu, que quizás les hubiera salido más rentable robar coches que formar una banda de rock. Ramocín, quién te ha visto y quién te ve, narraba sus vicisitudes en sus conciertos por esos pueblos de España y cómo en una localidad de Ávila, le ofrecieron un enchufe doméstico, como el que hay en cualquier casa que usted utiliza para usar la batidora, para conectar toda la infraestructura acústica de un concierto. Naturalmente el apaño fue un desastre y dejaron sin luz a toda la comarca. 


El malo de la película "Danko, calor rojo", decía que tras la caída del comunismo, el primer soplo de libertad se ahogaría en cocaína. Aquí fue "el caballo" el que dio buena cuenta de muchos jóvenes que vivieron intensamente la década de los ochenta y, tal como decía Alejo Stivel, componente de los Tequila, el que vivió aquellos años no se acuerda de nada. Todo era fantástico, se respiraban vientos de cambio, la sociedad se despertó de aquel sueño en blanco y negro, pero, como dice Johnny Cifuentes de Burning, no hay nada gratis y muchos se quedaron en el camino, tal y como lo atestigua otro miembro de su banda, Pepe Risi, que cuando le preguntaron por Chuck Berry decía que a él le gustaría morirse antes, y al final lo consiguió. Tiempos de luces y de sombras, de esperanzas y realidades, de cuando hacer rock and roll era algo más que una aventura. 



lunes, 20 de enero de 2014

LOS PERPETRADORES DEL ENGAÑO

Lejos de las trincheras, del barro, de la metralla y la sangre derramada, entre mapas, tinta y papeles, los estrategas de la guerra ponen en marcha su particular juego. Estas mentes privilegiadas maquinan sus propósitos entre el humeante cigarro que proyecta sus figuras sobre una vieja lámpara de mesa. Su objetivo es engañar, confundir al enemigo, hacerle creer una realidad distinta. El fracaso o el éxito se tambalean sobre su particular tablero de Stratego y saben que sus decisiones pueden facturarse en vidas humanas y en tiempo. En algunas ocasiones sucede que la idea más descabellada, la que tiene todas las papeletas para el fracaso, es la que funciona. En el caos, triunfa lo peculiar. En la Segunda Guerra Mundial destacan, entre otras muchas historias, dos casos perpetrados por los que trabajan en las sombras, que tienen en común a nuestro país.
En la última gran contienda mundial, cuando llegó el momento en que los aliados querían poner un pie sobre Europa, todo el mundo daba por hecho de que sería en Sicilia. Lo sabían los que tenían que iniciar la invasión en el viejo continente y también las fuerzas del Eje. Era por lo tanto un secreto a voces y, en consecuencia, un inconveniente a la hora de iniciar la ofensiva, pues Hitler había dispuesto una férrea defensa para evitar aquella primera incursión en la maltrecha Europa. La inteligencia británica ideó un plan algo atrevido pero que podía funcionar al que bautizó con el nombre de Mincemeat (Carne picada). Prepararon un cadáver ataviado con un uniforme de la marina con documentación falsa y con los planes de invasión que indicaban que está tendría lugar en los Balcanes y no en Sicilia. Por medio de un submarino arrojaron al difunto cerca de las costas españolas, aparentando que había sufrido un accidente aéreo, donde fue recogido por un pescador quien avisó a las autoridades. Los ingleses confiaban que las simpatías del régimen de Franco hacia la Alemania nazi harían el resto. Y así fue, la policía española comunicó a Berlín su descubrimiento, picando el anzuelo y dado fe de que aquellos documentos que portaba tan singular cadáver eran auténticos. Hitler ordenó retirar un buen número de tropas de Sicilia, con lo que el desembarco de los aliados encontró menos resistencia. Pero, ¿quién era aquel muerto tan aventurero que en su desgracia pudo salvar muchas vidas?. Aquel cuerpo estratégico era un individuo de unos 34 años que había fallecido por la ingestión de un raticida y que fue cedido, sin conocimiento de sus familiares, por el hospital St. Pancras. Junto a la documentación militar se acompañaban también algunas cartas de amor a una novia imaginaria y una también del banco, informándole de un descubierto.


Esta historia fue llevada al cine en 1956 con el apropiado título de "El hombre que nunca existió", con Ronald Neame en la dirección e interpretada por Clifton Webb y Gloria Grahame.

Otro caso curioso fue el de Joan Pujol, que después de la Guerra Civil española y con el desencanto habitual de quien había perdido la contienda, decidió urdir un engaño para combatir, a su modo, al fascismo. En Madrid contactó con la inteligencia alemana y ofreció sus servicios como espía al servicio del Tercer Reich. Los nazis, que lo creían un fervoroso admirador de Hitler, confiaron y él y le encargaron la misión de realizar labores de espionaje en el corazón de Londres. Pujol comenzó su argucia con una mentira algo burda y arriesgada pero que funcionó. Con una guía turística de la capital inglesa se instaló en Lisboa, donde mandaba falsos informes a los alemanes. Percatados de tan estrafalaria maniobra, fueron los mismos servicios secretos británicos los que le reclutaron para hacer de agente doble. Pujol, cuyo nombre en clave para los aliados era Garbo y Arabel para los alemanes, construyó un castillo de naipes, formado por una red inexistente de espías que se movía a sus anchas por todo el Reino Unido, pasando información falsa con otra auténtica pero irrelevante, para no despertar demasiadas sospechas. Garbo se encargó de convencer a los servicios de espionaje de Hitler de que el desembarco final de las tropas aliadas no sería en Normandía, sino en el Paso de Calais, lo que provocó que el mismo Füher enviara dos divisiones acorazadas y diecinueve de infantería al lugar equivocado.

Hasta tal punto su engaño fue efectivo que, después del desembarco de Normandía, fue galardonado con la Cruz de Hierro por las autoridades alemanas, al mismo tiempo que recibía la condecoración de La Orden del Imperio Británico por parte de los ingleses No debemos olvidar la ayuda incondicional que recibió de su esposa Araceli González, que fue la primera en ofrecer los servicios de su marido en la embajada británica en Madrid. Los ingleses lo rechazaron en primera instancia, pero cuando observaron las maniobras de engaño que éste ejercía desde Portugal, no pudieron resistirse antes las habilidades innatas de Joan Pujol, un crítico de las ideologías fascistas y comunistas.

En 2009, Edmon Roch rodó un documental con el título de "Garbo, el espía (El hombre que salvó el mundo)", que fue galardonado con un Goya, aunque a mí, este personaje, me recuerda a otro de la película "Triple Cross, la verdadera historia de Eddie Chapman", dirigida en 1966 por Terence Young y en la que Christopher Plummer interpreta a un ladrón de cajas fuertes al que le obligaron a convertirse en agente doble durante la Segunda Guerra Mundial. Al final de la película, alguien le pregunta para quién trabajaba realmente, si para los alemanes o para los aliados. El personaje se queda pensativo y no contesta, simplemente se mira al espejo y sonríe.




jueves, 16 de enero de 2014

NO VENDER LA PIEL DEL OSO ANTES DE CAZARLO

Que no hay que adelantarse a los acontecimientos es un hecho por todos conocido, aunque para ser sinceros, que arroje el primer ladrillo aquel que nunca se ha pasado de listo y se ha dejado dominar por las expectativas. A mí me ha pasado y, como se dice vulgarmente, mi gozo en un pozo. Puestos a recurrir a frases populares, también podría decir aquello de "ponerse el parche antes de que salga el grano" o "llenar el ojo antes que la tripa". El caso es que mi futuro pequeño negocio se me ha ido al traste, hundido en el abismo por trámites burocráticos insalvables. En unos pocos días he pasado del miedo, al entusiasmo moderado, a la decepción y finalmente a la aceptación. Todos los planes y previsiones de cambio de vida, que mi cabeza había urdido sin descanso, se han ido a la cloaca. Así que aquí estoy de nuevo, en este regreso no esperado de una casi despedida que parece ser no estaba prevista en mi destino. Volveré a la Guarida de buena gana, confirmando que tengo más de eremita que de negociante y, la próxima vez, no venderé la piel del oso hasta que su destinatario la tenga extendida sobre el suelo delante de una fogosa chimenea. 

jueves, 9 de enero de 2014

ESTO NO ES UNA DESPEDIDA

Es un hasta pronto. Siempre he tenido un temor poco disimulado a no poder atender como se merece no sólo este blog, sino a todos los amigos que por aquí se pasan dejando un trocito de su forma de ser. Las circunstancias de la vida mandan y la mía en particular toma un nuevo rumbo. Hace cuatro años cerró la empresa en donde trabajé 20 años y tuve la mala fortuna de engrosar la sangrante lista del desempleo. No ha sido tiempo perdido y en nada me arrepiento de las posibilidades que me ha permitido quedarme en casa. Me he ocupado de mis dos retoños con gran dedicación. He visto los primeros días de colegio de mi hija mayor, sus progresos entre lápices y rotuladores, sus recién estrenadas amistades y también he contemplado, en primera línea, los primeros  pasos de la pequeña, sus primeras palabras, no me he perdido ni un sólo momento desde su nacimiento y eso, queridos amigos, ha sido un regalo. Otra vertiente ha sido la libertad que me permitió el tiempo para crear este blog, que ha sido un fiel compañero. Mi amigo, el Tirador Solitario, siempre me animaba a crear uno, aunque cuando trabajas a jornada completa queda poco tiempo para la inspiración, lo que me hace admirar a aquellos que son capaces de compaginar su trabajo y una regularidad encomiable en sus publicaciones. Las nuevas circunstancias hicieron posible que naciera "La Guarida del Eremita", que fuera de blog en blog, fomentando amistades, algunas realmente conmovedoras. Publicaba comentarios aquí y allá, intercambiando opiniones y creando un pequeño mundo de lo más peculiar. Ahora se produce un nuevo giro y me dispongo, con mucho respeto y algo de miedo, a emprender un pequeño negocio que me robará mucho tiempo, por lo menos al principio. No voy a poder seguir el ritmo bloguero que he llevado estos cuatro años, pero de ninguna manera voy a cerrar algo que me ha dado tantas satisfacciones. Es un hecho incuestionable el desasosiego que me produce el cierre de algunos blogs amigos, a los que se echa siempre de menos. Por eso esto no es una despedida, es simplemente una espera. Ignoro cuando volveré, podría ser en unos días, unas semanas o unos meses, algo en todo caso indeterminado. En este momento soy una incertidumbre andante y mi falta de actividad en el blog podría hacer pensar que he abandonado y no es así. Como dijo Schwarzenegger en "Terminator", volveré. Gracias a todos por todo, por vuestra dedicación  y tiempo. Un abrazo y hasta pronto amigos.