Los hombres somos muy de mirar al suelo, nos centramos en la mayoría de las ocasiones en el aquí y el ahora, andamos atareados en temas tan rutinarios como el de vivir día a día, con nuestras miserias y pasiones, con nuestros vicios y virtudes. Somos, en momentos, tan simples emocionalmente que estamos dispuestos a matarnos unos a otros con tal de no esforzarnos en ceder, en cambiar, en suma, en aplicar una mínima dosis de generosidad al prójimo. Sobrevivimos a ras de tierra, la cual regamos con la sangre de nuestros hermanos, a los que hemos convertido en diferentes, por el simple hecho de establecer matices o minucias que los aparten como renegados de un código único de superioridad. Hemos construido fronteras, como si este trozo de materia a la deriva nos perteneciera, como si de algún modo alguien nos hubiera concedido un título de propiedad exclusiva al que nos aferramos como si no existiera un final. Por eso, cuando levantamos nuestra mirada al cielo no crea un complejo de inferioridad, quedamos en evidencia hasta tal punto, que encubrimos nuestra pequeñez con falsas pretensiones de elegidos por un Olimpo de dioses hechos a nuestra imagen y semejanza. Pero el Universo se ríe a carcajadas y se aprovecha de su descomunal naturaleza preñada de misterios y enigmas sin descifrar. Sin embargo, existen muchos que han utilizado el arte de la complacencia, un curioso sentido de la vida, no exento de humor, que les permite disfrutar de este tránsito. A veces es suficiente con un atardecer o con una leve brisa para experimentar el placer de estar vivos. Puede resultar algo insignificante, pero no debemos restar ningún mérito a quien es capaz de conseguirlo, es su forma de resistencia a cierto fatalismo que nos ha imbuido desde que comenzamos a hacernos preguntas. Al fin y al cabo debemos ajustarnos a ese difícil equilibrio entre la tierra y el cielo, saborear cada instante, no como un insignificante impulso vital perdido en el tiempo y el espacio, sino como un regalo de singular importancia. En ocasiones sería hasta recomendable no ser demasiado conscientes de ser náufragos de la inmensidad y disfrutar de lo terrenal, porque si nos empachamos de trascendencia cósmica nos perderemos en un mar metafísico o, lo que es lo mismo, un callejón sin salida.
El Universo se aprovecha de su grandeza, nos apabulla hasta tal extremo que, cuando lo miramos, estamos observando algo que ya ni existe. Dicen que la luz de la estrellas que nos deleita es un fulgor de un cuerpo celeste que murió hace mucho tiempo, es como si nos asomásemos a un enorme cementerio estelar. Los científicos, siempre insaciables, nos bombardean con teorías, algunas algo estrafalarias, otras demasiado complejas y casi siempre fuera del alcance del común de los mortales. No obstante, de vez en cuando, nos sorprenden con algo realmente llamativo, casi divertido diría yo, y eso no es desde luego algo que debemos pasar por alto. Circula ahora una curiosa teoría sobre los agujeros negros. Siempre se pensó que los mismos destruían todo lo que se atrevía a cruzar sus fronteras, que introducirse dentro de uno de ellos era sinónimo de muerte. Sin embargo, ahora circula una idea curiosa que defiende la idea de que cualquier cosa que llegue a un agujero negro será duplicada como un holograma. Esto quiere decir que, si la Tierra sufriera esa singular distorsión de la realidad, se obtendría una copia idéntica de nosotros mismos.
Así que podría ser posible que esto ya hubiera sucedido y usted ya no fuera nada más que una copia de otro igual. Las mentes inquietas nunca paran y siempre están dispuestas a fastidiarnos en lo posible y, en el asunto que nos ocupa, ya hay voces que manifiestan que el resultado sería una copia de inferior calidad. Eso explicaría muchas cosas, de por qué la humanidad contiene tantos individuos estúpidos, tantas cabezas pensantes que rozan el ridículo. Es posible que seamos el reflejo de unas criaturas más perfectas, somos como utilitarios baratos que pretenden ser deportivos de alta gama, lo que explicaría las guerras, las crisis económicas y las abusivas comisiones bancarias. Es una broma, un chiste de la cosmología, jugar a que es un niño que quiere imitar objetos utilizando plastilina. Si esto nos hubiera pasado a nosotros, a buen seguro que nuestro particular agujero negro sería un chapuzas que nos ha dejado como una imitación deficiente y chusca. A partir de ahora, cuando me mire al espejo, pensaré que un ser como yo vaga en el espacio, mucho más guapo, que no tiene el pelo blanco, ni necesita gafas, que es capaz de hacer él sólo la declaración de la renta y que, encima, es aficionado de un equipo de fútbol que siempre gana sus partidos. Esto no es nuevo, ya existía en la filosofía de Platón, con aquella copia divina de Dios, el Demiurgo, que creaba muestras fallidas que quería imitar la perfección. Esta especie de artesano de buenas intenciones que no soportaba el caos, aplicó a los hombres pasiones desenfrenadas, por lo que algunas corrientes filosóficas pensaron que el Demiurgo era una identidad con malas intenciones, un malo de película.
Supongo que, como persona de buena fe que soy, todo esto tendrá una base más o menos sólida y que no sea el divagar de una mente aburrida frente a una pizarra vacía. Porque no está mal para una tarde de domingo el hacer dudar a la humanidad de su propia identidad, aunque, en esto de teorizar, hay mucho por desgranar e ideas insólitas hay para todos los gustos, tantas como herejías en la Edad Media. Al fin y al cabo para que preocuparse si la Tierra ha pasado o pasará por el aro de un agujero negro malintencionado, si resulta que las teorías del Biocentrismo colocan al Cosmos en una situación de inferioridad intelectual respecto a la vida. Porque, ésta última hipótesis, defiende que la vida creó el Universo y no al revés, incluso que la muerte es una ilusión que se nos ha enseñado desde que nacemos. Nuestra propia conciencia está capacitada para alterar la interpretación de la realidad, una realidad en el el que el tiempo y el espacio no existen de forma independiente, sino que están supeditados al punto de vista de quien los percibe. En otras palabras, que usted y todos nosotros vivimos en un mundo que hemos imaginado así, que podemos alterarlo a nuestro antojo y que, desde luego, la creencia en la muerte es una ilusión porque mantenemos el delirio de que poseemos un cuerpo biológico mortal, pero todo no es más que fruto del poder vital de la existencia. Si nos ponemos en plan cinéfilo diríamos que, después de todo, vivimos en Matrix o mejor aún, que Calderón tenía toda la razón del mundo cuando decía aquello de "¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción, y el mayor bien es pequeño: que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son."
Pues eso, no les den más vueltas al asunto, y piensen que van a comer mañana, si irán al cine o al fútbol, si tendrán que llevar paraguas o si llegarán a final de mes con su castigada y amputada nómina. Buenas noches y hasta mañana... si el agujero negro quiere.
Así que podría ser posible que esto ya hubiera sucedido y usted ya no fuera nada más que una copia de otro igual. Las mentes inquietas nunca paran y siempre están dispuestas a fastidiarnos en lo posible y, en el asunto que nos ocupa, ya hay voces que manifiestan que el resultado sería una copia de inferior calidad. Eso explicaría muchas cosas, de por qué la humanidad contiene tantos individuos estúpidos, tantas cabezas pensantes que rozan el ridículo. Es posible que seamos el reflejo de unas criaturas más perfectas, somos como utilitarios baratos que pretenden ser deportivos de alta gama, lo que explicaría las guerras, las crisis económicas y las abusivas comisiones bancarias. Es una broma, un chiste de la cosmología, jugar a que es un niño que quiere imitar objetos utilizando plastilina. Si esto nos hubiera pasado a nosotros, a buen seguro que nuestro particular agujero negro sería un chapuzas que nos ha dejado como una imitación deficiente y chusca. A partir de ahora, cuando me mire al espejo, pensaré que un ser como yo vaga en el espacio, mucho más guapo, que no tiene el pelo blanco, ni necesita gafas, que es capaz de hacer él sólo la declaración de la renta y que, encima, es aficionado de un equipo de fútbol que siempre gana sus partidos. Esto no es nuevo, ya existía en la filosofía de Platón, con aquella copia divina de Dios, el Demiurgo, que creaba muestras fallidas que quería imitar la perfección. Esta especie de artesano de buenas intenciones que no soportaba el caos, aplicó a los hombres pasiones desenfrenadas, por lo que algunas corrientes filosóficas pensaron que el Demiurgo era una identidad con malas intenciones, un malo de película.
Supongo que, como persona de buena fe que soy, todo esto tendrá una base más o menos sólida y que no sea el divagar de una mente aburrida frente a una pizarra vacía. Porque no está mal para una tarde de domingo el hacer dudar a la humanidad de su propia identidad, aunque, en esto de teorizar, hay mucho por desgranar e ideas insólitas hay para todos los gustos, tantas como herejías en la Edad Media. Al fin y al cabo para que preocuparse si la Tierra ha pasado o pasará por el aro de un agujero negro malintencionado, si resulta que las teorías del Biocentrismo colocan al Cosmos en una situación de inferioridad intelectual respecto a la vida. Porque, ésta última hipótesis, defiende que la vida creó el Universo y no al revés, incluso que la muerte es una ilusión que se nos ha enseñado desde que nacemos. Nuestra propia conciencia está capacitada para alterar la interpretación de la realidad, una realidad en el el que el tiempo y el espacio no existen de forma independiente, sino que están supeditados al punto de vista de quien los percibe. En otras palabras, que usted y todos nosotros vivimos en un mundo que hemos imaginado así, que podemos alterarlo a nuestro antojo y que, desde luego, la creencia en la muerte es una ilusión porque mantenemos el delirio de que poseemos un cuerpo biológico mortal, pero todo no es más que fruto del poder vital de la existencia. Si nos ponemos en plan cinéfilo diríamos que, después de todo, vivimos en Matrix o mejor aún, que Calderón tenía toda la razón del mundo cuando decía aquello de "¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción, y el mayor bien es pequeño: que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son."
Pues eso, no les den más vueltas al asunto, y piensen que van a comer mañana, si irán al cine o al fútbol, si tendrán que llevar paraguas o si llegarán a final de mes con su castigada y amputada nómina. Buenas noches y hasta mañana... si el agujero negro quiere.
Me gusta eso de que la luz tarde tanto que muestre algo que ya no existe, es una forma de mirar el pasado, algo que comunmente es fugaz. Me gusta que la verdadera realidad sea tan extraña que haga necesarias que las teorías científicas necesiten ser cada vez más extrañas para intentar explicarlas. Sirve para molestar a los que se definen como realistas y para quienes son partidarios del sentido común, ignorando que la verdadera realidad es algo complejo y extraño. ¿A que género pertenece el universo, realista, fantástico o ciencia ficción?
ResponderEliminarLa genial idea de The Matrix fue anticipada por la alegoría platonica de la caverna.
¿Conformarse con lo cotidiano? No. No me conforma.
Me interesa especular con dobles más afortunados que yo, en otros mundos paralelos. Aunque ya estoy reprochandoles su falta de solidaridad conmigo.
La idea platónica del demiurgo me parece muy sensata. Puede ser que esto que creemos realidad sea una mala copia o un borrador. Me gusta la idea gnóstica del demiurgo.
Lo de los agujeros negros lleva a teorías como el Principio Holográfico, que lo tridimensional sea nada más que una proyección desde algún lugar bidimensional del universo.
Prefiero las mentes inquietas a las mentes que se creen realistas.
Bueno, podríamos decir sin ningún temor que el Universo es algo tan real, pero tan descomunalmente desconocido, que entraría de lleno en lo que para nosotros se denomina como fantasía.
EliminarSaludos
Aldous Huxley decía que quizá la Tierra fuese el infierno de otro planeta.
ResponderEliminarYo personalmente prefiero mirar al suelo, por si me encuentro alguna moneda. No suele haber dinero flotando por el aire ;P
Podríamos decir aquello de, más vale infierno conocido que paraiso por conocer.
EliminarSaludos
Esto me recuerda a los universos paralelos de Phillip K. Dick o un profesor que tuve que estaba convencido de que si uno entra en un bar a tomarse un café, en otro universo ese no entra en un bar y no se toma nada. Esta tarde pienso ir a ver "El regalo", puede que en algún lugar de la galaxia mi otro yo se mete en un cine a ver la última de Sacha Coen. Le grito desde aquí por si me oye: "No vayas!!!"
ResponderEliminarSaludos!
Borgo.
Eso es como la teoría de los espejos, de cuando te reflejas en él y puedes ver a tu doble, pero que una vez que se da uno la vuelta y escapa al control del reflejo, cada uno vive una vida algo diferente, que solo coincide cuando nos miramos al espejo. Bueno no se si existe esta teoría o acabo de inventarmela.
EliminarSaludos
Que buen escrito Pepe, me dejó pensando un rato largo. ¡y yo mirando el suelo para ver si encuentro una baraja!
ResponderEliminarCuando me quedo mirando las estrellas (una vez cada tanto) suelo pensar y repensar en eso: que es un enorme cementerio estelar, muy bien definido.
Lo de la duplicación me recordó un relato de Borges que se llama "Los animales de los espejos".
Abrazo!
PD: Si hoy no gana San Lorenzo me voy a acordar mucho de esta entrada
No se preocupe amigo Frodo, cuando puse lo del equipo ganador, lo digo porque soy aficionado a uno que casi nunca gana, siempre buscando la épica del último partido y la supervivencia.
EliminarSaludos y suerte.
Buenísima esta entrada Pepe, sorprendente todo lo que nos cuentas, ¡¡¡¡ que bárbaro !!!que bien escrito y cuanta información sobre el tema del cosmos y todo lo que en el se encierra es interesantísima. Las cabezas pensantes de los científicos tienen mucho que estudiar sobre este tema eso, de la duplicación de la tierra y que antes ya hubo otra parecida es alucinante.Yo cuando miro a las estrellas algo que hago con bastante frecuencia, me sorprendo con todo lo que por ahí arriba pulula, un cosmos alucinante y desconocido.
ResponderEliminarGracias Pepe por compartir toda esta información y felicidades atrasadas, por aquello del santo de ayer.
Saludos.
Puri
Mirar al cielo es fascinante, lástima que con tanta contaminación lumínica cada vez es más difícil contenplar tan soberbio espectáculo.
EliminarSaludos
Mr. Cahiers, por lo general trato de tener los pies sobre la tierra, pero el universo y sus misterios me interesa mas; universos paralelos, estoy seguro de que los mismos existen, aunque por ahora no se pueda explicar o acceder a ellos y los agujeros negros, no se si con ellos se puede acceder a algun otro mundo, eso en cuanto a si se sobreviva a atravesar a los mismos. Tantas maravillas invisibles ante nosotros, pobres mortales, simplemente: ¡maravilloso!; el universo que nos deja igual a hormigas o peor y para el cual nada somos, excepto una motita de polvo. El universo misterioso y al final, quizas todo sea una ilusion. Le dejo un saludo y muy buena entrada.
ResponderEliminarEs demasiado grande para nosostros, que aún andamos con pañales por el Cosmos, pero quizás sea por eso que nos resulta tan desafiante, tan lleno de misterio, porque no podemos comprenderlo como quisiéramos.
EliminarSaludos
Hola ¿cómo va todo? Al igual que el año pasado, ahora estoy promocionando mi nuevo cómic, como puedes ver aquí:
ResponderEliminarhttp://artbyarion.blogspot.com/2016/03/buy-dawn-of-undead-now-and-win-marvel.html
Me encantaría que pudieras ayudarme a compartir el link con tus lectores, y si te animas a escribir un post sobre mi proyecto te lo agradecería muchísimo.
Saludos.
En cuanto pueda me paso y le hecho un vistazo.
EliminarSaludos
CANASTOS, Cahiers... Es una auténtica delicia leerle a usted, me chifla, además, su sentido del humor.
ResponderEliminarY eso, dejemos de mirarnos tanto a nosotros mismos, que no somos tan especiales, que igual hasta estamos repetidos, y no una vez, dos, tres... mil veces... a saber.
¡Feliz época de torrijas!
Un abrazo.
Sólo espero que mi doble perfecto tenga el blog un poco más actualizado y sea más raudo y veloz a la hora de ponerse a escribir, porque a un servidor, como mala copia que debo ser, le cuesta un mundo aporrear las teclas.
EliminarSaludos, aunque no soy muy de torrijas.
Jajaja ¡Por suerte nunca me ha dado por ponerme tan trascendente! Como bien dices, me suelo centrar más en los problemas del aquí y ahora, como el escueto saldo que me deja mi sueldo de risa. Je. De risa, pero que ni puta gracia... ya me entiendes xD
ResponderEliminarLógico, la vida es eso, sobre todo eso, salvo que tengas un original por esos mundos cósmicos que sea rico y no necesite trabajar.
EliminarSaludos