Los tiempos han cambiado, no lo podemos negar y, aunque parezca que esa transmutación persigue, en cierto modo, la tarea de que todo siga igual, lo cierto es que ya no somos los mismos. Eso se nota sobre todo en los niños, cuya infancia difiere en una cuantía notable de la que tuvimos nosotros, los adultos, sobre todo los que ya peinamos canas. Si hubiera que establecer una frontera que dividiera ambos mundos, diríamos que dos factores ayudan a construir esa barrera invisible pero tenaz. Uno de ellos sería la tecnología, sobre todo cuando hablamos en términos de comunicación, información y ocio. Los niños de hoy la manejan a edad muy temprana y eso nos diferencia considerablemente. A los cuatro años, nuestros tiernos infantes, son capaces de manejar, con sus pequeñas manos y con cierta soltura, un móvil o una tablet. A la misma edad, nosotros nos defendíamos en los juegos de construcciones o en la fabricación de una espada de madera. Otro hecho diferencial es la calle, que se ha convertido para los niños de hoy en un lugar de tránsito, siendo los parques infantiles una especie de reserva artificial donde pueden jugar a salvo de los depredadores mecánicos, los vulgarmente conocidos como automóviles. En nuestros tiempos la calle era nuestra, un lugar donde jugar a cualquier cosa, donde quemar energías y desarrollar la imaginación sin tener que recurrir a las llamadas actividades extraescolares, un sucedáneo que en no pocas ocasiones resulta aburrido.
Todo esto viene a cuento por una reciente exposición, que tiene lugar en el Parque de las Ciencias de Granada, del psicopedagogo y dibujante italiano Francesco Tonucci, conocido bajo el seudónimo "Frato". Sus ilustraciones e ideas vienen a reivindicar la problemática de los niños y los sistemas educativos y de como el mundo ha cambiado para la infancia, sofocando la espontaneidad y la imaginación. Sus pequeños protagonistas resultan más divertidos y genuinos que el encorsetamiento al que son sometidos por educadores y progenitores. La exposición, además de contar con sus divertidas viñetas, tiene actividades para los niños que los retrotrae a otros tiempos, en los que un cajón de arena, una bañera con agua o un pinball hecho con gomas y pinzas eran una fuente inagotable de diversión. Con un estilo que recuerda a Quino y su popular Mafalda, Frato nos ofrece ese humor entre ingenuo, divertido y reivindicativo. Es cierto que ese estilo, tan cercano a la pedagogía, puede resultar a veces cargante y moralista, pero no por ello deja de ser interesante y mordaz.
Sí que se parece a Quino, está muy bien. Pero no sé por qué no acaba los dibujos.
ResponderEliminarLo importante es el mensaje y tal, pero no le cuesta nada, que son dos líneas ;P
Yo creo que es cuestión de estilo, no los completa porque quiere que queden de esa manera.
EliminarSaludos
Mr. Cahiers, Frato es como un primo lejano de Quino; su humor esta muy bien. Recientemente leia un articulo sobre los jovenes, en el mismo decia de que sí, los jovenes son muy habiles con sus manos, saben apretar teclas y manejar programas, pero si se les pregunta qué es una computadora, no saben responder, al igual de que tampoco saben lo que significa programar y creen que tiene que ver con un procesador de textos y asi sigue el interesante texto. Saludos.
ResponderEliminarSupongo que deberíamos impulsar más cierta capacidad de abstracción y, sobre todo, incitar a que los niños pregunten el por qué de todo, como siempre ha sido y no debería de olvidarse.
EliminarSaludos
Simpáticas las ilustraciones de Frato aunque las veo más bien como bocetos.
ResponderEliminarYo me crié en un pueblo, L´Escala, y cuando vine a Barcelona percibí la calle como un lugar mucho más hostil. Los parques de juegos eran como islotes rodeados de coches.
Sin duda los niños están mucho más preparados tecnológicamente. Desde mi niñez a mi adolescencia el único cambio significativo fue pasar de la tele en blanco y negro a la de color, ahora...
Saludos!
Borgo.
En mi caso vivía en el casco antiguo, en calles estrechas con poco tráfico lo que nos permitía vivir la calle intensamente. Hoy la cosa ha cambiado. El paso al color fue alucinante, muchos entraron masivamente en el Mundial 82.
EliminarSaludos Miquel
Sin lugar a dudas, me recuerda muchísimo a Quino, y algo de Charles Schulz (el de Charlie Brown).
ResponderEliminarMe ha gustado mucho el que están jugando en la calle, tras el auto; y el de las salidas instructivas.
No estoy tan de acuerdo con el dibujo del chico que tiene todos los juguetes y no sabe a qué jugar, cuando con una caja imaginaba de todo. Tal vez eso es una proyección que hace el adulto, que se la tuvo que aguantar con la caja. Para mi hay niños que se divierten con todos esos juguetes y niños que se aburren. Pero con la caja pasa lo mismo. Igual entiendo por dónde va la crítica que hace.
Abrazo Pepe!
Yo le puedo asegurar que he visto como algunas de mis hijas, eso sí en momentos muy puntuales, han jugado más con la caja que con el jueguete que estaba dentro. Me imagino que lo que quiere insinuar Frato es el desarrollo de la imaginación y que los juguetes no lo hagan todo por ti.
EliminarSaludos
Yo soy de la generación que jugaba en la calle, con cualquier cosa nos entreteníamos, éramos felices a nuestra manera.Los niños de ahora están muy sobreprotegidos y dirigidos por sus padres y la tecnología.
ResponderEliminarDe los dibujos me quedo con el de la mermelada, es muy buenojjjj, y el de las salidas constructivas, que bueno jjjj.
Saludos.
Puri
Eso es cierto, nosotros hacíamos cosas de niños que a las madres y padres de ahora, que además somos nosotros mismos, nos daría un pánico incontrolable y probablemente exagerado.
EliminarSaludos
Me quedo con la ideología de fondo que transmite, los métodos pedagógicos actuales dan bastante pena.
ResponderEliminarUn saludo.
Algunas veces la modernidad en técnicas de pedagogía es solo el ocultamiento presuntuoso que lo complicado es lo acertado.
EliminarSaludos y gracias por la visita Alfred.
Jajaja, es buenísimo este Frato, no le conocía, así que gracias por presentármelo. A mí si me gustan sus dibujos,mucho, son muy expresivos tal cual.
ResponderEliminar¿Los niños de ahora con los niños que éramos nosotros? Un espectacular abismo entre ellos, nada que ver.
Mis saludos, eremita.
Los tiempos son los tiempos y me imagino que los hijos de nuestros hijos también seran muy distintos, lo mismo nacen conectados por USB.
EliminarSaludos Clementine
Me han gustado mucho las tiras, son la mar de divertidas :D Me ha recordado en cierto modo a Quino, ¿a ti no? Con es ehumor presuntamente inocente y desenfadado y esos dibujines tan sencillitos ^^
ResponderEliminarEs evidente ese parecido con Quino, no sólo por el dibujo sino también por el sentido moralizante del mensaje, que corre siempre el riesgo de resultar algo pedante, pero en eso está la maestría, en evitarlo.
EliminarSaludos Holden
Hola, aquí estoy de vuelta amigo Pepe. La influencia de Quino para este hombre es innegable. Respecto a los niños, pienso que ahora vienen con un chip en la cabeza que les conecta al ordenador cual wifi o bluetooth. Nosotros teníamos tiritas en la testa en su lugar, bien por los guijarros de los tirachinas, o por jugar al futbol en calles sin asfaltar. Los tiempos cambian, efectivamente.
ResponderEliminarSaludos
Si, hoy en cambio pueden sufrir miopía galopante y agotamiento en los pulgares, no se dónde iremos a parar.
EliminarPor cierto, al principio no le había conocido, amigo Alimaña, supongo...
Saludos
Cahiers, necesito consejo de nuevo. He publicado una entrada nueva pero "fantasma", no aparece en los demás blogs. ¿A qué se debe?
ResponderEliminarGracias anticipadas!
Borgo.
Le contesto en su blog, amigo MIquel.
EliminarPues me alegro de encontrar una mente lúcida como la de este hombre que además es psicopedagogo. Ya sé que no es lo mismo que pedagogo a secas que es la carrera que espero terminar el próximo año si todo va bien... pero estoy un poco hartita de que los culpables de la mala calidad de la enseñanza sean los pedagogos como si no existieran políticos que realmente son los que toman decisiones sobre educación y aprueban leyes y reformas que no hacen más que volver loco a todo el mundo. Pues eso, que hay buenos y malos profesionales en cualquier campo y me alegro de que haya gente inteligente y con capacidad de crítica como Frato.
ResponderEliminarUn saludo.
Creo que en el fondo y en la superficie lo de educar a los niños es una responsabilidad a repartir entre muchos, pedagogos, profesores y lógicamente padres.
EliminarSaludos Nury