Hoy, para variar un poco la temática habitual de este blog, les traigo una pintura que me fascina particularmente. No soy un experto en arte, ni tampoco un aficionado, así que, este ejercicio de atrevimiento, servirá para aumentar mi reputación de sabiondo algo falsario y pretencioso. El cuadro en concreto lleva el largo título de "Experimento con un pájaro en una bomba de aire" y pertenece al pintor inglés Joseph Wright (1734-1797), del que se dice fue el artista de la Revolución industrial, aunque parece que tendría más puntos de interrelación con el periodo de la Ilustración. Sus cuadros son un prodigio en lo que respecta a la iluminación artificial, plenos de claroscuros y personajes que muestran sus expresiones con sus rostros iluminados entre las sombras. En cuanto a la temática del cuadro que nos ocupa, representa a la ciencia como fenómeno que hechiza y asombra al mismo tiempo, y de su poder de infiltración en una sociedad que había estado dominada hasta entonces por la religión. No era de extrañar que en ferias de la época se mostraran avances científicos que pretendían no tanto conmocionar al público, como si hacerles partícipes de algo imparable y que sería determinante en años venideros. El experimento que ilustra la pintura de Wright consiste en una bomba de vacío, en donde se ha introducido un pájaro, y el estudio de sus reacciones ante la falta de oxigeno.
El personaje central del cuadro es el científico que propone el experimento. Probablemente va de ciudad en ciudad ofreciendo sus conocimientos a las familias acomodadas, aunque en este caso, y a juzgar por su vestimenta, parece más un huésped habitual. Su aspecto de hombre de ciencia también tiene algo de misterio, aparentando rasgos de un chamán que se asoma a los tiempos de la Revolución industrial y del pensamiento ilustrado. Su mirada perdida parece buscar complicidad más allá del cuadro, como si intentara transmitirnos la trascendencia del acto en sí, que, independientemente del aspecto meramente científico, tiene también un significado simbólico, el de la vida y la muerte. Ambas cosas están ahora en sus manos y parece invitarnos a decidir entre una cosa y otra. Si el pájaro vive o muere será un acto voluntario. Algunos dirían que es el sempiterno síndrome del hombre de ciencia que, extralimitado en su poder, juega a ser Dios.
A la derecha de este nuevo gurú se sitúan otros cinco personajes, cuya expresión es toda una declaración de intenciones respecto al carácter humano. El patriarca de la familia intenta calmar a una de sus hijas, explicándole el hecho científico que tiene lugar entre las cuatro paredes de la habitación. Ella es la más afectada de todos los que asisten al singular evento, denotando su espíritu sensible al taparse su rostro con su mano, para evitar contemplar la agonía del pájaro. Su hermana más pequeña se debate entre la pena y la curiosidad, aunque sus ojos describen a la perfección su estado de ánimo. Representa la inocencia infantil mezclada con su peculiar curiosidad.
A la derecha de este nuevo gurú se sitúan otros cinco personajes, cuya expresión es toda una declaración de intenciones respecto al carácter humano. El patriarca de la familia intenta calmar a una de sus hijas, explicándole el hecho científico que tiene lugar entre las cuatro paredes de la habitación. Ella es la más afectada de todos los que asisten al singular evento, denotando su espíritu sensible al taparse su rostro con su mano, para evitar contemplar la agonía del pájaro. Su hermana más pequeña se debate entre la pena y la curiosidad, aunque sus ojos describen a la perfección su estado de ánimo. Representa la inocencia infantil mezclada con su peculiar curiosidad.
El hombre sentado y de aspecto circunspecto, parece reflexionar sobre lo que allí está sucediendo. Aparenta ser el que busca su lado más trascendente, el aspecto filosófico del hecho científico y su repercusión en el alma humana.
El muchacho joven y de rostro atemorizado parece estar retirando las cortinas para dejar paso a la luz de la luna. Esto podría ser una simbología concreta de la conocida como "Sociedad Lunar" de la cual era miembro Joseph Wright. Este grupo de intelectuales se reunían en Birmingham y debatían sobre ciencia, naturaleza y filosofía. Y lo hacían en casa de un hombre de apellido muy significativo, Erasmus Darwin, abuelo de Charles Darwin, el conocido autor de "La teoría de la evolución de las especies", a la sazón un intelectual médico y científico, masón en el que ya se vislumbraba lo que su descendiente provocaría unos cuantos años después. El peculiar nombre de esta sociedad no hace referencia por ningún interés específico por nuestro conocido satélite, sino que era debido a algo mucho más pragmático que todo eso. Tenían por costumbre realizar sus largas veladas en noches de luna llena, porque se aseguraban cierta luz a la hora de regresar a sus hogares.
A la izquierda de la trama aparecen otras figuras con distintas características. El hombre sentado en primer plano cronometra, reloj en mano, el tiempo del experimento. Es un hombre práctico, al que probablemente le interesan los datos objetivos y contrastados. Un joven curioso, sentado a su lado, se agita en su asiento intentado no perderse nada del acontecimiento. Respecto a los dos personajes situados de pie junto al científico, parece que sus rostros indican claramente su posición en cuanto a lo que sucede en esa estancia. Es evidente que les importa poco y todo se supedita a esa mirada entre ambos, signo evidente de amor romántico. Sus mentes no están presentes en lo que significa la velada en cuestión, están en otro ámbito, menos razonable y más pasional.
Y eso que aún no hemos hablado del personaje verdaderamente protagonista, el ave que se debate en respirar, al parecer, y según piensa algunos, podría ser una cacatúa, que quizás sea el primero de una larga lista de sufridores especímenes sacrificados en nombre de la ciencia. Nunca llueve a gusto de todos.
En definitiva, un cuadro sumamente interesante, por su ejecución y por la lectura que se puede realizar, sin mayor esfuerzo, de todos los personajes que integran la escena. Una forma de ilustrarnos sobre la personalidad humana y su capacidad de reacción ante un hecho en concreto. Forma parte de un cambio histórico de los tiempos, en los que la ciencia iniciaría una carrera fulgurante y decisiva. Si quieren contemplarlo no tendrán mayor problema. Una escapada a las Islas Británicas y una visita oportuna al National Gallery de Londres será suficiente.
El muchacho joven y de rostro atemorizado parece estar retirando las cortinas para dejar paso a la luz de la luna. Esto podría ser una simbología concreta de la conocida como "Sociedad Lunar" de la cual era miembro Joseph Wright. Este grupo de intelectuales se reunían en Birmingham y debatían sobre ciencia, naturaleza y filosofía. Y lo hacían en casa de un hombre de apellido muy significativo, Erasmus Darwin, abuelo de Charles Darwin, el conocido autor de "La teoría de la evolución de las especies", a la sazón un intelectual médico y científico, masón en el que ya se vislumbraba lo que su descendiente provocaría unos cuantos años después. El peculiar nombre de esta sociedad no hace referencia por ningún interés específico por nuestro conocido satélite, sino que era debido a algo mucho más pragmático que todo eso. Tenían por costumbre realizar sus largas veladas en noches de luna llena, porque se aseguraban cierta luz a la hora de regresar a sus hogares.
A la izquierda de la trama aparecen otras figuras con distintas características. El hombre sentado en primer plano cronometra, reloj en mano, el tiempo del experimento. Es un hombre práctico, al que probablemente le interesan los datos objetivos y contrastados. Un joven curioso, sentado a su lado, se agita en su asiento intentado no perderse nada del acontecimiento. Respecto a los dos personajes situados de pie junto al científico, parece que sus rostros indican claramente su posición en cuanto a lo que sucede en esa estancia. Es evidente que les importa poco y todo se supedita a esa mirada entre ambos, signo evidente de amor romántico. Sus mentes no están presentes en lo que significa la velada en cuestión, están en otro ámbito, menos razonable y más pasional.
Y eso que aún no hemos hablado del personaje verdaderamente protagonista, el ave que se debate en respirar, al parecer, y según piensa algunos, podría ser una cacatúa, que quizás sea el primero de una larga lista de sufridores especímenes sacrificados en nombre de la ciencia. Nunca llueve a gusto de todos.
En definitiva, un cuadro sumamente interesante, por su ejecución y por la lectura que se puede realizar, sin mayor esfuerzo, de todos los personajes que integran la escena. Una forma de ilustrarnos sobre la personalidad humana y su capacidad de reacción ante un hecho en concreto. Forma parte de un cambio histórico de los tiempos, en los que la ciencia iniciaría una carrera fulgurante y decisiva. Si quieren contemplarlo no tendrán mayor problema. Una escapada a las Islas Británicas y una visita oportuna al National Gallery de Londres será suficiente.
Curioso que el chico de la cortina y el científico estén mirando a "la cámara".
ResponderEliminarLa chica que se tapa la cara puede hacerlo por pena, pero también por fastidio, en plan "Madre mía, a ver cuándo inventan la televisión" ;P
Mola el cuadro, es del estilo de esos en los que ilustran autopsias u operaciones con mazo de gente alrededor mirando, pero menos cruento (excepto para el pájaro, claro).
Pues, fíjese que pienso que la chica que se tapa la cara es la dueña del pajarito en cuestión, y se lo han pedido diciendo que no le va a pasar nada.
Eliminar!Hola,Pepe!
ResponderEliminarMás que un cuadro parece una fotografía por lo bien que esta pintado.Me da pena el pájaro,pero reconozco que gracias a animales como el ha habido grandes avances en la medicina.El científico tiene una mirada que da miedo.Gracias por compartir tan fascinante historia.Muchos besos.
El científico es ciertamente peculiar, representa esa frontera en el que la ciencia comenzó a desplazar a otras disciplinas menos racionales.
EliminarA PESAR DE QUE DICES QUE NO ERES ESPECIALISTA Y QUE ES UN ATREVIMIENTO... BENDITO ANALISIS HAS HECHO PEPE...
ResponderEliminarLA PINTURA ES UNA FOTO. LOS ROSTROS, LAS MIRADAS, TODO ES FASCINANTE.
ABRAZOS
CARLOS
Gracias, Carlos, lo mismo me animo y hago una sección fija sobre cuadros. Aunque ya sabe lo que dicen, "el que mucho abarca poco aprieta".
EliminarIncreiblemente realista
ResponderEliminarPor cierto soy Pérfida
Un saludo coleguita
Muy bien, Pérfida canalla (me encanta el seudónimo) y sea bienvenida a La Guarida.
EliminarUn gran cuadro. Y excelente la descripción que has hecho.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo y gracias por compartir.
Un cuadro interesante y no demasiado conocido.
EliminarUn abrazo.
Pues no tenía ni idea sobre el cuadro y me parece muy llamativo. Lo triste es que estuve en la National Gallery hace no mucho y ni me suena... A veces tenemos las cosas delante de nuestras narices y ni las vemos, oye.
ResponderEliminarBueno, es comprensible, son normalmente visitas apresuradas donde se ven muchas obras y puede pasarse. También podría ser que el cuadro estuviera en alguna exposición temporal.
EliminarImpresionante ese cuadro, especialmente por ese uso magistral de claros y sombras. Me ha recordado a la fotografía de los interiores de "Barry Lindon". Genial la pinta de científico loco del hombre en batín, seguro que se llamaba Pretorius o algo parecido.
ResponderEliminarSaludos. Borgo.
Es curioso, porque iba a incluir en la entrada una referencia a "Barry Lindon", pero pensé que quedaría demasiado larga. Kubrick estaba obsesionado en rodar a la luz de las velas y dicen que la misma NASA le facilitó unas lentes especiales con las que filmar con baja intensidad lumínica. Las malas lenguas también afirman que fue un favor por rodar el falso alunizaje del Apolo 11. Leyendas urbanas?. Quién sabe...
EliminarPues menos mal que no eres ni experto ni aficionado, joder con el análisis.
ResponderEliminarInteresante Pepe, yo que no soy nada visual y siempre me quedo con el plano general y me pierdo los detalles, lo he disfrutado. Descubrir la mirada por ejemplo de la niña pequeña y quedarme prendida ahí ha valido la pena.
Besos
En eso coincidimos. Una de las cosas que me llamó la atención, y por las que reparé en este cuadro, es esa mirada de la niña pequeña. Y no creo que sea algo accidental, de hecho se podría decir que el personaje central es ese personaje.
EliminarUn cuadro lleno de detalles. El personaje que mas me ha llamado la atención es el joven de la ventana, esa mirada, esa actitud extraña, ¿está abriendo la cortina o cerrándola?, parece tener miedo de que alguien les vea.
ResponderEliminarMuy interesante esta entrada.
No se sabe exactamente sin abre o cierra. Yo diría que el muchacho es una especie de aprendiz del científico y no quiere que nada salga mal y, aun menos, por culpa de él.
EliminarEl cuadro es una maravilla, por los personajes y el contexto, y muy bien explicado por usted, con tanta minuciosidad como el artista que lo pinto. Hay mucho arte que aún no está reconocido, pues yo de este artista es la primera noticia que tengo. Muchas gracias, por traerlo y explicarlo tan bien.
ResponderEliminarSaludos.
Eso es cierto, hay cuadros mediáticos que han tenido toda la difusión posible y luego hay otros de gran mérito que han pasado muy desapercibidos, en mi opinión de forma injusta.
EliminarGracias por el comentario y sea bienvenida a la Guarida.
Saludos.
Un cuadro que podría contar tantas historias como personajes se hallan en él. Yo creo que el experimento científico es una excusa del pintor para retratar las distintas personalidades que reflejan los componentes de un grupo digno de un estudio psicológico y sociológico, al margen, por supuesto del valor artístico. Es de esas pinturas que a los que nos gusta "inventar historias" da un juego increíble para la imaginación.
ResponderEliminarUn saludo
Pues efectivamente, en este cuadro lo que prima por encima de todo es la reacción de sus personajes, cada una distinta y que corresponden a una personalidad distinta y a edades variopintas. Le excusa es un experimento, quizás porque la época lo requería, pero son las formas de observarlo lo verdaderamente importante.
EliminarGracias por la visita y bienvenida a La Guarida.
Cuando estuve en el Museo de Londres, que de eso hará unos 15 años, uno fue directo a ver las momias del Antiguo Egipto porque la cabra tira al monte jajajaja. Lástima de no haberme fijado en este cuadro. Si hubiera vivido en nuestros tiempos ese tal Wright, quien sabe en que diantres plasmaría su talento... Yo me lo imagino como un estupendo director de fotografía.
ResponderEliminarYa me imagino que iría usted a comprobar que las momias estaban bien muertas.
EliminarYa le comentaba a Miquel el parecido, en cuanto a iluminación, a una conocida película de Kubrick, así que de haber sido ahora director de fotografía, seguro que hubiera sido un talento sin igual.
Además de lo comentado respecto a la iluminación y el dominio de las sombras, el nivel de detalle es impresionante. Como han comentado más arriba, podría pasar por una fotografía. No lo conocía y me ha encantado.
ResponderEliminarUn cuadro que, por encima de lo que cuenta, está lo que transmiten los rostros de sus protagonistas.
EliminarUn saludo natsnoC.
pues sí que es ilustrativo de una época (q inauguró newton q palmó cuando el pintor tenía 10 años...)
ResponderEliminarciencia es misterio organizado por inteligencia, invención moderada con experiencia, magia hoy pero ciencia mañana (como decía mi estimado Arthur C.)
Un saludo
Un testimonio de una época en la que se vislumbraba un cambio inexorable, organizado por esa inteligencia organizada. Lástima que no se use en otros ámbitos de nuestro comportamiento.
EliminarVerlo en la National Gallery es una experiencia maravillosa. Doy fe.
ResponderEliminarMe lo imagino, ya me gustaría a mí haberle echado una buena ojeada.
EliminarNo me extraña que te fascine. Y no hace falta ser un experto para valorar la bueno. Cuando te topas con una genialidad, no hay dudas... sepas mucho o poco.
ResponderEliminarLas pinturas con esos juegos de luces son una verdadera pasada.
Saludos.
En efecto, son de esa clase de pinturas que te llaman la atención, con las que conectas enseguida.
Eliminar¡Qué clima interesante se genera!
ResponderEliminarLas expresiones de los personajes apenas iluminados es impactante. el que más me impacta es el niño que está cerca de la ventana
Saludos!