Después de los incidentes ocurridos con Blogger, en los que muchos nos sentimos algo desvalidos y, otros tantos, avisaban sobre la venida del apocalipsis y otras catástrofes diversas, plenas de malas vibraciones, he recordado que a nuestros antepasados les producía similar efecto fenómenos como los eclipses.
En la antigüedad cualquier cambio en la vida cotidiana era tomado con sorpresa y en algunos casos con extremada inquietud. En ese sentido, los eclipses, tanto de Sol como de Luna, eran tomados con severa preocupación. Que el astro rey se ocultara en pleno día hasta desaparecer era algo que no podía traer bueno augurios. Muchos monarcas y gente erudita se preocuparon por anticiparse a la jugada y algunos manejaron en su provecho un conocimiento que podía suponer una dosis adicional de poder.
En el año 562 a. de C. los lidios (aliados de los espartanos) se enfrentaban en una cruenta batalla contra los medas del persa Ciro. El 28 de mayo tuvo lugar una batalla, a plena luz del día, que a la postre sería decisiva. En esa misma fecha hubo un eclipse que ya había vaticinado el matemático heleno Tales. El historiador Herodoto narra así los acontecimientos: "Justo cuando la batalla estaba en su punto culminante, el día quedó repentinamente mudado en noche. Los medas y los lidios, cuando observaron el cambio, dejaron de combatir, y tanto unos como otros mostrándose ansiosos por llegar a un acuerdo". Los combatientes se tomaron aquella señal como un acto divino que expresaba así su disconformidad, y no dudaron ni un momento en detener la batalla, con lo cual se evitó un derramamiento de sangre innecesario.
En el transcurso de su cuarto viaje al nuevo mundo, Cristóbal Colón llegó con sus barcos en un lamentable estado a las costas de Jamaica. Escaso de alimentos, y ante el temor de un motín, se solicitó ayuda a los lugareños que, en un principio, colaboraron activamente en trueques diversos, pero que al cabo de un tiempo terminaron por abandonar, negándose en rotundo a abastecer los navíos españoles. No había forma humana en hacerles cambiar de idea y Colón, sabiendo que el 29 de febrero se produciría un eclipse lunar, reunió a todos los reyezuelos de Jamaica y les amenazó con hacer desaparecer la Luna si no continuaban con el suministro solicitado de los pertrechos necesarios. Los lugareños estallaron en carcajadas y se dieron la vuelta, pensado que aquello era una bravuconada sin sentido con el único fin de asustarlos. Naturalmente, esa noche, aterrorizados por la desaparición de nuestro entrañable satélite, acudieron a Colón para que todo volviera a la normalidad a cambio de restablecer el suministro deseado.
Sin embargo el hecho más curioso sucedió en China en el año 2640 a. de C. Se creía por entonces que los eclipses eran provocados por dragones que devoraban el Sol. Los astrónomos eran capaces de vaticinarlos con suficiente antelación, como para reunir a toda la población disponible que procedían a realizar mucho ruido para espantar al dragón y así evitar que se comiera el Sol. El emperador Huangg Ti había nombrado a dos astrónomos reales, Hsii y Hoo, para que estuvieran alerta sobre tal fenómeno, pero aquel año se produjo el eclipse de forma inesperada y el temido dragón comenzó a tragarse el Sol, sin que hubiera tiempo material para reunir a suficientes personas que blandieran gongs que pudieran espantar al dragón. Afortunadamente éste quedo saciado y se marchó, posibilitando que el Sol volviera a su lugar en el cielo. El emperador, asustado con lo que podía haber sido un desastre absoluto, convocó a sus astrónomos que, como excusa, argumentaron que se encontraban en un estado absoluto de embriaguez y no fueron capaces, pues, de anticiparse a los acontecimiento. Lógicamente, ambos amantes del licor, fueron ejecutados sin dilación.
Aún recuerdo aquel eclipse total de 1999 cuando a Paco Rabanne se le fue la olla y pronosticó el fin del mundo, cosas del cambio de milénio. Durante cinco minutos la luz se volvió muy extraña (aquí era mediodía) como pasada por un filtro ambar. Fue impresionante.
ResponderEliminarAunque seguramente el eclipse de sol más famoso es el de Tintín en "La oreja rota". Saludos. Borgo.
Ante cualquier suceso misterioso siempre abundan los que lo aprovechan en su propio beneficio.
ResponderEliminarEl miedo es la mejor de las armas de control de masas y el miedo es a perder al propio sol, el peor de los temores.
Qué entrada más interesante, Cahiers, me ha encantado.
ResponderEliminarA mí me gustan los dragones. Mucho.
Creo que el eclipse de Tintin era en "El templo del sol".
ResponderEliminarSi se acaba blogger, ¿cuantos suicidios colectivos habrá?
Yo, como Borgo, también recuerdo el eclipse de 1999. Fue impresionante este efecto. Y muy curiosas las historias que comentas Pepe. Pero el final de blogger distaría mucho del final del mundo... aunqe estms tan adictos a los blogs jejeje. Ya encontraríamos otra cosa. De todas formas, es impresionante todo el universo que me ha brindado esto de la blogosfera. Abrazos.
ResponderEliminarMuy buena entrada. Los seres humanos nunca dejaremos de tener miedo de la cotidianeidad XD
ResponderEliminarLa desaparición de Blogger sería algo traumático, rompería muchos lazos de unión entre personas de todo el mundo. Ya hemos experimentado levemente la frustración de su pérdida pasajera. No sería el fin del mundo ni mucho menos, pienso que lo que asusta realmente es perder el contacto con tanta buena gente que se conoce gracias a este vínculo común
ResponderEliminarYo también recuerdo el eclipse de 1999, y las gafas que vendían para verlo sin problemas.
ResponderEliminarY ahora pienso en un Expediente X, 2ª temporada, donde Scully, lee un relato escandinavo sobre el fín del mundo...también era un eclipse, pero no eran dragones, amigos Cahiers y Clementine, sino un lobo quien devoraba el sol...
Que buena la entrada, y que curiosos todos los incidentes narrados.
ResponderEliminarPor cierto que últimamente cada vez que oigo hablar de emperadores no puedo evitar recordar el magnífico relato corto de Ray Bradbury, "La máquina voladora".
Soy consciente de que "magnífico relato corto de Bradbury" es una obviedad y una redundancia
Miquel: A Paco Rabanne se le escapó un tornillo, eso si, con mucho estilo.
ResponderEliminarPiedra: Esa reflexión me recuerda a "El nombre de la rosa".
Clementine: Eso lo dice usted porque nunca ha sido una doncella en manos de un pérfido Dragón.
Möbius: Espero que ninguno, en todo caso huelga de teclados.
Marcos: Desde luego, menudo invento es este, que hace algunos años hubieramos creído un sueño casi imposible.
Cinemagnific: Imagínese a esos hombres primitivos contemplando el firmamento.
Alimaña: Eso es cierto, los vinculos que se crean, en este espacio de ideas y conceptos que es la blogosfera, no tienen precio.
Tirador: Sería un lobo despistado, porque lo suyo es la luna llena.
natsnoC: Menuda enseñanza tiene ese relato, el miedo al lado perverso del progreso.
Hola Pepe!!! Excelente post y como lo has relacionado con el "blogoapagón" que sufrimos. Dejando de lado blogger y las connotaciones apocalípticas de estos sucesos me impresiona como los babilónicos y asirios fueron capaces de deducir el Ciclo de Saros (223 meses
ResponderEliminarsinódicos=242 meses draconíticos=18 años y 11 días) para calcular cuándo iban a tener lugar dichos acontecimientos. Me gustan los eclipses porque nos recuerdan lo insignificantes que somos cuando la sombra de un satélite es capaz de privarnos de nuestro necesario Sol.
Un abrazo Pepe.
Worc: Es que siempre hemos subestimado los conocimientos científicos de las grandes culturas del pasado.
ResponderEliminarDesde luego, ay que ver lo que aprende uno con su blog... Menudo bastardo estaba hecho el tal Colón!!
ResponderEliminarPor cierto, ¿qué pasa con Blogger? ¿Qué es eso de que va a desaparecer? ¿En serio?
Lazoworks: Es que los indios estaban muy verdes en esto de la picaresca. ¿No se ha enterado usted lo que ha pasado con Blogger estos días?. Nada, un sustillo sin importancia.
ResponderEliminar"Google cierra, sin previo aviso, el acceso a su herramienta Blogger": ese sería el titular de la catástrofe, sin duda. Y sin posibilidad de reclamar.
ResponderEliminarSaludos.
Si, a mi también me pasó que se me borró una entrada y los comentarios. Pero de ahí a que Blogger deje de existir, como he leído en el comentario de Alimaña... Que susto. Que sería de mi y de mi alma!!
ResponderEliminarLicantropunk: Me imagino que pensarán que a caballo regalado...
ResponderEliminarLazoworks: Lo de Alimaña es un supuesto, mayormente.
La caída de blogger fue casi el fin del mundo, pero poniéndome serio, la verdad es que sería una lástima no leer las opiniones y los relatos que mucha gente hace públicos a través de sus blogs.
ResponderEliminarCristóbal Colón ya sabia utilizar la picaresca española, pero lo que realmente me ha llamado la atención es la anécdota de los chinos, más que nada por lo de reunir gente para hacer ruido y que el dragón se marchara.
Sr.Nocivo: Lo cierto es que, sumando todo los comentarios perdidos, es todo un mundo. Lo de los chinos fue un precedente claro de las caceroladas de hoy en día, aunque la finalidad de las mismas ha cambiado considerablemente.
ResponderEliminarMis disculpas a Lazo por interpretarme mal, solamente me he dejado llevar por mi vena pesimista y me he referido a un supuesto final de Blogger... que uno ya con tanta peli vista de mundos apocalípticos... jajajaja
ResponderEliminarSaludos chicos
El fin de blogger sería traumático si a la vez se terminara Internet pero mientras exista otro medio de comunicación global no sería tan "la fin del mundo". Seguro que aparecería algo mejor sino recordemos hace 10 años..¿quién se imaginaría blogger o demás? La tecnología va a la velocidad de la luz y nosotros nos adaptamos rápido a ella. Lo difícil sería volvernos a encontrar "los asiduos" en los blogs pero no sería imposible, eso seguro. De momento todo sigue igual!!!
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