miércoles, 18 de enero de 2012

CERRADO TEMPORALMENTE POR DOLOR DE MUELAS

Me he pasado dos o tres días de cierta inactividad bloguera, debido a un horroroso y apocalíptico dolor de muelas que han hecho sacudir los cimientos de mi maltrecha condición física. No es la primera vez, pero desde luego ha sido de lo más intenso, alcanzado un 200 en la escala Ritcher, si es que tal medida fuera aplicable a este tipo de dolencias. Naturalmente no he ido al médico, y es que soy lo suficientemente cretino para no acudir jamás a un consultorio a no ser que mi vida corra peligro de muerte segura.
Eliminada la intervención de un profesional, la primera salida más racional y coherente es la automedicación, que desde aquí desaconsejo. Acuciado por el sufrimiento, asalté de inmediato el botiquín de mi humilde morada para ingerir cuantos productos mitigaran el dolor. Toda clase de sustancias con paracetamol o ibuprofeno, fueran para adultos o para mis hijas pequeñas, fueron consumidas con avidez con la esperanza de amortiguar las punzadas que una muela descastada me propinaba con brutal saña. Naturalmente fueron intentos vanos y efímeros que no alcanzaron ni de lejos su objetivo primordial.

El siguiente paso era acudir a una farmacia en donde pudieron facilitarme el elixir milagroso que pudiera solventar mi problema. Acudí a primera hora de la mañana, con un pasamontañas en la cara para evitar que el frío agravara aún más las punzadas de esa muela despreciable, los ojos vidriosos de una noche en vela y la tez marmórea de quien sufre un duro castigo, por lo que la farmacéutica debió sentir, por un momento, su seguridad amenazada ante semejante visión. Con una voz suplicante y disuelta en un mar de tortura le dije:
-Por favor, algo bueno, pero bueno de verdad, para quitar el dolor de muelas.
-Así que quiere algo fuerte, me replicó la amable señora
-Si, algo que me corte la cabeza a la altura de la cintura, le contesté con el mejor humor posible.
Armado de un calmante y un antibiótico invoqué a los espíritus de la clemencia, aunque los remedios efectivos se toman su tiempo para curar. Así que mientras estos hacían su lento trabajo opté por consultar las soluciones caseras que suelen aparecer por internet. Masticar cebolla, hacer un emplaste con ajo y clavos (los de usar martillo no, me refiero a la especia), ponerse un trozo de hielo en los dedos y otros remedios milagrosos tan inútiles como poco efectivos. Recurrí al método tradicional de echarse a la boca un buche de alcohol, pues dicen que los tejidos lo absorben y funciona como anestesiante. Descarté el ponche por ser bebida merecedora de mejores causas, y me trinqué una botella de brandy Milenario que utiliza mi mujer para las comidas. Después de un buen rato en la boca, la mucosa parecía desintegrase y entre aquel fuego, que me mandaría directamente al infierno de la estulticia, escupí aquel brebaje corrosivo. Tenía toda la boca absolutamente dormida, toda menos esa maldita bastarda (perdón por el lenguaje) que seguía palpitando con especial insidia, quedando demostrado que debería pertenecer a la sociedad de alcohólicos anónimos o al Ejército de Salvación.
La noche se hizo eterna y pensé en la película "Náufrago" y como Tom Hanks se arrancó una muela utilizando una cuchilla de unos patines de hielo golpeada con una piedra. Lamentablemente no encontré las malditos patines. Hubiera deseado que me secuestrara el Laurence Olivier de "Marathon man" o el sádico dentista de "La pequeña tienda de los horrores" interpretado por Steve Martin.

Al día siguiente anduve mucho. Dicen que con el ejercicio se liberan endorfinas que funcionan como analgésicos naturales. Lo que ocurre es que ayer hizo un día de perros como para salir a la calle a vagabundear sin rumbo. De tal manera que me puse a caminar por el pasillo de mi casa, que, por otra parte, debe ser uno de los lugares más fríos del país. De hecho, me pareció ver a unos esquimales construyendo un igloo. Ese momento fue en el que el dolor experimentó su punto más álgido y, en esas, pensaba que era absurdo que los dientes se conectaran a los nervios, que pudiera ser un sistema tan fastidioso. Podíamos ser como las moscas y tener una especie de trompa con la que absorber los alimentos. De paso también podríamos tener alas y solucionar los atascos de tráfico. ¿Por qué razón la evolución no permite tener al mismo tiempo una gran inteligencia y un cuerpo adaptado al vuelo o a trepar por las paredes?. Naturalmente todo esto me estaba conduciendo inevitablemente a la locura. Pero igual que el umbral del dolor se situó en su máximo exponente, también comenzó a bajar, muy despacio pero sin marcha atrás. Los antibióticos comenzaban a ganar la batalla. Muchos de ustedes se preguntarán por qué simplemente no acudí al dentista. Bueno, no es porque piense que las camillas parezcan potros de tortura y el instrumental algo más propio de un sádico que de un titulado en medicina, no es tampoco porque sea de la opinión de que semejante profesión sea una actividad residual del Santo Oficio, es porque simplemente soy un poco tontuno con pánico y cargado de fobias estúpidas. No hagan caso de todo esto y siempre acudan a un profesional. Yo no puedo, porque de lo contrario, ¿cómo demonios les contaría esta historia tan absurda?. ¡Salud compañeros!.

25 comentarios:

  1. Mr. Pepe Cahiers, cuanto lamento que haya tenido que pasar por tan doloroso sufrimiento, y cuando las muelas duelen, duelen, son muy cabronas ellas; por mi parte, nunca fui muy amante de los dentistas y ultimamente menos que menos, mis razones tengo, lamentablemente se que tarde o temprano tendre que acudir, pero la verdad es que desde hace unos años no tengo mucha suerte con ellos, eso si, si acude a uno, le deseo la mayor de las suerte y que no le destruyan ninguna pieza dental, eso si, empiece a desconfiar cuando le digan que le iran a poner una amalgama temporal y que luego lo mejor es un perno y una corona, desconfie. Un saludo caballero y espero que ya se le haya pasado el dolor de muelas.

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  2. Cahiers: espero que se haya restablecido completamente. Yo soy un bicho raro entre una familia dedicada casi por entero a la odontología, preferí dibujar a hurgar en muelas ajenas. Mi primera experiencia con mi tío dentista fue penosa, creo que era de la escuela de Orin Scrivello el de "La tienda de los horrores". Claro que hablo de hace mucho y hoy en día la escopolamina es muy efectiva.
    Suerte y a recuperarse. Borgo.

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  3. madre mía cahiers!! siento decirte que me he reido mucho con tu relato, no por tu mal, claro esta, más bien por cómo lo has contado, muy bueno. Te agradezco por un lado que no hayas ido al dentista para poder disfrutar leyendote, por otro lado, te aconsejo que vayas, una infección así no trae nada bueno, yo he pasado una temporada visitando al matasanos del dentista pero ahora lo agradezco. Yo aguanto bien el dolor, pero el dolor de muelas es infernalllll!!! esas palpitaciones que dan no las puedo soportar..

    Espero que ya estes mejor, de lo contrario...veeeeeeeeeee al dentista!!!!

    besotes

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  4. Exacto, aceite de clavo era el remedio "compasivo" del dentista loco de Marathon Man, y también un remedio popular aquí en el sur, de cuando los taxis sólo se cogían para emergencias y al médico se iba ya con la cabeza abierta o las tripas por fuera, pero no antes, jajjaja

    El dolor de muelas y el de oído son bestiales. La próxima vez tira para el dentista, hombre, que te meten calmantes y en 2 días te matan el nervio, empastan y fuera problema. Pero estoy contigo, nervios en los piños, ¿para qué? Si es que ya íbamos sobrados con terminaciones en las encías.

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  5. Leche con miel y ajos. Mano de santo, cahiers. En serio.
    para estos días, por cierto, le aconsejo "el dentista" de Brian Yuzna...
    ah! Oiga, explique como funciona eso de los premios de blogs. Autopromocionese hombre! Ahora intentaré a ver si me aclaro para votarle...
    un abrazo consuegro!

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  6. Como remedios caseros; encender una vela verde, poner en un plato una patata... e irse corriendo al dentista, jejeje.

    Como remedio real al dolor, cocaina, que es lo que usan los propios dentistas, en forma de derivado, pero como está el inconveniente de la legalidad, volvemos a la solución anterior.

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  7. Amigo Pepe, recurra a las propiedades terapéuticas del ponche.Siga estos pasos sin ilustraciones...
    1.- Servirse dos jarras de pinta hasta el borde de ponche.
    2.- Aplicarle unos cubitos de hielo para rebajar.
    3.- Ingerir via bucal ambos preparados seguidamente, en tragos muy largos a ser posible.
    4.- Si esto no le rebaja el dolor a los pocos minutos, reténgase un trago del licor en la zona afectada unos diez minutos. (No escupir el líquido, sería pecado)
    (Puede sustituir el ponche por coñac austriaco de 70 grados pero no es recomendable)

    Espero que siga mi consejo médico y me cuente los resultados. Casi infalible oiga...

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  8. El dolor de muelas es de lo peor que le puede pasar a uno... horrible hasta decir basta, espero que se le pase del todo, aunque lo mejor será buscarse un buen dentista.

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  9. No doy crédito (a lo que cuentas, vamos; tiene que ser una coña, porque lo más lógico es ir al dentista). Me ha hecho gracia el texto, pero si pienso que lo que cuentas tiene visos de verosimilitud, entonces más bien da miedo...
    En fin... a ver si la próxima (que esperemos que no vuelva; pero si no has "quitado" el problema, ya sabes qué va a pasar...)... pues eso, a ver si la próxima superas tus fobias y vas al dentista.
    Un saludo.

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  10. El dolor de muelas es que no se lo deseo ni a mi peor enemigo. ¡Vaya trance ha tenido usted que pasar! En fin, la próxima vez no se resista tanto a ir, hombre, que en este caso es peor la enfermedad que el remedio...

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  11. :-))) Me descojoné con la entrada, PEPE. Creo que es bueno tomárselo con ese humor y saber expresarlo después en una entrada tan divertida. Buenísima.

    Lo del cognac u otro licor con grados en la boca todo un clásico (Iba a poner una sonrisilla, pero creo que no es adecuado…)
    Lo del miedo a los dentistas está muy extendido, y no es coña.
    Un abrazo y recupérate pronto que eso es un suplicio.

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  12. Absurda no, de terror. Espero que ya estés mejor.
    Saludos.

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  13. Belknap: ¿Amalgama temporal?, ¿perno?, ¿corona?. Al final tenía yo razón, esto de la odontología es una perversión.

    Miquel: Entonces no tendrá usted problemas a la hora de pedir cita al dentista.

    Lala: Me alegro de que se haya reído con el relato. Ese era el objetivo y lo único bueno que ha tenido mi dolencia. ¿Ir al dentista?. Nooooooooooooooooooooooooooooooo!!!
    Saludos.

    Insanus: Comprendo sus intenciones, pero tengo que seguir mi tradición y por el momento resisto. ¿Matar el nervio?. Eso es violencia gratuita, jajajajaja...

    Lazoworks: Querido consuegro, esa receta tiene que ser deliciosa. Para votar hay que registrarse en La Blogoteca 20 minutos y ya se puede votar pinchando en "¡Vota mi blog!". De todas formas estoy muy lejos de alcanzar la gloria, pero se lo agradezco.

    Piedra: Una buena dosis de peyote tampoco estaría nada mal.

    Alimaña: Tomo nota, aunque una buena resaca con dolor de muelas debe ser algo así como amanecer transformado en un zombie.

    Nocivo: Gracias estimado amigo, aunque ya voy saliendo del tunel.

    David: Pues no es broma, es tal y como lo cuento y, como bien manifiesto, es una fobia estúpida pero que me cuesta evitar.

    Möbius: Usted lo ha dicho ha sido un trance terrible, pero ya estoy mucho mejor. Gracias.

    Javier: Me alegro por esa sonrisa, ese era mi objetivo, aunque hace un par de días no estaba para muchas bromas.

    Licantropunk: Terror, pavor, pánico, eso y más es el dolor de nuestras simpáticas muelas.

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  14. ¿Ha probado la amputación?

    Yo también me he reido, aunque debe de tener un pasillo de generosas dimensiones, si le "pareció ver" a unos esquimales con igloo y todo.

    Aunque también puede deberse a los delirios de tanta medicación mezclada con alcohol. Igual debería plantearse dejar que le llevaran al médico (no vaya usted pero nos plantamos 3 o 4 allí y le arrastramos tras dejarle inconsciente)

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  15. Cuando era joven, viendo Mary Poppins-jamás la vi en mi niñez-me entró un ataque de muelas que pensaba morir. Sólo se me pasó con Dolalgial-supongo que todavía existirá. Desde entonces siempre voy al dentista y evito ver aquella película.


    Un abrazo!!!

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  16. natsnoC: Evidentemente todo fue un efecto alucinógeno. Sería una imagen curiosa esa que propone usted, algo así como sucedía en la escena final de "El verdugo", cuando arrastraban al pobre hombre para que hiciera su trabajo. Mejor me atrinchero por si acaso.

    CINEXIM: Pues ese Dolalgial no lo he probado, pero tomo nota que nunca se sabe.

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  17. Una historia aterradora, a la altura de las mejores de Clive Barker sin duda. Mejoresé pues, hombre!!!

    Que grande esa escena de Bill Murray y Steve Martin, por cierto.

    Saludos.

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  18. Pero qué cabezón, seguro que no es usted de Zaragoza???, anda que.., en fin, me alegro de que haya mejorado.

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  19. Consejo: Nolotil

    Juraré no haber dicho lo anterior puesto que tengo familia en el gremio

    Aunque cuando duele, el dolor tarde o temprano vuelve y hay que ir a l@s señor@s que te hacen cosas en la boca...

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  20. Wolfville: Ciertamente aterradora, un método de tortura ideado por la naturaleza para vengarse de nuestra arrogancia.

    Mr.Lombreeze: Pues que yo sepa no tengo ninguna ascendencia maña, aunque quien sabe, si uno se pone a investigar...

    Sidhe: Ese medicamento es el que creía que me darían en la farmacia, pero a cambio me vendieron uno que se llama Enantyum, que parece un nombre élfico. Espero que ese dolor vuelva más tarde que temprano y entonces ya veremos. Gracias por comentar.

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  21. Espero que esté mejor, Sr. Cahiers. Tengo un par de historias sado masoquistas que podría contar con mis dentistas pero, bueno.... lo que quiero decir es que te comprendo perfectamente. Trato de evitar, siempre que puedo, acudir al dentista. De hecho, tengo las muelas del juicio dentro y de vez en cuando, me producen una inflamaciones y unos dolores e la leche. Pero no voy al dentista. Me armo de paracetamol o ibuporfeno y a correr. Recuerod que la última vez fue después de un concierto de Springsteen y creía que npo erna las muelas sino la mandíbula, de estar todo el concierto berreando...jejeje. Bueno, espero que estés ,mejor. Un abrazo

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  22. Marcos: Veo que usted es de los míos. Ya estoy perfectamente recuperado, muchas gracias.

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  23. Esos episodios que sufre periódicamente cada cinco años o así me siguen admirando amigo mío, por no decir que me resultan un fenómeno de lo más obtuso por su parte...quiero decir que con unas vistas a cualquier odontólogo...ese problema desaparecería PARA SIEMPRE...pero bueno, allá usted!

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  24. No concibo a ningún ser humano que desee practicar el oficio de dentista a menos que disfrute con el dolor ajeno.

    Al igual que usted, prefiero dejar la visita al dentista como el último recurso, debido sobre todo a malas experiencias previas. Por otro lado, costearse sus servicios siempre es un motivo más para no acudir a su sala de tortura.

    Saludos ;)

    P.D.: Muchos remedios caseros son meros mitos. Otros, realmente, funcionan, pero para el dolor de muelas no conozco ninguno.

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  25. Tirador: Soy un caso perdido para según que cosas y esta es una de las más representativas. ¿Cada cinco años?. Bueno, si es así es totalmente asumible.

    Pliskeen: Jejejeje, entre usted y yo estamos poniendo retratados a los dentistas. Menos mal que tenemos identidad secreta, que si no su venganza sería terrible.

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