En pleno auge del alquiler de vídeos, entre los años 80 y 90 en occidente, una vez superados los balbuceantes inicios, era un hecho rutinario el contemplar cómodamente en el salón de tu casa una película al capricho del consumidor. Los videoclubs crecían como setas y era frecuente que en cualquier barrio florecieran más de uno, siendo un negocio rentable a juzgar por la proliferación de los mismos. No obstante, en algunos lugares del mundo la cosa no era tan sencilla y una precariedad tan evidente fue subsanada a base de ingenio e iniciativa. En Ghana se inventaron un método para llevar las películas a pueblos y aldeas. Vetustas furgonetas equipadas con una pantalla de televisión y un vídeo iban recorriendo la geografía del país africano, llevando el cine de la época a todos los rincones. Iban provistas además de un generador eléctrico, asegurándose que no habría problemas, dada la condición de las infraestructuras de aquellos tiempos. Naturalmente, las distribuidoras de aquellas cintas de vídeo tan viajeras no facilitaban los carteles originales, lo que improvisó que una serie de artistas locales se atrevieran a ejecutarlas, pintando muchas de ellas en fundas de sacos. En algunas ocasiones el ilustrador había visto la película y la interpretaba a su manera. En otras le habían contado el argumento y la imaginación hacía el resto. Es evidente que en algunos casos, tenían una vaga idea sobre la historia de aquellas películas. El resultado fue una colección de carteles de cine de lo más sugerente, con un estilo inconfundible que no se puede juzgar en sentido peyorativo. No son ni mejores ni peores, simplemente diferentes y con un encanto innegable.
Por cierto, no me dirán que el estilo en cuestión no tiene algo en común con las conocidas mansiones del terror, o trenes fantasma, de las ferias de hace algunos cuantos años, allá por los 70, que a los niños de la época nos inquietaban sobremanera, mucho más que lo que escondían el interior de estas atracciones. Puede que semejante arte pictórica requiera altas dosis de ingenuidad o que, su primitiva composición, sea la que produce el singular efecto. Todo este asunto, me ha hecho recordar otro tipo de atracciones de aquellos años, decoradas con el mismo estilo, que han desaparecido entre los cánones de los nuevos tiempos, más políticamente correctos. Me vienen a la memoria barracas de feria que nos mostraban desde el monstruo de Guatemala a la mujer serpiente, pasando por animales exóticos que asomaban, con miradas tristes, entre los barrotes de sus exiguas jaulas. Aquí les dejo una muestra que a los más veteranos lectores les producirá cierta nostalgia
Cujo inspira ternura en ese cartel. Teniendo en cuenta el peinado y la moto el dibujo pertenece a la segunda parte de Misión Imposible, quizá hicieran un ciclo y pusieran las dos seguidas.
ResponderEliminarLo raro es que durante la dictadura los dibujos del final no salieran en el dorso de los billetes.
Bueno no crea, en los billetes quizás no, pero en la cara de las monedas si que salía uno que daba mucho miedo.
Eliminara Tom Cruise lo veo mejorado en el dibujo.... Bond peleaba con un pez???
ResponderEliminarDrácula es copiado el poster, al final no tienen nada de imaginación! jaja... muy buenos, salu2...
Lo del pez me descoloca ciertamente y evidentemente el de Drácula es copiado aunque no tengo muy claro que es esa nebulosa de la derecha.
EliminarCuriosos sí son...
ResponderEliminarCuriosos, sobre todo la causa que les llevó a ser dibujados.
EliminarFascinante Cahiers... Anda que no tienen mérito los tipos aquellos de Ghana que decidieron llevar y dar a conocer el cine en una furgoneta. Me parece admirable. Como mérito tiene dibujar y pintar así los carteles. Algunos me han gustado mucho. El de "La matanza de Texas" me ha parecido muy sádico.Pero los dos carteles ultimos, de dos películas que vienen de Stephen King, no me han convencido. Muy msjas la silustraciones de las ferias. Sí que las recuerdo porque, en Zaragoza, creo que todavía son así... En el Parque de Atracciones de Zaragoza, parece haberse detenido el tiempo. Abrazos Cahiers.
ResponderEliminarPues tiene que ser un parque de lo más interesante, sobre todo, porque hoy en día es difícil obtener alguna imagen de aquellas casetas de ferias de fenómenos tipo freaks.
Eliminary de dónde sacaste la información? me ha parecido muy curiosa la historia...
ResponderEliminarun saludo
Hace tiempo la pude ver en una página de cine y me llamó poderosamente la atención.
EliminarPues sí que tienen su encanto, y alguno no está nada mal.
ResponderEliminarSaludos.
Tienen un componente primitivo, si se quiere infantil, que resulta interesante.
EliminarCuriosísimo, mucho más que curioso. Y de cualquier manera admirable, claro que sí, aunque nos saque más de una sonrisa, como las películas de terror de los primeros años del cine...
ResponderEliminarY tu manera de contarlo, Cahiers, le añade aún más encanto. Todo un homenaje a estos otros artistas del cartel cinematográfico.
Es cierto que hay un poco de ingenuidad de los pioneros, como de aquellos tiempos del recién nacido cine de terror.
EliminarChocantes, sobre todo el de "Sonámbulos" que me ha recordado a la loca de los gatos de los Simpson. La verdad es que no sólo me han recordado a los dibujos de los barracones de feria (Los decorados de las Atracciones Apolo en Barcelona, por ejemplo) También algunos carteles que vi en las peluquerías de Cabo Verde con los diferentes cortes y peinados que ofrecían.
ResponderEliminarMe encantan los carteles de cine, echo de menos aquellos del Capitol en Las Ramblas de cinco metros de altura, un trabajo faraónico.
Saludos. Borgo.
Por aquí había también un cine Capitol y recuerdo aquellos carteles pintados por algún artista local, aunque por aquí tenían más habilidad, porque algunos de ellos eran réplicas perfectas a gran escala del cartel original.
EliminarMr. Cahiers, carteles rocambolescos e ingeniosos; a algunos de ellos ya los habia visto anteriormente hace algunos años atras, peros siguen teniendo cierta gracia que invita a contemplar. Cordiales saludos y gracias por estos carteles y los otros. Belknap.
ResponderEliminarUna forma distinta de representar una obra fílmica en un lugar en el que nada parece fácil.
EliminarUnos me parecen bastante aprovechables y curiosos, otros también curiosos, pero cutres a más no poder, unos tienen el sello del autor, otros son meras copias, malas además.
ResponderEliminarPero como dices lo interesante es la historia que hay detrás, abrazos.
Hay de todo un poco. Algunos son un despropósito porque tienen muy poco que ver con la película, especialmente el de "Cujo".
EliminarSon un puntazo, algunos me recuerdan al estilo del mexicano Diego Rivera. La portada de Sleep Walkers es genial.
ResponderEliminarSaludos
:)
Si es cierto que recuerdan algo a Diego Rivera, salvando lógicamente las distancias, pero no se puede negar el parecido.
EliminarSon impresionantes. Ojalá todos los carteles tuvieran el encanto de estos, consuegro...
ResponderEliminarSaludos!
Pues no se como reaccionaría el público en general, si a partir de ahora todos los estrenos tuvieran un cartel con semejante estilo...
EliminarSaludos consuegro, que espero verle más a menudo por estos lares.
Pobre Cujo de mis entrañas, hasta me dan ganas de adoptar al perrillo y todo. Así que ell "Setter Irlandés Asesino" ...tela marinera. Me quedo con el cartel kirsch de "Sonámbulos", resulta muy perturbador.
ResponderEliminarSaludos Pepe
Si, parece más bien un perro faldero de los que salían en algunos cuadros, tipo las Meninas, que un San Bernardo sanguinario.
EliminarInteresantes historias detrás de estos carteles.
ResponderEliminarsaludos
carlos
Un ejemplo de como la gente se busca la vida para todo.
EliminarCuriosísimo. Son un puntazo.
ResponderEliminarMuy propios de una época, aunque de hacerlos actualmente tendrían, a buen seguro, el mismo estilo.
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