miércoles, 23 de febrero de 2011

¿DONDE ESTABAS TU EL 23F?


Aquel día transcurría de forma anodina en mi casa. No nos enteramos hasta que llegó mi padre del trabajo y nos dio la noticia con rostro de preocupación moderada. Eso provocó gran inquietud a mi abuela y a mi madre, algo bastante lógico para los que habían vivido la guerra civil. Para aquella generación la sombra de la confrontación planeaba siempre encima de sus cabezas.


Mi reacción no fue demasiado significativa, más bien neutra, entre otras cosas porque aún no me había picado el gusanillo de la política. Al día siguiente, como todos los días, acudí al instituto en donde cursaba 2º de BUP. En mi clase había un grupo de extrema derecha, sobre todo dos individuos, un tartamudo que se decía nazi y un tipo, con gafas de culo de vaso, que se pasaba el día dibujando símbolos falangistas en su libreta. El primero era un tiparraco de mucho cuidado. Recuerdo un día en el que le dio por acosar a un compañero de clase porque decía que tenía cara de judío. Yo nunca he tenido vocación de héroe y siempre he procurado mantenerme con cierta discreción, pero ese día, después de un buen rato de insultos hacia aquel pobre diablo, mi paciencia parecía una olla a presión y le dije pausadamente: "Sabes que si los nazis volvieran al poder a ti te eliminarían por tarado". El tipo me miró con una rabia inusitada, preludio de un intercambio de mutuas agresiones que tampoco llegó demasiado lejos. Naturalmente ese día ambos sujetos estaban en estado de euforia absoluta. El de las gafas de culo de vaso amenazó con presentarse con una pistola y matar a todos los profesores, si el golpe tenía éxito.


La mañana transcurrió a medio gas y durante un buen rato nos dejaron ver la televisión en el salón de actos. Recuerdo que emitían un documental sobre elefantes, hasta que cortaron la emisión para ofrecer las primeras imágenes de los guardias civiles saltando por la ventana. El golpe estaba llegando a su fin, lo que provocó los gritos de aquellos energúmenos que vomitaban a la televisión: "¡No os rindáis cobardes!". Algunos se atrevieron a aplaudir tímidamente y en mi cara se esbozó una leve sonrisa de satisfacción.


Al día siguiente algunos quisieron tirarle de la lengua al profesor que nos daba clase de Historia. Tenía fama de ser un hombre muy conservador y era evidente que querían sonsacarle una especie de proclama reivindicativa del golpe de estado. Pero los que esperaban tal cosa quedaron muy decepcionados, cuando aquel profesor hizo un alegato en favor de la democracia, mostrando un cabreo monumental por los que no respetan el juego de las urnas. Los que, de forma violenta irrumpieron en la vida pública de aquella titubeante España, no tenían nada más que un camino, el del voto libre y soberano. Prácticamente calcó el discurso vehemente que el presidente Lyman (Fredric March) le dirige al conspirador General Mattoon Scott (Burt Lancaster) en la película de Frankenheimer "Siete días de mayo". Supongo que desde aquel día mi compromiso con la política arrancó definitivamente, por lo menos hasta hoy en que, aunque firme defensor de la democracia, mi interés por cualquier partido político ha decrecido notablemente.

17 comentarios:

  1. Lo recuerdo perfectamente. Yo acababa de entrar en edad militar y a mis amigos y a mí nos atormentaba una duda ¿nos van a poner a pegar tiros con los sublevados o con los demócratas? Uno zanjó la cuestión: "Si se lía una gorda nos pasamos a Francia por un camino de contrabandistas) Era el "Pas de Banyuls", mi pueblo está no muy lejos de la frontera. Al día siguiente mi padre -que hizo la guerra- comentó: "En el 36 todo el mundo se fue a asaltar las armerías. Ahora, todos pegados al transistor. Son otros tiempos." Borgo.

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  2. Lo siento Pepe pero yo todavía estaba en la barriga de mi madre. Nací en julio de ese mismo año.

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  3. Me pilló en el coche de mi madre junto con mi hermana por la calle Alcalá (Madrid), nos dirigíamos a una famosa pastelería después del dentista, yo solo tenía 12 años y no me enteraba de la que se estaba liando, mi madre que casualmente iba escuchando la radio reaccionó con calma y con gesto de preocupación nos dijo: "Vamos a casa, no podemos ir..."

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  4. Yo no había cumplido un año pero estos días no puedo quitarme de la cabeza la escena de Patrimonio Nacional con el cura (Agustín Gonzalez) quejándose porque a Tejero lo habían dejado tirado.

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  5. Recuerdo que no me impresionó mucho, pero es que realmente no entendía muy bien lo que estaba pasando. Aunque también recuerdo la cara de tristeza, mas que de preocupación, de los que en mi casa vivieron una posguerra.

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  6. Acabo de volver a ver Siete días de mayo hace nada. Ese discurso está genial. Bueno...la película es genial.
    Por lo demás... yo ni me enteré. Ni yo, ni mi madre, hasta que casi pasó todo el jaleo. El agobio y estrés de la vida que llevábamos hizo que me empaquetara al día siguiente en el bus y se quedara sorprendida al llegar al trabajo cuando le dijeron que si había llevado al niño al colegio. "¿Pues? ¿Qué pasa hoy?". Al colegio fuimos poquísimos, la verdad. Y ese día prácticamente lo pasamos jugando. A alguno en su casa le habían dicho que los que no habían ido era porque eran unos co-co-co-co.. y agitaba los brazos como una gallina (o gallo, no sé). Todos le copiábamos.
    En casa mi madre se rió mucho cuando se lo conté. Tardé años en saber de qué había ido aquel asunto.
    Un saludo.

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  7. A mi siempre me ha encantado la radio. Así que lo escuché todo en directo, mientras merendaba opiparamente. Ya había llegado del Instituto, estaba en 1º de BUP, y lo que recuerdo como terrorífico fue la ráfaga de metralletas, y la cara de susto de mi madre.
    Luego llegó mi padre del trabajo, pero no hubo forma de saber nada hasta el discurso del Rey.
    A partir de entonces ya recuerdo que pusieron películas como El Lechero de Brooking, o aquella de Bob Hope con Eva Mayo, la de La princesa y el pirata.
    Eso si, al día siguiente en el Instituto,no había nadie que estuviera con los felones, o al menos lo recuerdo así...

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  8. "Sabes que si los nazis volvieran al poder a ti te eliminarían por tarado". joer qué bueno

    ¡A mi me pilló demasiado ñajo!

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  9. Miquel: Creo que lo peor que le podía pasar a alguien, en aquel momento, es estar haciendo el servicio militar. Menudo marrón.

    Marcos: Entonces la única repercusión que pudo usted tener sería por vía umbilical.

    Alimaña: En aquellos momentos lo mejor era esperar acontecimientos tranquilamente en casa, sobre todo en Madrid y Valencia.

    Kinski: Menudo era ese cura: "¡Lo que yo uno en la tierra no lo separa ni Dios, ni la madre que lo parió!".

    Piedra: El miedo salió al flor de piel en la gente que sufrió el horror de una guerra tan devastadora como la nuestra. Es comprensible.

    David: "Siete días de mayo" es una extraordinaria película, con muy buenos diálogos y un reparto alucinante de primeras figuras y de solventes actores secundarios.

    Tirador: Recuerdo como Jose María García dejó su labor habitual en los deportes y se fue con una unidad móvil a las puertas del Congreso. Aquella narración fue uno de los partidos más importantes de nuestras vidas.

    Möbius: La verdad es que me lo puso a huevo.

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  10. Mi mujer estaba bañando a los niños, mientras que yo, estaba viendo la televisión. En cuanto ocurriò el golpe de estado, se lo comuniqué a mi mujer, y comencé a prepararme para ir a trabajar. Eso sí, antes, me dedique a esconder los carnés de CC.OO, y el del partido comunista.
    A las 9 de la noche me encontraba en el Parque de Bomberos, de Granada, que era donde trabajaba, y el Jefe de aquella noche, que en este caso era mi suegro, nos tuvo hasta las once de la noche, rascando cristales, y quitando todas las pegatinas y carteles, de cualquier partido político.
    Entre las imágenes más impactantes de aquella noche fue la de ver a un grupo de guardias civiles, engrasando las pistolas, mientras se tomaban un bocadillo, en un bar cercano.
    A las 2 de la mañana, cuando salió el Rey, ya sabiamos que todo había acabado.
    El suegro del Sr. Cahiers.

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  11. Suegro: Magnífico testimonio que resume perfectamente lo que muchos españoles hicieron aquella noche. No me extraña que quitaran todas las pegatinas políticas de los cristales, con aquellos peligrosos comensales de bocadillos y balas...

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  12. Yo estaba haciendo los deberes antes de la cena, estaba en quinto de EGB y tenía que preparar algo para el día siguiente sobre la Comunidad Valenciana. Mi padre me dijo que lo dejara si quería que seguramente al día siguiente no habría colegio.

    Recuerdo que mi madre se pasó la noche con el transistor pegado a la almohada, y que en efecto no nos llevó al cole a la mañana siguiente.

    Un abrazo!!!

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  13. Sin duda, amigo Cinexim, fue la larga noche de los transistores y las incertidumbres más extremas.

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  14. Pues yo estaba en 1º de BUP y al día siguiente tenía un examen de inglés. Estudiaba con una amiga y, de pronto llegó su madre asustadísima diciendo que había un golpe de estado. La pobre de mi madre que no tenia ni idea le preguntó sobre lo que podía pasar y la señora le dijo tajante "una guerra, hija, una guerra". Al día siguiente también pasamos al salón de actos y todos los profes se reunieron allí escuchando una pequeña radio y alegrándose sin tapujos de la salida por las ventanas de los soldados. Como diría aquel estupendo grupo "como hemos cambiado" y yo añado...para bien. Un saludo Sr. Cahiers

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  15. Es cierto, Blue Day, para la gente que vivió la guerra y sus posteriores consecuencias era como repetir una historia horrible de una lucha fraticida. Desde luego hemos cambiado y en general, ningún tiempo pasado fue mejor.

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