Siempre supe que, en un momento de cierta inspiración nostálgica, escribiría alguna especie de homenaje al grupo de rock duro más importante que templó sus cuerdas de acero en esta tierra de nadie, pero nunca que lo haría impulsado por la gran decepción que me ha supuesto la audición de su último disco "Barón Rojo en clave de rock". En "Volumen Brutal" había un tema titulado "Concierto para ellos" en el que se rendía tributo a los caídos del rock´n roll, y es por ese motivo el dedicarle unas líneas al grupo que debió colgar sus botas sucias antes que el tiempo y la distancia les arrebate la dignidad merecida. En 1.981 nació Barón Rojo y su primer LP "Larga vida al Rock´n roll" fue disco de oro, lo que permitió que su segundo trabajo "Volumen Brutal" se pudiera grabar en Londres, en el estudio de Ian Gillan aportándole la calidad de sonido que merecía un trabajo como este, el mejor, sin duda, de su carrera, capaz de vender la nada desdeñable cifra de más de dos millones de copias. En 1.983 vendría "Metalmorfosis", magnífico álbum en donde introducían su primera balada "Siempre estás allí". Después llegó "En un lugar de la marcha" y el tema "Hijos de Caín" se convirtió en todo un himno. En 1987 se publica "Tierra de nadie" y al año siguiente un título bastante significativo en sí mismo: "No va mas" ... y efectivamente, porque a partir de ese momento, en mi opinión, comienza la decadencia del grupo, confirmada por un trabajo mediocre como fue "Obstinato" y la posterior marcha de Jose Luis Campuzano, alias Sherpa, y el batería uruguayo Hermes Calabria. La retirada del primero fué determinante, y marcó el futuro de la banda que notó sensiblemente la perdida de uno de sus pilares fundamentales. Algo similar le ocurrió a Iron Maiden, cuando Bruce Dickinson abandonó la formación británica, e igual destino sufrió Judas Priets que tras el magnífico álbum "Painkiller" veía como el vocalista Rob Halford daba el portazo a la banda y, aunque después regresó, ya nada fue igual. Sea por el devenir de los tiempos o porque determinados grupos han dado toda la grandeza que tenían en las entrañas, lo cierto es que para muchos les ha llegado la hora de la retirada, dejando en el recuerdo la leyenda de lo que fueron y no la mediocridad de un presente incierto.
Después de una serie de trabajos sin demasiada trascendencia, Barón Rojo, nos ofrecía una propuesta que, a priori, podría parecernos muy interesante. La grabación de un directo, junto a una banda sinfónica, con sus mejores temas podría ser algo a tener muy en cuenta para los que admirábamos a la mítica formación. De hecho, algo similar realizó Metallica con muy buen resultado, y no nos podemos olvidar del Metal Sinfónico, con grupos como Avantasia, Sonata Artica o Stratovarius que ofrecen una buena fusión entre sonidos metálicos y orquestales. Respecto a "Barón Rojo en clave de Rock" con la banda sinfónica del C.I.M. de Mislata hay que decir, lamentablemente, otras cosas. El disco arranca con un tema compuesto por la orquesta valenciana titulado "Little House music" que vaticina malos augurios. El siguiente tema es "Barón Rojo", y Carlos de Castro ya nos anticipa que su voz no está para muchas hazañas, y es que parece cantar dentro de un pozo sin fondo. Después parece remontar el sonido de su voz, pero es solo un espejismo como así lo muestra la patética interpretación de "Hijos de Caín". En algunos pasajes la orquesta sinfónica ni está ni se le espera y, en otros, actúa muy descoordinada con el grupo rockero, dando la impresión de estar escuchando un galimatías incoherente e inconexo. En resumidas cuentas, todo parece muy poco trabajado e improvisado, aunque, claro está, se mantiene por aquello de "el que tuvo retuvo".
Desde el año 1981 a 1988 Barón Rojo desplegó toda su intensidad, regalándonos la mejor esencia del Rock duro, y publicó "Volumen Brutal", un disco indispensable para los que amamos el Heavy. Fue por encima de todo, y pese a quien le pese, el grupo español que rompió los moldes de una música encorsetada o dominada por lo que se llamó "la movida". Aquí había talento a raudales, serio y contundente y, aunque algunos le acusaron de incluir demasiada moralina en su canciones, nosotros siempre resistimos y nos alejamos de las flores del mal, mientras los rockeros iban al infierno, pero por encima de todo siempre estábamos allí.