viernes, 26 de marzo de 2010

INES Y SU MUNDO INTERIOR

Hoy me van a permitir una licencia ,aunque el relato que les voy a contar les ponga en fuera de juego, tómenselo como un divertimento, una pausa entre la supuesta seriedad de este blog...

"Es inquieta y en la asamblea se distrae fácilmente, está pensando en sus cosas, en su mundo y no presta atención. Da la sensación que viene cansada o con sueño." Con estas palabras definía a Inés su seño del cole, pero es fácil comprender su comportamiento, ya que Inés, también conocida como monita o Inés por Dios, es una princesa rosa, en un castillo rosa, lleno de flores rosas, e ignoro ya si el príncipe  será   también rosa, o por fortuna ostentará un color más apropiado. Monita, además tiene una obsesión que no es otra que la disfrazarse continuamente, ya sea de princesa, de novia o de pastora, lo cual quiere decir un par de cosas, o bien su futuro se encamina a la profesión de agente secreto tipo Mortadelo, o quizás escoja ser una corista de prestigio, de las que se cambian la indumentaria entre acto y acto. Tampoco estoy muy seguro de sus aspiraciones, pues demuestra especial interés en la medicina, tal y como lo muestra su empecinamiento en realizar reconocimientos médicos a diestro y siniestro. Además, como paciente no tiene precio, pues permanece en un estado de serenidad ciertamente envidiable cuando acude al pediatra o a urgencias, debido a alguna fiebre pasajera, o como sucedió en una ocasión, cuando tuvieron que darle tres puntos en la cabeza y no derramó ni una sola lágrima. Supongo que es dura como el pedernal, porque cuando acude a su vacunación, entra y sale con la misma dignidad de quien sabe que pertenece a otra estirpe, mientras los niños que esperan su turno la miran con un medio gesto de mieditis-aguditis y otro medio de envidia cochina.
Aquellos famosos puntos fueron el resultado de una caída contra el canto de una puerta y es que, Inés, tiene otra afición desproporcionada, que no es otra que la de saltimbanqui y corredora de fondo. Entre sus habilidades se encuentran los saltos sin sentido, las volteretas alocadas, el impulso desmelenado desde un sofá, y una tendencia desmedida a correr, delante de sus progenitores, en distancias cercanas a la Maratón de New York o a la San Silvestre vallecana. Si ustedes ven alguna vez a unos pobres padres corriendo, desesperadamente, detrás de un pequeño mico, que ríe a carcajadas, sin duda la que corre, que se las pela, es Inés.
Dado su rasgo polifacético, cercano a un Leonardo Da Vinci, también tiene la habilidad de la interpretación, mostrada en infinidad de actuaciones teatrales improvisadas, teniendo como partenaires a alguna pobre muñeca, que no ha podido escapar a tiempo, o a los clics de playmobil, incapaces de correr medianamente bien, y que son sometidos a representaciones de auténticos dramas en los que la susodicha declama en voz alta, pidiendo ayuda para alguna desgracia o peligro e involucrando, casi siempre, a la policía de Connecticut, que no me pregunté por qué, pero ella asegura, que los cuerpos nacionales de seguridad son habitantes incondicionales de este estado localizado en la región de Nueva Inglaterra (USA). La primera vez que tuvo ocasión de disfrazarse de novia, su gesto melancólico, impactó de tal manera que pudo haber sido nominada a los Óscar, o por lo menos a un Goya.
Es aficionada al cine de terror, aunque la mezcla de miedo y fascinación que tal género le produce no le permite ver las películas al completo, pues se esconde y aparece según la tensión del momento. No obstante, su frase más repetida es "quiero ver dibujos en mi cuarto", y cuando lo pide, lo hace con la misma urgencia de quien va a realizar una operación a corazón abierto, o de quien pretende apagar el incendio del Coloso en llamas. Tiene obsesión por los monstruos, especialmente por el de los ojos saltarones, habitante de la cochera, sin cuya valiosa colaboración sería imposible que Inés saliera del coche cada vez que venimos de la calle. Porque otra cosa que define a Inés son sus famosas sentadas, que ya quisieran los anti-globalización, que consisten en "no me voy del parque", "no salgo del coche", "no entro en la ducha", "no salgo de la ducha", "no me quiero acostar" o "no me quiero despertar de la siesta".
La alimentación de monita consiste principalmente en la ingesta masiva de tortillas francesas, mucho pan y algo de pepi-cola. Come a diario en el cole, pero cuando sus papas la recogen y se sientan a la mesa de casita para menear el bigote, ella, cual pajarito cojonero, se sube al sofá o a la silla y picotea indiscriminadamente, siempre que no sea pescado o garbanzos. Tiene también la curiosa costumbre de realizar una especie de pista americana a lo largo del camino, que va del cole a su casa, consistente en saltar los bancos que encuentra a su paso, subida y bajada reiterativa de los mismos escalones, y sprint final hasta llegar hasta la puerta de su casita. Le gusta la lucha libre, y cuando le dice a su papi "vamos a duchar", o sea vamos a luchar, este se prepara para recibir un duro castigo, que ya pueden ustedes reírse del pressing catch.
A Inés le gustan los cuentos, los mapas, y acostarse muy tarde, hasta que su cuerpo no aguanta más y se acurruca junto a mamá, hasta que los párpados se cierran, abatidos por un día pleno de actividades. Tiene tendencia a levantarse a medianoche y trasladarse desde su cama hasta la de su mami. Alguna vez, me la he cruzado por el pasillo a eso de la tantas de la madrugada, mientras mascullaba algo referente a un ataque inminente de los marcianos o de vaya a saber usted de qué. Fue una consumada usuaria del chupete que, por imposición médica, se le retiró sin terapia previa, lo que provocó un síntoma de abstinencia de lo más virulento.
Monita es una aficionada a empuñar un micrófono y cantar a capela, le apasiona el baile y las piscinas azules, siente pasión por su abuela Tochi y por su prima, tiene un acuario con pececitos de colores y un lorito con muy mal carácter, le gusta dibujar y ayudar a poner la mesa. Esto es importante, porque a Inés le gusta hacer lo que tú haces, sea hacer la cama o montar un apartamento completo de Ikea. Cuando dice "¡yo payé, yo payé!", que en cristiano quiere decir "¡yo también, yo también!" significa que pretende participar en lo que se esté haciendo en ese momento, y no hay nada, en el universo conocido, que pueda impedirlo. Inés tiene casi cuatro años y mucho mundo interior, por eso no presta la suficiente atención en el cole. Inés es un hada rosa y también es el futuro.







10 comentarios:

  1. Inés es maravillosa, pero lo mejor que tiene Inés, es cuando está medio dormida, y te coje la cara con esas manitas, o cuando muy de vez en cuando viene corriendo hacia ti, y te dice, te quiero mami, o te quiero papi. Inés es la princesa de mi cuento. Inés y tu sois el motor de mi vida, y ella es la cosa más maravillosa que he hecho junto a ti.

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  2. Por favor señora, me abruma usted hasta límites insospechados.

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  3. "Enternecedor", empiezo a tener una ligera idea de sus experiencias Sr. Cahiers.

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  4. Uno ya no es lo que era, querido amigo.

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  5. Es usted un padrazo, Sr. Cahiers. Supongo que listo y dispuesto para continuar la estirpe...

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  6. Sr.Tirador es usted un puñetero. Yo solo deseo que su estirpe sea tan numerosa como la de Alberto Closas en cierto film de los años 60.

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  7. Señor Cahiers: no sea tan remiso, algunos ya estamos en la segunda ronda de la maratón de la paternidad y usted se resiste en permanecer en boxer al final de la primera vuelta.
    Inés necesita un hermanito, ¿no es encantador?, una maravillosa familia numerosa, aunque mi concepto de familia numerosa no supera los dos Roros. Le digo por experiencia propia que mi pequeño monstruito está encantado con la llegada de su hermana, espero que no cumpla su amenaza de cortarle con unas tijeras viejas como me dijo en cierta ocasión.
    Asi que no se lo piense mucho señor Cahier, si lo pensamos friamente el momento adecuado para tener un hijo...es nunca. Así que por ese extraño silogismo el momento adecuado...es cualquiera. O al menos esa es mi teoría.
    Muchos Besos y abrazos para la pequeña Inés y sus agotados papás, teneis todo mi apoyo y comprensión.
    Amiga Anónima.

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  8. No se inquiete, si al final voy a resultar ser como los últimos de Filipinas, que resistieron, pero al final se rindieron.

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  9. Te debía aquí un comentario, o me lo debía a mí misma, porque conseguiste enternecerme con esta entrada y con tu capacidad de ver a tu hija bajo este prisma, conectando de esta manera tan bella con su pequeña alma. Es más facil desde luego hacerlo a esa edad que con una adolescente, pero debo aprender de ti a buscar lo bueno y lo bonito de mi seta.

    Por cierto, leo los comentarios y se te insta a buscar el hermanito, si no me equivoco, la hermanita llegó en este tiempo y ahora tienes dos demoniejos, la monita que tarda horas en hacer los deberes, y la enana que no para quieta ¿verdad?

    Muchos besos, y gracias por pasarme el enlace

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  10. Desde luego con los años es cada vez más difícil escribir algo parecido y es que, cuando se tiene entre 3 y 6 años, es mucho más fácil y de los adolescentes pues ya le contaré. La segunda monita llegó y ahora tiene 2 años y, naturalmente, le debo una entrada en toda regla. Gracias por comentar, se agradece, sobre todo teniendo en cuenta que es una entrada de hace 3 años.

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