viernes, 27 de noviembre de 2009

LAGRIMAS TRAS LA MASCARA




Hace algunos años que me aficioné de modo incondicional a los comics de superhéroes, en particular a los de Marvel. Cuando mi limitada economía me lo permitía adquiría todos los que podía, aunque, bien es cierto, que los primeros que pude tener en mi poder fueron el resultado de un trueque con un viejo amigo, que aceptó mis comics de Dossier Negro por algunos números de Spiderman. Las aventuras de Peter Parker me entusiasmaban particularmente, porque tras la mascara se escondía un tipo de lo más corriente, lleno de problemas y dilemas personales. Sus batallas con todo tipo de villanos eran arduas y complicadas y, aunque siempre resultara victorioso, no siempre era fácil. En una ocasión adquirí en una feria del libro un ejemplar de la editorial Vértice, cuya portada protagonizaba Powerman y Spiderman y me quedé impactado, cuando una vez abierta la primera página, descubrí que había muerto el Duendecillo Verde y mi sorpresa fué aún mayor cuando leía que había muerto también Gwen Stacy. ¿Qué demonios había ocurrido en el número anterior?. Inmediatamente, y como alma que lleva el diablo, me encaminé como un poseso en busca del mismo y lo encontré, allí estaba, una portada amarilla con Spiderman justo en el centro y un título que no olvidaré: "La muerte de Gwen Stacy". La que yo considero como una de las mejores historias del comics, narraba como la novia de Peter Parker moría a manos del Duende Verde, al caer del puente de Brooklyn, y en una lucha posterior el villano moría en una brutal contienda con Spiderman. El crimen fue perpetrado en realidad por Stan Lee, John Romita, Gerry Conway y Gil Kane. Romita fue, en mi opinión, el mejor ilustrador de Marvel, y , sin duda, el que dibujaba mejor a las protagonistas femeninas, pero en esta ocasión cedió su habitual puesto a Gil Kane, según parece porque, aunque aquel prefería más a Mary Jane nunca hubiera sido capaz de matar a Gwen. Lo cierto es que Gil Kane jamás alcanzó el mismo nivel artístico que en esta ocasión, quizás porque Romita hizo algo más que entintar. El tiempo ha pasado y da igual quien fuera la mente que imaginó esta historia, pero lo cierto es que la intensidad dramática es solo equiparable a la tragedia que describe. El siguiente diálogo es solo una muestra del impacto emocional:

-Duendecillo Verde: ¡Ha muerto Spiderman! ¡La mujer que amas ha muerto! ¡Y ni tú ni ningún entrometido disfrazado puede hacerla revivirla! ¡Pero no sufras, mi buen enemigo, no estaréis separados mucho tiempo! ¡Pronto te unirás a ella en la muerte!


-Spiderman: Yo no apostaría eso Duendecillo. ¡Solo un hombre morirá hoy... y hermano no seré yo.



Después, Spiderman deposita el cuerpo sin vida de Gwen en el suelo, y ya nada será igual, el héroe abatido quedará marcado para siempre y sus lágrimas tras la mascara son el signo evidente de que los tiempos han cambiado no solo para él, sino también para el mundo que representa. Ya no habrá ni héroes ni villanos a los que no pueda alcanzarles algún destino trágico. De hecho, el propio Duende Verde morirá unas páginas después en una contienda terrible con Spiderman cuando es atravesado por su propio artefacto volador. Y la narración es demoledora: Así mueren los bandidos... Crucificados ¡No en una cruz... sino atravesados por un trozo de metal...



Esta historia fue la que no se atrevió a llevar a la gran pantalla Sam Raimi, y que después si haría con Batman el magnífico Nolan en "El caballero oscuro", obra maestra del género, que merecería un capítulo aparte. Pero lo que hace grande a Spiderman, a parte de su humanidad, es la dualidad de sí mismo. Hombre gris y lleno de dudas y preocupaciones, y una vez enfundado en su traje se transforma en osado y con grandes dosis de humor, humor, por otra parte, que saca de sus casillas a sus enemigos, porque Spiderman cuando lucha es un autentico showman, tal como lo demuestra en un dialogo con el Hombre Bestia, cuando éste lo tiene casi vencido:

-Hombre Bestia: Escapaste a mi primer intento de aprovecharme de tu muerte ¡Sólo para desperdiciar esa oportunidad de vida al atacarme de nuevo! ¡Como verás cuanto te revele la plena magnitud de lo que te atreves a combatir!

-Spiderman: ¿No podría leer la versión condensada en el "Readers Digest"?

-Hombre Bestia: ¡Condenado estúpido humano! Tu raza siempre ha buscado evitar el horror de lo que esta más allá de su comprensión... ¡ ... intentando escudarse en lo que llamáis humor!.

Pero la historia de los comics nos ofrecerá muchos más momentos trágicos en los que las lágrimas de los héroes serán derramadas sobre las tragedias de sus vidas. Especialmente dramáticos resultaron ser los números de la serie "Civil War" en donde, entre otras cosas, asistimos a la brutal paliza que recibe Spiderman y que le lleva casi a las puertas de la muerte, si no llega a ser salvado por el Castigador y a la caída del mismísimo Capitán América.







Otras viñetas pasaran a la historia por su impacto emocional, en las que nos dejan el legado de un futuro incierto incluso para los más poderosos que, algunos años antes, parecía indestructibles. El mundo del olimpo de esos dioses ha sido relegado al infierno de sus limitaciones, y la muerte y las lágrimas alcazarán a todos por igual. Robin dejaría este mundo y también lo haría el héroe supremo, el intocable Superman. Por eso amamos el cómic, por ofrecernos el máximo exponente de la vida, la lucha entre el bien y el mal, la caída y el renacimiento, el dolor y el poder, pero por encima de todo la emoción contenida entre sus páginas.























"Has dado a mi vida una cierta continuidad. Un cierto desafío. Una cierta... inspiración. Te necesito, Parker, pero no a la Araña sombría y despiadada, sino al hombre que ha bailado conmigo al borde del precipicio a lo largo de todos estos años"
DOCTOR OCTOPUS

7 comentarios:

  1. Mi buen amigo Cahiers, ya era era que nos ofreciera ese blog que algunos llevamos años reclamando.
    Los héroes marvel ofrecieron una fascinación especial a los que los descubrimos con 10-11 años en plenos años 70, y esas ediciones Vertice ya forman parte de nuestro imaginario colectivo y educación sentimental, al nivel de las paradas de José Ángel Iríbar, los programas radiofónicos de Antonio José Alés o las andanzas de los camioneros de En Ruta.
    Raimón Fonseca explicaba muy bien la fascinación de esas ediciones, con ese corolario en la portada que rezaba literalmente Historia gráfica para adultos.
    Ahí está la clave.Esos tebeos presentaban un mundo terrible, encarnizado y cruel donde el héroe podía perder a su chica, a su mejor amigo, o no vencer al adversario. Toda una bomba argumental...salvo para los buenos lectores que tuvimos la suerte de disfrutar del mejor cómic español de todos los tiempos.
    Y es que en El Guerrero del antifaz, en el episodio 141 pude asistir al vil asesinato a sangre fría de la dulce Aixa, la princesa Aixa, la hija de Harum, a manos de esa sabandija llamada Ali-Kan. Aquella muerte tuvo consecuencias impredecibles en la saga como la locura de los hermanos Kir, y su enfrentamiento con el Guerrero.
    Un giro y rudeza argumental, que sigue emocionando a todos los que leímos alguna vez esa páginas, y que nunca podrá ser igualada por ninguna desventura de un justiciero con pijama...

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  2. Estimado Tirador, a usted siempre le ocurre lo mismo, su tendencia obsesiva por lo rancio. No voy a entrar al trapo de criticar al Guerrero del Antifaz, pues es patrimonio cultural del comic español. Pero no diga usted el término "justiciero con pijama", pues, es el mismo apelativo que emplean aquellos a los que no les gustan los comics de superhéroes, y me consta que usted no es uno de estos. No realice usted pues la técnica de tirar por los suelos un concepto para elevar el suyo.

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  3. Mi buen amigo Cahiers, en realidad pretendía animar algo esta guarida, y no tanto cebarme en exceso con su admirado trepamuros que tiene un lugar de honor en el olimpo del cómic aunque habría que discutir si algo desmesurado.
    El problema que subyace es si con la desaparición de Gwen Stacy se inagura la edad madura en el comic, el fin de su inocencia, y ahí es donde habría mucho que hablar.
    Ya no sólo por lo que comenté en el post anterior sobre lo que significó la muerte de Aixa en la saga del Guerrero, es que Manuel Gago tiene la ocurrencia de ofrecernos una relación padre-hijo donde el protagonista recurre un extraño camino, descubriendo que su padre no es Ali-Kan sino el Conde de Roca (¿o quedará siempre la duda que es al revés?), más de treinta años antes que Luke Skywalker iniciara un camino inverso...

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  4. Señor Cahiers, simplemente le informo que de nuevo hay novedades en mi blog...

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  5. Entiendo, Tirador, que quiera usted animar el cotarro, pero no voy a denostar la figura del Guerrero del Antifaz, porque entre otras cosas pertenece ya, junto al Capitan Trueno, Mortadelo y Filemón y otros, a la mejor tradición del cómic español, aunque reconocerá usted, que su influencia a nivel mundial es de menor repercusión de la que pueda tener cualquier personaje de Marvel o DC.

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  6. Nada más lejos de mi ánimo que forzar una falsa polémica, aunque no es inusual que se empiece hablando de un tema inicial en un post, y que los comentarios revoloteen por otros derroteros (sin ir más lejos recuerdo una entrada en la que homenajeaba a la selección española y a Luis Aragonés, y todos los comentarios que usted lanzaba versaban sobre las bondades del capitán ausente, su admirado Raúl González.)

    Volviendo a lo que nos ocupa es cierto que los héroes hispanos, con la excepción de Mortadelo y Filemón, no han tenido la proyección que merecían, no digo comparados con los gigantes norteamericanos, sino con nuestros vecinos franco-belgas.
    En el caso del Guerrero se pudo dar el salto con el proyecto de una gran película protagonizada por José Sancho, y de la que hubo un pre-guión en 1980. Al final la cosa quedó en nada, pero viendo hace unos meses por televisión un episodio de una serie llamada Aguila Roja sentí cierta tristeza, porque con una buena producción así podría haber sido El Guerrero del Antifaz adaptado a la gran pantalla...

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  7. Continúa usted pinchando, ahora con el tema de Raul. Pero yo pienso que deberíamos dar por finalizado este capítulo, pues, si afirma usted que Raúl tenía poco que ver con Luis Aragonés, ya me dirá que relación guarda con Spiderman o el Duendecillo Verde... tal vez por aquello de que se sube por las paredes por no ser titular?. Mejor lo dejamos, si a usted le parece oportuno.

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