sábado, 6 de febrero de 2010

LA GUERRA CONTRA HOLLYWOOD














Hace ya algunos años que en España se inició una guerra, no declarada oficialmente, contra el cine producido en los Estados Unidos, una guerra que ignoro si ha tenido alguna repercusión al otro lado del Atlántico o, cual leve brisa, ha pasado desapercibida. Esto último puede ser realmente ofensivo para los involucrados directamente en el cine español, pues dedican mucho tiempo libre a despotricar contra el cine yankee y aprovechan cualquier acto público, o la presencia de algún micrófono, para lanzar sus diatribas. El último ha sido un reincidente como es Fernando Trueba que al preguntarle por "Avatar" ha realizado las siguientes declaraciones: "No la pienso ver ni aunque me detenga la Guardia Civil. ¡Me acabo de ahorrar 6 euros!. Hollywood es un lugar que ha sido tomado por toda esa raza de ladrones que son los que están hoy en Wall Street, en la política y que dirige las grandes compañías." Ignoro si este corporativismo existe en otras disciplinas artísticas, pero dudo mucho que los escritores, pintores o arquitectos españoles sean tan cáusticos con lo que viene de fuera, hasta tal punto de pedir restricciones e imposiciones legales ante la competencia que pueda mermar sus capacidades. El caso de Trueba es realmente interesante, puesto que es un habitual de la crítica ante el cine norteamericano, pero fue incapaz de vestirse con la misma combatividad cuando le concedieron el Óscar por "Belle Epoque". Olvida el cineasta español que no existe ninguna ley que obligue a nadie a acudir a las salas de cine, y si "Avatar" ha conseguido reventar las taquillas ha sido por méritos exclusivamente propios. Un presupuesto millonario, sin subvenciones, una formidable campaña de marketing y el ofrecer algo realmente novedoso han sido los pilares del éxito del film de James Cameron. En cambio, la última película de Trueba, "El baile de la Victoria", a pesar de su campaña publicitaria, en la que se incluyó su pre-selección para los Óscar, ha sido un rotundo fracaso, tanto de público como de crítica y eso no es precisamente un aliciente para sostener su ataque ante una obra cinematográfica ajena. Su anterior film, no documental, fue "El embrujo de Shanghai" y el resultado fue absolutamente mediocre. Esta fobia hacia el cine estadounidense viene ya de largo. Aun recuerdo en el año en que "E.T." arrasaba en las pantallas de medio mundo, el desaparecido Manuel Summers arremetía contra el film de Spielberg, argumentando que él sería capaz de hacerla mejor, claro que por aquella época el director español se dedicaba al rodaje de obras maestras como fueron "To er mundo é güeno", "La Biblia en pasta" o "Sufre Mamón". Como ven, en el fondo, esto no es nada más que falta de respeto hacia la obra ajena y en última instancia falta de educación.
Arte o industria es el dilema que algunos ven en lo concerniente al cine, como si este se nutriera del aire. Es una falacia que la producción cinematográfica se sostenga de forma artesanal, como la alfarería o el repujado, sino que requiere un coste alto, pues, de lo contrario, nos alimentaremos en el futuro de obras experimentales exhibidas en salas de arte y ensayo. Pero el problema fundamental del cine español es su supervivencia en circuitos comerciales y su falta de independencia en cuanto a fuentes de financiación. Que la obra producida en nuestro país vive de las subvenciones es algo que nadie puede negar. Según el periódico "La Gaceta de los Negocios" en el año 2008 las películas españolas recibieron 85 millones de euros de las administraciones públicas y, sin embargo, fueron incapaces de recaudar más de 80 millones de euros. Aunque el instituto de la Cinematografía de las Artes Audiovisuales corrigiera la cifra en casi 70 millones de euros, eso tampoco nos puede hacer suspirar en demasía. En Francia, que también se subvenciona el cine, se asegura, por otra parte, que tal financiación sea dirigida a aquellas producciones que puedan aportar rentabilidad y calidad. En España, por el contrario, se prima el exceso de filmaciones y no importa el nivel obtenido, tal y como podemos demostrar con títulos de obras de dudosa calidad como pueden ser "Fuga de cerebros" o "Mentiras y gordas", por otra parte, más rentables que otras pretensiones más artísticas. Porque, al final, quienes salvan el año en la industria española, no son precisamente las películas de Fernando Trueba, sino producciones comerciales como "Torrente" o "Mortadelo y Filemón".
Aún recuerdo, asombrado, cuando en una entrega de los premios Goya, la presidenta de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, que si no recuerdo mal era Marisa Paredes, realizó una soflama contra "Nemo" y, como efecto colateral, contra el público infantil por acudir a las salas de cine y convertir el film de la Pixar en un éxito indiscutible. Este tipo de discurso, en el que se arremete contra lo que viene de EEUU, es algo ya muy habitual en las galas de premios en España. Pero, la argumentación es falsa y malintencionada, pues la respuesta lógica hubiera sido: Intentemos realizar aquí algo de la misma calidad y prestigio. El tiempo ha demostrado que, con iniciativas valientes, se puede lograr, como es el caso del film español de animación "Planet 51", que con un presupuesto de 60 millones de dólares y varios años de trabajo a conseguido exhibirse en 3.500 salas de Estados Unidos, convirtiéndose en la película española más taquillera en 2009 a nivel mundial. Otro caso interesante ha sido el de "Ágora", un ejemplo de que en España también se pueden realizar superproducciones. Si tu enemigo tiene éxito, imítale en su proceder.
En esta guerra vale todo y, evidentemente, las mentiras a medias son parte fundamental de la misma. Se suele decir, sin un mínimo de reflexión, que el 90% de las películas malas que se proyectan en los cines vienen directamente de Estados Unidos. Esto quiere decir que las que tengan como país de origen China, Francia, Portugal o el mismo infierno son obras de una calidad contrastada. Esto es falso, pues en todos los sitios se filmaran películas buenas, regulares o mediocres. Los defensores de esta falsa premisa piensan que los grandes creadores están fueran de la meca del cine, y los que pudieran existir se han prostituido hasta la médula. Trueba es de la opinión que el séptimo arte está en manos de quienes quieren hacer negocio. ¡Evidente querido amigo!. Aquí no está papá estado para costear las pérdidas ocasionadas por los creativos con afán de genios, sino una industria que quiere beneficios y si, de todo este pozo de ambición, surgen al cabo del año diez buenas películas, bienvenidas sean. Pero en Hollywood también existen directores, que dado su éxito, tienen el suficiente poder como para gozar de cierta libertad creativa. En el caso de James Cameron es más que meridiano, o acaso no creen ustedes que después de las millonarias cifras de recaudación de "Titanic", el director canadiense no tenía los suficientes argumentos y capacidad económica para pagarse su independencia. Por eso se equivoca aún más Fernando Trueba, en el momento que se refiere a "Avatar" como fruto del poder económico de los tiburones de Wall Street, cuando Cameron ha realizado la película a su antojo, dedicando millones en presupuesto y años para la preparación de la tecnología requerida. Otro caso distinto es si la película aporta una calidad como tal, o es tan solo un mega-espectáculo digno de ser visionado. Personalmente creo más en lo segundo, aunque el tiempo lo dirá con mayor perspectiva que yo. Si alguien tiene dudas que se pregunte si Martin Scorsese, Steven Spielberg, George Lucas, Woody Allen o Francis Ford Coppola están al servicio de las altas finanzas o tienen el suficiente prestigio para dirigir de forma más o menos independiente.
Y si el dinero es un problema, también han existido directores que con bajos presupuestos han conseguido realizar películas de gran prestigio. Roger Corman es un claro ejemplo de como afrontar la realización de films abordando como bandera la producción de serie B, a cuyo amparo se han desarrollado directores tan importantes como Coppola, Scorsese, Ron Howard, Peter Bogdanovich o John Sayles. Otro maestro del cine de bajo presupuesto es John Carpenter que con la ridícula cifra de cien mil dólares, unos actores desconocidos y un paupérrimo decorado pudo filmar una obra magnífica como "Asalto a la comisaría 13". A Kevin Smith le bastaron 27.575 dólares, unos actores aficionados, una tienda de autoservicio y un guión con unos buenos diálogos para realizar la muy estimable "Clerks". Que no decir de Spielberg y su conocido "El Diablo sobre ruedas" o de la sobrevalorada "El proyecto de la Bruja de Blair" que consiguió una recaudación de 248 millones de dólares, invirtiendo solamente 35.000. Un ejemplo aún más extremo: Robert Rodríguez rodó "El Mariachi" con siete mil dólares y recaudó casi 20 millones.
Con esto quiero decir que cuando no existe una financiación a fondo perdido por parte de administraciones públicas, los creadores con talento y olfato son capaces de crear productos muy dignos, idóneos, por sí mismos, de generar la suficiente confianza como para afrontar nuevos retos con presupuestos más holgados. Un caso muy curioso de ingenio para obtener grandes beneficios en taquilla, fue el ideado por los italianos con la complicidad de algunos distribuidores españoles, principalmente en la década de los 80, que consistía en hacer pasar sus productos por secuelas de grandes éxitos del cine norteamericano. Así podemos encontrarnos con "Alien 2" dirigida por Ciro Ippolito o "Tiburón 3" de Enzo G. Castellari. Otros, se cambiaban el nombre por uno que pareciera más americanizado, como Antonio Margheriti que se hizo llamar Anthony M. Dawson y que tenía el valor añadido de realizar muy buenos carteles de sus películas para atraer a un público incauto, que creía asistir a una producción made in USA. En España, Jesús Franco, fue sin duda, otro artista del seudónimo. Este tipo de proceder es igualmente una guerra para llevarse una ración del pastel que representa el poder de convocatoria del cine producido en Hollywood, pero es mucho más digno y habilidoso que el lloriqueo actual de los creadores españoles, más pendientes del exterior que de realizar buenos proyectos. Porque el actor o director español tiene también la costumbre de hacerse el interesante, menospreciando la forma de rodar en Estados Unidos y manifestando que ellos no aceptarían un trabajo con tales maneras y costumbres. Claro que, algunos han terminado trabajando para esa misma maquinaria de hacer dinero y los que han dejado escapar el tren, se han conformado con papeles mediocres en alguna serie de tv, léase el caso de Assumpta Serna que tras criticar el cine de Hollywood terminó trabajando en algún capítulo de "Falcon Crest".
El cine español no puede pretender que sus recaudaciones alcancen el mismo nivel que el norteamericano, entre otras cosas y aunque sea de perogrullo, porque este último invierte más y necesita recaudar lógicamente más. Vive y deja vivir sería una consigna muy acertada, porque lo que es imposible es encorsetar el gusto de los espectadores e imponerles un criterio a capricho. En unos tiempos en los que el cine, como expresión en la aldea global, se enfrenta a la piratería indiscriminada no es momento de limitar el cine comercial de éxito, venga de donde venga, porque tal acto arrastraría a los proyectos mas minoritarios a su certera extinción. Me gustaría terminar con unas declaraciones de un director de gran éxito en los 70 y 80 y, aunque el nivel de su filmografía no sea de un gusto demasiado exquisito, lo cierto es que sus palabras al diario La Razón están cargadas, válgame la redundancia, de razón. Se trata de Mariano Ozores y esta es su reflexión:
"Antes escribías un guión, se lo dabas al productor, éste se ponía de acuerdo con un distribuidor y rodabas. Ahora hay un jefe de producción que te pide 10 copias para enseñárselo al político de la comunidad, al directivo del canal tal o cual, a la comisión del Ministerio, a mi prima la de Cuenca, y se produce un amontonamiento de individualidades. A cada uno le dan 7 duros y, si cubre el presupuesto, luego ya da igual que se estrene.
Como están obligados por ley, deben elegir entre lo que les presentan. Y la mayoría no tiene ni idea de cine ni lo que le gusta al público. Así se hacen 130 películas al año y hay una o dos que ganan, tres que se defienden y la mayoría son deficitarias. Echamos al público del cine español"

11 comentarios:

  1. Amigo Pepe,
    Ya te he agregado en Mi Sitio (Peliculandia). Gracias x agregarme, lo unico que te tengo que pedir es si podés modificar el titulo por PELICULANDIA >>> y el sitio por: www.peliculandia.tk

    Muchas Gracias y Exitos.
    ElDuendeUrbano!

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  2. Sr. Cahiers, ha escrito usted un excelente artículo, denunciando hechos reales de forma impecable.
    Debo admitir que hace años pensaba que este fenómeno era de raíces meramente ideológicas, en las que la inteligentzia cinematográfica hispana, de profundas y hondas convicciones en la izquierda más militante, chocaba con con el cine norteamericano, representante del otro lado de la orilla ideológica.
    Pero hace años sostengo que eso no tiene el menor sentido, ya que en Hollywood siempre ha encontrado acomodo las vertientes ideológicas (salvo los nefastos años del Mc Carthysmo)y no tiene ningún sentido ver esa hostilidad como un reflejo de antiamericanismo.
    Entonces, ¿cual es la razón de todos esos sucesos?. Lo único que se me ocurre es que los popes del cine español quieren tener por derecho divino el éxito y la taquilla del cine USA, y pare usted de contar.
    Se amparan en que la distribución del cine Yankee se estructura por lotes, y que al comprar un filme de éxito, se deben adquirir los derechos de varias películas de rentabilidad y nivel muy cuestionable.
    Eso no tiene el menor sentido. Si un distribuidor adquiere los derechos de Avatar, exhibe ese pelotazo durante meses, y lo que vaya en el lote le da igual, si hay algo que le sirve lo proyecta, si no tiene éxito lo retirará en pocos días, y si tiene a la mano algo hispano que sea rentable lo va a comercializar sin ningún problema y encantado.
    Hace años triunfó de forma sorprendente una producción llamada Tapas, que no creo que a priori fuera una golosina para las salas,y es que el cine español ha adolecido siempre de despreciar el cine de genero, realizando obras que da igual que agraden o no al espectador, ofreciéndonos casi siempre obras de ínsulas pretenciosas y que eran veneno para la taquilla.
    Al final subyace que no se puede obligar al espectador a ver lo que Fernando Trueba quiera (alguien que cuando le dieron el oscar se postró de hinojos ante Billy Wilder) y que si proyectan 2012, Independence Day, lo último de Eastwood o los X-Men, pues irá al cine a pasar un buen rato.
    Y que nadie se engañe, si surge una obra maestra de forma milagrosa, hispana, USA, iraní o de donde sea, tendrá el respaldo y la taquilla de un sector no desdeñable del público, que nadie tenga la menor duda...

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  3. Muy agradecido por sus palabras Sr.Tirador. Al final de todo, tenemos que pensar que las salas de cine son de empresas privadas que, entre otras cosas, tienen como objetivo lógico ganar dinero y, derivado de eso, puestos de trabajo y no podemos imponerles qué tienen que proyectar. Es como si se abre un restaurante italiano y se les obliga a dar de comer, todos los días, tortilla de patatas y codido. Tienen usted razón: es cuestión de pasta, de tela marinera o de plata, llámelo como quiera. El cine USA ya sufrió las consecuencias de la censura española en tiempos de la dictadura, con sus prohibiciones y tijeretazos y ahora padece el cabreo de quienes no llenan las salas de cine por su propia incapacidad.

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  4. Excelente reflexion Sr.Cahiers, estoy totalmente de acuerdo con todo lo dicho, no puedo poner un "pero" a nada, sin embargo en el comentario del "Tirador" creo que se equivoca y en este caso coincido en que la reflexion inicial que ha mantenido durante años es la acertada, muy a mi pesar. "SI", creo que el factor ideologico es determinante a la hora de vertir criticas a la industria americana, no por el mero hecho de que ellos representan el capitalismo y el poder y el cine español lo contrario, sino porque de cara a la galeria queda mejor ir de independiente, de autentico de "in", de ir contracorriente. Hace unos años este mensaje quizas si calaba y era mas efectivo pero hoy en dia pienso que ya esta desfasado y que hay que valorar en su justa medida cada pelicula, cada genero y cada produccion independientemente de su procedencia.

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  5. Muy agradecido por su comentario, amigo Joqui75, y respecto al mismo, debo decirle que el cine español es el menos indicado para ir de independiente, pues en su calidad de subvencionado radica su incapacidad de ser un referente de libertad e independencia.

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  6. Asi es, y menos cuando parte de esas subvenciones provienen de cadenas televisivas que a su vez pertenecen a grandes grupos que sin duda son poderes fácticos en este pais.

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  7. Eso es correcto, aunque hay que matizar que las cadenas de televisión estan obligadas por ley a participar en las subvenciones que recibe el cine español. Si observa los títulos de credito de alguna película española, por ejemplo "Celda 211", podrá ver atónito la larga lista de empresas, incluido el estado, que aportan pasta para la elaboración del film.

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  8. Me quito el sombrero ante este artículo. Yo he podido comprobar en persona que si no tienes "amigos" en el mundillo del cine español, nadie te va a dar ninguna oportunidad, ni siquiera si pones de tu bolsillo los más de 6.000 euros para pagarte un corto con una actriz con Goya como Rosana Pastor. Aquí le dejo el enlace para que vea el susodicho corto "VERSUS": http://hadescinema.blogspot.com/

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  9. Me sorprende gratamente que alguien sea capaz de leer un post de hace casi cuatro meses. Pues, amigo Alejandro, me temo que las cosas se van a poner aún más difíciles para el cine español. La crísis y los recortes presupuestarios pueden dar un golpe mortal a la incipiente industria cinematográfica española. He visto su corto y es tan interesante como inquietante, y contar con Rosana Pastor es todo un plus. Le deseo suerte en este más que complicado arte.

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  10. Permitame darle mi más sincera enhorabuena. Ha sabido usted plasmar en este artículo buena parte del problema del cine patrío.
    Y es que por mucho que digamos, en España seguirá todo igual porque no funciona el sistema de subvenciones para nada. En esta industria, no se podrá nunca hacer un cine en condiciones y diverso, porque está lleno de amigismos y, normalmente, los tipos que dan las subvenciones NO TIENEN NI PUTA IDEA DE CINE. Es así. No es un tío que mire que pueda interesar o que sea original. De ahí que gran parte de lo que se hace en este país sea una mierda y no se estrene en ningún sitio. Joder, a mi me dan 18000 euros y sería el puto Roger Corman de los Cortos. ¿Sabe lo que le quiero decir?
    Pero así son las cosas... Esperemos que finalmente se termine por cambiar el chip, porque si no, por muchos discursos que suelten en la gala de los Goyas, el cine español se quedará en nada.

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  11. Pues mucho me temo, amigo Lazoworks, que las cosas seguiran como siempre, aunque cuando llegue el recorte al cine, que llegará, veremos quien sobrevive y quien se va a la cloaca.

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