lunes, 10 de agosto de 2015

VERANO INFINITO


El verano es definitivamente para los niños. Debe ser así, por muchas razones, por energía, vitalidad, deseos irrefrenables de estirar las horas como si un inmenso chicle deleitara sus tiernos paladares. Yo lo recuerdo así. Veranos de largas noches, juegos infinitos, mañanas tardías en las que perezosamente abríamos nuestros ojos ante otra larga jornada de calle, gazpacho, ensaladilla rusa, siesta con tebeo y vuelta a la calle, a jugar hasta la última gota del día. De niños somos ajenos al calor, es algo que nos acompaña sin molestar, las prioridades son otras y unas gotas de sudor sólo sirven de aliño para seguir disfrutando más.
El viaje a la playa, excitante, largo y tedioso pero con premio final. Pisar la arena, construir castillos que desafiaban la última ola, flotadores que nos salvaban la vida de ineficientes nadadores, piel quemada como tomates a la brasa, salidas nocturnas de helado y risas por el paseo marítimo, quizás un amor de verano efímero, imborrable en nuestra memoria. 
Ahora es distinto, el adulto avanza por el verano como una pesada tortuga. El calor es como una glotona  carga, los días eternos con rayos de sol que evitan su derrota nocturna. Noches de ojos vigilantes, atormentados por el mercurio, esa raya tenue que sube sinuosa cual serpiente constante. Nos asomamos furtivamente al exterior, buscando ese suspiro que calme la sed de nuestra piel. Cacharros de toda índole vomitan su aire refrigerado sobre nuestra figura cansada, sudorosa y anhelante de los días de frío. 
El mar, el mar ya no es lo que era, ha perdido su encanto de contemplado. Ya no deleita nuestra mirada deseosa, se oculta entre sombrillas, bañistas, toldos gigantes y vendedores de gafas. La arena nos atrapa, nos engulle la vida. Le basta con devorar nuestras horas. Detrás de la barrera, cuando nuestro machete presuroso alcanza las primeras olas, un enemigo acecha entre sus aguas, un ser silencioso que se desplaza a la deriva, parece un muñeco, sin voluntad, transparente, hecho jirones que nos castigan con su indiferencia, nos azota con su veneno, nos tatúa la piel y nos grita en silencio que el mar es suyo.
Nos volvemos ariscos, como autómatas en atascos en perpetuo colapso, irascibles por la impaciencia de encontrar el refugio de nuestra templanza. El diablo se regodea orgulloso, acechando en los subterráneos donde los pobres humanos aparcan sus carros de goma, chapa y humo. Sentados en hamacas nos miran y nos anticipan condenas sin recursos. El infierno está asegurado, el cielo... el cielo ya no es azul.


24 comentarios:

  1. Dentro de 30 años seguiré recordando este verano como algo terrible. No sé si de aquí al 2045 habremos tenido veranos peores, pero este ha sido especialmente terrible para mí. Estoy trabajando de jardinera y hemos tenido que abrir una zanja de metro y medio de profundidad y unos 60 metros de largo durante junio y julio en una pradera sin sombra alguna.
    Jamás he sudado tanto, ha sido muy duro.

    Ahora las vacaciones las paso en la playa, pero nunca me ha gustado la playa. Pensé que este año me apetecería más, por el calor y tal, pero no... con el tiempo el verano se convierte en la peor estación del año :(

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    1. No puedo imaginar lo que habrá pasado usted con ese trabajo en estos infernales días, habrá sido bastate agotador. Pues fíjese que para esa fecha aproximada del 2045 se estima que vendrá una mini glaciación. Dichosos los que la vivan, jajajajaja!

      Saludos y ánimos, el otoño vendrá.

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  2. Mr. Cahiers, este post suyo, que por cierto me gusto bastante, tal vez porque lo encontre un tanto oscuro ( aunque usted no pretendia tal cosa, ¿verdad? ), con este asunto del verano y la niñez, me hizo recordar un viejo tema de: Pink Floyd, el tema en cuestion se llamo: Remember a Day, aqui le dejo la letra:
    Remember a day before today
    A day when you were young
    Free to play along with time
    Evening never comes

    Sing a song that can't be sung
    Without the morning's kiss
    Queen you shall be if you wish
    Look for your king

    Why can't we play today?
    Why can't we stay that way?

    Climb your favourite apple tree
    Try to catch the sun
    Hide from your little brother's gun
    Dream yourself away
    Why can't we reach the sun?
    Why can't we blow the years away?
    Blow away

    Cordiales saludos y paciencia que en breve ya llega el otoño.

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    1. Me pierde mi escasa simpatía por el verano, por eso me ha salido tan oscuro. No había escuchado ese tema de Pink Floyd, se ve que soy más de del Meddle, The dark sido of the moon y, sobre todo, del Wish You Were Here.

      Saludos, esperando ansioso la caída de las hojas.

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  3. Pepe, estoy completamente de acuerdo en como describes el verano de cuando éramos niños, que bien lo pasábamos, ahora ya con mas años, la cosa cambia, el calor hace más mella en nosotros y la playa es un baño continuo de crema protectora de 50. En la época de nuestra niñez, eso de las cremas protectoras no existía , teníamos la piel de " sapo", aguantábamos todo. El verano por aquí es más llevadero las temperaturas son ligeras, pero aún así las playas están llenas de gente.
    Un saludo y a disfrutar del verano, que ya queda menos.
    Puri

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    1. Es que aquí el verano está siendo in-so-por-ta-ble. Comenzó con una ola de calor y parece que le tomó cariño a la península ibérica y se quedó a vivir aquí. De pequeño te quemabas a conciencia y luego de pelabas la piel como una cebolla.

      Un abrazo

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  4. Es que cuando eramos críos, ni sentíamos el calor. Por aquel entonces sólo había aire acondicionado en el cine y no lo echábamos en falta....somos unos débiles Sr. Cahiers!
    Excelente entrada.

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    1. Ahora somos muy puñeteros, uno se acostumbra a no sufrir y se acomoda fácilmente. Que se lo digan a usted y aquella buhardilla infernal.

      Un abrazo

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  5. Qué barbaridad, Cahiers, se ha puesto usted un pelín trágico... Pero también te han quedado fragmentos repletos de poesía.

    Qué bien escribes, canastos.

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    1. No es para menos amiga Clementine, para un oso polar como yo, esto no hay quien lo aguante. Demasiadas noches sin dormir de un tirón. Lloro por los rincones como un bebé esperando al frío invierno.

      Saludos cordiales.

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  6. Es verdad, de niño no notaba el calor y me vendría bien en una noche bochornosa como hoy en Barcelona, en la que me parece caminar por la calle como a través de un plato de sopa caliente.
    "El verano hace bueno el invierno" dicen... y yo era feliz de crío con aquellos veranos sin Wii, ni Play, ni Tablet... sólo media hora de Los Picapiedra en blanco y negro.
    Saludos!
    Borgo.

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    1. Esta última noche ha sido la única soportable de este verano eterno, la que se ha podido dormir sin pasar calor.
      Entonces se vivía la calle, era otra filosofía de vida, ahora es todo virtual.

      Saludos

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    2. Feliz con media hora de Los Picapiedra. Ahora es todo virtual.

      Sabias palabras las vuestras.

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    3. Es que por entonces, recordará amiga Clementine, que los dibujos eran en unos momentos muy determinados, no como ahora que hacen guardia las 24 horas.

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    4. Mientras merendabas veías a Pixie y Dixie, Oso Yogui, Don Gato o lo que tocara en ese momento, y de diario, en mi caso, nada más. Bueno, sí, el Vamos a la cama :)

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    5. ... y los sabados, antes de la película de tarde, Heidi, Marco o Mazinger Z.

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    6. Sí, los sábados eran muy de fiesta, esos dibujos que dices y luego una de barcos, o una de los Marx, o una de Terence Hill y Bud Spencer, o una de Tarzán, o de Danny Kaye, o...

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    7. Esas tardes de sábado tenían un sabor especial, no como ahora que te colocan películas hechas para la televisión que son absolutamente mediocres y efímeras.

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  7. Esos veranos de antes, de niños, que se alargaban como un chicle de fresa, y de pronto, pasan los años (tampoco tantos o eso nos parece), y el tiempo ya no se dilata como antes, es como si cambiara nuestra percepción.
    Bonita entrada,me gusta mucho como escribes.
    Saludos

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    1. Hay una película que se titula "Las bicicletas son para el verano", y yo añadiría para los niños y para los fanáticos adultos del calor, que también existen, incomprensiblemente para mí.

      Gracias Ana, saludos cordiales.

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  8. Estimado Maestro Cahiers,

    Mi trauma con la playa arrancaba ya a temprana edad, quemada la espalda y dos dias en cama.
    No guardaba grandes recuerdos hasta que has hecho que me vengan a la memoria esos castillos de arena imbatibles, o a ver quien "escarvaba" más rápido y más profundo.

    Ahora no me gusta el verano, cierto es que lo detesto, por eso, tu escrito, lejos de molestar, atrae al niño interior, intentado apaciguar al adulto cascarrabias en el que me estoy conviertiendo.
    Una bonita manera de relatar algo tan nostálgico como "la playa". Me ha emocionado.

    Un abrazo Pepe.

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    1. Bueno es la cara y la cruz del caluroso verano, cuya justificación, por lo menos para mi, es la nostalgia de cuando éramos niños.

      Un abrazo

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  9. Es verdad que la visión del verano cambia bastante con los años, pero sigo disfrutando el calor. Hay quien no puede ni dormir, pero a mi lo que me quita el sueño es el frío. Será que no he madurado lo suficiente ;)
    Saludos.

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    1. Así que usted es una de esas a las que les gusta el calor y eso que creía que era un mito, jajajaja. No, en serio, es cuestión de compatibilidad, hay quien aguanta muy bien el frio y quien justo todo lo contrario. En el fondo envidio hasta la médula a las personas a las que el calor no sólo no les afecta, sino que disfrutan.

      Saludos Nury

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