viernes, 17 de septiembre de 2010

EL BUSCAVIDAS


Dos tipos llegan a un bar. Se hacen pasar por vendedores con dinero que les quema en los bolsillos. Juegan una partida de billar y el más joven, algo borracho tras unas cuantas copas de whisky JST Brown, pierde. Tras una maniobra de engaño, típica de dos buscavidas, engañan a los parroquianos y les sacan unos cuantos dólares, lo suficiente para ir tirando de partida en partida. Después de una noche de hotel barato, llegan a una ciudad y se dirigen a unos billares subterráneos. El ambiente es ideal para un jugador, el olor a tabaco, alcohol y las mesas iluminadas han sido testigos mudos de mil partidas, de triunfos y derrotas, de largas noches de competición bajo el sonido de las bolas.


En ese lugar Eddie Felson (Paul Newman) desafiará al Gordo de Minnesota (Jackie Gleason), bajo la atenta mirada del astuto Bert Gordon (George C. Scott). Eddie es arrogante, la partida eterna, el reloj testigo paciente e inflexible y el joven jugador será derrotado sin piedad por un excelente jugador, un veterano cuya serenidad corre por sus venas.

Después, Eddie abandonará a su compañero de viajes, su apoderado viejo y cansado (Myron McCormick) y emprenderá una nueva vida en compañía de una mujer que se encuentra, ocasionalmente, en una estación de autobuses. Sarah (Piper Laurie) es un juguete roto por la vida, alcohólica y solitaria que verá en Eddie una esperanza, una salida a una vida de tristeza y desesperación. Pero el joven jugador caerá en las despiadadas garras de Bert Gordon, especulador que se enriquece a costa de los jugadores que caen bajo su dominio.

Esta es la historia de "El buscavidas", un film de uno de los directores marcados por la caza de brujas, Robert Rossen y no cabe la menor duda de que, en cada fotograma, se respira la angustia de un hombre que fue obligado a convertirse en un delator. Porque, en un principio, Rossen fue capaz de mantener cierta dignidad, pero en sucesivas comparecencias fue desmoronándose hasta que llegó al punto más humillante, cuando delató a 57 supuestos simpatizantes del partido comunista. Pasó de defender sus derechos como hombre libre de pertenecer a cualquier asociación o partido político, a renegar de su filiación y a dar una serie de nombres que arrastró al mismo fétido callejón de escarnio y difamación. La primera consecuencia de sus comparecencias en el comité de actividades antinorteamericanas, fue el fulminante despido por parte de la Columbia en pleno rodaje en México de la película "The Brave Bulls". Tal experiencia debió marcarle profundamente y en su filmografía se respira cierto aire de derrota y angustia. Pero, sobre todo, significó una renuncia a pensar en idealismos y falsos delirios de heroísmo, tal y como lo reflejó en la muy interesante "Llegaron a cordura", en donde los supuestos comportamientos dignos de medallas no son nada más que la piel que oculta la miseria humana.


"El buscavidas" narra la historia de unos personajes estancados en la vida. No tienen futuro y su vida transcurre día tras día sin nada en el horizonte. Para el personaje de Newman sólo hay otra partida sobre el tapete verde, otro desafío bajo los focos de algún tugurio de mala muerte. Tan solo el saberse excepcional en su dominio del juego le hace ser mejor que los demás y dignificarse como ser humano. Sarah vive consumiendo el tiempo, perdida en una estación de autobuses para distraerse, olvidada por su familia que le envía dinero para mantenerla alejada. Es una lisiada no solo por su cojera o por sus tendencias alcohólicas, sino porque no existe más aliciente que el transcurrir de una vida triste. Tanto Paul Newman como Piper Laurie están sencillamente geniales en sus respectivos papeles. El primero, contenido y sobrio, capaz de transmitir sus miedos e inseguridades sin las coletillas habituales del Actors Studio y ella en un papel de peso dramático que aportó prestigio a su carrera. George C. Scott, que acababa de realizar "Anatomía de un asesinato", encarna perfectamente el papel de manager ambicioso y depravado al que sólo le interesa el dinero, sentando en una silla, bebiendo leche y viendo como algunas almas derrotadas caen ante sus pies. Jackie Gleason está perfecto en su papel del Gordo de Minnesota y además, al ser un jugador brillante de billar, no necesitó ser doblado en algunas secuencias en las que se requería una especial pericia.

La Fox, que había dado carta blanca a Rossen para el proyecto de "El buscavidas", se arrepintió al contemplar los resultados. Una película de personajes difíciles que se desenvuelven en un mundo sórdido, y una historia de amor nada convencional, entre un buscavidas y una lisiada aficionada al alcohol, no era lo que la productora tenía en mente y quiso a toda costa intervenir en el montaje para aliviar la tensión emocional. Pero, la película es grande en cuanto a sus miserias, y se redime de las misma en un final apabullante, en el que el insensato y arrogante Eddie Felson ha dejado atrás esa condición, ha madurado víctima de una experiencia que le marcará para el resto de su vida. Se presenta para desafiar al Gordo de Minnesota y, sobre todo, para derrotar al ambicioso personaje interpretado por Scott. En un emotivo discurso final Eddie, tras derrotar a su contrincante, arremeterá contra el peso que lleva en su conciencia. Es una liberación que contrasta con el conformismo de quién ya ha vendido su alma para siempre, un abatido Jackie Gleason que con su mirada lo dice todo en esa escena final. Lo definía a la perfección Antonio Drove en un artículo de la revista Nickel Odeon: "La muerte de Sarah le da a Eddie la fuerza y el carácter que no tenía, y vence a El Gordo. Pero se niega a pagar el tanto por ciento a Bert. Sabe que, con eso, ya nunca podrá jugar al billar. Fue una historia de amor asincrónica la de Eddie y Sarah: se quisieron, pero no al mismo tiempo."

En 1986 Paul Newman retomó el papel de Eddie Felson en "El color del dinero" y le hizo ganar el Oscar que en 1961 le había arrebatado Maximilian Schell por "Vencedores y vencidos". La película fue dirigida por un Martin Scorsese poco entusiasmado y que tenía una visión poco afortunada de "El buscavidas": "Admiro mucho la tentativa de Rossen: la película es magnífica visualmente, pero los largos discursos de los personajes, los juicios morales que continuamente hacen sobre sus actos, me parecían desfasados. Ese no es realmente el estilo de los jugadores de billar, por lo menos en nuestra época". Con estas palabras se cargaba literalmente el alma de la película, lo que realmente la hace grande, no sólo el ir y venir de unos personajes a la deriva, sino el discurso cotidiano y realista del mundo que describe. Por eso "El color del dinero", siendo estimable, está a años luz de el film dirigido por Robert Rossen.






23 comentarios:

  1. Mr. Pepe Cahiers, a esta la conozco pero nunca la vi, queda apuntada, un saludo.

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  2. Años 50 epoca dorada jamas igualada para el cine.
    El azote.

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  3. Pues yo no veo El color del dinero a años luz de El Buscavidas. Sé que voy a decir un pecado, pero me gusta más la secuela de Scorsese que, eso si, la también obra maestra de Rossen... La fluidez y energía que desprende es extraordinaria y el final es simplemente genial.
    Tengo un cariño muy especial por El color del dinero y por San Paul Newman que en paz descanse, sin lugar a dudas, uno de los mejores actores de todos los tiempos!!!! (RIP)

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  4. Me gusta mucho esta película, Pepe. También me ha gustado mucho como has comparado la vida que llevó Rossen con el tipo de cien que filmaba.

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  5. Un gran post para una gran película. Yo tampoco veo lejos El Color del Dinero; pienso que, en estilos distintos, son dos peliculones. Aquí me pasa como en El Padrino III, que todo el mundo dice que es peor que la primera, pero yo pienso que la complejidad del personaje de Al Pacino, o en este caso de Paul Newman, le da una dimensión a las secuelas (de derrota, de culpa) más compleja. Excelentes fotos; también por la profundidad de campo me viene a la memoria la saga de Coppola... Saludos!

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  6. Buen post. Esta película me recuerda un poco a "El rey del juego" pero en versión billar. Las dos cintas son excelentes. Recuerdo el enfrentamiento dialéctico que tuvieron Robert Rossen y Jules Dassin (denunciante-denunciado) en un festival de cine de Barcelona en el que los dos estaban invitados. Borgo.

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  7. La verdad es que a mi me gustó tanto El buscavidas como el color del dinero. Me pareció una digna continuación, según mi punto de vista, claro.
    Un saludo

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  8. Pues yo no he visto la de Scorsese así que no puedo comparar, quizá algun día. Lo impactante de su predecesora es la sublimación del individuo a su profesión y la facilidad con la que esto le pone en manos de los demás. ¿otra metáfora de la caza de brujas?

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  9. Belknap: Pues no se demore, seguro que no se arrepentirá.

    Azote: Bueno, aunque realmente es de 1961, se puede considerar casi como de los 50, con aquella peculiar política de los grandes estudios.

    Lazoworks:¡Menudo pecado le acabo de pillar!. Ya no podrá atormentarme con Roland Emmerich sin sufrir las consecuencias.

    Marcos: Aquellos años temidos marcaron para siempre a mucha gente del séptimo arte.

    Rafa V: Quizás me haya dejado llevar por un entusiasmo desmedido y "El color del dinero" no esté a años luz de su precedente, pero de esta última entrega me falta la carga dramática de la primera que es lo que la hace grande. Buena observación sobre las fotografías y la más que sensacional profundidad de campo.

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  10. Miquel: Pues seguro que aquel enfrentamiento fue de lo más interesante. Dassin tuvo también en una ocasión una disputa con Louis B. Meyer y éste le grito: ¡Fuera de aquí, sucio rojo!.

    Gárgola: Punto de vista respetable. Quizás el término "a años luz" sea algo exagerado.

    Lucifer: Buena observación. Afortunadamente el final le redime de los fantasmas del pasado.

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  11. Dios mío que película más grande. Esa secuencia inicial ya vale filmografías enteras. ¡Impepinable!

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  12. Yo prefiero bastante más la primera. Y sí, quizá el término sea exagerado, pero estoy contigo.
    Lo de Rossen, así como de Dmytryk (este accedió a delatar después de que se negó en principio y le metieron varios meses en la cárcel, no sólo porque le boicotearon el trabajo como a Rossen,), Kazan (ese para salvar su piscina, como dijo Welles, pero igual el que más me interesa de los tres) y demás gente fue bastante triste.
    Ayer vi la entrada, pensé "más tarde la leo", y se me pasó. He venido porque me lo has recordado al dejar comentario en Safari. No he visto Ice Age 3 (todavía).
    un saludo.

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  13. Qué ganas me han entrado de volver a verla. Y lo que dijo Scorsese es la típica boutade que suelen soltar los cineastas que hacen una película apoyándose en otra ajena: menospreciar el original. Ay, la vanidad.
    Saludos.

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  14. Una buena entrada, se nota que le gusta la película. La verdad es que no la conocía (así que apuntada queda), pero si había visto "El color del dinero", película que me gusta bastante.

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  15. Tienen razón algunos parroquianos, el color del dinero no está a años luz de El Buscavidas... simplemente no hay comparación posible, es otro nivel, otra competición, otra liga, es comparar una obra maestra absoluta con un filme interesante. Es comparar a Mozart con Salieri, a Budticher con John Ford, a Formula V con Pink Floyd...
    Que no se me enfade nadie, pero es que me ha llegado al alma...

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  16. David: Sin duda fueron tiempos oscuros, en los que grandes talentos de Hollywood estuvieron en la cuerda floja.

    Licantropunk: No se quede usted con las ganas y vuelva a verla, merece la pena. Lo de Scorsese no tiene demasiado sentido.

    Sr.Nocivo: Pues creame que ésta la gustará igual o más que "El color del dinero".

    Tirador: Es usted único en quitarme la razón para volver a darmela después.

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  17. Obra maestra indiscutible. Con el mejor Newman posible. La secuela queda muy, muy lejos (aún siendo una peli muy interesante).
    Saludos!

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  18. "El color del dinero" me pareció bastante flojita. Empieza bien pero va perdiendo fuelle hacia el final, además de ser demasiado larga para lo que cuenta. Eso sí, daba gusto ver como a Cruise no le temblaba el pulso ante un grande como Newman.

    Por mucho Scorsese que estuviera detrás, opino igual: está muy por detrás de su predecesora.

    A esta ya le toca un revisionado.

    Saludos ;)

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  19. Ethan: Newman está impresionante. Esta interpretación junto a la de "Veredicto Final" son mis dos favoritas.

    Pliskeen: Estoy de acuerdo hasta el punto de dedicar una entrada a "El color del dinero" para poner las cosas en su sitio. Bueno, he de reconocer que esta amenaza ha quedado de una prepotencia ciertamente alarmante.

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  20. Pues yo he visto las dos, y las tengo pendientes de volver a ver. Y las dos me gustan, cada una con su estilo cinematográfico. "El color del dinero", además, la vi en el cine y salí entusiasmada con esas imágenes de billar y, cómo no, con la interpretación de Newman, inmenso. "El buscavidas" la he visto varias veces en la tele y siempre me ha parecido una joya cinematográfica. Y vaya reparto. Ójala la hubiera visto también en el cine, tiene que ser impresionante.
    Con lo que yo me quedo con las dos, de hecho tengo las dos, cada una hecha a su manera pero con buena factura en ambas.
    Paul Newman se merecería un monumento cinematográfico, un premio con su nombre o algo así. Realmente es de los mejores actores que ha habido nunca. Por cierto, mi película favorita de él como actor es "Veredicto final", que también vi en el cine.
    Recomiendo a todo el mundo las dos películas de Eddie Felson. Porque, entre otras cosas, la interpretación en ambas de Newman lo vale.
    Saludos.

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  21. Estimada Clementine, me alegro que le entusiasme también "Veredicto final" con una actuación antológica de nuestro amigo Newman. Esté atenta los próximos días, porque pienso dedicarle una entrada a "El color del dinero".

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  22. Esas ganas de volver a verla que comenté en su día al fin satisfechas.
    Tu entrada es buenísima ya sea hablando de la película como de las circunstancias del director y de la producción. Grandes actores y enorme película.
    Saludos.

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  23. Pues, amigo Licantropunk, como se suele decir, ¡misión cumplida!.

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