sábado, 26 de marzo de 2011

CIUDADES MUERTAS Y PUEBLOS FANTASMA



La evacuación de la población civil, cercana a la central nuclear de Fukushima, me ha hecho recordar otros lugares que sufrieron las consecuencias del abandono, ciudades fantasma, donde los recuerdos de vidas pasadas y el eco de la ausencia puede respirarse en todas sus calles.

CENTRALIA (ESTADOS UNIDOS): Municipio situado en el condado de Columbia (Pennsylvania). En el año 1962 hubo un incendio en un basurero que parecía no pasar de un incidente más, sin demasiada trascendencia. No obstante, el fuego se propagó por el subsuelo y provocó la combustión de una veta de carbón situada bajo la ciudad y expulsando a la superficie monóxido de carbono. A pesar de los esfuerzos de los bomberos, solo se consiguió extinguir el fuego de la superficie, pero el carbón continuó ardiendo, estimándose que se prolongaría en los siguientes 250 años. Poco a poco la población fue abandonando Centralia, pasando de los 1.000 habitantes del año 1981 a una docena que resistieron hasta que en 1992 se decretó su evacuación forzosa. Este lugar le resultará muy familiar a los aficionados al terror, pues fue la fuente de inspiración de "Silent Hill" y a los amantes del cine en general, pues esta zona era el lugar donde los mineros fundaron la sociedad secreta Molly Maguires a finales del siglo XIX, argumento desarrollado en la película "Odio en las entrañas" de Martin Ritt, con Sean Connery y Richard Harris.



KOLMANSKOP (NAMIBIA): En 1908 la fiebre de los diamantes hizo surgir, en medio de ninguna parte, esta ciudad que al cabo de 50 años se fue despoblando igual que la susodicha fiebre, y el desierto se hizo dueño de ella a la que fue devorando sin compasión.


PRYPIAT (UCRANIA): La ciudad de 50.000 habitantes, centro neurálgico de los trabajadores de la central nuclear de Chernobyl, fue desalojada de forma imperiosa en 1986 después del famoso y terrorífico desastre. La gente tuvo que abandonar sus casas y sus pertenencias sin mirar atrás, con apenas un par de maletas donde guardar toda una vida.


LA CIUDAD AMURALLADA DE KOWLOON (CHINA): Un lugar extraño sin duda alguna, surgido de la ciencia ficción más asfixiante, heredera de una certera distopía, un lugar que se resiste a ser real, pero que lo fue. Situada en el extrarradio de Hong Kong, fue creada como puesto de vigilancia amurallado y control de la zona, por parte de los ingleses, para hacer frente a las incursiones piratas. Al termino de la segunda guerra mundial, y una vez expulsados los japoneses que la habían ocupado durante el transcurso bélico, nadie quería hacerse cargo de aquella ciudad, ni británicos ni chinos, con lo que se convirtió en refugio sin par de contrabandistas, traficantes de droga y delincuentes de toda calaña, floreciendo una economía que incluía entre otras actividades, fumaderos de opio, casinos y prostíbulos. Se construyó de forma descontrolada dentro de los límites de una muralla construida por los chinos. Los edificios se pegaban unos a otros de forma angosta y hacia arriba, hasta tal punto que la luz del sol no tocaba el suelo, llegando a alcanzar la densidad de población más elevada de todo el planeta. Se improvisaban puentes con puertas de madera que comunicaban unos edificaciones con otras, escombros y basuras se amontonaba a diestro y siniestro y la ley era prácticamente inexistente, hasta que en 1984 se firma un acuerdo para su demolición. Desde 1991 a 1993 transcurrió el desalojo de sus habitantes. Una vez deshabitada y antes de su destrucción fue escenario de películas de Jackie Chan y Jean-Claude Van Damme, además de servir para ilustrar los videojuegos "Shenmue" y "Call of Duty: Black Ops".

OCHATE (ESPAÑA): Enclave por excelencia para los aficionados al ocultismo, lugar extraño donde las psicofonías y fenómenos inquietantes campan por sus anchas. Situado en el condado de Treviño comienza su andadura en el año 1134 con oscilaciones de sus habitantes que van desde los 15 habitantes a casi su despoblación. Sin embargo, a partir de 1750 se vuelve a repoblar, siendo uno de los lugares con más densidad de toda la comarca, hecho que empezará a declinar con las epidemias que comenzaron su particular azote en forma de viruela en 1860, de tifus en 1864 y para dejar, finalmente, el pueblo absolutamente despoblado con el temible cólera sufrido en 1870. Es curiosa la similitud fonética que tiene con otro pueblo maldito de España como es Belchite.



BALESTRINO (ITALIA): Bajo el amparo de la abadía benedictina de San Pietro dei Monti floreció este pequeño pueblo en los siglos XI y XII, experimentando un crecimiento que llegó a contabilizar hasta los 900 habitantes. En 1887 un terremoto de magnitud 6,7 inició su declive hasta que en 1953 quedó absolutamente desierto.

VAROSHA (CHIPRE): Centro turístico de primer orden en los años sesenta, que destacaba por sus hermosas playas de aguas limpias y por ser lugar habitual de visita de muchos famosos, como Elizabeth Taylor, Brigette Bardot o Raquel Welch. Todo acabó para esta especie de Marbella chipriota cuando, en agosto de 1974, fue invadida por las tropas Turcas, quedando Chipre dividida en dos partes, la zona griega y la turca, con la mala fortuna de que Varosha quedó bajo control de Turquía pero sin poder ocuparla, debido a una resolución de la ONU en 1984, que prohibía todo tipo de asentamiento hasta ser devuelta a sus habitantes originales, aspecto que aún sigue pendiente.

VILLA EPECUEN (ARGENTINA): Situada en la provincia de la capital, Buenos Aires, surge aprovechando las cualidades de la laguna Epecuén, cuyas aguas con alta concentración salina son ideales para combatir afecciones reumáticas y de piel, transformándose en una ciudad balneario que llegó a contar con 7.000 plazas de hospedaje con una población oscilante de casi 25.000 turistas durante las décadas de 1950 a 1970. En 1985, un incremento del nivel de las aguas de la laguna, terminó por romper el muro que le separaba de la villa, inundando todo lo que se encontraba a su paso, quedando el pueblo sumergido por 4 metros de agua que sólo en la actualidad parece mostrarnos lo que la catástrofe ocultó: un lugar desolado por la naturaleza.

martes, 22 de marzo de 2011

¡MALDITOS CENSORES!



La censura cinematográfica ha dado siempre mucho juego en todos los niveles y, desde luego, ha provocado las reacciones más absurdas que cualquier clase de ejercicio intelectual pueda tolerar. Si no fuera por el daño evidente que sufrieron muchas obras del séptimo arte, no nos cabe la menor duda que, muchas de las premisas con las que actuaron los censores, serían para figurar en cualquier antología del chiste o la anécdota.
El problema fundamental de la inmensa mayoría que ejerció este oficio, era su nulo conocimiento de lo que juzgaban y en otros casos la ínfima pasión que les provocaba el cine en sí mismo. Guillermo de Reyna era uno de los que soportaban con pesadumbre su labor y decía lo siguiente de "El último refugio" de Raoul Walsh: "Pistolero numantino, con amor y perrito, pero poco apto para la lucha al aire libre. La cinta pesadita y sin gran interés." David Jato, otro censor que destacaba por sus comentarios escuetos y poco trabajados, manifestaba lo siguiente: "De policías y bandidos. Muere el malo." Este último, que era un alto cargo de Falange, se manifestaba de la siguiente forma sobre "Winchester 73" de Anthony Mann: "Película del oeste de tiros entre un bueno y varios malos". Es curioso como alguien con tan poca capacidad expresiva y tan limitada inspiración literaria fuera capaz de enfrentarse a la obra de un gran maestro. Y lo peor de todo es que fuera respaldado, sin tapujos ni vergüenza, por un régimen político que ni se molestó en poner a figuras que ostentaran un mínimo bagaje cultural, aunque fuera destinado a una labor tan nefasta como la de la censura.


Algunos de ellos se entusiasmaron y se atrevieron a expresar una opinión cercana a la crítica, no en calidad literaria pero si en intenciones. Un censor definía el argumento de "La mansión de Drácula", protagonizada por Lon Chaney Jr y John Carradine, como "un hombre-lobo que no lo tragaría ni San Francisco de Asís". "Drácula" de Terence Fisher tampoco se libró del juicio implacable de la censura y recomendaba su prohibición basándose en tres puntos:

1-Mal gusto y morbosa intención.
2-Muy peligrosa para las gentes psicológicamente débiles.
3-Fomentar un género que debe evitarse.



El eclesiástico Juan Fernández se refería a "La Strada" de Fellini con las siguientes palabras: "Viene precedida esta película de gran fama y tiene en su haber un gran premio de Venecia, pero a mi me resulta insulsa en todos sus aspectos. No veo tampoco que se pueda exhibir como prototipo o modelo de cine católico... es desagradable y triste." Algunos se sentían ofendidos si la película era demasiado infantil, tal y como sucedió con "La momia azteca contra el robot humano", una ínfima producción mejicana de Rafael Portillo, que fue prohibida porque al censor le parecía "Una murga pseudocientífica para bobos y crédulos sin tino. ¡Toma el pelo a tu padre!"
No obstante, había algunas ocasiones en las que los censores ejercían su profesión con toda la dureza que su cargo les permitía, ante provocaciones más que evidentes como las que les producía, por ejemplo, "Roma, ciudad abierta" con declaraciones incendiarias de la siguiente calaña: "Es una pura inmundicia del primero al último rollo. Una vileza, un ejemplo de abyección sencillamente intolerable para cualquier persona bien nacida. No ya por razones políticas sino por elementales imperativos del decoro humano tiene que prohibirse." Y es que no hay nada peor que cuando la sinrazón se convierte en supuesta objetividad.
Algunas películas de temática mas ligera, pero también libertina a juicio de los censores, sufrieron el intento de permitir el visionado de las mismas, siempre y cuando fueran eliminadas ciertas escenas de un gran calado inmoral. Fue el caso de "Con faldas y a lo loco" que tras intentar cortar todo aquello que les resultaba ofensivo terminó siendo prohibida con una inamovible sentencia: "Hay películas que no tienen arreglo a menos que se conviertan en otras completamente distintas.". En algunos casos ni los propios censores se ponían de acuerdo en sus tesis. Sucedió con "Psicosis", cuya escena de la ducha, obviamente, fue la primera que procedieron a suprimir, aunque contó con la oposición de uno de ellos, Patricio González, que manifestó: "No debe cortarse nada de la ducha ni de cuando el criminal observa a su víctima. Ninguna persona normal puede inquietarse por las formas desnudas de una agonizante".


Pero la censura no era una potestad de España, sino que se ejerció en otro tipo de países, algunos en las antípodas del régimen franquista y otros que presumían de ser garantes de la libertad en todas sus expresiones. Sin ir mas lejos Eisentein, en la Unión Soviética, tuvo que cambiar el guión de "Octubre" cuando Leon Trotsky fue expulsado del Partido Comunista, obligándole a omitir cualquier referencia al personaje en un film que contaba la Revolución Rusa, habiendo sido aquel un dignatario de especial relevancia en el desarrollo de la misma. En Estados Unidos surgió en 1930 el Código Hays, vigilante de que no se extralimitaran contenidos que tuvieran algo que ver con drogas, homosexualidad, racismo o sexo, aunque no hubo más censura que la impuesta por la caza de brujas abanderada por el senador Joseph McCarthy, que truncó las expectativas de una industria del cine en el ejercicio de una libertad creadora, cercenada por el escarnio y persecución de muchos de sus talentos más preclaros. Muchos fueron los delatores y colaboracionistas de aquel Comité de Actividades Antiamericanas, entre los que destacaron Elia Kazan y un Gary Cooper que se jactaba de ejercer de oportuno censor, detectado guiones en donde se podían esconder supuestas amenazas comunistas. Decía el protagonista de "Solo ante el peligro" estar dotado de "un sutil olfato para intuir la conspiración de la izquierda".
Otro film que sufrió el acoso de la censura internacional fue "Senderos de gloria" que fue prohibida en España, Israel, Suiza y en las bases militares de Estados Unidos. En Francia y Bélgica hubo protestas de organizaciones de antiguos combatientes que se sentían insultados por el tratamiento que se les daba en la película de Kubrick y, aunque no hubo prohibición, se ejerció una fuerte presión diplomática para que no se exhibiera.


Esa censura absurda y ridícula sigue aún campado por sus anchas en lugares donde encuentra el caldo de cultivo necesario para desarrollarse y mantenerse. Mientras existan países con libertades restringidas se desarrollará sin problemas. En algunas ocasiones caerá en la estupidez más preclara como sucedió en Turquía, donde las películas procedentes de EEUU estuvieron prohibidas durante años, siendo sustituidas por producciones propias de una calidad esperpéntica y que hacen las delicias de los seguidores de You Tube, pero siempre serán la manifestación de un cierto miedo al criterio de independencia y libre elección.

viernes, 18 de marzo de 2011

DE CUANDO NO EXISTIA EL CINE

Miles de años antes de que nos sentásemos en una sala de cine, equipados con gafas de 3D, para ver "Avatar", hubo un cavernícola haciendo juegos de sombras con sus manos a la luz de una hoguera. Y es que, en el fondo, la idea primigenia de proyectar imágenes es tan antigua como el miedo a la muerte. Se comenta que uno de los principales rasgos de civilización del ser humano fue el invento de la agricultura y la ganadería. Bueno, esto era ya practicado mucho antes por las hormigas, y no creo que, en sus ratos, libres acudan en masa para ver una buena película en un rincón oscuro de su hormiguero, aunque no me sorprendería que algún que otro mono se distraiga con su sombra. Creo que al hombre le apasiona profundamente representar una historia que se desarrolle en un plano distinto. El sentirse espectador de algo que sucede colma, por un lado esa curiosidad innata que nos puede tanto, y por otro la satisfacción cultural de contemplar una manifestación que reconforta el alma. Es por eso que el cine era algo inevitable y que tuvo en el teatro una clara semejanza, pero necesitaba algo más allá que una mera representación en vivo y en directo. Se le añadió luz, sonido, magia, música y un hechizante haz de luz sobre nuestras cabezas que era capaz de mostrar nuestros más recónditos e imposibles sueños. Eso es el cine, algo magnético que es capaz de trasladarte a otra realidad. Por eso, uno de mi deseo frustrado de la infancia fue poseer un Cinexin. Confieso que ahora no me importaría ser propietario de uno de ellos, pero no de los fabricados en la actualidad, con esos funcionales y poco variados cartuchos de películas de Disney. No, me gustaría tener uno de aquellos de color naranja de los años 7O, en donde podías palpar la película con tus manos y colocarla en el simple mecanismo de arrastre de aquel juguete, para ver unos minutos de fragmentos de películas de dibujos animados o de Charlot. En el fondo ese deseo de proyectar una imagen, de verla en movimiento y de esperar que nos contase una historia ha estado siempre presente en nuestra historia. Aquí les dejo una muestra de esos intentos por llegar al cine:

SOMBRAS CHINESCAS: Sobre el año 5.000 antes de cristo, en Java, se inventa esta técnica de animación que será desarrollada con más complejidad por los chinos. En su origen bastaba un buen fuego y el movimiento de las manos para dar vida a figuras imaginarias. Después alcanzaría un nivel más sofisticado con la aportación de chinos y árabes.


CAMARA OSCURA: Se proyecta exteriores iluminados por el sol en una habitación a oscuras, con el inconveniente de que la imagen que se ofrece aparece invertida. Surge en el siglo XVI, aunque sus antecedentes se han encontrado en las ruinas de Herculano y el la Roma clásica.


LINTERNA MAGICA: Por medio de una cámara oscura, equipada con varias lentes, se introducían unas transparencias pintadas sobre vidrio, iluminadas con una lámpara de aceite. Fue un invento ideado por el jesuita alemán Athanasius Kircher en el siglo XVII. Es curioso como el pleno siglo XXI algunos juguetes infantiles emplean la misma técnica.


EL THAUMATROPE: En 1826 el Doctor Ayrton Paris inventa este sistema en la que una esfera de cartón, con dibujos a ambos lados, y atravesada por una cuerda girada por las manos, hace que la ilusión de movimiento se despliegue a nuestros ojos. Un truco muy fácil de elaborar.



EL PLENAKISTISCOPE: El físico belga Joseph Plateau inventa un disco giratorio con la ilusión óptica del movimiento. Sería en el año 1833 y habría hasta una coincidencia con otro ingenio exactamente igual de Simon Stampfer llamado Stroboscopio.


ZOOTROPO: Inventado por William George Horner en 1834, el invento consistía en un cilindro que gira sobre un eje con una serie de ranuras en las que se pueden ver unas figuras en movimiento.


KINETOSCOPIO: Banda de película que avanza frente a una bombilla tras un visor de uso individual. Es el antecedente básico del cine moderno y fue desarrollado en el laboratorio de Thomas Edison por William Kennedy Laurie Dickson.


EL PHASMATROPE: Ideado en 1870 por Henry R. Heyl se utilizaban imágenes fotográficas móviles para proyectarlas sobre una pantalla.

TEATRO OPTICO: En 1888 Emilie Reynaud utiliza bandas dibujadas en un complejo mecanismo con sistemas de arrastre y poleas que proyecta imágenes por medio de unos prismas conectados a una lámpara. En el año 1892 proyecta una serie de "Pantomimas luminosas" en el museo Grévin de París.

lunes, 14 de marzo de 2011

LOS NO MUERTOS DE COLOMBIER

En Haití, en el año 1918, hubo una gran actividad industrial en torno al azúcar. La compañía norteamericana Hasco, que se dedicaba a su explotación, necesitó una cantidad ingente de mano de obra que pudiera abordar con eficiencia y bajos costes tales expectativas económicas. Era práctica habitual que un cabeza de familia o un representante de alguna aldea se presentara con un grupo de trabajadores que él administraba. Dicho apoderado ejercía de capataz y era también el encargado de repartir el dinero que la compañía azucarera le entregaba.

Con tales premisas se presentó un día Ti-Joseph du Colombier y su mujer Croyance que ofreció su grupo de trabajadores, pero con la condición de que ejercieran sus labores agrícolas aislados del resto de los demás. El capataz argumentó que sus hombres eran de una región aislada en las montañas del interior, que no hablaban ninguno de los idiomas habituales por aquellos lares, siendo gentes tímidas y poco acostumbradas al contacto exterior. A cambio les prometió un trabajo intenso y sin demoras.
Los días transcurrieron en la plantación y aquellos hombres huraños y poco sociales realizaban su trabajo de forma constante y monótona. Ciertos testigos hablaban de que tal grupo de harapientos parecían apáticos hasta la extenuación, que no mostraban ni emociones ni dolor. Recibían los castigos del capataz con una indiferencia asombrosa. Parecían gentes sin alma. En sus ojos no había expresividad, tan sólo el reflejo abúlico de la inercia.

En una ocasión se ausentó Colombier, y su mujer se quedó a cargo de aquellos impasibles trabajadores. Algunos dicen que apareció una vendedora ambulante que le ofreció alimentos con sal y otros que fue la misma Croyance la que, en un gesto de compasión, les dio tales viandas. Aquellos hombres, acostumbrados a una ración diaria de mijo sin sal, dieron buena cuenta de aquella comida convenientemente sazonada, provocando una reacción de lo más peculiar. Inmediatamente sus ojos se cubrieron de lágrimas y emprendieron una huida por campos y plantaciones. Cada uno de ellos inició un viaje a su lugar de origen, y una vez que encontraron las tumbas de donde fueron arrebatados, se desintegraron en una repugnante mezcla de desechos putrefactos.
Los habitantes de aquellas aldeas, a donde llegaron cada uno de ellos, los reconocieron como familiares ya difuntos y la voz se propagó como el viento. Era evidente que Ti-Joseph du Colombier había ejercido como bokor (mago negro) sobre aquellas criaturas sin voluntad y que las había utilizado para beneficiarse económicamente de su trabajo sin descanso. Probablemente los había dominado con una maldición o por medio de la ingesta de una pócima llamada Coup de poudre, elaborada a partir de las toxinas del pez globo. Sea como fuese, lo cierto es que los aldeanos de aquellos lugares, asustados e indignados, requirieron los servicios de un brujo local para que maldijera a Colombier. Nada de aquello resultó necesario, porque en una emboscada fue apresado y decapitado.

Esta historia pertenece a la leyenda, aunque ignoro si existe alguna parte con alguna veracidad lógica. Respecto al asunto de la sal, se dice que el zombie recupera su conciencia cuando la ingiere y que le provoca el deseo irrefrenable de volver a la tumba. Por eso Colombier les privaba de ella. Es evidente que tales hechos entroncan con la tradición más oscurantista, y que tocan muy de cerca la superchería irracional, pero no deja de ser estimulante que, esta historia de 1918, estaba cimentando un género tan atrayente como el de los no muertos o zombies.

jueves, 10 de marzo de 2011

PERSONAJES DE CINE


BUCK, LA COMADREJA

Cuando acudí con mi hija pequeña a ver "Ice Age 3: el origen de los dinosaurios", pensé que sería una experiencia anodina, tal como sucedió con el visionado de sus dos anteriores entregas. Esto no ocurre cuando uno acude religiosamente para contemplar la última maravilla de Pixar, pero, ante otras propuestas, uno se auto impone el sentido práctico de contemplar un espectáculo visualmente entretenido, aunque inocuo. No se espera demasiado de películas como "Lluvia de albóndigas" o "Bolt".



Lo cierto es que esta tercera entrega de las aventuras del mamut, el tigre de dientes de sable y el perezoso comienza sin demasiadas aspiraciones. La película transcurre con su línea habitual hasta que irrumpe un personaje que rompe con su ritmo adormecido. Esta creación animada no es otra que Buck, una comadreja prehistórica con un parche en el ojo, una mezcla astuta de Ben Gunn de "La Isla del Tesoro" y Charlie Marlow de "El corazón de las tinieblas".


El enemigo misterioso de Buck, su Kurtz particular, es una legendaria bestia, Rudy, con el que mantiene una lucha incansable. En uno de sus mortales combates, la comadreja perdió un ojo y el relato visual de aquella batalla es lo mejor de la película. El sentido de la existencia de Buck, el significado de su misión en un mundo olvidado por el tiempo, está unido estrechamente con la vida de su némesis, sin el cual no sería más que un ser insignificante y perdido. Es un personaje inmerso en la locura de su propia soledad y un superviviente al que su lucha atávica con la bestia, le ha hecho más fuerte.


Tampoco vayan a pensar que se trata de una nueva versión de "Apocalypse Now", al fin y al cabo se trata de un film de animación dirigido a todos los públicos, con todas sus concesiones típicas del género. Ya saben que los cinéfilos, de tanto sacarle punta a las películas, terminamos, en algunas ocasiones, por romperla. Mi más sincera felicitación a los creadores de Buck, porque transforma una simple e inofensiva película infantil en una aventura trepidante, digna de tener en cuenta.


sábado, 5 de marzo de 2011

ESPERANDO A MARTINA



A finales de este mes, aproximadamente, espero un gran acontecimiento, el nacimiento de mi segundo retoño, una niña que se llamará Martina y que hará compañía al bicho que me trae loco, que no es otro que mi hija de cuatro años Inés, gran amante de los cuentos de princesas y de las películas de zombies, ya se sabe que de casta le viene al galgo... Hace algunos días fuimos a hacerle la ecografía tridimensional. No soy un entusiasta de esta tecnología, me parece que es como fotografiar una figura de plastilina. El rostro y cuerpo del bebé se distorsiona como si fuera arcilla moldeable hasta que, con paciencia, logra estabilizarse y mostrarnos una imagen medianamente coherente.


Recuerdo perfectamente el parto de mi primera hija. Una noche, mi mujer empezó con las contracciones y, rompiendo con los tópicos mas evidentes, procedimos tranquilamente a iniciar nuestro pequeño viaje hacia el hospital. Recogimos a mi suegra por el camino y cuando escuchó los lamentos de su hija, le espetó "Tú no serás de las que se quejan...", lo que provocó la primera mirada asesina de la noche por parte de la futura mamá. Una vez que llegamos al hospital, mi suegro, aparentemente tranquilo, dio en recepción el nombre de su hija y los apellidos de una tía abuela. Fue una noche bastante larga de contracciones y lenta dilatación. Por mi parte, y una vez que nos quedamos sólos en la habitación, me dispuse a echarme un rato en la cama del acompañante, pero los quejidos de mi esposa no me dejaban conciliar el sueño. Cuando le protesté que no me dejaba dormir, mi mujer ensayó su segunda mirada asesina de aquella noche infinita. Por la mañana, la señora de Cahiers, pedía a gritos y con machacona insistencia la epidural. Una vez concedido el deseo, la cosa fue como la seda, se acabaron los padecimientos y se procedió al parto. Me coloqué la bata verde y las bolsas de plástico en los pies y cuando entré en el paritorio observé una imagen algo dantesca. Mi mujer espatarrada, apretando su rostro como si tuviera retortijones, un cubo situado debajo en donde se desparramaban líquidos diversos y un médico subido en un taburete apretando su abdomen. Aquella escena estaba muy lejos del glamour de los partos cinematográficos. Apenas me puse a su lado, el ginecólogo le dijo a mi mujer que le pondría encima a la niña una vez que hubiera salido. Dicho y hecho, unos segundos más tarde nos colocaba en primer plano aquella desvalida criatura, manchada de sangre y arrugada. Tenía la boca algo prominente como si la hubieran pescado con un anzuelo. Acto seguido, cuando se la llevaron a pesarla y limpiarla, soltó un pequeño y casi imperceptible llanto, más parecido al maullido de un gatito. Después se la llevaron a observación, donde permaneció una cuantas horas antes de llevarla a la habitación. Allí apreté mi nariz contra el cristal de la ventana de aquella sala, y experimenté la sensación de que estaba viendo lo más hermoso que había visto nunca.

miércoles, 2 de marzo de 2011

DECÍA BERLANGA...


"Siempre me interesé por los perdedores, los fracasados, la pobre gente, los tontos de capirote, arrollados por los millones de muñequitos del poder".

"Es una pena que los españoles no sepamos ser nada más que tiranuelos o lacayos porque, cuando nos empiezan a conceder libertades y empiezan a dejarnos hacer libremente, tenemos una tendencia nefasta a cagarla".

"La amargura es una herencia atávica que llevamos todos los españoles. Es muy difícil que un español haga una película optimista en la línea de Frank Capra".

"Me apunto a la mixtificación y al engaño: los niños vienen de París; esto no es un cáncer, sino un constipado... No acepto la muerte. La muerte no existe".

"Metí un par de veces inconscientemente la alusión al imperio austrohúngaro en mis películas y un amigo me lo advirtió, y pensé que sería cosa de hacerlo siempre. Es como el trocito de madera que tengo que tocar para creer que las cosas van bien, aunque lo cierto es que he metido la palabra "austrohúngaro" en películas que han sido catástrofes totales, que no han dado ni gloria ni dinero".

"Muchas veces me he preguntado, ante los desprecios que ha sufrido nuestro cine dentro y fuera de nuestras fronteras, el porqué de ese castigo. Los españoles nunca fuimos especialmente estúpidos para la expresión artística y el cine es la más completa de todas. ¿Por qué entonces se nos da tan mal? No hablo de las excepciones, que las hay, sino de la industria cinematográfica en general".


"Cuando llegaron los socialistas al poder, Pilar Miró me llamó y me dijo que deseaban que siguiera como presidente de la Filmoteca pero que tenía que fichar cada día a los ocho; evidentemente tenían interés en que yo lo dejara y así lo hice. Después de aquellas tensiones con Pilar Miró, me encontré un día al salir de un estreno con Javier Solana -entonces Ministro de Cultura- , que es uno de los reyes del abrazo y que me había tratado siempre con una gran consideración y simpatía que correspondían con mi gran afecto, me saludó muy cariñoso y me dijo: "Creo que he firmado algo para ti hoy en el Ministerio". Y dirigiéndose a Pilar que se había quedado algo alejada le preguntó: "¡Pilar ¿Qué he firmado hoy a Berlanga?". Y Pilar, volviendo la cara con una expresión agria, el dijo: "¡El cese!"