sábado, 31 de julio de 2010

MENTIRAS POR CATALOGO

Hace unos cuantos días Miquel Zueras publicó en su magnífico blog, Borgo, un artículo sobre los conocidos monos de mar. Eso me hizo recordar algunos artículos que se vendían por catalogo en los años 70 y que venían en revistas como tp o Pronto, y cuyos productos eran engañosos hasta le hilaridad más absoluta. Por ejemplo, los conocidos monos de mar se vendían como una especie de animalitos de gran inteligencia, equipados con tridentes, que llevaban cuernos y que reían y realizaban cabriolas como artistas de circo. Solo tenías que echar unos huevos en el agua e inmediatamente se producía el milagro del nacimiento de una pequeña civilización. La realidad era de una tristeza realmente deprimente, pues dichos monos de mar no eran más que Artemias, una especie de crustáceo braquiópodo cuyas habilidades no van más allá del simple movimiento. Las surrealistas ilustraciones de humanoides acuáticos son una auténtica tomadura de pelo, con el único objetivo de vender un producto que, por sí mismo, solo se hubiera comprado como alimento para los peces de acuario.
Por fortuna no fui uno de los incautos que adquirió los susodichos monos de mar, pero si cometí el error de comprar algún producto que otro de resultados más que lamentables. A finales de los 70 los escolares comenzaron a llevar al colegio las primeras calculadoras electrónicas. A pesar de mi incapacidad natural para comprender las matemáticas, suspiraba por tener una de ellas, pero no disponía de las 700 u 800 pesetas de rigor. Cuando vi en un catalogo de "Promociones Mundiales" que vendían una calculadora por el módico precio de 199 pesetas mis ojos se iluminaron como bombillas y cuando leí la descripción del artículo quedé absolutamente convencido: "Calculadora alemana de importación de sólido mecanismo y alta velocidad de respuesta". Pero es que además te regalaban un revólver Thunder cuya leyenda decía: "Espectacular revolver Thunder, ideal para ahuyentar a las fieras y a los ladrones. Usted se sentirá tranquilo y no volverá a tener miedo a salir por la noche. Regalo de detonadores". Bueno, no necesitaba saber nada mas, se iban a enterar en mi clase cuando apareciera con mi moderna calculadora y armado con un revolver impresionante. El as de las matemáticas y el pistolero indomable, menuda combinación letal. Inmediatamente procedí a pedir los artículos y me dispuse impaciente a esperar el envío. No sé si es que, además de embusteros, esta empresa era también inútil a la hora de enviar sus pedidos o es que correos, en aquella época, funcionaba aún con carros tirados por mulas, pero lo cierto es que aquel pedido tardó una eternidad en llegar. Todos los días cuando regresaba del colegio le preguntaba a mi madre, ¿ha venido ya el paquete?. La respuesta era siempre negativa y eso me provocaba un ansia desmedida. Un día lejano, que se pierde en la noche de los tiempos, llegó un aviso de correos para proceder a la retirada de un paquete. A la jornada siguiente, y después de una tensa espera en el colegio, pude contemplar encima de la mesa el ansiado paquete. La primera impresión fue que se habían olvidado mandarme el revólver, pues el paquete era demasiado pequeño para contenerlo. Cuando pude abrirlo y contemplar el contenido la decepción se fue transformando en ira y frustración. Allí, delante de mí, había una especie de artefacto de plástico verde con unas correderas de números pintando y un punzón y el revólver no era más que un ridículo llavero. Es una lástima que no haya podido encontrar una ilustración de semejante artilugio. La foto que podéis ver aquí es de un modelo parecido pero más avanzado, lo que puede dar una idea de semejante engaño. Lo peor de todo es que jamás pude sumar ni tan sólo 1 y 1, porque el manual de instrucciones era absolutamente complejo y probablemente fue redactado por un oso hormiguero. Había una clave concreta que consistía en que cada vez que se iniciaba algún tipo de operación había que introducir el punzón y cito textualmente "en el hoyo situado a la derecha". Lo curioso es que tal hoyo no existía, por lo que su inutilidad era descomunal. Mi padre se apiadó de mi, tras verme largas horas delante de aquel estúpido artefacto sin obtener resultado alguno y, al cabo de unos meses, pudo encontrar a otro incauto que también había picado, pero lo más gracioso del tema es que el individuo en cuestión, y tras largos años enclaustrado, pudo dar con la fórmula para que funcionase. Lamentablemente hacía tiempo que, en un ataque de ira, había hecho trizas el maldito artefacto. Respecto al minúsculo revolver, se chamuscó con la primera detonación y quedó bastante perjudicado, lo suficiente, para emprender un viaje de no retorno al cubo de la basura. Alguien puede preguntarse cómo es posible que no me diera cuenta de semejante dislate observando las ilustraciones del catalogo. La verdad es que la calculadora aparecía en una imagen pequeña y difuminada y el revolver en cuestión figuraba de gran tamaño y, por supuesto, sin nada que indicara que fuese un llavero.
Lejos de escarmentar, al cabo de unos pocos años, reincidí al encargar un monocular cuya publicidad decía: "Extraordinario instrumento óptico ideal para observar las estrellas y planetas". A mí las estrellas me importaban un pito, y el motivo real de la compra era para espiar a una rubia que me tenía encandilado. Naturalmente, cuando recibí el envío, se convirtió en una nueva decepción, ya que el monocular tenía unos aumentos ridículos, hasta tal extremo que las cosas casi se veían del mismo tamaño, mirases a través de ellos o a simple vista. Además mi padre me sentenció con una de sus lacónicas frases: ¡Niño déjate de tonterías y dedícate a tus estudios!.
Otro producto que siempre tuve la tentación de adquirir eran las gafas equipadas con rayos x, cuya mayor utilidad, lógicamente, era la de contemplar mujeres desnudas, aunque, incluso para mi ingenuidad, aquello era demasiado para ser verdad y lo cierto es que era otro fraude bastante chapucero tal y como lo muestro en las siguientes ilustraciones.















Son muchos los artículos engañosos que se vendían por catalogo y, a pesar de su condición, no dejaban de tener cierto encanto e ingenuidad. Artilugios inútiles, verdades a medias, ilusiones falsas, en conclusión toda una serie de mentiras por catálogo.



miércoles, 28 de julio de 2010

GRANDES MOMENTOS DEL CINE DE CIENCIA FICCION

TERMINATOR: "Las máquinas surgieron de las cenizas del fuego nuclear. Su guerra para exterminar a la humanidad había continuado con furia durante décadas. Pero la batalla final no iba a librarse en el futuro. Se libraría aquí, en el presente. Esta noche". Con estas palabras comienza el mítico film de James Cameron, en una historia que nos presenta un futuro desolador, y cuya única esperanza es un hombre, cuya madre, la legendaria Sarah Connor es encañonada por una pistola de mirilla láser empuñada por un Terminator en la mejor escena del film. La mirada fría y sin piedad del robot-ejecutor, magnífico Arnold Scharzenegger, se enfrenta a los ojos asustados de su víctima, cuyo futuro acaba de cambiar para siempre. En realidad, las máquinas provocaron el nacimiento de su verdugo.



EL IMPERIO CONTRAATACA: "¿Obi-wan no te dijo lo que le pasó a tu padre?- Me dijo lo suficiente. Dijo que tú le mataste.- No. Yo soy tu padre." Momento cumbre de la saga galáctica que marca un antes y un después, añadiendo la suficiente profundidad y complejidad para trascender más allá que una simple aventura de naves espaciales. El guión de Leigh Brackett y Lawrence Kasdan y la sólida dirección de Irvin Keshner nos regalaron la mejor entrega de la saga y probablemente una obra maestra indiscutible. Hasta ese momento creíamos estar viendo la historia de Luke Skywalkwer, pero en realidad era la de Darth Vader.




EL PLANETA DE LOS SIMIOS: Las modificaciones que se realizaron en la novela de Pierre Boulle, fueron determinantes para que este film de Franklin J. Schaffner se convirtiera en todo un icono de la ciencia ficción. Fue el año de "2001: Una odisea del espacio", aunque personalmente siempre me pareció que la película interpretada por Charlton Heston había envejecido mucho mejor que el film de Kubrick. Además, "El planeta de los simios" contaba con un final absolutamente magistral que dejó clavados en la butaca a todos los que acudieron a su estreno. Todo esto, unido al excelente maquillaje que hicieron creíbles a los simios y la minimalista música de percusión, la convirtieron en una película imprescindible para los buenos amantes del género.


LA INVASION DE LOS LADRONES DE CUERPOS: Vista por unos como un aviso del peligro comunista y por otros, en cambio, como una sátira sobre la paranoia del marcarthismo, lo cierto es que el film de Don Siegel es una sobria apuesta por la ciencia ficción y su tratamiento reparte dosis equitativas entre suspense y acción. Son muchos los momentos magistrales, pero destacaría dos. El primero es cuando nuestro protagonista descubre que la mujer que ama ha sido suplantada y carece de emociones. La mirada de ella, vacía y sin sentimientos se refleja en la de él, aterrada y desesperada. El otro momento se desarrolla en la carretera, en pleno delirio de nuestro protagonista y su intento de buscar ayuda es acompañado por una advertencia que ya es historia viva del cine: "¡Usted será el próximo!". El final atenúa la angustia y aunque algunos creen que fue una imposición para suavizar la historia, lo cierto es que a mi, particularmente, me resulta muy tranquilizador.



BLADE RUNNER: La novela de Philip K. Dick "¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?", en la que se basa la película de Ridley Scott, narraba la obsesión de un hombre por conseguir un animal sintético, pues la propiedad de uno de ellos era síntoma de prestigio. Afortunadamente el giro que la historia sufrió en su adaptación cinematográfica, le dio el suficiente peso específico para barnizarla con un toque más complejo. Las implicaciones filosóficas sobre la identidad y la muerte transcurren en una ciudad bañada por una lluvia eterna en una noche casi infinita. Película cuestionada en su estreno, pero que fue formándose como un film de culto en los videoclubs y que ahora parece que el tiempo ha pasado factura por ella, aunque es indudablemente un icono del cine contemporáneo. El discurso final del replicante, el carismático Rutger Hauer, es repetido religiosamente por los más fieles admiradores de Blade Runner.



ALIEN, EL 8º PASAJERO: En 1979 se inicia la saga que convirtió en mito a su heroína, Ripley, y a su antagonista enemigo, un extraterrestre depredador de extremada agresividad y con ácido como sangre. Dirigida por Ridley Scott con gran maestría, aunque las malas lenguas comentan, no se si de forma infundada, que Walter Hill hizo algo más que ejercer de productor y guionista. El estilo gótico, la atmósfera opresiva y el original diseño de la criatura, llevado a cargo por H.R. Giger, convirtieron a "Alien" en toda una referencia del género. James Cameron realizó la primera secuela "Aliens, el regreso" alejándose del estilo de Scott y realizando un film de pura acción, donde primaba más la espectacularidad que el suspense. Algunos ven en este segundo film una clara metáfora sobre la guerra del Vietnam. La película encerraba, por otra parte, una de las mejores escenas de cuantas partes se han rodado, que no es otra que el descubrimiento por parte de Ripley de la reina madre de los aliens y su posterior enfrentamiento. La tercera de la saga, a cargo del siempre interesante David Fincher, imita el estilo de la primera entrega y queda muy por debajo de las expectativas que había generado. "Alien: resurrección" fue la última en llegar a la gran pantalla, dirigida por Jean-Pierre Jeunet que supo imprimirle su particular estilo en una historia, que a pesar del desgate temático, resulta original y plena de acción. Incluso la menospreciada "Alien vs Depredador" me parece un film muy entretenido e interesante, y mantengo esta opinión a pesar de las reacciones adversas que puede originar la misma.



DEPREDADOR: El impacto de "Alien, el 8º pasajero" trajo como consecuencia multitud de imitaciones, pero realmente la única interesante fue la propuesta que John McTiernan nos ofreció en el año 1987. Aunque la base argumental es muy parecida al film de Ridley Scott, aquí la acción no tiene lugar en el espacio, sino en una selva centro-americana y el carácter de la historia es mucho más atávico. También hay que añadir que el diseño del extraterrestre es muy innovador, siendo mérito del mítico Stan Winston, aunque el concepto de la mandíbula fue una idea de James Cameron. La película es una excelente muestra del cine de acción de los 80 y tiene escenas tan impactantes, como la de el indio cuando comprende que no hay escapatoria y, cuchillo en mano, se ofrece como inmolación hacia un destino inexorable, o cuando el personaje de Schwarzenegger opta por enfrentarse al temible depredador utilizando su lado más primitivo y ancestral. Aquel grito animal, antorcha en mano, en la oscuridad de la jungla aun resuena como un eco infinito en nuestro subconsciente.


EL TIEMPO EN SUS MANOS: "Durante un millón de años los hombres vivieron y murieron por sus sueños para que ustedes se dediquen a comer, nadar y bailar". Con estas palabras les espeta George Welles, Rod Taylor, a los Elois que hayan enterrado el conocimiento heredado de sus antepasados, convirtiéndose por su desidia en alimento para los Morlocks. Este es el futuro inquietante que descubre el protagonista de esta película del británico George Pal, en su particular adaptación de la novela de H.G. Wells "La máquina del tiempo". Aunque los efectos especiales puedan resultar hoy toscos y, en ocasiones, irrisorios, la historia que nos cuenta es lo suficientemente atractiva como para mantenerla en nuestros recuerdos más cinéfilos. La escena del maniquí en el escaparate es toda una prueba de imaginación para, con pocos recursos, mostrar el inexorable paso del tiempo.

sábado, 17 de julio de 2010

MAZINGER: RENACIMIENTO

Cuando en los años 70 se emitió un avance de unos dibujos animados que Televisión Española pretendía emitir en las sobremesas de los sábados, antes de la película, la chavalería del país la recibió con los brazos abiertos. Acostumbrados a un tipo de dibujos animados de corte distinto, la llegada de "Mazinger Z" representaba una auténtica novedad, una nueva visión argumental del dibujo tradicional que entusiasmó a propios y extraños. Su precedente más cercano había sido la serie "Meteoro", pero su emisión dispersa y no continuada no le permitió el arraigo que si obtuvo sin cortapisas el robot luchador. Los sábados por la tarde era de obligada costumbre comentar el capítulo del día, sobre el enemigo abatido y sobre lo complicada que había sido la gesta en cuestión. De repente un día, Televisión Española decidió suspender la emisión de más capítulos de "Mazinger Z", argumentado que la serie era demasiado violenta para el público infantil. Los niños de la época sintieron la pérdida de unos dibujos animados que habían calado profundamente en sus gustos. Hoy en día esa decisión quizás no hubiera sido tomada, ya que los baremos de lo que es violento y de la misma permisividad han cambiado radicalmente.

Mazinger Z está basado en un cómic manga del año 1972 del dibujante japonés Go Nagai y pertenece al género Mecha o, lo que es lo mismo, historias de robots gigantes manipulados por el hombre. Inmediatamente fue trasladado a la televisión en forma de una serie de dibujos animados de 92 episodios. El término japonés del que se deriva Mazinger significa "Dios-demonio", dualidad que expresa que las cosas pueden ser buenas o malas según la mano que las guíe.


Es curioso como los recuerdos que tenemos de la infancia y las sensaciones, cambian conforme avanzamos en edad y experiencia. Después de muchos años sin volver a ver esta mítica serie, tuve la oportunidad de darle un repaso y el encanto de entonces había mermado considerablemente. La nostalgia equilibraba, o mejor dicho, compensaba, unos dibujos de una calidad más que dudosa. Lo que antaño parecía una auténtica obra maestra de la animación, ahora no eran más que el torpe y descuidado sistema de producción que en aquellos años se empleaban en muchas de las series de dibujos. Quizás la impresión no sea correcta y esté motivada por el avance sensible de las técnicas actuales de animación. Lo cierto es que, por una razón u otra, Mazinger había envejecido cual 600 en un desguace. Necesitaba urgentemente una rehabilitación de chapa y pintura.

La buena noticia es que el año pasado se realizó en Japón un remake de la serie original, dirigida por Yasuhiro Imagawa y que constará de 26 episodios. La nueva serie respeta los cánones de la producida en los años 7o, repitiendo personajes e historias, aunque parece que los giros argumentales irán por otros derroteros. Lo importante es que no se ha tocado el diseño original y el espíritu de la serie y, por lo que se puede adivinar en los vídeos promocionales, parece que la animación es de una calidad superior a la mítica serie de nuestra infancia. En España se prepara su lanzamiento en el mes de Septiembre del presente año, tanto en dvd como en blu-ray y espero no sentirme defraudado ante semejante reto.

La serie recibió en Japón el título de "Shin Mazinger Z". Esperaremos ansiosos su edición en España y que nos vuelva a regalar un trozo de nuestra infancia. Les dejo un par de vídeos para que se hagan una idea de lo que nos viene tras las vacaciones de verano. La cosa no pinta mal, pero hasta que no caiga en mis manos...








jueves, 15 de julio de 2010

GRANDES PELICULAS DEL ANIME JAPONES

PORCO ROSSO (Hayao Miyazaki-1992): Basado en un cómic de Miyazaki, la primera intención de éste era la realización de un corto de 30 minutos, pero cuando el autor se dio cuenta del enorme potencial que la historia encerraba, decidió convertirla en un largometraje. De aliento épico, esta película podría haberla filmado propiamente el mismo Howard Hawks, tal y como lo demuestra sus múltiples conexiones con "Sólo los ángeles tienen alas". Producto atípico que rehúye de los convencionalismos del manga, para transformarse en una película de corte clásico. Nuestro protagonista, convertido en cerdo por extrañas circunstancias, es un as de la aviación, un cazarecompensas de piratas del aire del Adriático en la Italia fascista de Mussolini, que desarrolla sus aventuras entre el mar y el cielo azul. Enamorado sempiterno de una cantante de casino, su personalidad camina entre la honestidad y la socarrona heroicidad de sus actos. Una obra maestra de la animación, absolutamente recomendable.

LA TUMBA DE LAS LUCIERNAGAS (Isao Takahata-1988): La primera y única vez que he visto esta película me pilló absolutamente desprevenido. Pensaba que contemplaría la típica producción de los estudios Ghibli de Miyazaki, ya saben, historia fantástica y hermosa con mensajes ecologistas y pacifistas y, debo advertirles que la película va por otros derroteros. Drama auténtico de una dureza extrema que hará que las emociones fluyan sin control. La historia conmovedora de dos huérfanos durante la Segunda Guerra Mundial y su trágico desenlace, se narra de forma magistral en un Japón en donde el individuo quedaba supeditado a la unidad familiar. No hay piedad ni misericordia para los que se alejan del núcleo tradicional y la indiferencia ante el dolor quema como un hierro candente. Como comentaba al principio, he sido capaz de verla tan sólo una vez, aunque todos deberíamos de visionarla como ejemplo contundente de las consecuencias de la guerra.

AKIRA (Katsuhiro Otomo-1987): La primera vez que pude ver imágenes de esta película fue en el programa de la 2 "Metrópolis" y recuerdo el impacto visual de las famosas carreras de motos y la necesidad imperiosa de ver este anime al completo. Película cuya trama argumental se basa en la destrucción y en la búsqueda del superhombre, del elegido que debe ser controlado por su poder devastador. "Akira" es evidentemente un film que emana directamente del subconsciente colectivo del Japón que sufrió el terror nuclear, se alimenta de sus miedos y hunde sus raíces en la concepción de un futuro amenazador. Técnicamente perfecta, el problema del film de Otomo es su complicada historia, que se nos escapa continuamente en un galimatías argumental de difícil lectura. El problema fundamental es que "Akira" está basado en un cómic del mismo título, de cerca de 2000 páginas, que aún estaba incompleto cuando se inició la elaboración de la película y es evidente, que su adaptación, sufrió los efectos de un guión más que cuestionable.

EL VIAJE DE CHIHIRO (Hayao Miyazaki-2001): Visión particular del maestro Miyazaki de "Alicia en el país de las maravillas", pero envuelto en su mundo onírico y lleno de misterio. Nuestra protagonista se adentra en una dimensión absolutamente desconocida, en donde debe adaptarse y luchar por conseguir que sus padres sean liberados de una maldición que los ha transformado en cerdos. Viaje iniciático de Chihiro, que debe abandonar su etapa de niña consentida, y transformarse a través de su experiencias como integrante del personal que mantiene un Balneario para dioses y criaturas extrañas. Magistral y hermosa son los adjetivos apropiados para una película que te atrapa y que es capaz de transmitir una melancolía que emociona sin edulcorar.

GHOST IN THE SHELL (Mamoru Oshil-1995): Basada en un cómic de Masamune Shirow, esta extraordinaria película de animación, técnicamente perfecta, tiene el acierto de proponernos una historia compleja, muy enraizada en la temática de "Blade Runner" sobre la verdadera identidad, pero a la vez comprensible. No cae en el error de "Akira" y, aunque al principio nos dé la impresión de situarnos en una trama demasiado enrevesada, lo cierto es que, según transcurre el metraje, también avanza de forma explícita el nudo argumental. La toma de conciencia de sí mismo por medio de la complejidad, y la existencia de un alma insuflada de forma artificial son las arterias por las que corre el impulso vital de "Ghost in the shell".


NINJA SCROLL (Yoshiaki Kawajiri-1993): Historia enclavada en un marco histórico real, la lucha de clanes en la batalla de Sekigahara, se nos presenta a un héroe, Jubei Kibagami, también basado en un samurái real que vivió en esa época, que luchará en una guerra sin cuartel contra el Shogún de las Tinieblas. Acompañado de un anciano, Dakuan, y una guerrera, Kagero, se enfrentaran a múltiples enemigos hasta llegar a la batalla final, en donde nuestro protagonista sufrirá el dolor de una terrible pérdida. Argumento algo complicado por sus múltiples referencias, pero que, en líneas generales, impresiona por su violencia y por sus personajes perfectamente perfilados.

MI VECINO TOTORO (Hayao Miyazaki-1988): Cómo una película infantil puede ser visionada por los adultos con la misma pasión. Un padre y sus dos hijas llegan a una casa en el campo, mientras se recupera la madre en un hospital, y allí toman contacto con el espíritu del bosque. Obra absolutamente deliciosa y entrañable que representa otra clase magistral de Miyazaki, cuya producción completa merecería ser mencionada al completo.


lunes, 12 de julio de 2010

LA PELICULA MAS HERMOSA


Lo confieso, ayer lloré como un niño desconsolado, pero no eran lágrimas de dolor ni de pena, eran motivadas por un alivio emocional de proporciones mayúsculas. Era el sentimiento descontrolado que se expresa cuando, después de mucha tensión, se alcanza un éxito que se nos antoja casi quimérico. Desde que este mundial arrancó hace ya casi una eternidad, todos los partidos disputados por España han sido titánicos, con sangre, sudor y lágrimas. No ha existido ni un solo momento de relajación, siendo una batalla continua, en donde no solo nos enfrentábamos a nuestro rival, sino también a los múltiples y taimados fantasmas del pasado. Habíamos ganado una Eurocopa, pero una Copa del Mundo, eso es algo que escapaba a nuestros más desenfrenados sueños. El partido de la final fue eterno, tanto como la odisea de Ulises en su particular reino de Hades, duro, difícil, en resumen todos los adjetivos de los que una gesta se viste con sus mejores y más dignas aspiraciones. Ese gol de Iniesta provocó que un país rompiese sin medida sus gargantas, que miles de banderas y de lágrimas ondearan en los corazones de hombres y mujeres, que nos narcotizara con sobredosis de alegría y pasión. Esa fiesta, esa expresión como pueblo, no estuvo organizada ni preparada por los que dirigen el trasiego político de este país. Fue el fruto de la espontaneidad de quienes tienen un sentimiento contagioso, algo más grande que cualquier pasión mundana. El fútbol, como alguien dijo una vez, es la cosa más importante de las cosas menos importantes. Entiendo y comprendo que a muchos no les guste, porque el veneno del deporte rey, del espectáculo más grande sobre la tierra, se tiene o no se tiene. Por eso es tan difícil explicar ese sentimiento tan singular, tan especial, tan sencillamente maravilloso. Es cierto, nuestras vidas seguirán de la misma forma dentro de unos días, con sus alegrías y sus tristezas, con sus éxitos y sus miserias, pero la inyección de felicidad que para muchos ha supuesto esta victoria sufrida merece la pena de ser vivida.

España ha reunido una generación de futbolistas irrepetible, una conjunción difícilmente igualable. Todos, repito hasta la saciedad, todos los que han estado en Sudáfrica son partícipes de ese mérito, tanto los que han jugado como los que no. Un portero épico, una defensa sobria y casi inexpugnable, un centro del campo genial, una delantera mortal, un entrenador sensato y humilde y un banquillo excepcional, con ese Reina, verdadera alma de esta selección y que, sin jugar ni un solo minuto de este mundial, ha demostrado lo importante que puede ser pertenecer a un grupo de hombres de tan descomunal honestidad.




Hemos vencido a muchas cosas, al ultraje del Mundial de Mussolini, al gol fallado por Cardeñosa, a la frustración del Mundial 82, al gol encajado por Arconada en Francia, al penalti fallado por Eloy, a la nariz rota de Luis Enrique, al arbitraje del nefasto Al-Ghandour y a todos y cada uno de los fantasmas del pasado. Del Bosque ha sido un caballero desde el principio al final. Es cierto que heredó un equipo campeón, pero ha sabido llevarlo con su carácter humilde y bonachón, pero además ha acertado en casi todos sus planteamientos y dirección de equipo. Eso sin contar con la más mínima simpatía de su predecesor, un Luis Aragonés que no ha sabido en ningún momento mantener un mínimo de elegancia profesional, más aún sabiendo lo que representa ser la cabeza visible de una selección como la española.


Son muchas las imágenes de este Mundial respecto a lo que concierne al equipo nacional. El gol absurdo de Suiza, el primer y magistral tanto de Villa, el rostro golpeado de Piqué, los penaltis fallados, el testarazo de Pujol, Torres roto, el golazo de Iniesta y las lágrimas de Iker. Al otro lado, los aficionados y su sufrimiento, su explosión ante la victoria de un mundial que se ha ganado pulgada a pulgada. Durante esta semana me he acordado mucho de mi padre, que era un aficionado moderado, pero que disfrutaba como un enano cuando las cosas rodaban bien. Tenía la cautela de quien ha contemplado muchas decepciones, y siempre hablaba de que el equipo rival era mejor que España, acertando en casi todas las ocasiones. Recuerdo su emoción cuando celebramos, codo con codo, los 12 goles a Malta, cuando el Buitre se salió en Méjico y cuando Maceda nos llevó a la final de la Eurocopa de Francia. Por eso, este triunfo es también para su memoria, para la de todos los que se quedaron en el camino. Cuando marcó Iniesta mi voz se rompió y el nudo en la garganta se derramó en un baño de lágrimas, que sólo obtuvo consuelo cuando me fundí en un abrazo con mi sufrida esposa.


Este Mundial ha sido para España como una gran película, llena de misterio, emoción y sufrimiento. Pero el final ha sido como el de los grandes clásicos. Hemos ganado, aunque aún no damos crédito, y además hemos contemplado un beso final, la hermosa imagen de Iker Casillas besando a su compañera, la magnífica Sara Carbonero y eso, créanme, ha hecho también justicia, justicia poética.


viernes, 9 de julio de 2010

HUMOR CINEFILO

Carlos Areces, al que muchos de ustedes conoceran por "La hora chanante", "Muchachada Nui" y por sus intervenciones en algunas películas, nos ofrece aquí su faceta como ilustrador gráfico en la que demuestra todo su talento e inspiración.