El pasado domingo, en la Sexta, Jordi Évole nos presentó un falso documental con el título de "Operación Palace", que intentaba explicar, de forma muy osada y atrevida, una conspiración en toda regla de lo que se pretendía fuera un golpe de estado, pero que en realidad era un engaño para reforzar la democracia. Durante toda la semana se anunció a bombo y platillo la emisión de un programa que parecía ser ciertamente espectacular, en cuanto aparentaba revelar ciertos misterios. En él se nos dice que todo fue un fraude, orquestado por la clase política que fingió el golpe, con la ayuda del director José Luis Garci, que se encargó del aspecto técnico para que todo pareciera lo más real posible. Sucede en esta clase de documentales ficticios que llega un momento en que logras desvelar su verdadera naturaleza. A más osados en sus intenciones más pronto se capta la falsedad. Cuando, tantos personajes que fueron protagonistas de aquel 23F se ponen de repente de acuerdo para desvelar una verdad oculta durante tanto tiempo, es el justo momento en que se pone en evidencia de que se trata de una broma. Por eso no entiendo como algunos pudieron creerse hasta el final lo que allí se estaba contando. No se dan cuenta de que, de forma tan clarividente todos desvelen lo que sería un escándalo sin precedentes, no sería posible, así sin más.
En otra entrada perpetrada en este blog titulada "Sirenas en la luna" hablaba sobre el tema de los falsos documentales, también llamados "Mockumentary" (Mock significa burla), y refería al preciso momento en que uno percibe que se trata de una tomadura de pelo o de una fina broma, según el criterio. En el justo instante en el que la prudencia deja paso a la osadía es cuando cae el telón del engaño. Debo confesar que uno de estos documentales de ficción consiguió engañarme, en concreto el que llevó a cabo Felipe Mellizo sobre García Lorca, precisamente porque mantenía cierta prudencia. Otros comienzan con esa premisa, como por ejemplo "Operación Luna", que pretendía desvelar una verdad sospechada por muchos, de que la llegada a nuestro cercano satélite nunca llegó a producirse. Pero, si sale un personaje como Kissinger y manifiesta sin tapujos que efectivamente fue un fraude, ya te pones en guardia y te das cuenta de la argucia.
Independientemente de la calidad televisiva de un producto como "Operación Palace", lo que ha quedado en evidencia es el escaso sentido del humor, que algunos han paseado como bandera de una pose exagerada de seriedad y trascendencia. Gaspar Llamazares se apresuró a decir que "El golpe del 23F fue muy serio y contó con complicidades dentro y fuera,
por eso su presentación como farsa me parece frívola y peligrosa." Pienso que después de 33 años ya se puede bromear con aquellos incidentes, sobre todo porque por fortuna fueron inocuos. De hecho, a los pocos días, no eran pocos los chistes que ya circulaban sobre el golpe de Tejero. Decía Woody Allen en la magistral "Delitos y faltas" que "La comedia es igual a tragedia más tiempo". Pilar Eyre, a la que parece que no le sobra este concepto de comedia, se sentía indignada y lo definía como una chapuza fea, fácil y tramposa. Claro que tampoco hay que sorprenderse para alguien que en un programa televisivo pidió la prohibición de "El código Da Vinci". Otro que fundió su cuenta de Twitter fue Juan Echanove, que expresaba su frustración por no encontrarle ninguna gracia a semejante broma. Intuyo más un cabreo por no haber detectado el engaño que otra cosa. Ramón Tamames, otro portento del sentido del humor, se mostraba especialmente disgustado porque en el documental se insinuaba que Tejero había recibido una cantidad económica por su gesta, animando a la familia del golpista que emprendiera medidas legales, contra el programa de la Sexta, por calumnias. Tamames seguramente seguía sin entender la verdadera naturaleza del falso documental, algo extraño en un economista de semejante talento y personalidad. No hubiera estado de más que, en vez de proponer semejante acción judicial en defensa del honor de Tejero, nos hubiera aconsejado a los españoles que hubiéramos interpuesto en su día una demanda a tan nefasto personaje, por haber podido provocar algo mucho más serio que una simple broma.
La astracanada de Évole es un síntoma más de la deriva de nuestros medios de comunicación. El todo por la audiencia ha convertido los telediarios en programas de variedades, y al periodismo serio de investigación en una cosa muy carca y muy aburrida. Divertirse hasta morir, es de lo que se trata. Dejemos el rigor y la información seria en un segundo plano para que la gente no se aburra. En cuanto a la ingenuidad de buena parte de los espectadores que ha hecho tanta gracia a algunos, hay que decir que no todo el mundo tiene el mismo criterio para captar la broma cuando nos están ofreciendo un documental sobre un hecho histórico. Creo que no se debe jugar con el periodismo ni con la historia en un medio de comunicación. Opinión de un servidor. Un saludo Cahiers.
ResponderEliminarQue haga gracia a unos y a otros depende mucho del sentido del humor de cada uno, de su propio criterio, que, como no podría ser de otra manera, es afortunadamente subjetivo. No es la primera vez ni será la última en que alguien realice un falso documental, la historia está lleno de ellos, y no tiene por qué gustar a todos. En cuanto a la decadencia del periodismo, es cierto que se ha perdido mucha autenticidad por el camino, y sobre todo objetividad. Y de la historia que decir, que ha sido interpretada, moldeada y falseada al antojo de intereses diversos.
EliminarSaludos Álvaro.
Yo me lo tragué. Había cosas que no me cuadraban, y sí, se me pasó por la cabeza que fuera una farsa, pero me confundió mucho la presencia de Joaquín Leguina, no le veía yo prestándose a una cosa así.
ResponderEliminarLa verdad es que me cabreé bastante, porque a nadie le gusta quedarse con cara de gilipollas, pero vamos, tampoco lo veo para tanto.
Lo que sí me jodió fue luego la justificación de Évole, diciendo que nos mienten todos los días y que él al menos había reconocido que todo era una farsa. Vamos, que nos vacila y encima tenemos que darle las gracias. Ya sabemos que en los medios se manipula, no hace falta que se monte estas movidas, aunque ahora, tras "Operación Palace" desconfiaré más aún de los programas de investigación, empezando por "Salvados".
Sólo quería ganar audiencia y lo ha conseguido, pero a base de anunciarlo como lo que no era.
Pero ese es el mérito de los falsos documentales, engañarte hasta el final, en el que desvelan la verdad. Hay radica su acierto y su capacidad para manipular la realidad. Si no te engaña ni tan siquiera un poquito es que no está bien realizado. Es cierto que Évole no tiene porque justificarse, simplemente tenía que haber manifestado que lo ha realizado sin más, porque le parecía divertido e interesante. Pero algo de razón tiene, cuando los medios de comunicación están plagados de periodistas y tertulianos diversos que han vendido su objetividad a cambio de defender a capa y espada una tendencia política. Y no son pocos los que mienten con datos falsos, utilizados como recurso para argumentaciones sin base alguna. Es suficiente con comprobarlo en Youtube, la cantidad de ocasiones en que les han pillado a más de uno con afirmaciones y datos más falsos que una peseta de corcho. Es lo que tenemos y no hay más.
EliminarA mi lo que realmente me asusta a tenor de las consecuencias en las redes sociales no es solo la poca falta de humor que tenemos en general, sino lo mucho que nos disgusta que nos recuerden lo permeables que somos ante los medios escritos y de TV. Tenemos la mala costumbre, empezando servidor, de no plantearnos tanto como debiéramos la mayoría de las cosas que se dicen en estos medios y creo que Operación Palace es un buen modo de recordarnos que no hay que creerlo todo, sino que hay que ser critico e intentar contrastar la información que nos llega.
ResponderEliminarOtra cosa es el enfado de aquellas personas que en el momento del golpe de estado empezaron a hacer las maletas creyendo que les tocaba volver a huir de España como durante la dictadura, eso lo entiendo, pero no los orgullos heridos por tragarse toda la historia que planteaban en el falso documental y la careta de seriedad que se han impostado para atacarlo.
Pues me ha leído usted el pensamiento, creo que en eso radica el asunto, en lo crédulos que somos. Conozco a muchos que se creen algo por el simple hecho de que lo han dicho en la tele, el oráculo infalible que todo lo sabe y, en realidad no es así, ni mucho menos.
EliminarTengo un sentimiento contradictorio en referencia a esto... por un lado la farsa está lograda, un ejercicio periodístico impecable. Además, tanto periodista y nombre fiable le otorgó cierta "veracidad". Por otro es cuestionable por la nula necesidad de remover la basura con ese episodio tan lejano y sórdido de nuestra historia.
ResponderEliminarSoy un incrédulo, pienso como otros muchos que jamás hemos llegado a pisar la Luna. Yes que joer, ¿por qué no hemos vuelto cuando han pasado ya 45 años? No había bares ni nada divertido allí... fijo que es eso.
Saludos
Esa misma pregunta me he realizado yo alguna vez. Cómo es posible que no volviéramos a pisar la Luna?. Debió ser muy aburrida como a veces la realidad, o quizás como bien dice es todo una chufla.
EliminarHubiera sido la leche que el documental de la llegada a la Luna lo hubiera rodado Garci en lugar de Kubrick... Viendo su cine las risas estaban garantizadas jajajaja
EliminarEl cine de Garci anda últimamente algo apolillado y acartonado, y mire que me gustan los dos "Crack" y "Sesión continua".
EliminarA mi me gustó, cierto es que resultaba un poco difícil de creer por lo que tú mismo dices, eso de que después de tantos años tanta gnte se pusiera de acuerdo para "cantar", pero los falsos documentales, mientras que al final digan eso, que son falsos documentales, son un ejercicio muy interesante y este programa les salió bien, tiene sus puntos débiles, pero sin entrar en detalles es un para mi buen programa de televisión, mucho mejor que la inmensa mayoría de los que se hacen en España, mucho mejor que otro emitido en la misma cadena hace cinco o seis años en el que al puro estilo "CSA Confederate" cambiaban la historia de España haciendo ganar a la república la guerra civil.
ResponderEliminarEra muy extraño que todos esos personajes que no han aportado nada relevante o que no supiéramos ya, de repente, tiraran de la manta así como el que no quiere la cosa.
EliminarNo llegué a ver la bufonada de este impresentable, pero solo pretenden ridiculizar lo que tanta gente lleva denunciando desde hace muchos años y continuar ocultando la verdad, a pesar de que poco haría la gente sabiéndola, de hecho es un secreto a voces.
ResponderEliminarSaludos.
Amigo Piedra no hay que tomarse las cosas tan a la tremenda, de vez en cuando hay que tomarse una dosis de sentido del humor, de lo contrario nos va a dar a todos un patatús.
EliminarPues yo de todo esto me he enterado después, una vez ya pasado, así que no voy a saber si me lo hubiera creído o no... Qué buena la frase de Woody Allen, y qué razón tiene.
ResponderEliminarQué bien escribes, Cahiers... que hace mucho que no te lo digo :)
Thank you friend, por decirlo de otra manera y, por cierto, que buena es "Delitos y faltas", de lo mejor de Allen.
EliminarNo lo vi, pero no me imagino cabreándome por habérmelo creído o por haberlo visto con unas intenciones que después no se cumplieron. De eso se trataba, ¿no? Es una pura ficción que nos hace reflexionar lo fácil que se puede manipular a la gente si se tiene el suficiente poder para hacerlo; si tu te esperas otra cosa y te dan el chasco no es para tomárselo mal, y tampoco creo que sea tan peligroso hablar de algo que ocurrió ya hace mucho. Hay que tomárselo como más sentido del humor.
ResponderEliminarUn abrazo, PEPE. Estupenda entrada.
Desde luego, esa es la filosofía. Aunque parece que el personal, alguno, se lo ha tomado muy a la tremenda. Tampoco es para tanto, si te lo crees, luego te echas unas risas cuando descubres que te han engañado. No es ni un escándalo ni tampoco tiene tanta trascendencia, no por lo menos en este caso.
EliminarUn abrazo Javier.
Me siento apartada, fuera de este mundo, automarginada, porque parece ser que toda España lo vio y claro, ahora no puedo opinar por ninguna parte.
ResponderEliminarMe hubiera gustado verlo sólo por eso, por ver en que momento me hubiera empezado a chirriar y a oler raro, pero a estas alturas ver anunciado un programa sobre el 23F me daba una pereza de morirme y pasé del tema, así que no puedo decir nada, no soy de este mundo.
Besos
Pues aún puede verlo si tiene interés en ello:
Eliminarhttp://www.atresplayer.com/television/noticias/lasexta-noticias/especiales/temporada1/capitulo-1-operacin-palace_2014022100224.html
Es cierto que parece un poco trillado el asunto, aunque en mi caso particular es una parte de nuestra historia que siempre me ha parecido muy fascinante. Eran tiempos difíciles y muy frágiles.
Gracias Pepe, igual lo veo, pero en este caso concreto pierde toda la gracia, que es averiguar si me lo hubiera creído o no.
EliminarSi, es como ver por segunda vez "El sexto sentido", ya no es lo mismo.
EliminarMe gustan los Mockumentarys como "Zelig". "Confederates States" o los de Christopher Guest (Very Important Perros) Me pasó como la famosa emisión radiofónica de Orson Welles, vi el programa empezado y lo tomé por un documental de verdad. Con toques esperpénticos, sí, pero es que el 23-F tenía mucho de esperpento. Cuando llegó lo de el "Gobierno de salvación" tuve claro que todo aquello era una ficción.
ResponderEliminarNo vamos por aquí muy sobrados de sentido del humor, sobre todo con temas sacralizados como son la Transición que no fue tan perfecta como nos quieren hacer creer.
Creo que évole realizó un buen trabajo, arriesgado y con muchas lecturas.
Saludos. Borgo.
Ha pasado el tiempo suficiente como para poder abordar el asunto desde todos los puntos de vista, y parecía lógico e inteligente que se hiciera un Mockumentary, pues el tema es propenso para ello. No hay que tomárselo como una ofensa, al contrario, es un divertimento y punto, sin más polémicas.
EliminarNo lo vi porque no mi tele no sintoniza canales que no sean de cine o series, pero las cuentas de Twitter y Facebook me temblaban en ese momento... Supongo que el montaje cumplió el objetivo. Me pareció un alivio lo de la farsa, porque pensé que algunos iban a empezar a meterse leches. Un abrazo.
ResponderEliminarYo no llegaría al extremo de sintonizar solo canales de cine, pero me parecería estupendo que alguien codificara Tele 5, como cuando lo hacían con la pelis de pago y el porno con el antiguo Canal+
EliminarHombre, es que son temas un poco delicados y ya se sabe que luego salen críticas y alarmismos de todos lados...
ResponderEliminarPor eso pienso que el tiempo debe encargarse de quitarle dramatismo a ciertos asuntos, y en este en concreto ha pasado ya el suficiente para tomar ciertas distancias. Gracias por la visita Ausländerina.
EliminarLa verdad es que no tengo nada en contra de los falsos documentales. Siempre dan que pensar porque tienen mentiras, medias verdades... ¿cuáles son? Dan pie a la reflexión y eso me parece muy interesante. Tampoco creo que hay que echarse las manos a la cabeza ante el asunto. Forma parte de nuestra historia y ya es hora de que se esclarezca, que ha pasado tiempo. Si estuviera claro, todo el mundo se hubiera dado cuenta desde el minuto uno de que era un falso documental. ¿Quién engaña a quien?
ResponderEliminarParece que según para qué cosas, ningún tiempo es suficiente para abrir la caja de los secretos. ¿Quién mató a Kennedy?. No creo que se sepa nunca. Hay secretos que la historia se lleva a la tumba.
EliminarCompletamente de acuerdo contigo Cahiers. De hecho, me gustó el falso documental. Me lo pasé muy bien. Saludos.
ResponderEliminarHay que tomarlo como lo que es, una broma y no darle más vueltas de las necesarias.
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