Una joven actriz, Julie (Kristy McNichol), circula despreocupada cuando atropella a un perro blanco. Angustiada por el suceso, lo lleva a una clínica veterinaria donde será atendido. Sin saber que hacer con él, permitirá que se quede en su casa hasta encontrar a su dueño. Un vínculo de amistad y lealtad va surgiendo entre los dos, sobre todo desde que el perro dio buena cuenta de un violador que quiso agredir a Julie en su propia casa. La contundencia y fiereza que demostró el perro fueron motivos más que suficientes para que decidiera quedarse con el animal. No obstante, el perro demostrará ser incontrolable y su violencia se desatará, curiosamente, cada vez que se cruza en su camino una persona de raza negra. Asustada, y con el convencimiento de corregir tan desmedida agresividad, acude a un centro especial en donde puedan modificar su conducta. El adiestrador es un hombre de color llamado Keys (Paul Winfield) y, en cuanto el perro lo divisa, carga toda su fuerza contra él. El encargado del lugar le recrimina a Julie que lo que le acaba de traer es un "perro blanco", ante la mirada atónita de la joven actriz quién ya daba como evidente de que lo era, aunque no llega a entender que significado oculto se esconde en esa definición.
Un perro blanco es un animal adiestrado para atacar con saña a los negros. Su dueño es probablemente un racista que ha condicionado la conducta del animal para que sirva a sus fines, o más bien a sus particulares odios. ¿Y cómo se consigue hacer racista a un perro?. El adiestrador de la película lo explica con todo detalle. El perro es entregado de cachorro a un negro al que se le pagará para que lo maltrate sistemáticamente. Mal alimentado por su circunstancial dueño y con reiteradas palizas, el animal sentirá un miedo cerval ante cualquier hombre o mujer de semejantes rasgos, miedo que se transformará en un odio que, con el tiempo, sabrá canalizar convenientemente utilizando ya la fuerza de un perro adulto. Sumándole un adiestramiento como animal de ataque, lo convertirá en una bestia letal. En la película ya se nos advierte que todos los intentos con perros blancos a los que se les ha intentado extirpar ese carácter racista han terminado mal. No obstante, Keys, a sabiendas del peligro que entraña, se compromete, como desafío personal, a modificar ese comportamiento. A partir de ese momento, el film narra con todo detalle la continua lucha entre hombre y animal, una lucha que se convierte en toda una metáfora de la lucha contra los prejuicios y que entra de lleno en la disquisición moral de si es posible o no cambiar el carácter de cualquier hombre imbuido en odios raciales.
La película, como otras que abordaron el tema, trata de explicar el origen de la animadversión racial, sus mecanismos de aprendizaje, su evolución y su constitución como una forma de entender la vida. En "Arde Mississippi" de Alan Parker se diseccionaba la discriminación hacia los negros, encontrando su semilla de dispersión en la educación. El factor de esa antipatía se enseña a los niños desde pequeños, tal y como lo decía el personaje interpretado por Frances McDormand: "La gente nos mira y no ve mas que fanáticos y racistas, nadie nace odiando, se te enseña en la escuela, nos decían que la segregación estaba en la Biblia,
Génesis 9:27, a los siete años si te dicen algo tantas veces llegas a
creerlo, crees en ese odio lo vives lo respiras y te casas con el". En "El sendero de la traición" de Costa-Gavras, el racismo se vive como algo cotidiano, se organizan hasta campamentos, en donde niños y mayores se inyectan una buena dosis de odio, de un odio costumbrista, casi natural, con la apariencia falsa de las buenas intenciones. Y eso si que da miedo. La naturalidad del mal siempre asusta más que la sobreactuación.
En la película que nos ocupa ese factor racista no se puede aprender de forma sutil. Al fin y al cabo el protagonista es un perro y se recurre al procedimiento más primario, a la inducción del rencor por medio de la violencia. Un mecanismo que instintivamente forja a un enemigo primordial. El reto es cambiarlo todo, ser capaz de dar marcha atrás a esa conducta, en definitiva extirpar el germen del odio racial. En ese sentido, la película no puede ser más desoladora. Samuel Fuller ofrece un final ciertamente pesimista en forma de fracaso. SPOILER-El adiestrador consigue con éxito doblegar el resentimiento interno del animal, pero con un alto precio. El perro, víctima de ese contrasentido, de esa lucha interna de los instintos agresivos inducidos, termina por entrar en la locura absoluta. Ya no ataca al hombre negro, pero su ira se canalizará ya en cualquier dirección, arremetiendo contra el primer ser humano que tenga a tiro. El único triunfo que se permite la película es, cuando un anciano acude para recuperar al perro del que dice ser propietario, recibiendo el reproche por parte de Julie, que le informa que su creación abominable está siendo neutralizada por un hombre de color. Es una victoria a medias, pero que indigna el orgullo del viejo racista que acude con sus nieta, aparentando esa normalidad del forjador de odios de la que ya había hablado anteriormente.-FIN SPOILER.
Samuel Fuller, que venía de realizar "Uno rojo: división de choque", muestra su particular desencanto, muy al estilo de otro director outsider como fue Peckinpah. Su falta de fe en los cambios y su constatación de la realidad queda presente en cada fotograma de "Perro blanco", que si bien en un momento parecería una vuelta de tuerca a las películas con animales asesinos, sin más trascendencia, pronto se demuestra que su camino no es el de la película comercial al uso. El guión, escrito a medias entre el director y Curtis Hanson fue lo suficientemente contundente como para asustar, en cierta medida, a la productora Paramount, que tras un discreto estreno a principios de los 80, decidió retirarla de cartelera hasta el año 1991 en la que volvió a circular en las pantallas comerciales con relativo éxito.
En la película que nos ocupa ese factor racista no se puede aprender de forma sutil. Al fin y al cabo el protagonista es un perro y se recurre al procedimiento más primario, a la inducción del rencor por medio de la violencia. Un mecanismo que instintivamente forja a un enemigo primordial. El reto es cambiarlo todo, ser capaz de dar marcha atrás a esa conducta, en definitiva extirpar el germen del odio racial. En ese sentido, la película no puede ser más desoladora. Samuel Fuller ofrece un final ciertamente pesimista en forma de fracaso. SPOILER-El adiestrador consigue con éxito doblegar el resentimiento interno del animal, pero con un alto precio. El perro, víctima de ese contrasentido, de esa lucha interna de los instintos agresivos inducidos, termina por entrar en la locura absoluta. Ya no ataca al hombre negro, pero su ira se canalizará ya en cualquier dirección, arremetiendo contra el primer ser humano que tenga a tiro. El único triunfo que se permite la película es, cuando un anciano acude para recuperar al perro del que dice ser propietario, recibiendo el reproche por parte de Julie, que le informa que su creación abominable está siendo neutralizada por un hombre de color. Es una victoria a medias, pero que indigna el orgullo del viejo racista que acude con sus nieta, aparentando esa normalidad del forjador de odios de la que ya había hablado anteriormente.-FIN SPOILER.
Samuel Fuller, que venía de realizar "Uno rojo: división de choque", muestra su particular desencanto, muy al estilo de otro director outsider como fue Peckinpah. Su falta de fe en los cambios y su constatación de la realidad queda presente en cada fotograma de "Perro blanco", que si bien en un momento parecería una vuelta de tuerca a las películas con animales asesinos, sin más trascendencia, pronto se demuestra que su camino no es el de la película comercial al uso. El guión, escrito a medias entre el director y Curtis Hanson fue lo suficientemente contundente como para asustar, en cierta medida, a la productora Paramount, que tras un discreto estreno a principios de los 80, decidió retirarla de cartelera hasta el año 1991 en la que volvió a circular en las pantallas comerciales con relativo éxito.
Puro conductismo racista. Suena de lo más interesante y original, PEPE. Por un momento creí que sería una especie de Cujo, pero con perro albino; ya veo que sólo en la agresividad guarda una cierta semejanza con Cujo. Intentaré conseguirla; me tira. El tratamiento de la violencia en Fuller guarda parecidos al que hace Peckimpah en sus films, es cierto.
ResponderEliminarArde Mississippi es una muy buena peli que trata también el tema del racismo, pero de un modo más convencional creo yo… es que lo del perro me parece de lo más especial…
Un abrazo, PEPE. Buenísima la entrada.
Cuando escribía la entrada me he acordado de Cujo, aunque aquí las cosas van por otros derroteros. "Arde Mississippi" es muy buena película, a pesar de algunas críticas que no le perdonan casi nada a Alan Parker.
EliminarHe visto muchas veces "Arde Mississippi", pero nunca había oído hablar de esta peli ni había imaginado que hubiera gente que se dedicase a este tipo de adistramientos racistas, es acojonante. Lo que me ha molado es que el perro al final se volviera loco del todo, le da realismo a la historia, lo fácil hubiera sido un final feliz.
ResponderEliminarConociendo a su director, Samuel Fuller, ya era difícil pensar que le hubiera concedido algún final feliz a la historia.
EliminarA cada perro su amo y su bozal o viceversa, colmillo blanco.
ResponderEliminarPetons.
Siempre se ha dicho que los perros terminan pareciéndose a sus amos, hasta en la forma de pensar...
EliminarNo conocía esta película, pero parece realmente interesante, sin embargo si había visto "Arde Mississipi". Por desgracia hay tantas maneras de fomentar el odio y muy pocas de sofocarlo.
ResponderEliminarEs un odio estúpido pero por desgracia muy frecuente.
EliminarEs lo que estaba pensando, que esta película tiene ya años. No la he visto,y seguramente porque el título me habrá echado para atrás, quien iba a imaginarse este argumento.
ResponderEliminarRealmente parece muy interesante y una forma original de tratar el tema del racismo. Si que vi Arde Mississippi, una gran película, recuerdo perfectamente las frases que comentas porque me impactaron.
Anoche precisamente estuve viendo en la tele "Los chicos de Scottsboro" y hay un momento en que se plantea algo parecido y se viene a decir que hay que vivir en esa sociedad (estamos hablando de Alabama en 1931) para comprender porqué tratan así a "sus" negros (ésto lo dice el fiscal justificandose ante el abogado de N. York que viene a defender a los chicos negros)No me disgustó esta película, que además está basada en hechos reales.
Respecto a Perro Blanco veré que puedo hacer para conseguirla.
Besos Pepe
No he visto esa película de la que me hace referencia, pero me la apunto. En los estados del sur se estableció esa lógica racista tan deleznable, esa especie de tutela de los negros que sólo conseguía aislarlos aún más.
EliminarIgual que ya han comentado creo que de entrada jamas hubiera visto esta pelicula con dicho titulo, pero claro, ahora leo tu critica y me he quedado sorprendida al ver de que trata...un tema que jamas se me hubiera ocurrido, y mi duda eso, aunque imagino la respuesta...¿este tipo de perro existe? supongo que si...Desde luego tomo nota de la peli
ResponderEliminarSupongo que el título podría sugerir otra cosa distinta. He intentado averiguar, vía internet, si ese tipo de perro existe, pero no hay demasiada información. No obstante, le puede asegurar que no me sorprendería en absoluto que existiera.
EliminarHola Pepe,
ResponderEliminarEsta película me puso los pelos de punta ya hará muchos muchos años.
Ese odio indiscriminado contra alguien solo por ser de color diferente, es algo demencial.
Lo peor de esta cinta es como comenta usted, en el costumbrismo del mal. No asusta el mal sobreactuado, si no la cotidianidad del propio mal.
*SPOILER*
Al final de la película, cuando muere el pobre perro (el pobre animalico no tiene la culpa de todo), aparece el dueño el Abuelo asqueroso racistoide con sus nietecitas, dejando entreveer que también a ellas las esta embuyendo de puro odio.
*SPIOILER*
Es una película muy triste, sin ninguna esperanza, y con muy pocos triunfos.
Realmente una cinta que si deberia ser puesta en las aulas y comentada.
Has desgranado muy bien el significado de lo que realmente da terror sobre el racismo.
Gran Entrada Pepe,
Un abrazo.
El final es realmente desolador, con esa toma final del perro muerto, junto a uno de los propietarios de centro de adiestramiento, se supone que también muerto, y la expresión de fracaso de Keys.
EliminarSip. ;-<
EliminarUn abrazo Pepe.
desde luego, es uno de los post más tristes que he leído, aunque vamos rotundamente realista, así somos los seres humanos. Capaces de vivir y extender el odio con tal saña que impregnamos con él todo lo que nos rodea, incluso los perros, que son todo cariño y entrega
ResponderEliminarbesos,
Si, y el final atestigua el fracaso de la sociedad y el poco éxito que se puede alcanzar al intentar corregir los errores del pasado.
EliminarPepe,
ResponderEliminarNo sabía nada de esta película: me has dejado a cuadros. No te digo con seguirodad que la vea, pero tampoco te digo que no.
La verdad es toda la historia, en su conjunto, me ha atrapado. Buena entrada, amigo, Ann@
No es una película demasiado conocida y en televisión, tan dada a repetir una y otra vez los mismos títulos, no se prodiga en este tipo de producciones.
EliminarNo conocía la película y me parece muy interesante. Además, me encantan las pelis con animalitos (aunque este no es que sea muy adorable, la verdad).
ResponderEliminarUn abrazo
Aquí el perro es una víctima más, atrapada en un destino difícil de evitar.
EliminarEs muy curioso el tema de los "perros blancos" o perros racistas. Interesante tema para hacer películas, está claro.
ResponderEliminarSi, y además muy poco conocido, pero interesante, sobre todo si detrás está la mano maestra de un director con carácter.
EliminarAmigo, Pepe. Obra de culto de uno de las más grandes realizadores de la historia, el ínclito Sam Fuller (antepenúltimo film rodado en vida) un rebelde con causa. El film, es alegato contra ese germen tan nocivo, que es el racismo. Yo tuve la suerte de verla en un cine de reestreno —muy numerosos— desde finales de los 70 hasta finales de los 80 en mi City. Programa triple, y con aplauso en la platea de la chavalería que alucinábamos con el perro. Ahora descansa en la estantería de mis DVD,s. La película manda un mensaje y evidentemente, con un guión hiperdocumentado (hay mucha verdad en todo lo que se ve) de jovial Curtis Hanson. Que dejó muy claro en L.A. Confidential, su buen gusto por el cine de calidad. Gracias por recordarme tan grato momento y saludos
ResponderEliminarYo la tenía en una grabación en VHS de televisión realizada un poco a la aventura, sin saber lo que me podría encontrar y fue una sorpresa agradable.
EliminarEsta me la tengo que ver, que le tengo ganas. Pero si quiere, le recomiendo otras películas con perro: La criatura de Eloy de la Iglesia y con Ana Belén, Caniche de Bigas Luna, y sobre todo El Perro de Antonio Isasi-Isamendi. Todas ellas, curiosamente, bastante polémicas y de aquí, del país...
ResponderEliminarDe todas me quedo con "El Perro" que fue todo un éxito y muy popular en aquella época. No se que pensará de ese remake del 2006, dirigido por Brian Yuzna, titulado "Rottweiler".
Eliminar¿Remake? Jajaja! Bueno, aceptamos barco...
EliminarBuff... Pues una tomadura de pelo... Como casi todo lo que produjo la Fantastic Factory (por desgracia).
Bueno yo no la he visto, pero por el argumento pensaba que algo tenía que ver con "El perro".
EliminarA todos los que estén interesados, que sepan que está editada en DVD. De hecho, hace relativamente poco la vi en las estanterias de El Corte Inglés... Más que nada porque despuésvno la encontré por la red y me arrepentí de no haberla cogido... snif...
ResponderEliminarPues le agradezco su indicación para el que esté interesado. Pues fíjese que no recuerdo si la tengo original o pasado de VHS a DVD.
Eliminar¡Pues me habéis convencido para verla!
ResponderEliminarTienes una guarida muy interesante, con tu permiso me la llevo a favoritos, y así estaré al día en temas de cine, que yo también soy una cinéfila empedernida.
Un saludo.
Seguro que le parecerá muy interesante. Muy agradecido por su gesto. Saludos y bienvenida a la Guarida.
EliminarEs una pena que los perros sean usados para fines moralmente deplorables y punibles. En particular no me atrae demasiado la historia de la película y como creo que no entra en la parrilla televisiva común se quedará sin ver.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cuando se tiene la intención de llevar los fanatismos hasta los extremos más delirantes, se recurre a cualquier cosa.
EliminarExcelente filme, Sr. Cahiers. Llevo tiempo buscando una edición decente en Dvd, y es que por lo que sea no circula por la infinidad de canales televisivos...Es una película desoladora, pero al mismo tiempo tiene un ritmo cinematográfico portentoso, Fuller hace un ejercicio de cine de la mejor escuela.Chapeau!
ResponderEliminarPues tome nota de la recomendación de Lazoworks y acuda al Corte Inglés que no tendrá problema en encontrarla.
EliminarPelícula de buenísimas intenciones e interesantísimo planteamiento, pero de pobre realización. Vista hoy, parece un telefilme barato. Si no la firmara Fuller, no sé yo si tendría tanto "nombre" como tiene. De todas formas, la moraleja sigue siendo válida y nunca pasará de moda: el racismo es miedo al diferente que degenera en odio, y el odio engendra violencia... y la violencia siempre acaba por descontrolarse... Peligroso asunto. Una denuncia siempre necesaria contra el adoctrinamiento.
ResponderEliminarSi es cierto que tiene un aire a telefilme, quizás porque Paramount no confiaba demasiado en el proyecto y su reacción timorata ante el estreno así lo demuestra. De todas formas, sería una pelicula para televisión de las que ya no se hacen ni de lejos.
EliminarMe gustó esa película que vi en un curioso programa doble en la Filmoteca de Girona dedicado a perros chungos, la otra película era la muy curiosa "El perro" de Antonio Isasi, una coproducción con Jason Miller, el cura joven de "El exorcista". Me pareció entrañable el personaje del adiestrador cinematográfico representado por Sam Fuller, un outsider que se queja de que el en cine actual no hay más que efectos especiales mientras arroja un dardo a un póster de E.T. Creo que "perro blanco" fue un gran fracaso comercial en Estados Unidos. Saludos. Borgo.
ResponderEliminarSi esa escena era muy significativa del cambio de los tiempos, aunque juraría que a quien le arroja el dardo era a R2D2.
EliminarPues es posible... es que hace ya bastante tiempo que vi esa película pero sí que era una buena muestra de los cambios en el cine actual. Borgo.
ResponderEliminarAdemás, era demasiado pronto para dispararle a E.T., porque ambas películas son prácticamente del mismo año.
EliminarYo tengo una perra mastín cuyo comportamiento se asemeja mucho al de mis hijos. Lo curioso es que creo que tiene asumido que es como otra hija mas en la familia.
ResponderEliminarA lo que voy es que los perros actuan como reflejo de lo que ellos perciben. Ello influye en su conducta para lo bueno o para lo malo, no son animales predispuestos a algo distinto a su propio instinto. (¿Poesia? La poesía soy yo) jajajaja
Buena entrada, y saludos desde el blog sin imágenes.
Es un coincidencia más que notable el parecido físico de algunos perros y sus respectivos dueños. Saludos y paciencia con esas imagenes, tiene usted entretenimiento para rato, querido amigo.
EliminarNo la vi esta peli, y no creo que la vea la verdad...
ResponderEliminarNo sabía lo que cuentas (eso de que le dan al perro a un negro para que lo maltrate, etc). Quiero creer que en ese aspecto (racismo) hemos avanzado un poco, aunque tengo mis dudas...
Beso Pepe, buen domingo
Hay que decir que es una historia de los 80, pero mucho me temo que en muchos aspectos, las cosas no han cambiado demasiado, aunque algo si se ha progresado.
EliminarMmm ciertamente me la apunto, veremos qué tal.
ResponderEliminarLe gustará probablemente, no deja indiferente.
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