viernes, 21 de octubre de 2011

LOS PELIGROS DEL AJEDREZ A CUATRO BANDAS


Hace un par de días, viendo un capítulo de la muy divertida serie "The Big Bang Theory", en la que uno de sus protagonistas, el genial Sheldon, había inventado el perfecto tablero geométrico para disputar partidas de ajedrez a tres bandas, recordé mis tiempos de jugador de tan ilustre juego y las anécdotas que transcurrieron en cada partida. Por cierto, recomiendo encarecidamente esta serie, inteligente y con buenos guiones.


Creo que ya le he comentado en alguna ocasión, pero el Tirador Solitario y un servidor somos muy amigos de competir en cualquier cosa, desde el ping-pong hasta el Fifa de consola, pasando incluso por un esperpéntico torneo de milloncete, que, para el que no lo sepa, es una especie de pinball de ínfima categoría. Con una edad más que considerable rescatamos de mi trastero un millocente Airgam, cuyos mecanismos se activaban dándole cuerda, bueno eso fue cuando estaba nuevo y funcionaba, después, por medio de una chapuza absoluta, se sustituyeron los automatismos por una serie de cuerdas, atadas con trozos de pinzas de tender la ropa, que se activaban de forma manual. Mi padre nos miraba y no daba crédito a nuestras extrañas actividades, negando con la cabeza.
Pero, en lo que derrochamos horas y horas de nuestro tiempo fue en el ajedrez, con campeonatos eternos en los que debo reconocer, modestia aparte y seguro que no lo reconocerá el Tirador, le propinaba unas soberanas palizas a mi contrincante, haciéndome a la idea de que era un consumado y experto jugador. De hecho, cuando el instituto organizó un torneo de ajedrez nos frotábamos las manos y casi acariciábamos el trofeo al considerar que, con tantas horas de vuelo, seríamos unos expertos pilotos al mando de nuestras piezas. Nada más lejos de la realidad, nuestro paso por la competición fue auténticamente desastroso y efímero. El Tirador tuvo la suerte de jugar contra un individuo que era aún peor que él y, en una partida que duró varios lustros, ninguno era capaz de darle jaque al otro, ante la desesperación del respetable que estuvo tentado de lanzarles una lluvia de tizas ante semejante fraude. No recuerdo quien ganó aquella partida, pero ninguno de los dos llegó después muy lejos. Yo, por mi parte, me enfrenté a la empollona de la clase que me fulminó en diez minutos, ante mi mirada de desconcierto y sin comprender que había pasado. Humillado y derrotado me dí cuenta que mi amigo y yo en el fondo, bueno más bien en una superficie cristalina, eramos dos jugadores realmente mediocres.


Una vez que nos dimos cuenta que jamás asistiríamos a otro torneo en los que los jugadores fueran poseedores de más de un par de neuronas, nos inventamos un ajedrez a cuatro bandas, que consistía básicamente en un panel central y otros cuatro situados alrededor del mismo. Lo cierto es que por lo que puedo ver, tal variante ya había sido perpetrada, pero nosotros en nuestro pequeño mundo pensábamos que habíamos inventado el no va más del juego follonero. Esta última cualidad se debía, entre otras cosas, a que cuatro jugadores, con sus respectivas piezas, organizaban un lío descomunal en el centro del tablero, donde se producían auténticas masacres. Otra de las características de aquel juego era la diversidad de piezas de ajedrez que circulaban, de todos los tipos y naturaleza. Las más particulares y curiosas eran unas que regalaban al comprar los chicles Dunkin, una piezas caricaturizadas muy divertidas y que yo guardaba como un tesoro desde los años 70. Para juntar a los cuatro jugadores invité, a parte del fijo de siempre que era el Tirador, a los ya conocidos por aquí por sus alias, Charles Boyer y La Maza. Al principio fuimos cada uno por libre, pero aquello era un lío monumental de piezas que se mataban sin ton ni son en un mar de confusión de lo más anárquico. Decidimos entonces jugar dos contra dos, por una parte La Maza y Charles Boyer y por otro el Tirador y yo. Lo cierto es que nuestra superioridad era aplastante, además de ser los encargados de establecer las reglas por ser autores del invento, lo que iba provocando la ira cada vez más creciente de nuestros contrincantes. El mal perder y el cabreo monumental de ambos sujetos explotó cuando un airado Charles Boyer rompió el silencio tenso de la partida con un sonoro "¡¡¡A tomar por culo!!!" dando manotazos a diestro y siniestro y saltando todas las piezas por los aires, diseminándose por toda la habitación, mientras la Maza rugía sin piedad.

Aquel incidente provocó el abandono de aquel sistema de juego y que nuestros queridos amigos no aparecieran jamás, mientras tuvieran la sospecha de que allí se jugaba a tan diabólico invento, volviendo las tranquilas partidas convencionales entre el Tirador y un servidor, mientras escuchábamos en el radio-cassette estéreo a Emerson, Lake and Palmer o Alan Parsons Project.


24 comentarios:

  1. jajajajaja Yo también vi este capítulo hace poco.
    En la serie original de STar Trek, el capitán Kirk y Spock aparecen en muchos capítulos jugando a una especie de ajedrez dimensional, es como si el tablero estuviera dividido en 4 alturas, ese si que tiene que ser chungo.

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  2. Pues me apuntare la serie esa, a ver si me animo alguna vez con estas cosas.
    Referente a sus peripecias con el ajedrez... Joder, habría que verlos por un agujero. Menudos deben de estar hechos ustedes.
    Por cierto, Charles Boyer... Inquieta hasta el nombre... Jejeje
    Saludos maestro!

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  3. En mis tiempos los que no podiamos tener un Milloncete los construiamos caseros con una tabla de madera, pinzas de la ropa, chapas y gomas! Me has recordado a esos tiempos! Que dias!

    Yo en mi blog sigo muy de cerca Big Bang Theory, es mi serie favorita actual desde que empezó, también sigo varios blogs sobre la serie! Y la web oficial.

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  4. Gran serie "Big Bang Theory" con el pollo a la mandarina de los miércoles. Yo también tuve ese juego Airgam, hoy una pieza de museo.
    Mi padre siempre decía que todo hombre tenía que ser bueno en un oficio y un juego. Él escogió el ajedrez, mi hermano el billar y yo el póker, nunca tuve paciencia para aprender bien el ajedrez con lo estético que es ese juego. Saludos. Borgo.

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  5. Real como la vida misma, Sr. Cahiers. De todos modos, debo recordarle que su ligera superioridad en el ranking ajedrecístico, quedó muy cuestionada a partir de mi descubrimiento de la famosa "Defensa India de Dama" que le causó enormes problemas.

    Me sorprende que no recuerde que mi contrincante en aquel campeonato del Instituto fue nada menos que Cecilio Manzanas, y debo confesar que tras varias horas de partida fui derrotado por mis propios errores, cuando ya tenía el mate al alcance de la mano.

    Y lo del ajedrez a cuatro bandas fue un invento estupendo, divertidísimo, y el que nuestros oponentes no supieron encajar sus derrotas...muy ilustrativa la historieta, amigo Cahiers...

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  6. Jaja maldito Sheldon y sus ocurrencias... el ajedrez ya está bien como está.

    Además, ¡no es conveniente soliviantar a un wookie!

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  7. Yo también era un excéntrico de los ajedreces raros, mis favoritos fueron el famoso "come", el mas famoso 'catch' (aunque en cada pueblo tenía un nombre diferente) en el que varios jugadores en dos equipos se intercambian las piezas capturadas con sus respectivos equipos, y como no, el placer de ganarle a tres amigos a la vez jugando con dos minutos mas de reloj.
    Pero la gente madura y me pase al go, un juego que tiene mas puntos de interés de lo que parece.

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  8. La serie es una auténtica frikada/gozada.

    Pues su anécdota me recuerda a una mía, sólo que en mi caso era al contrario, pues consideraba que mi nivel de ajedrez era pésimo dado el cúmulo de derrotas que tristemente acumulaba.

    Resulta que en el colegio me apunté, junto a uno de mis mejores amigos, a un "crédito variable" (asignaturas extras en horario escolar) para aprender a jugar a ajedrez. Mi amigo y yo aprendimos al mismo tiempo, y siempre jugábamos el uno contra el otro. Desgraciadamente para mí, él me ganaba todas las partidas. Pasaba el tiempo y él acumulaba tantas victorias como yo derrotas.

    Durante los últimos días de curso, se realizó un magno torneo en el que todos debíamos competir contra todos varias veces. Y entonces mi sorpresa fue doble: por un lado, mi amigo no sólo era bueno, sino que era el mejor. Ganó el torneo y encima el profesor era incapaz de vencerle. Vamos, que el tío era un fuera de serie, y era lógico que yo perdiera siempre contra él. Y por otro lado, competir con otros me hizo ver que yo no era un pésimo jugador, sino que tuve la mala fortuna de obstinarme a jugar siempre contra el mismo, que resultó ser invencible. Por tanto, descubrí que no se me daba tan mal como pensaba.

    Desde ese momento, me busqué contrincantes más a mi nivel.

    Por supuesto, hace años y años que no he vuelto a jugar.

    Saludos ;)

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  9. Monuruki: Es verdad que este genial juego ha sido reinterpretado en muchas películas, dando lugar a propuestas de lo más extravagantes.

    Lazoworks: Sea usted bien hallado después de su estupendo periplo por Sitges. Le recomiendo esa serie, es divertida de verdad y muy friki. Ese Charles Boyer era un tipo curioso, pero curioso de verdad.

    El cabrero: Recuerdo perfectamente esos milloncetes caseros, como aquellas patinetas de madera que tenían cojinetes por ruedas. Si no podías comprar el juguete, te lo fabricabas tu mismo.

    Miquel: Pues que yo sepa nunca he sido muy bueno en ninguno de los juegos que cita, ni tampoco en ningún deporte, es lo que tenemos los eremitas, que somo muy de meditar, pero poco habilidosos en otras cosas.

    Tirador: Me acuerdo de aquella "Defensa india de dama" y también la "Apertura Ruy López", aunque, después del escaso desconcierto inicial, tampoco le fue demasiado útil, ante mi devastador ataque. Claro que recuerdo a su rival y aquella partida con aquel cúmulo de despropósitos.

    Lucifer: Pues ignoraba todas esas variantes, que parecen, desde luego muy interesantes.

    Pliskeen: A usted entonces le pasaba lo contrario que a mí, pero la habilidad de cada uno depende de con quién se enfrente. Yo también hace una eternidad que no juego y es una lástima.

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  10. Pepe, uno de los artículos más divertidos que te he leído. Me he hartado de reir recordando anécdotas propias muy del estilo. Mi amigo Ángel era uno de los tipos más tramposos que he conocido y también invantaba juegos cuyas reglas inventaba y modificaba sobre la marcha para ganar siempre. ¡Y la marca AIRGAM! ¡Qué tiempos!

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  11. Para el ajedrez tengo dos neuronas. Mi marido es un experto en Backgammon y tiene contricantes vía Internet.
    Es la segunda vez que oigo hablar bien de esa serie de TV, tendré que echarla un vistazo.

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  12. Pablo: Si, eso es como lo de admitir el pulpo como animal de compañía, sobre todo al dueño de aquel juego que se anunciaba, que ahora mismo, por cierto, no recuerdo.

    A-B-C: Siempre he oído hablar del Backgammon y no tengo ni idea de lo que es exactamente. La serie es estupenda y la puede ver por las tardes sobre las 17:30 en Neox.

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  13. Mr. Pepe Cahiers, que anecdotas, mas, mas. Un saludo y me apunto la serie.

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  14. Pero que entrañable todo esto que cuentas de vuestros "años mozos"!!! pero que bien os las ingeniabais! y lo del ajedrez a 4 bandas tiene su encanto. Gran amistad la que os une y que es perpetua en el tiempo. Os felicito por ello. ¿Y ahora aún jugais al ajedrez?

    Yo de ajedrez poco, me falta la paciencia pero todo se andará. Mi hijo me pide jugar cada dos por tres por yo lo delego en su padre que en eso tiene mucho más arte.

    La serie no la conozco, pero me la apunto.

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  15. Belknap: Pues aún tengo alguna más en el baúl de los recuerdos.

    Layna: Lo cierto es que ya no jugamos a nada, pero lo último que disputamos ferozmente fue fútbol de consola que también tenía mucho que contar y lo puede leer en:

    http://pepecahiers.blogspot.com/2010/03/futbol-virtual.html.

    Por cierto, sean bienvenida otra vez a la blogosfera y, claro está, a su casa que es este blog.

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  16. Muy bueno Sr. Cahiers. Cuando queráis organizamos un torneo de ajedrez entre todos los bloggers. No estaría mal, o también al Fifa o al Pro. Por cierto la Big Bang Theory es una serie muy buena pero este capítulo me lo he perdido... Cachisdiez!

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  17. No termino de encontrarle la gracia a Big Bang Theory, aunque a todo el mundo le parece una serie divertidísima. Yo también tuve una temporada en la que jugaba al ajedrez - incluso tuve una maquinita de esas de Kasparov- aunque la cosa duro sólo unos añitos: el tiempo que tardó la Nintendo de 8 bits en aparecer por el mapa. Super Mario le ha dado jaque mate a tan noble juego me temo. Buena historia Cahiers, saludos.

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  18. Marcos: Eso estaría bien, un ajedrez a múltiples bandas online, pero podría ser un lío de mucho cuidado. Si se ha perdido ese capítulo, seguramente lo repetirá Neox. Sheldon no solo inventa ese ajedrez a tres bandas sino también otras piezas adicionales de lo más hilarantes.

    Rafa V: No pasa nada, no tiene por qué gustar a todo el mundo, a mi me pasó con "Twin Peaks". En mi caso el Fifa derrotó al tradicional ajedrez.

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  19. Qué bien me lo he pasado imaginándoles en esa partida (además de en el comentado torneo). Sí que se debían organizar buenas escabechinas, aunque no veo yo qué reglas diferentes deben regir ese juego, jueguen 4 o 44.

    Ahora a por el ajedrez multidimensional en varias alturas (hace falta tablero metálico y piezas imantadas, claro).

    Coincido en que Big Bang Theory es una serie muy divertida pero no se deben ver muchos episodios seguidos que satura.

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  20. Nunca se me ha dado bien el ajedrez, uno es cortito para ciertas cosas :S.
    Recuerdo que una vez acompañe a un amigo a una compensación de ajedrez y la tensión que se creaba entre los jugadores se podía cortar con un cuchillo, de hecho dos de ellos llegaron a las manos porque uno no aceptaba la derrota.

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  21. Antes no había casa en la que no hubiera un tablero de ajedrez (y de muchas otras cosas: la famosa caja de Juegos Reunidos, por ejemplo). No sé si ahora sucede lo mismo.
    Saludos.

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  22. natsnoC: No tengo ni idea que clase de reglamentación nos sacamos de la manga, pero recuerdo que alguna norma que otra sacó de sus casillas a nuestros contrincantes. Cualquiera sabe, ha llovido mucho desde entonces.

    Sr.Nocivo: En esto del ajedrez hay mucho tío raro, basta con ver a los jugadores profesionales y sus manías.

    Licantropunk: Pues cada vez menos, supongo que las consolas han sustituido en gran parte a los juegos tradicionales, aunque aún resisten algunos.

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  23. Mi señora regentó un modesto club de ajedrecistas en Alicante hace unos años. Un personal de los mas estrambótico y maniático se concentraba por allí.
    Ufff muy complicado el ajedrez a cuatro bandas, eso seria una escabechina sobre el tablero... Me quedo con el arroz a banda

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  24. Alimaña: El ajedrez a cuatro bandas puede ser muy divertido, sobre todo si con quienes juegas tienen la facilidad de cabrearse a las primeras de cambio. Eso si, ese arroz a banda parece más conciliador.

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