Dentro de aproximadamente siete mil millones de años todo acabará, y lo que la Tierra ha vivido quedará sepultado en el olvido mortal de lo inevitable. El eco de la vida quedará apagado para siempre y atrás quedaran sus convulsiones, las luchas por la supervivencia, el logro de la civilización y la misma historia. Si para entonces no hemos conseguido salir de nuestro mundo, nada quedará de nuestro paso por el Universo. Tenemos tiempo suficiente para romper las ataduras que nos ligan a la Tierra, concretamente 800 millones de años, que será la medida de tiempo en el que la vida será imposible. La temperatura de nuestro mundo azul alcanzará por entonces los 150 grados centígrados. Después, en esa barrera de los siete mil millones de años, el Sol engullirá la Tierra en un abrazo mortal sin vuelta atrás.
El futuro de la humanidad es incierto, aún no tenemos demasiado claro si seremos capaces de perdurar tanto tiempo, si superaremos la violencia primigenia que llevamos pegada a la piel, si la guerra será solo el recuerdo borroso de un fantasma cruento y despreciable. Tampoco tenemos la certeza si nuestro planeta podrá soportar nuestro paso por ella, si el desgaste, en forma de contaminación y explotación de los recursos, será sostenible. Son muchas las incógnitas que nos rodean como nubes negras de malos augurios. La prueba del futuro dejará cicatrices, y mucho depende de nosotros que no sean heridas mortales que terminen por abrir nuestra propia fosa. De sobrevivir en una medida de tiempo tan descomunal, es muy probable que los cambios se produzcan y no solo en la tecnología, en la moral y en toda una serie de condicionantes socio políticos, sino también en lo físico. ¿Cómo seremos dentro de millones de años?. Solo nos queda la especulación pura y dura. Jugar al azar de unos cambios que, por el momento, se nos antojan casi de ciencia-ficción.
El escocés Dougal Dixon es uno de esos especuladores que se ha atrevido a cruzar la frontera de lo inimaginable. Geólogo, paleontólogo y con amplios conocimientos en zoología, se ha especializado en ficción especulativa o lo que es lo mismo en adivinar como serán los seres vivos que habitarán la tierra dentro de millones de años, entre ellos el hombre. De eso trata su libro "El hombre después del hombre, antropología del futuro", publicado en 1.990. Su visión no deja de ser ciertamente exagerada y no ajena a un sentido del humor algo extravagante. Con total seguridad el futuro no coincidirá con sus predicciones evolutivas, pero no cabe duda de que sus premisas son muy interesantes y curiosas. He aquí los nuevos hombres del futuro, diseñados por un Dixon en plena inspiración grotesca y que algunos la califican de visión casi medieval.
El futuro de la humanidad es incierto, aún no tenemos demasiado claro si seremos capaces de perdurar tanto tiempo, si superaremos la violencia primigenia que llevamos pegada a la piel, si la guerra será solo el recuerdo borroso de un fantasma cruento y despreciable. Tampoco tenemos la certeza si nuestro planeta podrá soportar nuestro paso por ella, si el desgaste, en forma de contaminación y explotación de los recursos, será sostenible. Son muchas las incógnitas que nos rodean como nubes negras de malos augurios. La prueba del futuro dejará cicatrices, y mucho depende de nosotros que no sean heridas mortales que terminen por abrir nuestra propia fosa. De sobrevivir en una medida de tiempo tan descomunal, es muy probable que los cambios se produzcan y no solo en la tecnología, en la moral y en toda una serie de condicionantes socio políticos, sino también en lo físico. ¿Cómo seremos dentro de millones de años?. Solo nos queda la especulación pura y dura. Jugar al azar de unos cambios que, por el momento, se nos antojan casi de ciencia-ficción.
El escocés Dougal Dixon es uno de esos especuladores que se ha atrevido a cruzar la frontera de lo inimaginable. Geólogo, paleontólogo y con amplios conocimientos en zoología, se ha especializado en ficción especulativa o lo que es lo mismo en adivinar como serán los seres vivos que habitarán la tierra dentro de millones de años, entre ellos el hombre. De eso trata su libro "El hombre después del hombre, antropología del futuro", publicado en 1.990. Su visión no deja de ser ciertamente exagerada y no ajena a un sentido del humor algo extravagante. Con total seguridad el futuro no coincidirá con sus predicciones evolutivas, pero no cabe duda de que sus premisas son muy interesantes y curiosas. He aquí los nuevos hombres del futuro, diseñados por un Dixon en plena inspiración grotesca y que algunos la califican de visión casi medieval.
HOMO AQUATICUS: Dentro de 50.000 años una modificación genética nos transformará en seres acuáticos. Quizás eso nos ayude a sobrevivir con el cambio climático y el deshielo, algo así como lo que le sucedía a Kevin Costner en "Waterworld", pero algo menos atractivos. Una alteración muy apropiada para los domingueros amantes de la playa.
HOMO CAELESTIS: Con el objetivo de colonizar el espacio exterior, se manipulará el ADN humano para conseguir una criatura que soporte las condiciones extremas del vacío y del espacio exterior. Frederik Pohl ya lo había anticipado en su novela de ciencia-ficción, "Homo Plus" publicada en 1976. Esta criatura se desarrollará dentro de 5oo años. Es entonces cuando Dixon hace de adivino y anticipa que el hombre iniciará la conquista del espacio, dando lugar a una catarsis en la civilización que le llevará a su final. A partir de ese momento, los seres humanos abandonados en la Tierra y alterados genéticamente, desarrollaran transformaciones naturales, algo así como los mutantes de Marvel.
SPIKETOOTH: En tres millones de años nos veremos así, simios de aspecto agresivo y muy lejos del homo sapiens. El nuevo dientes de sable del futuro.
NANANTHROPUS PARASITICUS: Transcurridos dos millones de años nos transformaremos en parásitos chupa-sangres que atormentaremos a otros parientes de mayor tamaño como Pinguis Penarius, un habitante de la tundra. Como vemos, este tipo de actividad siempre ha existido.
ANGUSTUS FORMIFOSSOR: Pasados tres millones de años existirá esta especie de homínido hormiguero inmune al ácido fórmico. Dotado de un largo dedo para introducir en los hormigueros, algo parecido al aye-aye, un pariente de los lémures. Para aquellos acostumbrados a los alimentos exóticos de algunos países no les resultará tan extraño.
ARBROFAGUS GIGANTHROPUS: Descendiente de los habitantes de la tundra, esta especie de megaterio humano se alimenta de las ramas de los árboles. De movimientos torpes, tiene la ventaja de no contar en su ecosistema con depredadores que puedan darle caza. Ya sabíamos lo que la comida basura y el descuido en la depilación podría acarrear en el futuro.
LONGIPIS HARENANTHOPUS: Habitante del desierto que camina a grandes saltos, como cuando estamos en la playa y nos quemamos los pies con la arena.
ALVEARANTHOPUS DESERTUS: Surrealista especie equipada con larga melena y mostacho tipo Super Mario y que llevan en brazos a Kuato, el mutante de "Desafío total".
FABRICATUS CAMPIS HOMO: Auténticos herbívoros como las gacelas, tienen las apéndices convenientemente adaptados para la siega del pasto. Siempre tiene problemas a la hora de encontrar un calzado que se ajuste a su número de pie.
Estos y muchos otros más serán los habitantes de nuestro planeta, una auténtica parada de los monstruos que sufrirá una nueva alteración, cuando aquellos que se marcharon a conquistar las estrellas regresen absolutamente transformados y en compañía de nuevas especies extraterrestres. Se disputarán el poco oxígeno existente y dejarán la Tierra yerma y deshabitada, exceptuando unas incipientes formas de vida en lo más profundo de los océanos, que evolucionarán hasta que el Piscanthropus profundus pise de nuevo el planeta azul. Una vuelta al principio de los tiempos.
Ay, mis pobres tatatatatatatatatatatatatatatatatatatatatatatatatatatatatatatatataytiende ainfinito...nietos. ¿Qué será de ellos dentro de 800 millones de años?
ResponderEliminarLeí un libro que estaba bien.. ahora no recuerdo el título y no sé dónde lo tengo. Era una entrevista con un científico y él comentaba esto que dices por aquí... no hablaba de los bichos que has sacado abajo...decía que sí, que la tierra iba a acabarse, pero él tenía esperanzas de que iríamos a otros planetas para cuando esto pasara, etc..
No sé... Por lo menos que a unas cuantas generaciones que me siguen les vayan las cosas lo mejor posible.
Un saludo.
Hostias, esto parece la cantina de La Guerra de las Galaxias!!!. Pfff, difícil tomárselo en serio.
ResponderEliminarYa conocía esas predicciones del tal Dixon. Hombre, tampoco está tan mal...
ResponderEliminarLo que creo que se te ha colado una cifra en algún momento del texto y has dejado los siete mil millones en siete mil, que no es que me importe mucho, total, pero bastantes recortes tenemos ya ...
Saludos.
Que horror!! Menos mal que no lo veremos...yo me inclino por el acuático...tal vez por la peli de Waterwird que me lo hace más "real" en mi imaginación algo limitada a tantos años vista.
ResponderEliminarMr. Cahiers, ¡que imaginacion fertil la de Dougal Dixon! ¡Que futuro! Otra que los Morlocks. Los dibujos bastante buenos. Un saludo.
ResponderEliminarDavid: Desde luego tiempo es lo que sobra para esos 800 millones de años, aunque resulta muy difícil pensar a tan largo plazo. Esas medidas de tiempo nos superan, y la humanidad y su entorno parecen tan frágiles que cualquiera sabe.
ResponderEliminarMr.Lombreeze: En el fondo es un juego especulativo que supongo resulta muy atractivo para este tipo de científicos. Además, no difiere mucho de la imaginación de los autores de ciencia-ficción.
Licantropunk: Gracias por la corrección y es que 7.0000 años están a la vuelta de la esquina, bueno quizás no tanto.
Layna: Ese homínido acuático se parece mucho a los actuales manatíes. Y efectivamente, pensar en tan largo plazo de tiempo es una labor complicada.
Belknap: Los Morlocks podían pasar por uno de ellos sin problema.
¿Millones de años? Ya veo a mis biznietos con branquias como Kevin Kostner en Waterworld. A los cascos polares le quedan dos telediarios, si no aprendemos a nadar iremos de culo. Hala, a diseñar todos ciudades submarinas...
ResponderEliminarYo no soy tan optimista, no creo que sobrevivamos a nosotros mismos, aunque gracias a Chenobil, Focusima y las que nos quedan aun por llegar, es posible que si veamos alguna de estas mutaciones. ;)
ResponderEliminarNo me parece ninguno viable. Que manera de tomarnos el pelo tiene el "artista". Con el ALVEARANTHOPUS DESERTUS se ha pasado tres pueblos...bueno, y con los otros seis o siete más...
ResponderEliminarQué entrada más interesante, Cahiers, y a saber cómo se acaba todo esto. Yo me lo creo todo porque estoy convencida de que la realidad superará a la ciencia ficción...
ResponderEliminarMe encanta el aye-aye.
Buenísimo. Yo quiero ser de mayor un Spiketooth aunque parásitos chupasangres ya existen entre nosotros y se hacen llamar banqueros. En la TV inglesa vi un documental sobre este autor llamado "Animales en vías de aparición" que explicaba con sus diseños como creía que serían los animales en un futuro lejano. Estudios más serios dicen que los humanos tendrán la cabeza más grande y desaparecerán los dedos de los pies, un vestigio de cuando éramos cuadrumanos como los primates. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarAlimaña: Puede ser, puede ser, habrá que ir practicando con las gafas, el tubo y un buen flotador.
ResponderEliminarPiedra: Yo también soy de la opinión que hay que tener muchos factores en cuenta, sobre todo los que dependen de nosotros mismos y nos pueden llevar al desastre.
Lorenzo: Ese es bastante estrafalario y, además, no se que pinta esa especie de bebé mutante entre los brazos.
Clementine: Pues, ese aye-aye, que además existe, si te lo encuentras por la noche colgado de la lámpara, no creo que sea muy agradable. Para confirmarlo:
http://www.wildmadagascar.org/wildlife/species/lemurs/Daubentonia_madagascariensis.html
Miquel: Creo que la BBC tenía una serie de documentales títulada "Futuro salvaje" en que se especula sobre el futuro de las especies y su evolución. A mi siempre me ha parecido muy atractivo el tema, aunque no sean demasiado fiables todo este tipo de predicciones a tan largo plazo.
Ay que risas me he pegado consuegro...
ResponderEliminarYo me pido para la prosperidad esos del mostacho... Los parientes de Mario Bros!
la madre que le trajo...
Tu artículo me ha acojonado, tío, Menos mal que nos lo fían para largo, aunque no estoy muy seguro tampoco, porque en una tienda de productos esotéricos, bizarros y vudús de Nueva Orleans vi una especie de aborto de Homo aquaticus disecado, del que se decía que era un ejemplar de sirena que exhibía Barnum en su circo. El futuro está ahi mismo, oyes.
ResponderEliminarLo sé, lo sé que existe, no lo he visto en persona pero sí en documentales y es bien chulo. Pero a ese pobre aye-aye de tus fotos le han iluminado demasiado y encima le han metido un buen susto para que ponga esa cara. Cahiers, si yo me encuentro a uno por la noche colgado de una lámpara comparto mi cena con él, ¿o es que no lo sabes a estas alturas?
ResponderEliminarLazoworks: Eso es porque le ha salido usted la vena paternal, ya que estos individuos llevan incorporados una especie de bebé que no se sabe de donde sale o a quién se lo han birlado.
ResponderEliminarRicardo: Eso que menciona es también muy interesante, lo de las sirenas momificadas, y merece por si mismo una entrada. Gracias por su visita a la Guarida.
Clementine: Pero dudo mucho que ese bicho tenga una conversación coherente sobre cine clásico. Por la cara que tiene no creo que sea muy fan de Robert Redford.
Es que yo primero le saludaría y luego le dejaría a él que iniciara la conversación... Y quién nos dice que éste no lo sabe todo sobre "Gremlins" (la 1 y la 2, además).
ResponderEliminarClementine: Estoy seguro que sería un entendido en "Madagascar" y "Madagascar 2".
ResponderEliminarPersonalmente prefiero sus galerías de beldades del 7º arte, Sr. Cahiers, y desde luego prefiero otro tipo de compañías para cenar...
ResponderEliminarTirador: De todo tiene que existir, querido amigo y, respecto a los acompañantes para cenar, he conocido algún homo sapiens que otro que quedaba muy por debajo en cuanto comportamiento civilizado.
ResponderEliminarY yo a más de diez, Cahiers. Con lo mono y correcto que es el aye-aye...
ResponderEliminarClementine: Mejor no decir nombres...
ResponderEliminarVaya y yo que pensaba que las mujeres serían como la alienígena de "Desafío total" y que los hombres desarrollaríamos un tercer brazo...jejee. Saludos.
ResponderEliminarJuanma: Bueno no se piense, que me pareció ver también alguna raza homínida equipada de más de dos brazos. Otra cosa son las mujeres de tres pechos, aunque tampoco las descartaría.
ResponderEliminarOwowow es realmente espeluznante pero al mismo tiempo interesante
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