miércoles, 25 de agosto de 2010

LOS TIEMPOS HEROICOS DEL VHS


Es justo reconocer que con la irrupción del VHS se cumplieron los sueños de muchos cinéfilos. Disponer en nuestra propia casa de una videoteca y poner a nuestro antojo la película deseada, en cualquier momento, se convirtió en todo un lujo para sibaritas. Pero los comienzos fueron difíciles y precarios. Para empezar los primeros reproductores tenían un precio elevado, que no estaba al alcance de todos los bolsillos. Una vez que el VHS derrotó al sistema Beta y 2000, las cosas se simplificaron, exceptuando algún que otro incauto al que le colocaron un producto sin futuro.


Mi primer objetivo era convencer a mi padre, siempre reacio a gastar dinero, que invirtiera en un aparato de vídeo que, por entonces, se cotizaban alrededor de las cien mil pesetas de finales de los años 80. La técnica era muy sencilla y consistía en el machacón discurso diario de: "Papa, por favor, cómprame un vídeo, por favor cómpramelo". Pero mi progenitor era duro de roer y escuchaba mis suplicas como el que oye llover. Así que, aprovechando una convalecencia de una operación de piedras en la vesícula, le sorprendí con las defensas bajas y accedió a su adquisición. Como pueden observar mi obstinación era de una crueldad ciertamente despreciable, hasta el punto de presionar a un pobre hombre recién salido del quirófano. Pero la vida es así y los oportunistas sin escrúpulos como yo salimos a flote como la... Bueno, como decía, la verdad es que al final conseguí mi objetivo y, una vez recuperado de la operación, nos dirigimos a la compra compulsiva de mi primer VHS.


Antiguamente para comprar un televisor, un piso o un sofá cama, bastaba con firmar unas letras y se acabó. Pero las cosas cambian y, en aquellos años, había que ir con una nómina en mano para que te pudieran fraccionar el importe de la compra en cuestión. A mi padre, como era pensionista, le pidieron un certificado de la seguridad social y eso eran palabras mayores. Para él, tener que ir de papeleos a la administración pública, para que el pesado de su retoño adquiriera un aparato que ni entendía ni necesitaba imperiosamente, era algo que escapa a su lógica. Al final accedió, no sin antes dirigirme cientos de miradas inquisitoriales, mientras firmaba los papeles de la financiera.



Una vez formalizado el papeleo, el vendedor nos colocó un ladrillo de reproductor VHS de la marca Sansui argumentando que el aparato en cuestión se lo comía todo y era más duro que el pedernal. Lo cierto es que, una vez finalizada la garantía, tenía la mala costumbre de tragarse las cintas y no devolverlas. Cada periodo de tiempo determinado se rompía el mecanismo de arrastre y había que llevarlo a reparar. Cuando estuvo instalado en mi casa, ya solo quedaba darse de alta en un videoclub y alquilar películas a mansalva. Recuerdo que al principio de los tiempos, tenías que pagar una película para poder hacerte socio y cuando te dabas de baja te devolvían el importe de la misma, salvo que quisieras en propiedad el título que había disponible. El problema es que, en aquellos tiempos, una película original valía la increíble suma de diez o doce mil pesetas. Un amigo mío, en un acto de enajenación mental, fue capaz de adquirir por ese precio la fascinante "De Dunkerke a la victoria". Afortunadamente cuando me hice socio lo único que se requería era el carnet de identidad, de tal manera que me di de alta en un videoclub enorme que tenía miles de películas con la virtud de ser, casi todas, de serie B y en algunos casos de serie Z. Además, el encargado del mismo era un tipo amanerado que ya te llevaras "Gandhi" o "Pepito piscinas", siempre te decía lo mismo: "¡Esta es la que se ha llevado todos los Óscars!". No se me ocurrió otra cosa que abrir la sesión inaugural de mi fabuloso vídeo con "Todos al suelo". La película, además de situarse en la antípodas de una obra maestra, estaba muy perjudicada, con rayas y saltos de imagen continua. Mi padre se preguntaba si aquellos veinte mil duros que le volaron de su cartilla justificaban semejante despropósito. Nunca entendí que hacía la gente con las cintas de vídeo en su casa. Tal era el deterioro de las mismas, que llegué a pensar que las echaban en aceite o las arrastraban por el fango.

Pero, la virtud que tenía el VHS es que podías grabar las películas emitidas por televisión y, de esa manera, hacerte poco a poco con una videoteca decente. El problema es que mi economía de niñato opositor sin un duro, no me permitía seguir el ritmo que yo quería imponerme. Las cintas de vídeo costaban alrededor de 1.000 pesetas y uno tenía que realizar encaje de bolillos para colmar sus exigencias. Como solución, se peregrinaba buscando las más baratas, aunque fueran de marcas infames y calidad más que dudosa. Se estudiaba al milímetro la duración de las películas para que pudieran grabarse al menos dos en una cinta de 180 minutos. De vez en cuando se grababa una entera y otra en dos partes en sendas cintas, con el sobrante de cada una de ellas. Una vez incluso fui capaz de grabar un resumen de una película para que pudiera entrar con la duración de una hora, que era lo que me restaba de cinta. Aquella película que sufrió mi particular montaje fue la obra maestra del cine de aventuras "Tiburón 3" de Enzo G. Castellari. Esto demuestra dos cosas. La primera, que era un chapucero y la segunda, que mi cinefilia era algo más que sospechosa. Además mi casa se convirtió en una especie de cine de sesión continua, cuyos espectadores era mis amiguetes y los amigos de mis amiguetes. Mi padre observaba aquel trasiego de niñatos que le perturbaban su habitual tranquilidad y contemplaba, con mirada taciturna, como mi preparación para las oposiciones se iba por el desagüe del retrete.

Mi primer VHS momentos antes de ser reciclado
El problema del grabador compulsivo es que nunca tienes suficiente. Las películas emitidas por televisión no incluían las más recientes, que como tampoco salían a la venta, eran muy codiciadas. Así que, cuando comenzaron sus actividades los conocidos como vídeos comunitarios, nos posibilitó un mundo nuevo de cazar títulos de última novedad. El problema es que no estaba operativo en todos los edificios, de tal manera que, cuando un amigo me comentó que en el vídeo comunitario de su bloque emitían "El retorno del Jedi", mis ojos se abrieron como platillos volantes y, de inmediato, mi mente maquinó la forma de grabarla. Ipso facto me puse a desmontar el vídeo, mientras mi padre me miraba de reojo con cierta expresión de desconfianza, y como aún conservaba la caja del embalaje, lo pude introducir en la misma para poder trasladarlo a casa de mi amigo. Como no teníamos medio de locomoción motorizado, tuvimos que trasladarlo a pie por media ciudad, con el inconveniente de que el tal amigo tenía menos fuerza que una pompa de jabón, lo que nos obligaba a realizar descansos cada veinte segundos. Pero el objetivo se cumplió y, gracias a ello, mi padre pudo ver más de cuarenta veces "El retorno del Jedi", hecho bastante meritorio para un aficionado a las películas de John Wayne, que no entendía muy bien que eran aquellos ositos que adoraban a un robot amariconado.

Como he dicho, las cintas de vídeo se aprovechaban hasta el final, llenando lo que sobraba tras grabar una película con vídeos musicales, documentales y toda una suerte de chorradas destinadas a no desperdiciar ni un solo minuto. Después, cuando se abarataron los precios de los reproductores, se adquirían dos para poder grabar de cinta a cinta, antes de que se inventaran los dichosos sistemas anticopy que tenían como único objetivo fastidiarnos. Los años transcurrían y poco a poco las estanterías de mi casa se iban llenando de cintas de vídeo con títulos de todos los géneros, con el consabido cabreo de mi madre y, por fin, con el orgullo paterno conseguido. Después, cuando ya tenía un trabajo remunerado, y se comercializó de forma regular la venta de cintas originales, pude iniciar la compra masiva de títulos, orgullo de mi particular videoteca.

Pero la vida pasa, y la evolución tecnológica de la mano del dvd acabó con el VHS para siempre. Fue el testimonio de la desaparición de un sistema que nos hizo alcanzar el sueño de todos los amantes del séptimo arte. A él le debemos los tiempos heroicos en los que grabar una película era todo un acontecimiento.

35 comentarios:

  1. Grandes los alquileres de video-club ,cuando ivas compulsivamente todos los dias para pillar la última que habian traido ,la cual habia más de 5 copias pero que nunca estaba ,los enchufaos colegas del dueño se la reservaban ,hasta que un dia de suerte la cogias delante de la cara del que ansiaba la cinta pero que habia llegado tarde a la susodicha ,saludos!

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  2. Era dramática la facilidad que tenían aquellos reproductores para estropearse. Una vez también yo llevé uno a arreglar, y era tan grande y pesaba tanto que necesité varias pausas por el camino para llegar al servicio técnico. ¡No podía con él! El primer vídeo que hubo en mi casa, VHS, llegó en 1985 o 1986, ¡una adquisición que elevaba tu estatus social en la escuela!, aunque uno de mis mejores amigos ya hacía años que tenía un vídeo sistema 2000, que era la envidia de todos nosotros con sus cintas gigantes y reversibles (podías grabar por dos caras). La primera película que alquilé fue Acorralado; también coleccionaba películas y las compraba, aunque juraría que de 1.000 pesetas nada de nada. De memoria, la idea que tengo es que la mayoría me costaban 2.995. Y no hablemos ya del Laser Disc, del que cada peli te salía por unas 7.000 pesetas. Pagábamos esas cantidades porque el producto nos resultaba mucho menos accesible que en la actualidad. ¡Era muy valioso!

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  3. Caramba Pepe, es que ese Sansui pesaba muchísimo, no sé si llegaron a salirme agujetas...

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  4. Mr.Pepe Cahiers, antes que nada, felicitarle por el texto, fabulosa manera de relatar una epoca que se encuentra en el corazon de todos nosotros, me ha hecho reir y mucho, gracias; luego, puedo decir que por suerte, yo la he tenido mucho mas facil que usted, y que tuve la suerte de haber trabajado de aprendiz en un video club de barrio, lo cual mucho me ha servido y que extraño con nostalgia, tal vez algun dia comente algun que otro recuerdo, por ultimo, en mi memoria estan grabados a fuego los dos primeros vhs, el primero Conan, el Barbaro y seguido de Conan, los Ojos del Gato, al otro dia tenia clases y me fui a la cama a cualquier hora, pero bien que valio la pena,otro recuerdo que ahora viene a mi memoria es la primera vez que se ensucio el cabezal, como nadie avisa de esos desperfectos tecnicos, le puedo decir que una hermosa terde de domingo, se convirtio en una calamidad, por ultimo, ultimo, la primera pelicula que el apoaratejo grabo de la tele fue: The Time Machine de George Pal, era un video TDK y aun se ve, bueno, un saludo y espero mas recuerdos suyos. Muy buena entrada.

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  5. Me identifico plenamente, fueron los gateos cinéfilos de muchos. Aunque mi felicidad fue completa el día que pude tirar el VHS a la basura y olvidarme de cintas rotas, cabezales sucios y otras averias costosas, reprogramar el reloj cada vez que se desenchufaba, etc. Uno de los cacharros mas estresantes y diabólicos que he tenido, lo juro.

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  6. Ha conseguido captar perfectamente el sentimiento del cinéfilo de la época del vídeo, a mi casa el aparato llego tarde y tras muchas súplicas por mi parte y la verdad, entre la desgana de mis progenitores (aunque si le cogieron el gusto a grabar las películas de la tv) y la facilidad que tenían para estropearse no llegue a disfrutarlo al máximo, aunque recuerdo las visitas semanales al videoclub y la expectación de poner una peli grabada de la tele, más que nada por saber si se habría grabado entera o los cortes publicitarios habían boicoteado la programación anunciada en el teletexto.

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  7. Yo tambien me identifico con tus comentarios jajaja, mi primer video fue un Sony c7, (la envidia del barrio era esa caja cuadrada de hormigón..)
    creo que mis dos primeras películas en propiedad fueron "El Buque Fantasma" y "Stingray". El motivo fue curioso, cerraron el videoclub con un precinto judicial por alquilar películas grabadas, obviamente al ir a devolverlas como cada día del año me encontré con la sorpresa...
    Despues un tio mio abrió un videoclub y ya disponía de las que quería ¡Y Gratis!
    Un saludo

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  8. En mi casa eramos muy "clásicos" (o mejor dicho, pobres), así que alargamos la vida del Beta tanto como pudimos. De hecho, yo calculo que no tuvimos un reproductor VHS hasta principios o mediados de los noventa (cuando ya no eran tan caros ni pesaban tanto)

    De hecho, para mi siempre fueron mejor las cintas Beta, pero perdieron la batalla contra el VHS al estancarse en la duración (los segundos permitieron grabar más minutos, y ahí se hicieron fuertes en el mercado)

    Lo cierto es que hace un par de veranos ya me ví obligado a deshacerme de todas esas cintas en las que grabé películas emitidas por tv. Y calculo que llené casi un par de bolsas de basura industriales, así que imagine la cantidad de cintas que coleccionaba. Eso sí, las originales las tengo bien guardaditas, como un pequeño y nostálgico tesoro cinéfilo.

    Tenía unos amigos que hacían eso de copiar las películas de un vídeo a otro, pero es que encima lo hacían con el modo Long Play, es decir, que donde cabían dos horas, realmente podían grabar cuatro, y así almacenaban más películas por cinta. Y como mi primer reproductor era de lo más sencillo, no poseía dicho botón y no podía ver sus películas... Aunque les pedí que me grabaran alguna que otra en el modo normal xD

    Y yo tampoco sé muy bien lo que hacían algunos con las cintas, pero más de una vez tuve que devolverlas y quedarme con las ganas de ver la película porque la cinta se veía de pena. Y es que por cada películas, no habría más de una o dos copias, por lo que había que estar muy atento para llegar al videoclub y ser el primero en alquilar.

    Saludos ;)

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  9. Angel: Si, lo recuerdo perfectamente, y como eramos capaces de pasar dos y tres veces para ver si estaba disponible ese título tan ansiado. Obsesivo que era uno, que le vamos a hacer.

    Octopusmagnificens: El precio de 1.000 pts. era referente a las cintas de VHS virgenes para grabar. Las originales tenían, efectivamente, el precio que usted señala. El Laser Disc fue un antecesor fallido del dvd, con aquellos enormes discos dorados tamaño long play.

    Tirador: Pesar pesaba, aunque no se si con la suficiente intensidad como para producirle esos efectos secundarios. Supongo que se echaría usted linimento del tío del bigote.

    Belknap: Usted fue un priviligiado, querido amigo, como Tarantino que también ejercía de encargado de un videoclub. Es curioso, pero uno de mis primeros vídeos fue "Conan, el bárbaro".

    Lucifer: Es que la llegada del dvd fue todo un regalo con esas copias de calidad que nunca tuvo, ni de lejos, el VHS.

    Sr.Nocivo: Su comentario me a hecho recordar cuando grababas una peli en tv y no te desprendías del mando para darle al stop cada vez que había anuncios, porque la pausa saltaba a los pocos minutos. Además, muchos aparatos VHS cuando pulsabas el stop tenían la estupida
    costumbre de que la cinta retrocedía y, si no andabas listo, al comenzar otra vez la grabación te comías parte de la anterior. Un absoluto lio.

    Alimaña: Entonces tenía usted un enchufe con su tio que hubiera sido la envidia de muchos.

    Pliskeen: Yo también he tenido que tirar unas cuantas bolsas de basura con cintas VHS, una pena, pero es que ocupaban mucho espacio. Lo del Long Play fue un invento de última hora para duplicar la duración de las cintas, pero tenía el inconveniente de que se perdía calidad en la grabación.

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  10. Buena entrada, Cahiers. Recuerdo cuando algunos cinéfilos estirados decían: "No es comparable a ver una película en una sala de cine". Sí, pero antes del vídeo ¿Cuánta gente podía permitirse tener largometrajes en casa? A los 21 años cumplí un sueño: trabajar en un video club. Esto me dio tema para un cómic "Carne de video club", ya iré publicando algunaspáginas en mi blog. Borgo.

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  11. Pobre padre tuyo. Pero al menos te compró el vídeo. Lo de mi casa con los vídeos... Buff...Daría para otro post tan curioso como el tuyo. ¿Tanto costaban las pelis originales? Ya no lo recuerdo... Y te echaba mi edad pero me parece que eres algo mayor que yo por lo que deduzco de esta entrada.
    Un saludo.

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  12. ¡Ah! Del precio de las cintas vírgenes realmente no me acuerdo.

    Un tío mío tuvo un vídeo AKAI en la primera mitad de los 80. El mando a distancia era con cable y tenía unos seis botones: play, stop, pause, rewind, fastforward, slowmotion... algo cómico hoy, pero entonces era como si te encontraras ante HAL 9000.

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  13. Señor Pepe, veo que la nostalgia nunca abandona a algunos. Yo, al igual que tú, tengo mis cintas guardadas, tanto las de vhs como las de beta, asi como los reproductores. No se si se veran siquiera, pues con el tiempo ya se habrán desmagnetizado y no se veran un pijo.
    Un saludo y viva los nostalgicos.

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  14. Gran post.
    Y yo confienso que aún poseo 3 reproductores que se ven perfectos.
    De vez en cuando me da por poner un VHS...

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  15. Yo tengo una cantidad increíble de vhs originales. Y aunque ya no los uso, me niego a deshacerme de ellos.

    Hay varias etapas en esto del vídeo doméstico. La que narras es la más fascinante (lo de la peli en propiedad, por ej, como garante para ser socio de un videoclub: mi abuelo se pidió una de Sara Montiel), la de los videoclubs llenos de bizarradas y la TVE ¡sin mosca! Recuerdo lo mucho que me jodió cuando decidieron ponerla, pero hasta 1987 u 88 creo que no había marca en las emisiones (así grabé impecable Blade Runner y Encuentros en la 3ª fase, entre otras). Otra cosa es la habilidad que desarrollábamos los videoadictos para empalmar los cortes publicitarios al milímetro, ¿eh? rebobinando "palante" y "patrás" hasta que no quedaba ni rastro de la interrupción.

    La segunda etapa fue la venta directa ya oficial, con lanzamientos regulares todos los meses. Al principio a 2995 pelas, que me acuerdo perfectamente, luego a 1995, y luego ya a 995 en grandes superficies y a 1995 las novedades.

    La tercera etapa es cuando los videoclubs empiezan a vender pelis usadas a 500 pelas, a 300, etc. Ahí pillé un vicio tremendo, me encantaba hacerme con "las de fundas grandes". Y tengo muchas de esa época que no han vuelto luego a ser editadas en España en dvd.

    Y ya por último cuando empezó a imponerse el dvd. Mi videoclub más cercano vendía las pelis a 20 duros. Efecto en mi cuerpecillo: locura total otra vez, las compraba de 10 en 10, jajjaj. Qué felicidad.

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  16. Miquel: Es evidente que no es comparable con el cine, sobre todo por el tamaño de la pantalla, porque en calidad de imagen se ha superado. Pero, lo importante de tener una videoteca propia es que puedes ver lo que te apetezca y cuando quieras. Veo que fuiste otro privilegiado que trabajó en un video club. Esperaremos la publicación de ese cómic que seguro será interesante.

    David: Realmente lo que tenías opción de comprar era una película propiedad del video club, porque la venta regular no existía aún, y tenían esos precios absolutamente delirantes. Pues si, amigo David, yo soy ya un veterano de la guerra de Vietnam.

    Octopusmagnificens: ¿Un mando de video con un cable?. ¡Pero querido amigo eso es toda una reliquia digna de museo!

    Gárgola: Usted era uno de los que tenía Beta... pues otra reliquia sin duda. Ignoro si las cintas de video con el tiempo se desmagnetizan. Es cuestión de comprobarlo, si es que le interesa a alquien.

    Julio Alberto: Me alegro de verle por aquí denuevo. Eso de poner ahora un VHS es casi como ver una película del Cinexin.

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  17. Ah, el primer vídeo que vi fue el de mi abuelo: un Nec con mando a distancia con cable, como el que comenta octopus. Y el primero en mi casa un Samsung, creo.

    Luego me compré un First Line y un cable euroconector (carísimo por entonces) y me ponía cebón a base de copiar pelis de videoclub en cintas TDK. Luego les pusieron señal anticopy, pero yo ya me había pasado a comprarlas originales.

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  18. Insanus, ha realizado usted un buen ejercicio de la evolución del VHS. Grabar de televisión era toda una experiencia y uno se preguntaba: ¿Se verá bien?, ¿echarán la versión en cinemascope?, ¿se cortará la emisión?, ¿se acabará la cinta?, etc, etc.

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  19. Toda una leccíon para los más jóvenes. Yo tuve video desde finales de los 80 y recuerdo temblas al ver la fecha de caducidad de mi recien adquirida Terminator 2, esos 10 años me preocupaban mucho. Solo en los últimos años de vida del aparato le saqué auténtico rendimiento grabando la trilogía Star Wars, Indiana Jones, Mad Max, el Scarface de DePalma, Taxi Driver, Grupo Salvaje, Quiero la cabeza de Alfredo García.... Dios que recuerdos, y que lejano parecia algo como el DVD.

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  20. Cajas llenas tengo. Y no me animo a tirarlas, cagontó.

    Saludos.

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  21. Genial historia de tus inicios cinéfilos. La verdad es que fue un gran paso en el cine, todos los que las han usado las recuerdan con cariño y mucha nostalgia. Seguro que muchos de los apasionados al cine que hay ahora se criaron grabando en cintas lo que emitían por la tele.

    Y lo más importante: Antes se echaban buenas películas por televisión. Ahora la tele no vale casi nada.

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  22. Que bello artículo Mr. Cahiers. Me ha emocionado de verdad. Todavía recuerdo cuando entré por primera vez en el videoclub del barrio (era el socio 1072) y cogí "El vuelo del Navegante"... Que maravillosa película ¡y la de veces que la llegué a ver! 150 pesetas costaba al principio alguilar una película en el videoclub de mi barrio. La dependienta se llamaba (y se seguirá llamando) Maria y era como si trabajase con ella, ya que me pasaba practicamente días enteros esperando a que llegase la película que yo quería. Y anda que no me mosqueaba cuando las atrasaban (¡que rabía!). Luego tiene toda la razón, ¿qué coño harían con las cintas para dejarlas en tan mal estado? (Ahora pasa más o menos lo mismo con los DVDs).
    Y Tiburón 3 de Castellari... ¡Esa era la que molaba! La de Spielberg era una mierda (decía yo...).
    Yo, al igual que usted, tenía un montón de VHS de 180 minutos en la que también grababa un montón de películas de la tele. Lo malo es que cuando programaba el video para que a tal hora comenzara a grabar y me iba dormir, a la mañana siguiente me tiraba de los pelos porque me había equivocado de canal (¿le ha pasado alguna vez? NOOOOOO!!). En mi afán cinéfilo de tener películas también he echo alguna que otra chapuza ya que, cuando quería una película del videoclub y no la echaban por la tele, era capaz de coger la cámara "Telefunken" de mi padre y ponerme a grabar de la tele!! Ahora comprenderá que me ría de los piratillas que hacen eso que llaman "screeners" en los cines... Y anda que no pesaba la cámarita de los huevos...
    En fin, una vez más felicidades por este post.

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  23. Kinski: Ignoraba que las cintas de VHS tuvieran fecha de caducidad. Pues, las que aún conservo en el trastero tienen que estar hechas fosfatina. Bienvenido a la Guarida.

    Licantropunk: Es una decisión dolorosa, pero algún día habrá que tomarla. Valor, amigo, valor...

    Cendrero: Es que si ahora quisieramos grabar clásicos del cine como entonces, lo teníamos francamente mal.

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  24. Me pasaban cosas peores, amigo Lazoworks, porque además de equivocarme de canal, cuando programabas el video para grabar algo, siempre empezaba después o mucho antes y te fastidiaba la cinta. Aún recuerdo la primera vez que emitieron "Poltergeist" en tve y se equivocaron de bobina, alterando el orden y aquello no tenía ni pies ni cabeza. Usted grababa de la tele?. Alucinante, ahora ya se de donde viene su afición por los cortos.

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  25. ¡La de pelis que disfrutamos con el vídeo! Y cierto, las malas caras que ponían los padres para comprarlo (el mío me hizo prometer que mejoraría en matemáticas, pero ya ves...), y las cábalas con las duraciones eran de traca.

    El primero fue un sanyo que no exagero si digo que lo llevamos más de 20 veces a reparar. Al final se descojonaban en nuestra cara, claro...

    ¡ah, felices tiempos de VHS que nunca volverán!

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  26. Möbius, mi ladrillo Sansui lo llevé al servicio técnico como unas cuatro o cinco veces con la averia del mecanismo de arrastre. Cada vez que iba me daban un sablazo de 8.OOO pts. Pero cuando los videos bajaron considerablemente su precio, acabé por darle el pasaporte.

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  27. ¡Qué bonita entrada nostálgica, amigo Pepe Cahiers!. Me has recordado mi primera vez con un video. Era un Beta, de Betamax, de color negro con lucecitas verdes y una roja cuando grababa. Mi tío compró uno y lo primero que grabó fue "Retorno al pasado". La ví siendo un niño y ya me encantó. Así conocí yo el cine.

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  28. Me he emocionado y me he reído leyendo tu artículo. Gracias.

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  29. Juan Bauty: Gracias por su comentario y bienvenido a la Guarida. Siempre es un placer encontrar comentarios, sobre todo si es una entrada del 2010. No suele ser muy frecuente pero se agradece.

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  30. Hola, he llegado aqui buscando en google lo de la caducidad de las cintas de video, y he disfrutado bastante leyendo este articulo y algunas respuestas jejjeje Me acuerdo de pequeño cuando empezaba a grabar de la tele, de los alquileres, de algunos fallos... Yo también tuve Betamax, de hecho conservo grabaciones importantes en este formato. El VHS se hizo estandar por que la Sony no supo vender bien el Betamax. el tema de la duración tampoco era un gran problema, ya que la máxima en VHS eran 4 h y en beta 3 y 1/2. Los mandos a distancia sin cable ya los tenian videograbadores (no reproductores, por que estos podian grabar) diseñados en 1980, pero eran modelos casi de lujo (como el C7 de Sony) y era típico ver mandos a distancia con cable, y nadie ha visto o tenido esas cámaras que se tenían que enchufar a un videograbador portatil?
    Las cintas VHS y Beta si se guardan bien pueden durar muchos años, yo tengo algunas muy antiguas y estan bien, claro que también se me han estropeado algunas... La humedad es muy mala, puede hacer que le salgan hongos blancos a las cintas.
    A la larga fuí desarrollando mi estilo a la hora de grabar cintas. Me di cuenta de que la gente normalmente empezaba a grabar justo al empezar la cinta, pero resulta que con los años los primeros 15 o 20 segundos envejecen con mucha facilidad y suelen aparecer rayas, yo lo que hacia era dejar el primer minuto o los dos primeros sin grabar nada, o grabar en negro. Luego me acostumbré a usar solo cintas de 120 min, por que en las de 3 horas muchas veces quedaba mucha cinta sin grabar, y a mi, a no ser que fuesen capitulos o cosas relacionadas, me gustaba usar una cinta por pelicula.
    Con los años el DVD nos ha maravillado, y aun que la diferencia en la resolución se nota, yo no veo al VHS tanta mala calidad. Ahora ya ni siquiera te dejan grabar, muchos aparatos son reproductores, solo leen, mientras que antes comprabas un videocassette y podias grabar de la tele, grabarte a ti si alguien te dejaba una camara y luego verlo, y sacar la cinta y volverla a poner y no tenias que adelantar desde el principio como en el DVD o ficheros digitales.
    Yo sigo conservando mi colección de cintas, aun que sea algo antiguo, yo valoro mas el contenido de las cintas que no la cinta en si, por eso vale la pena. Ademas, yo aparte de VHS y Beta, tengo también algunas pocas en S-VHS, que eso ya es casi un DVD. Las últimas grabaciones que hice en cinta, grabadas de la TDT, son muchas en VHS aun que alguna en S-VHS, pero todas tienen sonido hi-fi y formato de pantalla 16/9. El problema de las S-VHS es que eran caras. También conservo los aparatos grabadores de video, que además a veces me sirven para pasar cosas a DVD de gente que ya no tiene VHS.

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    1. Gracias por tan completo comentario, digno de una entrada en toda regla, y sea bienvenido a la Guarida. Un abrazo.

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  31. Que recuerdos con todo lo que leo.
    Como curiosidad decir tambien,esto solo lo eh visto en una ocasion,de hecho la conservo,que la cintas de audio,la cassette de toda la vida vamos,tambien contaba con caducidad en su reverso.

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    1. Muy curioso, aunque le puedo asegurar que aún conservo cintas de audio con más de 30 años que se pueden escuchar sin problemas. Gracias por la visita y el comentario.

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  32. He disfutado leyendo la entrada y los comentarios. Yo de hecho tengo muchas cintas y dos reproductores en casa, y los sigo usando. La nostalgia me puede más que la calidad.

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    1. Yo al principio alternaba VHS y DVD, pero al final opté por este último y ahora ando de cabeza con el Blu-ray, un sistema de gran calidad de imagen pero con muchos problemas.

      Saludos y gracias por el comentario.

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