miércoles, 7 de diciembre de 2011

FURIA CONTROLADA


Augusto Mariaga dirigía un penal de máxima seguridad en el estado mexicano de Guerrero en el año 1970. Su pasión por el fútbol se había inoculado en sus venas poco a poco, y se dejaba arrastrar por las exaltaciones patrióticas que tan noble deporte desparramaba por todo el país. Aquella noche había realizado a la perfección su trabajo, con una serenidad propia de una profesión no exenta de peligros, había realizado el oportuno y rutinario recuento de presos y los había dejado a buen recaudo en el interior de sus respectivas celdas. Sin embargo, esa noche se produjo una apurada victoria de la selección de México sobre Bélgica, lo que provocó un ataque de furia y alegría a Augusto Mariaga que, pistola en mano, disparaba al aire gritando "¡Viva México! y abriendo indiscriminadamente todas las celdas que coincidían con su jubiloso recorrido. Los presos se abrazaban unos a otros con lágrimas de alegría y, lógicamente, aprovecharon las circunstancias para escapar del recinto penitenciario. 140 presos se dieron a la fuga, y nunca se tuvo claro si sus lágrimas de felicidad eran motivadas por la victoria de la selección o por la generosidad inconmensurable de su alcaide. Lo cierto es que Mariaga fue juzgado por semejante dislate y tratado con suma generosidad por el tribunal, que entendió los motivos de su falta, considerándola justificada ya que "Había actuado de tal manera por un arrebato de patriotismo".


Ya lo he comentado en alguna que otra ocasión, que el fútbol mueve pasiones y que es difícil de entender por aquellos a los que este deporte no les produce más que indiferencia. Yo no se si soy un tipo similar al tal Mariaga, pero reconozco que en numerosas ocasiones me dejo arrebatar por cierta furia controlada. Siendo como soy el individuo más pacifico al sur de la península, debo admitir que cuando me planto ante un partido de la selección española o del Granada CF me transformo en una especie de Mister Hyde, toda una suerte de individuo grosero y mal hablado, fumador de enormes puros cuando acudía al campo de fútbol, aspecto especialmente singular en alguien que no ha fumado en su vida. En cierta ocasión, en una promoción del Granada CF de ascenso a la segunda división, se nos planteó un partido a cara de perro contra el Burgos. Teníamos que remontar un resultado adverso y la hinchada del equipo rival, situada debajo de la grada en donde me sentaba en compañía del Tirador Solitario y un grupo de amigos, no dejaba de gritar y cantar, circunstancia que me tenía ciertamente cabreado. Cuando se marcó el gol de la victoria, un grupo de energúmenos, entre los que me encontraba yo, saltamos del asiento y corrimos al borde de la grada comenzando a proferir insultos y cortes de mangas a los aficionados del Burgos, a los cuales les quiero pedir, aunque con cierto retraso, mil disculpas por tan lamentable comportamiento. Un policía me tomó por el hombro y me dijo educadamente que me sentara en mi asiento. Puedo ser todo lo grosero del mundo en el fútbol, pero se perfectamente que hay ciertas fronteras que no se pueden traspasar y, sin decir palabra, volví a mi asiento ante la mirada asombrada de mis acompañantes. Quiero decir con esto que, esa frontera impetuosa de furia, jamás debe ser rebasada con la violencia física. Un amigo, con escasas dotes artísticas, me envió por fax al día siguiente un dibujo con los referidos incidentes. Amigo, por cierto, que es un seguidor incondicional del Barcelona y que tiene unas broncas monumentales y vehementes con su hermano que es del Real Madrid.


Actualmente no soy muy de visitar los campos de fútbol, y me conformo con verlos por la televisión, desplegando idéntico entusiasmo. De hecho, un día que marcamos un gol en circunstancias apuradas, me recorrí toda la casa gritando y tirándome al suelo de rodillas para celebrarlo. Cuando me vio mi hija de cinco años se arrojó sobre mí, igual de entusiasmada, vociferando "¡Goooooool!". Así que, cada vez que esto ocurre, montamos entre ella y yo el mismo show y con suerte algún día me dejaré media rodilla clavada en el suelo. Mi otra hija, que tan sólo tiene 8 meses, llora desconsoladamente cuando se produce semejante espectáculo y sólo hay que esperar a que llegue el día en el que se nos una a la fiesta. Y es que el fútbol es así, generador de alegrías y decepciones, fuente de pasiones inexplicables en un deporte en que 22 individuos en pantalón corto le atizan a un balón. Pero los aficionados vemos algo más, un espectáculo sublime en donde la gesta o la tragedia pueden ser vividas en todo su esplendor. Para terminar, una anécdota. Estando una noche de parranda, me encontré al Tirador Solitario, un consumado seguidor del equipo de San Mamés, algo triste en los escalones de una conocida discoteca. Una chica que le traía de cabeza le había dado calabazas. Le pregunté por su estado anímico y, aparte de manifestar su decepción amorosa, me dijo: "¡Y además ha perdido el Athletic!".


26 comentarios:

  1. Tengo que reconocer, que yo soy uno de esos que no entiende estas cosas. :P
    De enano pensaba que los que gritaban y se alegraban tanto eran familia de algún jugador o que tenían algún negocio pendiente del triunfo de ese equipo, pero al descubrir que no era así (en la mayoría de casos), quedé perplejo hasta el presente.

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  2. Jaaaa, impresionantes esas historias, querido amigo. Todavía recuerdo su rostro cuando fue convenido por las fuerzas del orden a volver a su localidad en los Carmenes.
    Y es cierto que las calabazas que me regaló esa moza, fueron más nefastas y desoladoras por coincidir con una derrota del Athletic en el Nou Camp.

    Y por cierto, debe ser una tradición mexicana, coincidiendo cuando organizan Campeonatos, porque en 1970, mientras se desarrollaba una vibrante semifinal Italia-Alemania, se produjo otra fuga masiva de 23 presos...

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  3. Mr. Cahiers, muy interesante esta anecdota futbolera suya, pero por favor cuidese, en los noventa, en uno de los mundiales, un vecino amante del futbol de nacionalidad italiana y de edad avanzada, le dio un infarto cuando Italia perdio en dicho mundial, cuidese. Un saludo.

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  4. Una entrada escrita con el corazón por un amante de esa irracional pasión llamada fútbol.
    El fútbol no deja de ser un espectáculo, pero a diferencia de cualquier representación es algo auténtico, donde los actores se interpretan a sí mismos y la épica, la tragedia o el final feliz que viven es real. Por eso yo nunca he entendido a aquellos que desprecian las lágrimas en el fútbol y luego les parece lógico y respetable llorar en el cine o la ópera.
    Yo adoro la música, el cine y la literatura, pero ni Wagner, John Ford o Borges pueden trasmitir la eléctrica descarga de adrenalina que nos hace vivir este espectáculo real al que llamamos fútbol, porque el fútbol se vive como la vida misma.
    Grandiosa también la viñeta de Mundial 78, Pepe.
    Y por cierto, Sr. Tirador Solitario... yo también soy del Athletic.

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  5. Yo fui con mi padre, mi hermano y mi tío a Burgos a ver cómo le ganaba 1-0 al Real Madrid. Y, tonta de mí, me quedé tan modosita en las gradas... Si me tenía que haber leído esto antes.
    El dibujo de tu amigo no tiene desperdicio, Cahiers. Y esa última frase del Tirador ya la he leído yo antes, en un comentario suyo a una entrada de JLin, creo recordar.
    Un beso, descontrolado pacífico.

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  6. No tiene nada que ver con el futbol pero hace unos años una persona creyo que le habia tocado la loteria y invito a un bar entero y no se puede decir que habia pocas personas eso sin contar que se corrio la voz y entraron mas gente vamos que el gasto fue algo grande en el bar y luego descubrio que su numero no estaba premiado. Imaginate la cara del pobre hombre. De todos modos es increible las pasiones que mueven el futbol pero a veces me parece exagerada buen post

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  7. Te leo y no te reconozco, PEPE ;-P Noo, ya se sabe que los que van al fútbol descargan adrenalina y después se sienten mejor. El otro día en el programa Salvados de la sexta, el Jordi le hizo una entrevista al presidente del Valencia y le preguntó para qué sirve el fútbol si no da beneficios (más bien al contrario) y el hombre dijo que si no hubiera fútbol, poniéndolo en lo peor, habría más riñas entre la gente, incluso dijo, exagerándolo supongo, que con el f´tubol hay menos guerras.

    Un saludo y muy buena entrada, muy simpática, PEPE

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  8. Piedra: Si lo mira por el interés económico, se estima que un equipo de primera deja en la ciudad una riqueza de unos cuantos millones de euros. Ya sabe, bares, restaurantes, hoteles, es desde luego un impulso económico que no se puede desdeñar en estos difíciles tiempos.

    Tirador: Si continúan esas evasiones futboleras, van que tener que anticiparse a la jugada y promover una amnistía a todos los presos cada vez que juegue la selección.

    Belknap: Ser aficionado a la selección española y al Granada te curte bastante, aunque el corazón te lo deja para el arrastre.

    Pablo: Grandes verdades las que comenta estimado amigo, aunque para el que no le guste el fútbol le sonará un poco a chino.

    Clementine: Bueno pues aproveche para soltar unos cuantos gritos en un campo de fútbol, es muy relajante y te libera ciertamente. Pues no sabía que esa historia del Tirador ya circulaba por la blogosfera, pero ya veo que es una auténtica leyenda. Vaya preparando su garganta para ese R.Madrid-Barcelona de este próximo fin de semana.

    Outsider: Buen ejemplo y además sirve para que uno se asegure las cosas antes de cometer ninguna locura.

    Javier: No me reconozno ni a mi mismo, jejejejeje, pero es lo que tiene este deporte, que te desata la adrenalina. Bien pudiera ser que el fútbol hiciera de válvula de escape de nuestra más escondida agresividad.

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  9. A mí me gusta quedar a ver el fútbol en la tele para tomar cervezas y pizzas. Lo demás me da un poco igual, la verdad. La única vez que recuerdo haberme cabreado fue cuando Tasotti le dio el codazo a Luis Enrique. Fuimos borrachos al consulado italiano a gritar "Bafanculo". Y ya está. Yo soy de los que no entienden los calentones futboleros pero sí entiendo la vehemencia y la pasión en la vida. Así que.., si no se llega a la violencia física un poco de pasión tampoco está mal.

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  10. Una "Gran Evasión" a la mexicana con carcelero abriendo puertas, eso le quita merito. Yo ya he cumplido por hoy, he hecho mi porra en el bar de la esquina (no acertaré como siempre) y veré el "Clásico" con amigos, pizza y cervezas como está mandado y hasta una de esas gorras con latas de cerveza y pajita. El fútbol te vuelve así de friki. Saludos. Borgo.

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  11. Mr.Lombreeze: ¿Pizza y cerveza?. Ya me ha entrado un hambre a lo Carpanta. Eso es lo bueno de un partido, lo que une más que lo que separa.

    Miquel: Yo también pensé en "Evasión o victoria", aunque aquí no necesitaban jugar un partido de fútbol, bastaba con que otro lo viera por televisión o lo escuchara por la radio para perder los papeles. Veo que se repite el menú de Mr.Lombreeze, Pizza y cerveza, podríamos proclamarlo como la comida oficial del fútbol, aunque el bocadillo no puede faltar en los estadios.

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  12. Querido Señor Cahiers: todavía recuerdo su cara aquel día en los Carmenes (y lo que nos reimos durante semanas al respecto), bueno en realidad todavía nos seguimos riendo... es que parecía poseído por una fuerza demoniaca...jajajaja. Eso si, luego se comporto muy amablemente con el anti-disturbios...jajajaja.
    Un fuerte abrazo señor Cahiers.
    Atentamente: Amiga Anónima.

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  13. Amiga Anónima: Me alegra verle por aquí otra vez, y es cierto que durante unos instantes me vi poseído por el espíritu de Pepe el Hincha, aunque como usted dice hay que respetar la autoridad, sobre todo si mide más de 1,80, que ya sabe que es mi altura oficial y ortodoxa.

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  14. La metamorfosis. Un tipo tímido, oscuro oficinista, se despierta una mañana convertido en hincha de fútbol. Supongo que tiene su punto terapéutico el llegar al estadio y ponerse a blasfemar y a insultar, pero a mí cada vez me produce más rechazo ver a gente ponerse en ese plan. ¿Para qué? ¿De qué sirve? Así que lo suyo se quedará en pecadillo de juventud ¿no? ("jumentud", que decía un profesor mío).
    Saludos.

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  15. Licantropunk: Ahora más que agresivo me pongo al borde del infarto, es lo que ocurre cuando uno es aficionado a un equipo sufridor, por eso me resulta peculiar los que siguen al Madrid y al Barcelona, que al fin y al cabo es apuntarse a caballo ganador.

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  16. Dios mío... qué resacón tengo ahora mismo después de ver "El Clásico", esto me pasa por mezclar Ponche Caballero y gin tónics, no lo hagan en sus casas.
    Me encantaba ese personaje "Pepe el hincha" de mi vecino durante un tiempo Peñarroya, un buenísimo dibujante. Saludos. Borgo.

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  17. Miquel: Jajajaja, es que eso de mezclar bebidas no es buena idea, si se empieza con Ponche hay que seguir con él hasta el final. Por cierto, se ha percatado de los insultos al arbitro que empleaba Peñarroya, todo un ejemplo de moderación: Berzotas, besugo y langostino.

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  18. Debe ser una pasada ver a tu hija de 5 años hacer lo mismo que tú delante de un partido en la televisión!!! sublime!!! la manera de entablar lazos con los hijos tanto da, lo importante es crearlos y eso se hace compartiendo aficiones, emociones, amor.
    No me gusta el fútbol demasiado, lo veo de refilón pero me apasiona ver como os llega a algunos al alma, como os apasionais por un deporte que os representa.
    Un abrazo y que gane tu equipo!!

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  19. Layna: Pues hoy no ha podido ser, hemos perdido por 1-0 en Getafe, así que no hemos podido ejecutar nuestro particular ritual. Esperaremos a la semana que viene a ver que pasa. Saludos.

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  20. Mucha suerte para el Granada esta liga es un gusto verlo en primera.

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  21. No soy futbolera, mi marido sí y también monta unas escenas en casa que a mí me dan ganas de llorar como a tu bebé. También he de decir que todo mi conocimiento de este mundo curioso viene de él

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  22. Debo reconocer que las dos únicas veces que he sentido pasión por el deporte rey fueron viendo "Campeones" con esos inefables Oliver y Benji soltando monólogos existencialistas mientrás se acercaban a la puerta contraria; y también cuando lei aquella novela de Gonzalo Suarez sobre un entrenador de futbol. Aun así excelentísima entrada y muy buena reflexión.

    Saludos!!

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  23. ¡No me digas que eres como el Tano Pasman!

    con gente así me encantaría ver el fútbol, aunque seguro que a la pantalla miraría poco jeje

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  24. Maeglin: Pero, como todos los equipos modestos vamos a sufrir mucho, pero mucho mucho.

    A-B-C: Pues a mi mujer, que no le gusta el fútbol, he conseguido llevarla alguna vez al estadio a verlo en vivo y en directo y se lo ha pasado muy bien, ya no se si viendo el partido o viéndome a mí.

    Wolfville: Con aquellos campos de fútbol que, a juzgar por las cabalgadas interminables, deberían de medir varios kilómetros de longitud.

    Möbius: Jajajaja, no no crea, al lado de Tano Pasman soy un cervatillo, vamos la mismísima Teresa de Calcuta.

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  25. Querido Pepe, he leido este articulo de historias de futbol, y quiero aportar una anecdota, que me ocurrio a mi en particular, cuando hacia practicas en una ciudad de nuestra pequeña patria andalucia, pues bien, yo nunca he entendido a las personas que van a un campo a liarla, ya no solo individualmente, sino que encima se agrupan, para que asi la agresividad se multiplique, pues bien yo no se como lo hicieron, no se si en la grada estaba el campeon del mundo de lanzamiento de pesos, pero mis ojos han visto un bombo, como los del forofo de la selección Manolo el del susocicho, llegar a unos 20 metros despues de la linea lateral, todo esto en un campo que ha sido de primera hasta hace muy poco.
    Solo queria decir que en este caso y no se si por que no le dio al linier, no se paro el partido, y casi creo recordar que jugaron como unos cinco minutos con el bombo en el campo, hasta que un jugador se dio cuenta y lo quito.
    Sin más un amigo de los que te sentaron en el campo.
    Fdo: El Azote de Estepona.

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  26. Me alegro verle por aquí estimado Azote de Estepona. Lo raro de lo que cuenta es que ningún jugador rematara el bombo hacia la portería.

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