No cabe duda de que los Hermanos Marx era unos tipos harto peculiares y no sólo por su películas en si mismas, sino por la actitud que tenían ante la vida y, sobre todo, en la forma en la que emprendían su trabajo. La locura anárquica en la pantalla se vertía de forma descontrolada en su forma de trabajar y no fueron pocos los directores que les tenían un miedo cerval.
Uno de los que tenía ese pánico era Leo McCarey que los estuvo evitando mientras pudo. Los Hermanos Marx llevaban tiempo intentando convencerlo para que rodase una de sus películas, pero el director siempre se había negado. Tal vez fuera porque McCarey era un ultra conservador católico hasta la médula y conciliaba poco con el carácter de los Marx, o por un miedo, más que fundado, a la nula disciplina que estos eran capaces de aportar, lo cierto es que siempre se pudo escabullir de semejante labor. De hecho, atisbó el momento apropiado en que los Hermanos Marx rompieron su contrato con la Paramount, para renovar el suyo, hecho que los díscolos actores aprovecharon para reconciliarse con el estudio. Fue así como McCarey se encontró con la ineludible tarea de rodar "Sopa de ganso", cuyo director, en un principio iba a ser Ernst Lubitsch, pero otros compromisos le impidieron hacerse cargo del proyecto. El resignado director abocado a trabajar con ellos terminó por decir: "Yo no quería de ninguna manera hacer este film con los Marx, estaban completamente locos. Era casi imposible reunir a los cuatro a la vez. ¡Siempre faltaba alguno!. Si, eran las cuatro personas más alocadas que he encontrado."
En el rodaje de "Plumas de caballo" sorprendieron un día a todo el mundo llegando puntualmente al trabajo, pero cada uno de ellos llevaba el maquillaje del otro. Zeppo imitaba a Groucho, Harpo se había dibujado el bigote y Chico iba con la peluca de éste. Comenta el director Norman Z. McLeod que en otro ocasión, nada más aparecer por la puerta, se abalanzaron sobre él, lo tumbaron en el suelo y le arrancaron los pantalones, hicieron una bandera con ellos y se pasearon por todo el estudio. Una de las constantes laborales de los Hermanos Marx era su escasa puntualidad y su tendencia a dispersarse en cuanto se presentaba la ocasión. En pleno rodaje de "Pistoleros de agua dulce", Zeppo se acercó al director y le preguntó si le hacía falta en un rato, a lo que éste le contestó que no, pero temiendo lo peor le preguntó "¿A dónde vas?", pensado que iría a realizar algún recado, pero Zeppo le gritó desde la puerta: "¡A San Francisco. Sólo estará allí un par de semanas!". El director se quedó sin palabras. Comentaba también McLeod que no era raro escuchar algún grito de alguna fémina del estudio. Ese sonido le ponía en guardia pues era evidente que Chico y Harpo perseguían a alguna pobre inocente: "Una joven que pasaba por allí está corriendo para salvar su vida, perseguida a toda máquina por Chico y Harpo. Si Chico la coge, pocos segundos después se puede ver a Harpo saliendo de algún sitio y dando bocinazos con expresión de loco. Luego la persecución vuelve a empezar." Por su parte, Groucho era incapaz de respetar las señales del suelo y actuar con tales referencias y salía corriendo, de un lado a otro, repitiendo sus genialidades a los cuatro vientos, pero fuera de cámara y micrófono.
La actriz Lillian Roth, que actuó junto a ellos en "El conflicto de los Marx", nos relata lo difícil que era rodar con ellos: "Era algo muy parecido a un circo. En primer lugar Zeppo, el más joven, entró tranquilamente en el estudio hacía las nueve y media de la mañana. A las diez alguien recordó que había que telefonear a Chico para despertarle. Entre tanto apareció Harpo y al ver que faltaban la mayor parte de los actores volvió a desaparecer. Más tarde se lo encontraron dormido en su camerino. En ese momento llegó Chico. Groucho, que había estado jugando al golf, llegó algo después con su bolsa de palos colgada del hombro. Entró andando con las rodillas dobladas, se sacó el puro de la boca y con una demencial mirada de reojo anunció: "¿Alguien quiere almorzar?". Volvieron al trabajo a media tarde, y antes de que nadie se diera cuenta ya era las cinco, de modo que lo dejaron."
Fueron también numerosas anécdotas las que se cuentan de su relación con el productor Irving Thalberg. En su despacho no fueron pocos los incidentes entre los actores y el conocido productor. Este les hacía esperar siempre antes de entrar en su despacho y, en una ocasión, los Hermanos Marx comenzaron a fumar y echar el humo por debajo de su puerta para que éste creyera que había un incendio. En otra ocasión, en la que no quería recibirles, éstos aprovecharon la ausencia de su secretaria para bloquearle la puerta con varios muebles y archivos. La más demencial transcurrió cuando en una reunión, Tharlberg los abandonó por un rato para acudir a una cita, y cuando volvió se los encontró sentados en el suelo desnudos y asando patatas en la chimenea.
Margaret Dumont, sin duda el cuarto hermano, aunque lo fuera en la vida real Zeppo, nunca entendió el humor de los Marx y fue una paciente y entregada actriz que supo aguantar, como pudo, el incesante estado febril de sus compañeros de reparto. Margaret siempre interpretaba a la viuda acaudalada a la que Groucho intentaba seducirla, sobre todo para sacarle los cuartos o para vivir sin dar golpe. La sufrida actriz comentaba su impresión sobre tan caótico grupo: "En el ensayo general llevaba un vestido de gasa con mangas largas. Conocí a Harpo cuando me encontré su pie en una de mis mangas. Después de tres semanas como compañera de Groucho casi sufro un ataque de nervios. Me empujaba, me quitaba las sillas cuando iba a sentarme; cocinaba solomillos en la chimenea de mi apartamento, me ponía ranas en el baño y me hacía la vida imposible tanto sobre el escenario como fuera de él. Pero no me arrepiento de haber estado con ellos. Los quiero."
Los Hermanos Marx fueron los impulsores de un estilo genuino de hacer humor, loco, desquiciado, ingenioso, pero, en el fondo, quizás no hicieron más que ofrecernos la imagen de quienes eran realmente, sin un ápice de impostura. Ellos no actuaban, se mostraban como eran, o quizás sus personajes y su vida real se habían agitado tanto, que ya sólo eran un perfecto cóctel de ambos mundos.
Muy buen repaso Sr. Cahiers. Debía ser una locura rodas junto a ellos, una aventura como lo reflejan en sus peliculas. Nunca serán superados. Saludos.
ResponderEliminarFabulosa esa antología, no en balde venían del vodevil, y eso marca mucho.
ResponderEliminarMc Carey no tuvo el menor problema para trabajar con Laurel&Hardy, de hecho le debemos el nacimiento de la pareja, y no es casualidad que Sopa de Ganso sea la mejor película de los Marx.
Circula por la red una entrevista de Bill Cosby a Groucho. Una delicia...
Como le decía a Clementine, bendito día del retorno... pero no se pongan todos de acuerdo que uno no da para todo. Este lo repasaré con más detalle mañana y comentaré algo.
ResponderEliminarNi la menor idea de estas anécdotas, oiga. Acabo incluso de enterarme de que el director de Sopa de Ganso era un ultraconservador católico.
ResponderEliminar"De hecho, aprovechó el momento en que los Hermanos Marx rompieron su contrato con la Paramount, para renovar el suyo, hecho que los díscolos actores aprovecharon para reconciliarse con el estudio."
xDDD
Menudos estaban hechos los hermanos Marx...
ResponderEliminar¿Sopa de ganso? Mmmm... ;)
Ya de vuelta. Genial, genialísimo si me permite la patada al diccionario. Me ha encantado el post, no me cuesta nada imaginarme a los Marx así.
ResponderEliminarUna vez leí que los gags más transgresores los ensayaban antes en actuaciones que solían hacer en vivo en los teatros y los más populares eran los que ponían en las películas, pero que algunos de los otros eran... vamos, que hoy día seguirían dejándonos con la boca abierta.
Los hermanos Marx vivían continuamente en una película de los hermanos Marx. Y sí, sería una locura rodar con ellos, pero no deja de ser muy divertido visto desde lejos. Eran genuinos. Me hubiera gustado ver la versión de Lubitsch de "Sopa de ganso".
ResponderEliminarBuena entrada, Cahiers. Entre tú y yo, me tiene intrigadísima natsnoC con lo del día del retorno...
"...nada más aparecer por la puerta, se abalanzaron sobre él, lo tumbaron en el suelo y le arrancaron los pantalones, hicieron una bandera con ellos y se pasearon por todo el estudio." XDDDDDD
ResponderEliminarQué bueno, tío, qué bueno. Debía ser una deliciosa locura rodar con esta gente.
Leí hace tiempo un libro de Groucho y, aunque lo disfruté muchísimo, jamás pensé que pudiera escribir como era en sus películas. Si a esto le unimos las increíbles anécdotas que has recopilado aquí, no me extraña que tuviesen pesadillas los que tenían que trabajar con ellos.
ResponderEliminarDebía ser todo un reto trabajar con quienes se salen tanto de la norma y del tiesto. Entiendo la afirmación final de la actriz Margaret Dumont.
Un fantástico post. Gracias Pepe
Fueron capaces de crear un estilo y de que aun hoy siga teniendo seguidores.
ResponderEliminarQuizás eran unos niños grandes, o quizás el LSD fue sintetizado mucho antes de lo que nos cuenta la historia.
Desternillantes anécdotas amigo... era de suponer que esos diablillos se comportaran de la misma forma en el día a día que en las películas... solo había que verlos
ResponderEliminarLo de los pantalones por bandera por me ha recordado a mis tiempos de "mili"
Unicos, irremplazables e irrepetibles
Marcos: Sin duda una forma de hacer humor sin fecha de caducidad.
ResponderEliminarTirador: Luego McCarey confesó que no lo había pasado tan mal y que incluso llegó a divertirse con las trastadas de semejantes elementos.
Dani: Aquel incidente no se sabe si fue fortuito o ellos provocaron su retirada de la Paramount para hacer picar a McCarey.
Lazoworks: Para que vea usted que no tengo anatidaefobia.
natsnoC: De hecho son muchas las escenas que son claramente sacadas del vodevil, por su aspecto teatral.
Clementine: Esa propuesta de Lubitsch hubiera sido muy interesante. Yo no tengo muy claro lo de ese retorno, será retorno del fin de semana o a lo mejor es "El retorno del Jedi".
Einer: Supongo que el truco consistía en seguirles el juego, porque si no estabas perdido.
A-B-C: El dilema de la pobre Dumont es que no comprendía ni de lejos esa clase de sentido del humor, pero, a pesar de las bromas pesadas, ella les tenía un gran cariño.
Piedra: Ese LSD transgresor y cercano a la locura más hilarante ya estaba en su ADN.
Alimaña: Supongo que para los directores sería agotador rodar una simple escena con los Marx. Ya veo que usted y yo somos como los últimos de Filipinas, al ser de los pocos que recordamos la mili, claro, entre otras cosas, porque no tuvimos ma remedio que hacerla.
Sí, Cahiers, yo también me he inclinado por el retorno galáctico. Ah, otra cosa. La providencia ha tenido a bien devolverme en mi entrada utópica el comentario en que despotricaba el Tirador contra usted y ese otro en el que yo le llamaba al orden. No tiene más que asomarse. Si es que estas cosas acaban saliendo a la luz, tarde o temprano...
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con Piedra,que estos hermanos crearon un estilo propio,que perdura hoy en día.Cualquiera de sus películas te siguen haciendo
ResponderEliminarreír como antes.Y me alegra que jóvenes de hoy aprecien sus films.
Supongo que no sería igual de gracioso verlos en pantalla que tener que rodar con ellos. Estas anécdotas (que desconocía por completo) hacen pensar que estaban tan chalados como parecía en sus películas, aunque para ser más punzantes, se me antoja que eran más bien unos impresentables como profesionales.
ResponderEliminarNo me extraña que McCarey no quisiera rodar con ellos. Con lo tranquilo que debería resultar trabajar con Bing Crosby, por ejemplo.
Saludos ;)
Esto que cuentas tu (enhorabuena por el resultado) se debería enseñar en los colegios. ¿Por qué ya no se emiten las pelis de estos chalados en buenos horarios?.
ResponderEliminarLo que ganamos en canales lo perdimos en calidad.
Mas madera!!! Es la guerra!!!
Coincido con los que ya han pasado por aquí, estupendo y genial post para uno personajes absolutamente desbaratados y disparatados. No me canso de ver sus películas por que no tienen ni un segundo de desperdicio.
ResponderEliminarGenial Señor Cahiers, me ha encantado su post. Lo cierto es que yo también soy marxista...jajaja. Y las referencias de Woody Allen a los Marx creo que son el mejor homenaje cinematográfico...pues no son muchos los autores que los mencionan en estos tiempos. Yo también me leí el libro de Groucho "Memorias de un amante sarñoso" y es genial...se lo recumiendo a todos ustedes amigos.
ResponderEliminarMuchos besos a todos.
Atentamente.
Amiga Anónima.
Perdón por la grafía... el amante era "SARNOSO" y no sarñoso...jajajaja.
ResponderEliminar...traigo
ResponderEliminarsangre
de
la
tarde
herida
en
la
mano
y
una
vela
de
mi
corazón
para
invitarte
y
darte
este
alma
que
viene
para
compartir
contigo
tu
bello
blog
con
un
ramillete
de
oro
y
claveles
dentro...
desde mis
HORAS ROTAS
Y AULA DE PAZ
COMPARTIENDO ILUSION
PEPE
CON saludos de la luna al
reflejarse en el mar de la
poesía...
ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DE CARROS DE FUEGO, MEMORIAS DE AFRICA , CHAPLIN MONOCULO NOMBRE DE LA ROSA, ALBATROS GLADIATOR, ACEBO CUMBRES BORRASCOSAS, ENEMIGO A LAS PUERTAS, CACHORRO, FANTASMA DE LA OPERA, BLADE RUUNER ,CHOCOLATE Y CREPUSCULO 1 Y2.
José
Ramón...
Mr. Pepe Cahiers, muy buena entrada, las peliculas de estos 4 actorazos siempre me han gustado, las encuentro fascinantemente graciosas, simplemente maravillosas y graciosas. Saludos.
ResponderEliminarClementine: Ya veo que Blogger nos ha devuelto lo que el viento se llevó, o sea los comentarios perdidos. He tenido ocasión de leer esas amenazas del Tirador y fue tal como usted me lo contó en su día. Gracias por el aviso, hay que estar en guardia por lo que pueda pasar...
ResponderEliminarAntonio: Creo que esos tipos harán reir siempre a todas las generaciones, pues su humor es atemporal. Gracias por tu comentario.
Pliskeen: Si, supongo que el rodaje de "Sopa de ganso" no tenía mucho que ver con "Las campanas de Santa María".
Kinski: Eso que plantea usted es una quimera, ni los canales de pago son capaces de semejante desafio. Una verdadera lástima.
Jlin: Por más que las veas no tienen ningún desgaste, quizás los tontos amorios de la pareja de turno, pero, por lo demás, totalmente recomendable.
Amiga Anónima: "Groucho y yo" es un libro también estupendo, y no he visto mejor forma de contar sucesos históricos como el crack del 29. Je,je, he buscado sarñoso para ver si existía, pero no. Como hacía el personaje de Camilo José Cela en "La colmena",podría pantentarla como palabra nueva, que significara por ejemplo: "Sarnoso y ñoño".
Jose Ramón: Gracias por esos versos y por su visita a la Guarida. Juraría que esa foto está hecha en el Palacio de Carlos V de Granada.
Mis queridos amigos Cahiers y Clementine, ya veo que sus diatribas hacia mi persona vuelven de forma recurrente. Como comprenderán, no tengo intención de responder a sus fatuos y vanos intentos de hacerme perder la compostura; eso sí espero que esos comentarios, sospechosamente desaparecidos y más misteriosamente recuperados, no hayan sido cocinados y/o manipulados, aunque me temo lo peor...
ResponderEliminarBelknap: Creo que en la actualidad no hay quien haga ese tipo de humor y es una pena. Fueron grandes y, por lo visto, únicos.
ResponderEliminarTirador: Después de sus amenazas de sacar cosas del pasado, ahora acusa a la amiga Clementine de manipuladora. ¡Que Dios nos asista!.
Hola Pepe!!! Bajo mi punto de vista creo que la última frase de tu post resume a la perfección la vida que llevaban, una mezcla entre las películas y la cotidianidad todo entremezclado y ya difícil de distinguir. No veas lo que me he reído con la imagen mental de los hermanos desnudos calentando patatas en la chimenea del despacho del tal Thalberg mientras le esperan.
ResponderEliminarCreo que incluso es posible que su "supuesta" vida real fuera todavía mucho más cómica que sus películas, estoy convencido de ello. Cuánto dinero pagaríamos ahora por verlos actuar en Broadway o en sus primeros Vodevil...yo mucho.
Siempre un placer leerte, un abrazo.
Fantástica entrada, no conocía estas anécdotas, pero siempre desee que los hermano Marx eran tal y como se veían en sus películas.
ResponderEliminarWorc: Pues si, hubiera sido todo un deleite haberlos visto en aquellos primeros años de teatro en teatro, como tantos otros, Chaplin, Keaton...
ResponderEliminarSr.Nocivo: Desde luego eran ideales para una buena juerga.
Hola, Pepe. Me he pasado por tu blog por primera vez y está chulísimo. Muy buena la entrada que haces sobre los Marx. Se podía hacer una peli sobre ellos tan graciosa como sus propias pelis; vaya coña de tíos! Eso de que tuviesen tendencia al despiste en los rodajes no me extraña demasiado, después de todo aunque esos rodajes resultasen divertidos había que hacer las cosas bien, como en todo trabajo, y eso con su carácter y alegría podía resultar un tanto incompatible en ocasiones :-)
ResponderEliminarA saber qué hubiera hecho Lubitsch con Sopa de ganso (una de las que más me gustan de los Marx), y más dándole un toque a lo Ser o no ser, pero con ese surrealismo tan desbordante y gracioso que tiene la original…
Un saludo, Pepe, y hasta otra. Te seguiré
Pocos deben ser en Hollywood que hayan generado tantas anécdotas y tan cachondas.
ResponderEliminarYo, marxista por siempre jamás.
Javi: Gracias y bienvenido a la Guarida. No cabe duda que hacer una película sobre tan hilarantes individuos no sería una mala idea. "Ser no no ser" es absolutamente brillante y Lubitsch hubiera realizado un estupendo trabajo con "Sopa de ganso".
ResponderEliminarMöbius: Y además es un marxismo que nunca pasa de moda, siempre está vigente.
Muy buen post Pepe, me he reido mucho leyendo las anécdotas que cuentas. En casa tengo muchas pelis de ellos y no me canso de verlas porque me parecen genuinos y originales. Con un arte increíble, además de ser unos músicos tremendos, ese arpa que tocaba harpo, lo hacía de maravilla, es el único momento en que se le serio en las películas. Y el piano que tocaba chico magistralmente, unos artistas.
ResponderEliminarBesotes
Lala: Eso demuestra que la música amansa a las fieras. La cara de Harpo cuando toca el arpa es de una serenidad desconocida.
ResponderEliminarLa verdad es que no sé si he comentado o no... por si acaso repito.
ResponderEliminar--------
A los hermanos Marx les debo muchas carcajadas de las buenas, de las de juventud, de esas que daba cuando no tenía ninguna olbigación más que gozar de una buena peli de humor y divertirme. Me ha encantado recordar esos momentos. Bonito post. Un abrazo
Pues menos mal que he vuelto a comentar... la verdad es que me ha costado 3 veces que saliera mi nombre en tu blog...ya creía que era un post de los que se guardaban los comentarios hasta autorización sin yo enterarme. Otro abrazo
ResponderEliminarLayna: Buena terapia la que nos suministran los hermanos Marx, la risa, algo que no tiene precio. Respecto a los comentarios, creo que Blogger está haciendo otra de las suyas. A mi, por ejemplo, no me aparecen desde hace dos o tres días los seguidores.
ResponderEliminarCon lo que adoro yo a los Marx, y no conocía estas anécdotas. Qué geniales eran. Hubiera sido divertido que muchas de las que hicieron, estuvieran grabadas también `para tener más maetrial con el que disfrutar y reír.
ResponderEliminarEn fin, para mí genios únicos. Crearon un humor único, y al mismo tiempo, una suma de diferentes tipos de humor (Groucho, Harpo y Chico, por separado, cada uno tenía su estilo, más el que tenían luego conjuntamente), que me es imposible no ver en demasiadas partes hoy en día. Fueron maestros.
Lady Vengeance: Hubiera sido interesante que todo esas anécdotas se hubieran conservado filmadas, una especie de making off de como se hizo cada una de sus películas. Saludos.
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