martes, 28 de junio de 2011

MALOS PIXELADOS

MEGAMIND (Megamind): Villano reconvertido en héroe por amor. Película que habla de superhéroes cansados de su condición, malos que ganan y se sienten vacíos y tontos a los que no se les puede dar una oportunidad.


GOTHEL (Enredados): Obsesionada con la juventud, guarda celosamente el secreto de la misma en una torre en medio de ninguna parte. Vuelta al mundo clásico de Disney en este entretenido film, algo lejos de otras propuestas con más enjundia.


LOTSO (Toy Story 3): Malo malísimo con falsa apariencia de osito de peluche. Un resentido del pasado que ha ido acumulando su particular odio, mientras se hacía con el poder entre los juguetes de una guardería.


KANGAROO (Horton): Personaje lleno de prejuicios, que demuestra que una lengua afilada y cotilla puede ser un arma peligrosa.


BUDDY PINE "ALIAS SINDROME" (Los Increíbles): Otra víctima del rechazo que acumula odio y resentimiento, en este caso contra los superhéroes, aunque su pasión secreta es ser uno de ellos, ya sea por medio de la impostura o la manipulación.


SKINNER (Ratatouille): Desconfiado, envidioso, conspirador y ambicioso, siempre parece estar al borde de la locura. En este magnífico film había otro malo, el crítico culinario Anton Ego, que alcanza su redención final a través del sabor y los recuerdos nostálgicos. Esa crítica final, escrita desde la emoción, es el digno broche a esta joya de la animación.


RUMPELSTILTSKIN (Shrek 4): Su obsesión es acaparar el poder absoluto, aunque para ello tenga que modificar el pasado, cual Terminator de cuento. Su sala del trono es una especie de pista a lo "Fiebre del sábado noche" frecuentada por brujas y escobas.


LORD SHEN (Kung Fu Panda 2): Lo más interesante de esta propuesta veraniega es el malo de la película, un pavo real engreído y conspirador, que pretende acabar con el misticismo del lugar utilizando buenas dosis de mala uva y pólvora.


HOPPER (Bichos): El bandido Calavera de esta versión animada de "Los siete magníficos" es un saltamontes mal encarado y gorrón, con un ojo averiado y que tiene como ventaja la sumisión absoluta de las hormigas. Una de ellas, en un acto de valentía, se negará a morir en silencio provocando la rebelión en un final emotivo y pleno de acción.


GENERAL MANDIBLE (Antz Hormigaz): Militar golpista, que para alcanzar la mejora del hormiguero planea su destrucción. Hay amores que matan.



jueves, 23 de junio de 2011

JOAN FONTAINE Y "REBECA"

Muchas actrices aspiraron al papel de la muchacha ingenua que contrae matrimonio con el rico y aristócrata inglés Maxim De Winter, interpretado por Laurence Olivier, pero sólo Joan Fontaine fue capaz de convencer a Hitchcock. Quizás fuera ese aire inocente, y de nerviosismo frágil, lo que le convirtió en ideal para interpretar al personaje que debe enfrentarse al fantasma omnipresente de Rebeca, aunque sus miedos e inseguridades no siempre fueron infundadas.



Laurence Olivier quiso imponer a su esposa, Vivien Leigh, pero además fueron candidatas, entre una lista casi interminable, Margaret Sullavan, Loretta Young e incluso la hermana de Joan Fontaine, Olivia de Havilland. Sin embargo, Hitchock anotó lo siguiente después de realizar una prueba en el verano del 39 a Joan Fontaine: "Ha pasado la prueba, tiene posibilidades. Pero debe acentuar más su nerviosismo para conseguir el efecto deseado." Pero el productor David O. Selznick no estaba muy convencido y aún menos cuando su socio, Jockl Whitney, manifestó "la última prueba que hizo fue tan mala que no puedo imaginármela haciendo otro papel que no sea una idiota temblorosa." Por si no fuera ya bastante, el prometido de Joan Fontaine, el actor Brian Aherne terminó por arreglar aún más el asunto cuando dijo "es joven, bonita, alegre, absolutamente encantadora y sin ninguna madera de actriz, gracias a Dios". No esperaría que, en plena luna de miel con la actriz, fuera requerida para acudir a Hollywood para el rodaje inminente de "Rebeca".



Laurence Olivier la miraba con cierto desprecio y recomendó a Hitchock que fuera despedida, o en palabras textuales del actor, "Amigo, esta chica es realmente horrible y debería ser sustituida", seguramente por su mujer, pero ambos no gozaban precisamente de simpatía entre sus compañeros de profesión, sobre todo después de manifestar conjuntamente que "los actores hacían dinero, pero no arte". Quizás fue por ese aire engreído por lo que fue elegido para el papel de Maxim de Winter. El orondo director no hizo ni el menor caso a las recomendaciones de Olivier, y pensó que sería útil utilizar esa fragilidad e inseguridad para el personaje interpretado por Joan Fontaine. Dedicó todo su esfuerzo y paciencia para que lo dominara a la perfección. Tanto Selznick como Hitchock sometieron a la actriz a sesiones maratonianas de 11 horas de trabajo diario, con continuos cambios en el guión, que terminaron por desestabilizarla aún más. Esto, unido al desprecio que el reparto le manifestaba solapadamente, hicieron que el productor aflojara el ritmo ante el temor de que una crisis de ansiedad retrasara el rodaje. De esto último, dicen las malas lenguas, que el propio Hictchock fue en parte responsable. Aplicó su lema particular que ejercía sobre los actores, que no era otro que el de "divide y vencerás". Con Fontaine lo ejerció de forma sibilina, por medio de insinuaciones sobre qué decía uno y otro sobre ella y que él estaba allí para protegerla. Una forma más que astuta para que la actriz dependiera absolutamente del director, de tal manera que su personaje fuera tan inseguro dentro y fuera de la propia interpretación.




No obstante, Joan Fontaine, manifestó lo mucho que aprendió con Hitchock y que había sido muy amable con ella, eso a pesar del incidente que relataba el propio director: "Durante la quinta toma de "Rebeca" y en una dramática escena en la que la protagonista tenía que llorar, Joan Fontaine me aseguró que ella ya no podía llorar más, pues se le habían acabado las lágrimas. Cuando le pregunté qué podía hacer para que siguiese llorando, ella me contestó: "¡Como no me pegue usted...!". Sin pensármelo dos veces, le propiné un fuerte bofetón y casi instantáneamente ella comenzó a sollozar".




Sea como fuere, y a pesar de las dificultades, Joan Fontaine realizó un excelente trabajo y sus miedos se reflejaron con tal intensidad, que quedaron ligados para toda la eternidad a su personaje sin nombre. Después vendría aquel comienzo, icono del romanticismo y el misterio: "Anoche soñé que volvía a Manderlay...".



domingo, 19 de junio de 2011

AUN RESPIRO



Sigo aquí, no he muerto, puedo sentir el aire y ver la luz del día. Me palpo, asegurándome de mi propia existencia, y no doy crédito. Hay dos cosas que pensaba que no vería en vida. Una de ellas era ver a la selección española, la roja, ganar un mundial, la otra era ver al Granada CF en primera división. Hace la friolera de 35 años que el equipo de mi ciudad descendió del olimpo de la categoría de honor. En el año 76 yo tenía por entonces 11 años y no disfruté de aquellos años de gloria, entre otras cosas y fundamentalmente porque no me gustaba el fútbol. Mientras la chavalería del barrio relataba las hazañas de los Montero Castillo, Fernández o Porta, yo me dedicaba a otros asuntos de menos fuste. Sin embargo, todo eso cambiaría de la forma más oportuna. Una aburrida tarde de un domingo del año 82 buscaba perezosamente una emisora de radio para matar un poco el tiempo. De repente, sintonicé en el dial un programa de deportes, en el que un singular locutor, D. Antonio García Molina, retransmitía un partido de fútbol, podría ser, si la memoria no me falla, un Antequerano-Granada CF. Lo cierto es que me divirtió bastante y, aunque entonces andábamos perdidos en la segunda B, no fui consciente, en aquel momento, de que un virus me había sido inoculado y que ya nada sería igual. A partir de entonces me convertí en un incondicional del equipo de mi ciudad. No me perdía un solo partido por la radio y comencé a acudir regularmente al antiguo estadio de los Cármenes.


Ha sido un camino difícil, una odisea que espantaría al mismo Ulises, una travesía por los infiernos y un camino iniciático repleto de fracasos, de campos infernales, de mentiras y fraudes, de lamentos y de una mala suerte diabólica. Recuerdo los lunes por la mañana como comentaba entre mis compañeros de clase el resultado del Granada del domingo. En aquellos tiempos era una isla en la inmensidad de un océano cuyas aguas estaban repletas de aficionados del Barcelona, del Madrid o del Athletic de Bilbao. Era un bicho raro y junto a mi cuñado Pepe aguantamos días de lluvia y decepciones en el antiguo estadio de la carretera de Jaén. Siempre que llegaba el momento definitivo, en el que podíamos alcanzar la gloria, se nos era denegada sin piedad. Mala suerte, falta de profesionalidad, sospechas de maletines y sobornos, un gol de rebote en contra o un penalti fallado eran los habituales compañeros de viaje. En Granada se instaló un hondo pesimismo, una nube negra de malos presagios que pesaba como el plomo, era la piedra de Sísifo que nos anclaba al fracaso absoluto, el habitat cómodo de los pájaros de mal agüero.



El Granada CF ha estado al borde del abismo, o lo que es lo mismo, de su desaparición en muchas ocasiones. Las deudas y los fracasos deportivos lo hacían inviable, y no fueron pocos los que quisieron enterrarlo. Hubo un grupo, llamado los filipinos (por aquello de "Los últimos de Filipinas"), unos 15oo aficionados que jamás le fallaron, siempre estuvieron allí, en tercera o en el mismísimo infierno. Yo mismo fui crítico con ellos, porque pensaba que no dejaban morir en paz a un cadáver sin posibilidades de sobrevivir. Nunca he creído demasiado en los milagros, porque uno de ellos es lo que necesitaba el Granada CF para volver a la vida.



El milagro llegó, de la mano de un hombre de fútbol, Quique Pina, y de un fiel aliado, procedente del Udinese italiano, Gino Pozzo. Después vendría él, un hombre curtido en mil batallas, un veterano de la guerra del Vietnam, pero que nunca había alcanzado la gloria, D.Frabriciano González, también conocido como Fabri, el gallego eterno que ha hecho historia. No olvidemos a la plantilla y esos genios como Benítez, Collantes, Roberto, Siqueira, Geijo, Orellana, Nyom, Mainz, Iñigo López y otros tantos, sin los que no se podría haber llegado tan lejos. Yo no creo en los tres Reyes Magos, sólo en un Baltasar, interpretado por un tal Odion Ighalo, la pantera de hielo, que con sus goles nos metió el año pasado en segunda y ahora en primera.



El partido definitivo contra el Elche fue de infarto, nunca olvidaré esos eternos últimos cinco minutos, interminables, angustiosos pero que traerían lágrimas de alegría y emoción a raudales. Lamentar los incidentes violentos que propiciaron unos y otros, pero parece casi inevitable que el fútbol se vea siempre contaminado por los que piensan que la batalla deportiva debe traspasar las fronteras de las normas más elementales de educación. Mi admiración hacia el Valladolid, el Celta y el Elche. Todos eran merecedores del premio final, pero el fútbol es así y, al final, el equipo de rayas rojas horizontales alcanzó la gloria. Quiero dedicarle este triunfo a todos los que llegaron ya tarde, a los que quedaron en el camino y a la ciudad en general. Granada CF, suerte para el año próximo y que la fuerza te acompañe siempre.







martes, 14 de junio de 2011

333 FILMS IMPACTANTES

Cuando hace algunos meses el amigo Lazoworks me pidió que colaborase con un proyecto sobre cine, escribiendo algunas reseñas sobre films que no fueran los habituales en cualquier lista, pensé que era todo un honor y que, después de mucho tiempo, había conseguido dar el pego como cinépata reputado. En el acto me puse a escribir mi primera reseña, todo en plan muy formal y sesudo, y procedí a enviárselo por correo electrónico. Como respuesta, recibí unos comentarios muy oportunos del Lazoworks, que me preguntaba que demonios había hecho. Que no, que no era eso lo que quería, sino una visión descacharrante e informal sobre el cine en general. Seguidamente me recomendó la ingesta abundante de alcohol para encontrar la inspiración necesaria. Como hace tiempo que no pruebo nada con graduación, excepto mis gafas, ya que, no se si por desgracia o por fortuna, soy un consumidor de lo que mi hija de cinco años llama amistosamente "Pepi Cola", decidí inyectar altas dosis de humor a las reseñas que se me cruzaban por el camino. El amigo Lazoworks ha realizado un trabajo excelente y que, a buen seguro, le ha mantenido ocupado durante muchas horas, pero seguro que un cinéfilo ingenioso como él habrá sabido como compaginarlo entre su blog, sus buenos proyectos y su faceta como talento en ciernes de futuro director de cine. Y que conste que no lo digo esto porque tengamos concertada una boda Jedi entre su hijo y una de mis niñas, nada más lejos de la realidad. Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. No olvidemos que algunos de sus buenos amigos de la blogosfera también han colaborado en la realización de este proyecto, sobre todo, para compensar mi falta de conocimientos y mi habitual pereza. Ya ven que yo mismo me atizo los palos, pues quien da primero, da dos veces. Así que ya saben, no se lo pierdan y hagan una visita por el "Post-nuclear Bloody Diary" de Lazoworks, estoy seguro de que no se arrepentirán. Aquí les dejo el oportuno enlace y gracias anticipadas a todos.


http://lazoworks.blogspot.com/2011/06/333-films-impactantes-volumen-i.html

sábado, 11 de junio de 2011

LOS EXPATRIADOS DE PETER PARKER



En el mundo del cómic, como en cualquier otra expresión artística, cada vez resulta más difícil ser original. Después de varias décadas saltando de azotea en azotea, parecía que nada nuevo se podía escribir sobre el "Trepamuros". Los creativos de la Marvel, allá por el año 1994, se devanaban el cerebro para ver que novedades podían introducir en el universo de Spiderman para dar un empuje definitivo a las ventas. Pensaban por entonces que todos los héroes habían sufrido, en menor o mayor medida, un proceso de cambio y se preguntaron qué pasaría si Peter Parker no fuera realmente Spiderman. Para tan cuestionable argumento, recurrieron a una historia que había transcurrido 2o años atrás. En 1975 se publicó la conocida como "La saga del clon", en la que un villano de turno, el Chacal, realiza una clonación de la difunta Gwen Stacy para llevar a Spiderman a una trampa, en la que se enfrentará a un clon de sí mismo. En la refriega, la imitación de nuestro héroe cae muerto y Peter Parker arroja el cadáver por una chimenea industrial.




Pues bien, lo que las cabezas pensantes de Marvel conspiraron entonces, fue lanzar la idea de que aquel clon no había muerto en realidad. Era una especie de hombre sin patria ni familia llamado Ben Reilly, que viajaba por todo el país con una moto y que se ocultaba bajo la mascara de un superhéroe llamado "La araña escarlata". Entre tanto, fallece May, la sempiterna y obsesiva tía de Peter Parker. En el número 226 de SS se desvela que el verdadero Spiderman era Ben Reilly y que Parker no era más que una copia falsa. El argumento tenía más agujeros que un queso de gruyere y no se sostenía, pero los guionista se armaron de la suficiente desfachatez para no taparlos. De todas formas, quién iba a recordar los entresijos de una historia sucedida hace 20 años. Así que nuestro viejo amigo Peter Parker, consciente de su condición, cede los lanzarredes al nuevo Spiderman, mientras decide dedicarse en cuerpo y alma a cuidar a su esposa y su futuro retoño. Parker siempre había sido un tipo con problemas, tanto referente a su vida cotidiana como a su condición económica, pero Reilly era prácticamente un vagabundo, un sin techo, un outsider.




Naturalmente los aficionados se sintieron engañados y no se tragaron tan surrealista decisión. Durante veinte años les habían tomado el pelo y les habían arrebatado a Peter Parker, sin el cual, Spiderman, perdía parte de su personalidad intransferible. El hombre que habitaba tras la máscara del héroe era el verdadero motor de sus impulsos, le definía hasta la médula y le hacía arrastrar sus problemas colgados de la misma telaraña. Aquello era simplemente un fraude y las consecuencia no tardaron en llegar. Marvel se inundó de miles de cartas exigiendo una rectificación, incluso el Wall Street Journal publicó un artículo despotricando ante semejante desatino. La cosa se puso seria cuando un grupo denominado "Los expatriados" lanzó por internet un boicot hacia cualquiera que manifestase que Ben Reilly era Spiderman, teniendo como primer objetivo la propia Marvel. En la casa de las ideas empezó a cundir el pánico, sobre todo cuando las ventas se desplomaron y, en una reunión urgente, se decidió terminar con el asunto y eliminar a la mayor brevedad posible a Reilly. Todo el que se atreviera a cuestionar semejante decisión sería mandado al infierno sin más dilación, o como se dice vulgarmente, el que se mueva no sale en la foto.



Los creativos se pusieron en marcha y urdieron una historia en donde resucitan al Duendecillo Verde (como ven aquí no hay una muerte definitiva), que se confiesa autor intelectual de aquellas clonaciones y confiesa ante Reilly y Parker que el verdadero Spiderman es éste último. El bueno de Ben muere en la batalla al intentar salvar la vida de Parker y ya tenemos de vuelta al superhéroe de siempre. Carpetazo y se acabó. O quizás no, quizás toda esta historia duerma tranquila en un rincón oscuro esperando que el futuro le de una nueva oportunidad. Al fin y al cabo, el mundo está lleno de incoherencias.





miércoles, 8 de junio de 2011

ALEMANIA PROHIBE LA SALIDA DEL SOL EN ESPAÑA




El gobierno Alemán, a través de la Comisión Europea, culpa a las abundantes horas de sol el escaso rendimiento de la economía española. Así mismo, el delegado regional de la Selva Negra, el señor Klaus Cuadraten, ha señalado que el extraño color de un turista alemán, completamente rojo, podría deberse al mal estado de las emisiones solares de la península ibérica. Al parecer no se han tenido en cuenta las manifestaciones del sujeto en cuestión, que había argumentado que, horas después de regresar de España, había participado en un festival en Munich, en donde había consumido unos cuarenta litros de cerveza, acompañados de una ingesta masiva de salchichas, lo que le había producido una congestión de cierta relevancia.




Por otra parte, la senadora alemana Aurelia Fobiapepinem ha requerido a los turistas alemanes residentes en Mallorca para que se replanteen su vuelta a su país natal, debido a las conclusiones del conocido "Informe Sangría". En el mismo, fruto de un estudio de varios años, se afirma que mientras algunos turistas alemanes esperan durante diez minutos para que se le sirvan una sangría en un bar, otros, en cambio, alcanzan los 15 minutos, incluso los 20. La senadora ha señalado: "Es intolerable que no se unifique un único criterio a la hora de servir este tipo de bebida. En estos ámbitos tiene que existir uniformidad y estas cosas no tienen cabida en el seno de la Comunidad Económica Europea."

Para terminar, unas sensatas declaraciones de una señorita, que fue entrevistada en la calle sobre los pepinos españoles:

"SON MUY BUENOS PARA LA SALUD Y PARA COMBATIR LA SOLEDAD"





jueves, 2 de junio de 2011

EXTRANJERO EN TIERRA EXTRAÑA

El día que aprobé oficialmente tercero de BUP emprendí una desesperada huida con las notas aferradas a mis manos y sin mirar atrás. Nunca me gustó estudiar, sobre todo por obligación y después de un verano enterrado entre las matemáticas y la física y química, que aún arrastraba de segundo, y el latín del curso en vigor, fue como si me hubiera quitado un lastre terrible. Estudiar e intentar comprender que demonios era aquello del número "e", el por qué de aquellas diminutas valencias situadas en la tabla de los elementos químicos, el enigma de los julios y los amperios, mezclado con el rosa rosae y las malditas declinaciones en plena canícula, era algo que compremetería la cordura de cualquier persona honrada. Ni amores ni puñetas, ya se ocupaba mi padre de recordarme cuales eran mis obligaciones, estudiar y aprobar, que lo demás es para listos y empollones.




Alguna que otra vez había acudido a algún profesor particular, pero aquel verano decidí echar toda la carne en el asador y apañarmelas por mí mismo, empleando buenas dosis de paciencia y cierto impulso autodidacta que suele ser un compañero fiel e infatigable. Y esto es algo de un mérito indudable para alguien como yo, que durante las clases de matemáticas estaba absolutamente ausente, como en una especie de trance o viaje astral en mitad de una clase que para mi, era como si se impartiera en chino o en arameo. Procuraba siempre permanecer en un plano muy discreto, tanto que una profesora de matemáticas me descubrió a mitad de curso y me preguntó que si era nuevo. La clase estalló en una risa generalizada y todos comenzaron a llamarme desde ese momento con el apodo de "Extranjero". Y es que debo reconocer que, en aquellas materias, era verdaderamente un extranjero en tierra extraña. La tabla de logaritmos era tan indescifrable para mi como la Piedra Rosetta, toda una suerte de quimera imposible de abarcar.





Pero, aquel verano acometí el desafío con tal cabezonería y orgullo propio, que fui capaz de resolver con éxito problemas matemáticos, otra vez ese maldito número "e", me aprendí de memoria todas las valencias y sus aplicaciones y cuando llegó el mes de septiembre tenía el tema absolutamente dominado. De hecho, ambos examenes me salieron bordados, aunque bien es cierto que aprobé con unos miserables suficientes, entre otras cosas, porque, probablemente, los profesores sospecharon que me había copiado. No hay nada peor que luchar contra la mala fama. Recuerdo que en aquella época tenía como compañero de suspensos al amigo Tirador Solitario. Antes del examen de matemáticas me demostró como se había concentrado y preparado en su retiro de la Costa Tropical.




Curiosamente, y cuando ya no tenía obligación, si que realicé una especie de carrera particular e intransferible, paralela a la de mis colegas universitarios, pero eso es otra historia que ya contaré en su momento.