Últimamente anda el cine algo errático en cuanto a cómo abordar determinadas sagas, los conceptos andan en plena fusión y nadie parece tener claro el camino. Se habla con demasiada ligereza del término "reboot", o lo que es lo mismo reinicio, y en eso se lleva la palma nuestro viejo amigo Spiderman, del que ya se plantea, sin rubor alguno, su tercera puesta en marcha desde cero y con nuevo protagonista. El cyborg exterminador, ideado por James Cameron, no podía ser menos y su continuidad no estaba muy clara, se dudaba entre seguir con el hilo argumental dejado en el aire en la muy irregular "Terminator Salvation" del 2009 o romper con todo y ofrecer un reinicio en toda regla de la saga. Esta última opción era un atrevimiento demasiado osado, dada la calidad indiscutible y el mito que se había creado con las dos primeras entregas y alguien, con un mínimo de cerebro en Hollywood, debió creer que era una soberana estupidez desafiar el recuerdo cinéfilo de aquellas emblemáticas producciones.
De tal manera que pusieron en marcha un proyecto que no era exactamente un reboot, sino más bien una versión distinta de los orígenes, deformados por el tiempo y sus diversas manipulaciones. Aviso a navegantes, aquí comienzan los spoilers y en esto créanme que soy generoso, ya que los perpetradores de "Terminator Génesis" no lo fueron tanto, cuando destriparon casi toda la película en sus desafortunados tráilers. Este nuevo Terminator nos devuelve a los 80, se supone que cuando Sarah Connor era una ingenua y anónima camarera que recibiría la nada deseada visita de un exterminador del futuro. No obstante, todo a cambiado, y la heroína madre del líder del futuro ya está al tanto de lo que sucede, porque cuando era niña ya le salvó un terminator cuando su padre fue asesinado, convirtiéndose éste en su nuevo mentor. Así que cuando aparece su protector del futuro, Kyle Reese, se encuentra con un organismo cibernético viejo pero no obsoleto (algo que Schwarzenegger repite frecuentemente durante la película, aunque no tengo muy claro si se refiere al personaje o al actor que lo interpreta) que ejerce de abuelo de Sarah. Estos conceptos de viejo, obsoleto y abuelo que parecen un tanto ridículos explicados fuera de contexto, funcionan aparentemente bien, dando un sentido de humanidad y humor al terminator, desde luego muy alejado de aquella primera propuesta ochentera. Encontraremos algunos planos idénticos a la película de James Cameron del 84 y curiosos encuentros. El más llamativo, el de aquel nuevo y joven primer terminator con el modelo más viejo que ha cuidado de Sarah, emulando al abuelito de Heidi. La trama comienza a ser algo errática, con viajes en el tiempo y la aparición en el pasado de un John Connor que ahora es el malo de la función porque Skynet lo ha transformado en un medio organismo cibernético.
Sucede en ocasiones que, películas bien consideradas, a las que el público y crítica han situado en el Olimpo del séptimo arte, termina muchas veces por decepcionarnos. Demasiadas expectativas puede ser algo contraproducente. Al contrario, cuando una producción es vapuleada por todos, termina por no parecer tan mala, quizá nos despierte cierta simpatía. ¿Sucede esto con "Terminator Génesis"? No exactamente. La película es entretenida, a veces interesante, con algunos conceptos e intenciones bien encaminadas, pero le falta alma, entusiasmo, personalidad, algo que perdure en nuestra mente y, sin duda, no tiene esa condición especial que podría transformarla algún día en una obra de culto. Entre las cosas interesantes destacaría el enfrentamiento entre el Schwarzenegger viejo y su copia digitalizada joven, muy lograda por cierto y a años luz de aquel chapucero efecto CGI del rostro de Dwayne Johnson en la segunda entrega de "La Momia".
Otro aspecto a reseñar y que ha levantado gran polémica es la conversión de John Connor en un híbrido entre humano y máquina, no sólo físicamente sino espiritualmente, si es que tal término se puede aplicar a un organismo cibernético. Connor, el gran líder de la resistencia es ahora una prolongación de su viejo enemigo Skynet, lo que le confiere a la inteligencia artificial un carácter que se entronca con un lado humano hasta ahora desconocido, un tono maquiavélico que le hace alcanzar un peldaño más en su evolución y conocimiento de sí mismo. Hasta ahora Skynet se limitaba a mostrar su obsesión por matar a su enemigo, ya fuera en el pasado, presente o futuro. Sin embargo, la opción de destruir el mito y no la persona es mucho más ladina, más humana. Corromper a John Connor, hacerle renegar de todas las cosas por las que ha luchado a lo largo de los años, es el golpe definitivo contra la leyenda. Mejor hacer pasar a tu enemigo por traidor ante los suyos que quitarle la vida. Además funciona no sólo dentro de la pantalla, sino fuera de ella, ya que no son pocos los aficionados a "Terminator" que han demostrado su rechazo ante tan osada propuesta.
La figura legendaria de John Connor es un tema espinoso, y a la hora de dotarlo de un rostro que lo interprete no se ha acertado o se ha producido un rechazo sin paliativos. A muchos les parecía un niño insoportable Edward Furlong, aunque no lo hizo nada mal y rechazaron frontalmente a Nick Stahl por considerarlo demasiado blando para el papel, aunque ese carácter de perdedor y de hastiado de soportar la carga de su nombre me pareció que estaba bien desarrollado. A Christian Bale se le respetó con una mezcla de indiferencia y desidia de lo que parecía una entrega en ocasiones ajena a la saga. En todo caso, el Jason Clarke de este "Terminator Génesis" me parece el más flojo, sobre todo comparándolo con el mejor, que no es otro que Michael Edwards, quien no tiene ni una sola línea de diálogo en la segunda entrega de James Cameron, pero cuyo rostro esculpido en cicatrices y su mirada firme y pétrea le hacia merecedor de ser el auténtico John Connor.
Los nuevos personajes principales tampoco han despertado la simpatía del público en general. Ni Emilia Clarke como Sarah ni Jai Courtney en el papel de Kyle Reese parecen demasiado inspirados. No están nefastos en sus respectivas interpretaciones, como opinan muchos, pero no le llegan a la altura de los zapatos a Linda Hamilton y Michael Biehn, actores que lo dieron todo en el film de 1984, pero que después no tuvieron una carrera excesivamente brillante. Parecían haber nacido para hacer a esos personajes, algo así como el Luke Skywalker de Mark Hamill. Respecto al abuelo Schwarzenegger, frente a los que quieren ya jubilarlo yo me inclinaría por tenerle un respeto, como homenaje a la educación sentimental cinéfila de los 80 y porque es un actor que ya no necesita demostrar nada, su presencia sigue llenando la pantalla y ya quisieran muchos actores del cine de acción actual tener ese carisma. Como él mismo dice hasta la extenuación, viejo si, pero no obsoleto.
Kyle Reese advertía en 1984 al psiquiatra criminalista de la comisaria, el doctor Silberman, que no esperasen más ayuda, ya no vendría nadie más. Bueno, eso no es del todo cierto, desde la primera entrega han viajado en el tiempo 7 terminators, un humano y un híbrido o lo que es lo mismo, la M30 en hora punta, contando con que en la tercera entrega no hubo ninguna incursión en el espacio tiempo. Esto ha sido utilizado como coartada para explicarnos que todo es alterable, que se han podido crear realidades paralelas, lo que significa que en próximas entregas tendrán carta blanca para hacer los que les venga en gana. Pero esa incongruencia o justificación les ha permitido que Sarah y Kyle se pierdan entre fechas y se olviden de engendrar a John Connor, lo que, desde luego, es un triunfo involuntario de Skynet. No ha necesitado esforzarse, le ha sido suficiente con aprovechar un agujero en el guión de "Terminator Génesis".
En cuando al director, Alan Taylor, poco o nada hay que decir, su trabajo es algo rutinario, profesional si se prefiere y se suma a un proyecto que pretende seguir extrayendo la sabia de un concepto personal y brillante de James Cameron. La película es interesante cuando se acerca al icono, cuando se suma a la imaginería visual del futuro apocalíptico que tan bien se expresó en la primera secuencia de la mítica película de 1984. Nos entusiasma en esos minutos iniciales, en los que la resistencia derrota a Skynet, en los que vemos como es enviado el primer terminator, todo lo que imaginábamos pero no habíamos visto hasta ahora, aunque nos sigue faltando una batalla crucial, espectacular. Creo que ha sido un fallo, que este nuevo proyecto debió seguir donde terminó la película protagonizada por Christian Bale hasta cerrar el círculo temporal y devolvernos al punto inicial.
Sucede en ocasiones que, películas bien consideradas, a las que el público y crítica han situado en el Olimpo del séptimo arte, termina muchas veces por decepcionarnos. Demasiadas expectativas puede ser algo contraproducente. Al contrario, cuando una producción es vapuleada por todos, termina por no parecer tan mala, quizá nos despierte cierta simpatía. ¿Sucede esto con "Terminator Génesis"? No exactamente. La película es entretenida, a veces interesante, con algunos conceptos e intenciones bien encaminadas, pero le falta alma, entusiasmo, personalidad, algo que perdure en nuestra mente y, sin duda, no tiene esa condición especial que podría transformarla algún día en una obra de culto. Entre las cosas interesantes destacaría el enfrentamiento entre el Schwarzenegger viejo y su copia digitalizada joven, muy lograda por cierto y a años luz de aquel chapucero efecto CGI del rostro de Dwayne Johnson en la segunda entrega de "La Momia".
Otro aspecto a reseñar y que ha levantado gran polémica es la conversión de John Connor en un híbrido entre humano y máquina, no sólo físicamente sino espiritualmente, si es que tal término se puede aplicar a un organismo cibernético. Connor, el gran líder de la resistencia es ahora una prolongación de su viejo enemigo Skynet, lo que le confiere a la inteligencia artificial un carácter que se entronca con un lado humano hasta ahora desconocido, un tono maquiavélico que le hace alcanzar un peldaño más en su evolución y conocimiento de sí mismo. Hasta ahora Skynet se limitaba a mostrar su obsesión por matar a su enemigo, ya fuera en el pasado, presente o futuro. Sin embargo, la opción de destruir el mito y no la persona es mucho más ladina, más humana. Corromper a John Connor, hacerle renegar de todas las cosas por las que ha luchado a lo largo de los años, es el golpe definitivo contra la leyenda. Mejor hacer pasar a tu enemigo por traidor ante los suyos que quitarle la vida. Además funciona no sólo dentro de la pantalla, sino fuera de ella, ya que no son pocos los aficionados a "Terminator" que han demostrado su rechazo ante tan osada propuesta.
La figura legendaria de John Connor es un tema espinoso, y a la hora de dotarlo de un rostro que lo interprete no se ha acertado o se ha producido un rechazo sin paliativos. A muchos les parecía un niño insoportable Edward Furlong, aunque no lo hizo nada mal y rechazaron frontalmente a Nick Stahl por considerarlo demasiado blando para el papel, aunque ese carácter de perdedor y de hastiado de soportar la carga de su nombre me pareció que estaba bien desarrollado. A Christian Bale se le respetó con una mezcla de indiferencia y desidia de lo que parecía una entrega en ocasiones ajena a la saga. En todo caso, el Jason Clarke de este "Terminator Génesis" me parece el más flojo, sobre todo comparándolo con el mejor, que no es otro que Michael Edwards, quien no tiene ni una sola línea de diálogo en la segunda entrega de James Cameron, pero cuyo rostro esculpido en cicatrices y su mirada firme y pétrea le hacia merecedor de ser el auténtico John Connor.
Los nuevos personajes principales tampoco han despertado la simpatía del público en general. Ni Emilia Clarke como Sarah ni Jai Courtney en el papel de Kyle Reese parecen demasiado inspirados. No están nefastos en sus respectivas interpretaciones, como opinan muchos, pero no le llegan a la altura de los zapatos a Linda Hamilton y Michael Biehn, actores que lo dieron todo en el film de 1984, pero que después no tuvieron una carrera excesivamente brillante. Parecían haber nacido para hacer a esos personajes, algo así como el Luke Skywalker de Mark Hamill. Respecto al abuelo Schwarzenegger, frente a los que quieren ya jubilarlo yo me inclinaría por tenerle un respeto, como homenaje a la educación sentimental cinéfila de los 80 y porque es un actor que ya no necesita demostrar nada, su presencia sigue llenando la pantalla y ya quisieran muchos actores del cine de acción actual tener ese carisma. Como él mismo dice hasta la extenuación, viejo si, pero no obsoleto.
Kyle Reese advertía en 1984 al psiquiatra criminalista de la comisaria, el doctor Silberman, que no esperasen más ayuda, ya no vendría nadie más. Bueno, eso no es del todo cierto, desde la primera entrega han viajado en el tiempo 7 terminators, un humano y un híbrido o lo que es lo mismo, la M30 en hora punta, contando con que en la tercera entrega no hubo ninguna incursión en el espacio tiempo. Esto ha sido utilizado como coartada para explicarnos que todo es alterable, que se han podido crear realidades paralelas, lo que significa que en próximas entregas tendrán carta blanca para hacer los que les venga en gana. Pero esa incongruencia o justificación les ha permitido que Sarah y Kyle se pierdan entre fechas y se olviden de engendrar a John Connor, lo que, desde luego, es un triunfo involuntario de Skynet. No ha necesitado esforzarse, le ha sido suficiente con aprovechar un agujero en el guión de "Terminator Génesis".
En cuando al director, Alan Taylor, poco o nada hay que decir, su trabajo es algo rutinario, profesional si se prefiere y se suma a un proyecto que pretende seguir extrayendo la sabia de un concepto personal y brillante de James Cameron. La película es interesante cuando se acerca al icono, cuando se suma a la imaginería visual del futuro apocalíptico que tan bien se expresó en la primera secuencia de la mítica película de 1984. Nos entusiasma en esos minutos iniciales, en los que la resistencia derrota a Skynet, en los que vemos como es enviado el primer terminator, todo lo que imaginábamos pero no habíamos visto hasta ahora, aunque nos sigue faltando una batalla crucial, espectacular. Creo que ha sido un fallo, que este nuevo proyecto debió seguir donde terminó la película protagonizada por Christian Bale hasta cerrar el círculo temporal y devolvernos al punto inicial.
Salvo lo de John Connor convertido en villano, en el traidor y el detalle de guión que encontraste, la película me parece bien planteada. Lo del viaje en el tiempo justifica esos cambios. Algo que han logrado es retrasar el gran desastre, la ascensión de Skynet al poder. Y se justifica la apariencia de mayor edad del viejo Terminator. De hecho, parece que hubieran considerado esa posibilidad en la primera película, con eso de que los Terminators transpiran y huelen mal.
ResponderEliminarTal vez no tenga un estilo personal, tal vez se parece en algo a Cameron, pero lleva bien la película. Así que podría decir que no me gustó. Salvo por eso que ya dije.
Saludos.
Eso de volar las instalaciones de Skynet para destruirlo siempre me ha parecido una idea algo ingenua y ya van dos veces que lo hacen, en Terminator 2 y en esta. Eso sería como pensar que por volar el edificio de Microsoft desaparecería durante un tiempo el sistema de Widonws, cuando es algo que está en todas partes.
EliminarSaludos Demiurgo
Mr. Cahiers, lo han tocado al bueno de John, ¡que horror!, pero no solo eso, me parece que tras tanto toqueteo con los viajes temporales, muchas cosas quedaron sin explicacion, vaya a saberse por qué. Por el momento parece que no va a haber mas Terminator, quizas sea bueno que haya un descanso. Por mi parte el film me gusto a medias. Cordiales saludos.
ResponderEliminarPor lo que he podido leer por alguna parte, parece que está descartada una continuación de esta película en concreto, supongo porque no les habrá ido muy bien en taquilla, sin embargo el concepto de Terminator no creo que esté aún muerto.
EliminarSaludos Belknap
Tuve la misma impresión Pepe, en cuanto a ese supuesto fallo del guión, además de que la historia de amor entre Sarah ni Kyle no existe, no hay química ni parece que atracción, no parce que exista la menor gana de engendrar a John Connor.
ResponderEliminarEsta pelí la vi hace ya unos cuantos meses y pensando en ella después de todo este tiempo pues no deja mucho residuo, no me entusiasmó ni me desagradó, y encontré a Arnold muy carismático. De acuerdo en el buen trabajo e los efectos especiales, el joven terminator daba mucho el pego.
Si, parece que tanto viaje en el tiempo ha roto la química que podría existir entre Sarah y Kyle y al final de tanto encontrarse van a terminar por aburrirse muntuamente.
EliminarSaludos Ana
A ver si logro ver la última parte, y como fan de la saga poder aportar mi valoración con mejor perspectiva... Han pasado unos años desde que el Chuache abandonara la saga metiéndose a gobernador de Texas y esas cosas del Señor... Veremos como ha regresado, si a puerta gayola sin complejo alguno, discretamente, o irrumpiendo como Conan en una cacharrería.
ResponderEliminarSaludos, te ha quedado muy apañada la entrada.
Pues de viejuno y créame que no es lo peor de la película.
EliminarUn abrazo
Toda la peli es un fallo, un agujero argumental en sí mismo
ResponderEliminarMe dijeron que era rara, que era mala, pero no me imaginaba hasta qué punto
Terminator Génesis debe pasar a la historia del cine como un ejemplo de cómo retorcer y alargar el argumento de una saga hasta que los fans acaben aborreciéndola.
Fatal
Detecto entre líneas que no es usted muy partidaria de este nuevo Terminator. Es solo una impresión. ;)
EliminarSaludos Doctora
De la saga Terminator puedo decir que la primera me encanto, la segunda me entusiasmo, la tercera me decepciono y la cuarta me aburrio. Me parecio plana y desangelada. Creo que no necesita mas secuelas y tanto viaje atras-adelante ya produce jetlag. Saludos! Borgo.
ResponderEliminarEn mi opinión debería cerrar de una vez el círculo temporal y dejarla en paz durante mucho tiempo, ya no existen demasiadas ideas originales que aportar y las que lo son incurren en demasiadas incoherencias.
EliminarSaludos Miquel
Yo creo que Emilia está un poquitín sobrevalorada por Juego de Tronos, pero de hecho no me parece de las mejores actrices de la serie ni de cerca. Entre eso y la actuación casi sobresaliente de Linda, es imposible que la supere.
ResponderEliminarPor otra parte... ¿te puedes creer que hasta el año pasado no había visto Terminator? A mis 28 añitos, fíjate. Se debe a que de mozo mi madre fue bastante sobreprotectora con lo que yo veía por la tele con la consecuencia de que digo pocos tacos pero tengo mucho cine pendiente. Tampoco habçia visto hasta el año pasado Mad Max, ni Rocky, ni he visto aún Rambo, por ponerte ejemplos.
Me lío: de momento he visto las 3 primeras de Terminator (las 2 primeras me han gustado mucho), ya te contaré qué tal cuando llegue a esta.
A Emilia puede que le pase lo que le ha sucedido a muchos actores y actrices de televisión, que han dado salto a la gran pantalla y no se han comido un rosco, y es que una cosa es participar en una serie coral como Juego de Tronos y otra muy distinta ser la protagonista de una franquicia tan popular como Terminator.
EliminarSaludos Holden
Yo vi la primera y ya me bastó, soy de las que piensa que segundas y terceras partes no suelen ser buenas y en este caso ya veo que no me equivoqué , esta entrada tuya así me lo corrobora.
ResponderEliminarSaludos Pepe y gracias por compartir esta información.
Puri
Pues debería de ver la segunda entrega, tan buena como la primera y con unos efectos especiales que, en su día, fueron la vanguardia.
EliminarSaludos Puri
Buena reseña. Vi completas la 1 y la 2, y con mucho gusto. En la tercera parte abandoné a la mitad y no volví a retomar el tema "Terminator", así que no creo que llegue a ver este film, a menos que tropiece de casualidad con él.
ResponderEliminarSaludos!
Yo las he aguantado todas porque soy un incondicional de la saga, pero si es cierto que menos las dos primeras entregas, las demás han ido falqueando sucesivamente.
EliminarSaludos Frodo