Ignoro la razón, puede que sea porque James Bond me ha parecido siempre, con todo el respeto del mundo, un personaje de cartón piedra, o por cualquier otra cosa, pero el caso es que nunca he conectado demasiado con 007. Por lo menos hasta que llegó Daniel Craig y su "Casino Royale" del 2006, película que me pareció sumamente interesante y que rompía en muchos aspectos con ese icono de opereta, con ese agente con licencia para matar que apenas parecía sufrir los embates lógicos de la profesión. Componía un personaje más físico, más al borde del desastre, lo que en suma parece acercarle a una realidad más racional, dentro de su carácter ficticio perfectamente asumible, como no podía ser de otra manera. "Skyfall" parecía retomar los mismos derroteros que aquel film del 2006, intentado sobreponerse a la muy deficiente e insípida "Quantum of solace". Pero, a pesar del prestigio que ha rodeado a la misma, a poco que se analice podríamos descubrir no pocos inconvenientes.
No se si es un defecto del cine contemporáneo o una especie de peaje, pero no son pocas las películas que incurren en el grave defecto de no formalizar sus guiones hasta dejarlos en un punto de concordancia con la lógica. No tengo la menor idea a dónde han ido a parar las horas de café y cigarros en los que director y guionista se reunían en interminables noches para pulir la historia, para darle cohesión y, sobre todo, para limar aquellas aristas que pudieran hacer ilógica la historia que pretendían contar. Puede que todo ese factor razonable, de coherencia narrativa, se pretenda enterrar hoy en día entre los efectos apabullantes del cine moderno. En esta nueva aventura de 007 parece que han faltado muchas noches de cafeína y debate de ideas, salvo que una mente muy retorcida esté detrás de esta historia, alguien que haya querido infiltrarnos una película en el que todos son perversos y moralmente discutibles. A partir de ahora, todo aquel
que tenga interés en verla, debería eludir la lectura de lo que a
continuación relato, para no romperle el factor sorpresa en eso que se
llama Spoiler.
En una cochambrosa habitación de Estambul, James Bond descubre a un compañero herido, apostaría que se llama Johnson, nombre muy dado a caer a las primeras de cambio, al que le han sustraído el disco duro de un portátil donde figuraba una lista de agentes del MI6 infiltrados en grupos terroristas. A saber que hacía el bueno de Johnson paseando tan valiosa información por esos mundos de Dios, pudiera ser que viviera su propia "pasión turca" a lo Ana Belén. 007 pide ayuda médica para el compañero herido, pero M, que ya empieza a despuntar como una mala pécora, le dice que olvide el asunto y persiga a los facinerosos. Bond obedece e inicia una persecución, muy currada, en moto por los tejados de Estambul hasta que se sitúa en el techo de un tren, iniciándose una pelea con el individuo que se supone ha robado el disco duro. Moneypenny, que por entonces era una agente de campo, los tiene a tiro e informa a M que no lo tiene muy claro, que puede darle a Bond. A ésta le trae al pairo si le da a uno o a otro, así que le ordena que dispare de una vez. Ya vemos que la estima que le tiene al mítico 007 es bastante frágil, así que el disparo termina impactando en el agente del MI6, al que dan por muerto. M, en el colmo del cinismo, es la encargada del obituario del infeliz de James, aunque ya se le tacha por los pasillos de inteligencia británica como caduca y vieja chocha a la que hay que relevar del mando. En estas, nuestro peculiar agente, ha sobrevivido (de lo contrario la película hubiera acabado tras los brillantes títulos de crédito iniciales) y se otorga su momento sabático en alguna perdida costa tropical en compañía de una buena moza, entregándose al alcohol y a los escorpiones, en una especie de ruleta rusa para beodos.
James Bond vuelve a la vida pública cuando se entera que han volado las instalaciones del MI6 y que, seguramente, su responsable es el mismo tipo maquiavélico que encargó robar el disco duro en Estambul. Después de un fraudulento examen psíquico y físico vuelve al servicio activo y se pone en marcha en su búsqueda del villano de turno. Logra eliminar al tipo que persiguió de tejado en tejado en una moto y le descubre una ficha de un casino de Macao. Allí conocerá a la chica del malo y a unos empedernidos matones a los que se enfrentará en un foso repleto de dragones de Cómodo, entre la desidia de los presentes en el casino, que parecen acostumbrados a peleas, muertes y desmembramientos en susodicho foso.A nadie se le ocurre llamar al 112. La chica, que va a durar menos que un chavico en la puerta de un colegio, le conduce hasta el malo de la película, un extraordinario Bardem, Raúl Silva, que atrapará a Bond y a las primeras de cambio le hará ojitos, en una escena de mucho sobeteo que no se si viene mucho a cuento. El tal Silva se deja atrapar para así llegar al MI6, en donde descubrimos que fue un antiguo agente a las ordenes de M y que una vez más, nuestra querida vieja bruja, lo abandonó a su suerte porque no le caía demasiado bien. Silva no planea otra cosa que la venganza. Se escapa y con un grupo de mercenarios irrumpe en plena comisión de investigación, dando buena cuenta de policías y políticos, pero se le escapa M.
Aquí empieza lo bueno. A James Bond no se le ocurre otra cosa que llevarse a M a un lugar seguro. Nadie de los servicios secretos sería capaz de protegerla, así que se la lleva a un caserón en medio de un páramo desolado en tierras de Escocia. Allí contará con la ayuda de un viejo armado hasta los dientes con una escopeta de caza. A 007 le sobra con su pistola, su viejo Aston Martin y sus pelotas. Porque además quiere que le encuentren los malos, dando las oportunas instrucciones para que así sea. M, que no se entera de nada, no se da cuenta, de que lo que en realidad pretende Bond es darle el finiquito, el pasaporte al otro barrio, aunque le deje semejante tarea a Silva. La estrategia no puede ser otra distinta, porque a nadie se le ocurriría en su sano juicio esperar a un ejército de mercenarios en semejantes circunstancias. Claro que, si la película fuera medianamente sincera, hubiera permitido que James Bond metiera a la vieja en un saco y que entre él y Silva la hubieran cosido a patadas, mientras gritan como locas, "¡Toma y toma, vieja bruja!". Pero no, se opta por mostrarnos a un 007 incompetente, al que visto lo visto propongo que intercambie papeles con el guarda jurado de los juzgados de Palma de Mallorca, que seguro no cometerá tantas estupideces a la hora de elaborar un plan de protección.
Es una lástima que teniendo un material tan excelente se haya descuidado la resolución del guión de forma tan burda. No es el hecho de que Bond y M acaben en una ratonera, sino que lo hacen deliberadamente y a conciencia. Pongo un ejemplo ilustre para intentar establecer la diferencia. En la estupenda película de Carpenter "Asalto a la comisaría 13", los protagonistas terminan en un escenario hostil de forma fortuita, sin saber lo que está a punto de suceder. No eligen el escenario de una comisaria, abandonada en un barrio solitario destinado a la demolición, para escapar de los asaltantes que están a punto de acabar con sus vidas, sino que son un cúmulo de circunstancias y coincidencias lo que les ha llevado allí. En "Skyfall" podían haber resuelto utilizar un escenario como el de la mansión aislada por ser de un tremendo atractivo, pero también deberían de haber optado por otro mecanismo que les conduzca forzada e irremediablemente a tan significativo lugar.
Hay alguna que otra tontería destinada a producir cierto efectismo, como la detonación de una bomba por parte de Silva que hará caer sobre Bond nada más y nada menos que un tren subterráneo, como si el villano supiera exactamente en que punto de una persecución, bastante tramposa, va a ser acorralado. Teniendo en cuenta que la película no es mala en absoluto, si que es cierto que molesta esa falta de atención en el desarrollo de la trama, esos defectos de guión que son fácilmente subsanables. La historia es atractiva como concepto de transición, como factor de cambio en la que algún personaje de peso desaparecerá y otros se incorporan, como homenaje a su clásica trayectoria y, en definitiva, como consolidación de un nuevo renacimiento por parte de un más que eficiente Daniel Craig. Las anomalías que arrastra se arreglan con algunas noches de café y tabaco, o siendo más políticamente correctos en estos tiempos tristemente descafeinados, con bebidas isotónicas y chocolate desnatado.
En una cochambrosa habitación de Estambul, James Bond descubre a un compañero herido, apostaría que se llama Johnson, nombre muy dado a caer a las primeras de cambio, al que le han sustraído el disco duro de un portátil donde figuraba una lista de agentes del MI6 infiltrados en grupos terroristas. A saber que hacía el bueno de Johnson paseando tan valiosa información por esos mundos de Dios, pudiera ser que viviera su propia "pasión turca" a lo Ana Belén. 007 pide ayuda médica para el compañero herido, pero M, que ya empieza a despuntar como una mala pécora, le dice que olvide el asunto y persiga a los facinerosos. Bond obedece e inicia una persecución, muy currada, en moto por los tejados de Estambul hasta que se sitúa en el techo de un tren, iniciándose una pelea con el individuo que se supone ha robado el disco duro. Moneypenny, que por entonces era una agente de campo, los tiene a tiro e informa a M que no lo tiene muy claro, que puede darle a Bond. A ésta le trae al pairo si le da a uno o a otro, así que le ordena que dispare de una vez. Ya vemos que la estima que le tiene al mítico 007 es bastante frágil, así que el disparo termina impactando en el agente del MI6, al que dan por muerto. M, en el colmo del cinismo, es la encargada del obituario del infeliz de James, aunque ya se le tacha por los pasillos de inteligencia británica como caduca y vieja chocha a la que hay que relevar del mando. En estas, nuestro peculiar agente, ha sobrevivido (de lo contrario la película hubiera acabado tras los brillantes títulos de crédito iniciales) y se otorga su momento sabático en alguna perdida costa tropical en compañía de una buena moza, entregándose al alcohol y a los escorpiones, en una especie de ruleta rusa para beodos.
James Bond vuelve a la vida pública cuando se entera que han volado las instalaciones del MI6 y que, seguramente, su responsable es el mismo tipo maquiavélico que encargó robar el disco duro en Estambul. Después de un fraudulento examen psíquico y físico vuelve al servicio activo y se pone en marcha en su búsqueda del villano de turno. Logra eliminar al tipo que persiguió de tejado en tejado en una moto y le descubre una ficha de un casino de Macao. Allí conocerá a la chica del malo y a unos empedernidos matones a los que se enfrentará en un foso repleto de dragones de Cómodo, entre la desidia de los presentes en el casino, que parecen acostumbrados a peleas, muertes y desmembramientos en susodicho foso.A nadie se le ocurre llamar al 112. La chica, que va a durar menos que un chavico en la puerta de un colegio, le conduce hasta el malo de la película, un extraordinario Bardem, Raúl Silva, que atrapará a Bond y a las primeras de cambio le hará ojitos, en una escena de mucho sobeteo que no se si viene mucho a cuento. El tal Silva se deja atrapar para así llegar al MI6, en donde descubrimos que fue un antiguo agente a las ordenes de M y que una vez más, nuestra querida vieja bruja, lo abandonó a su suerte porque no le caía demasiado bien. Silva no planea otra cosa que la venganza. Se escapa y con un grupo de mercenarios irrumpe en plena comisión de investigación, dando buena cuenta de policías y políticos, pero se le escapa M.
Aquí empieza lo bueno. A James Bond no se le ocurre otra cosa que llevarse a M a un lugar seguro. Nadie de los servicios secretos sería capaz de protegerla, así que se la lleva a un caserón en medio de un páramo desolado en tierras de Escocia. Allí contará con la ayuda de un viejo armado hasta los dientes con una escopeta de caza. A 007 le sobra con su pistola, su viejo Aston Martin y sus pelotas. Porque además quiere que le encuentren los malos, dando las oportunas instrucciones para que así sea. M, que no se entera de nada, no se da cuenta, de que lo que en realidad pretende Bond es darle el finiquito, el pasaporte al otro barrio, aunque le deje semejante tarea a Silva. La estrategia no puede ser otra distinta, porque a nadie se le ocurriría en su sano juicio esperar a un ejército de mercenarios en semejantes circunstancias. Claro que, si la película fuera medianamente sincera, hubiera permitido que James Bond metiera a la vieja en un saco y que entre él y Silva la hubieran cosido a patadas, mientras gritan como locas, "¡Toma y toma, vieja bruja!". Pero no, se opta por mostrarnos a un 007 incompetente, al que visto lo visto propongo que intercambie papeles con el guarda jurado de los juzgados de Palma de Mallorca, que seguro no cometerá tantas estupideces a la hora de elaborar un plan de protección.
El de la derecha podría ser el nuevo Bond |
Hay alguna que otra tontería destinada a producir cierto efectismo, como la detonación de una bomba por parte de Silva que hará caer sobre Bond nada más y nada menos que un tren subterráneo, como si el villano supiera exactamente en que punto de una persecución, bastante tramposa, va a ser acorralado. Teniendo en cuenta que la película no es mala en absoluto, si que es cierto que molesta esa falta de atención en el desarrollo de la trama, esos defectos de guión que son fácilmente subsanables. La historia es atractiva como concepto de transición, como factor de cambio en la que algún personaje de peso desaparecerá y otros se incorporan, como homenaje a su clásica trayectoria y, en definitiva, como consolidación de un nuevo renacimiento por parte de un más que eficiente Daniel Craig. Las anomalías que arrastra se arreglan con algunas noches de café y tabaco, o siendo más políticamente correctos en estos tiempos tristemente descafeinados, con bebidas isotónicas y chocolate desnatado.
Tampoco me mola demasiado Bond, y Daniel Craig no me gusta mucho (ni como Bond ni en general como actor), pero vi "Skyfall" hace no mucho y la tengo fresca en la memoria.
ResponderEliminarEstoy muy de acuerdo con todo lo que comentas, lo mejor es el personaje de Bardem (la escena donde se conocen nos descolocó a todos), pero la verdad es que tampoco es demasiado original. Y en cuanto a la escena final, tienes razón, Butch Cassidy y Sundance Kid deben estar removiéndose en sus tumbas.
Es un plan absurdo o como meterse en un callejón sin salida para que las cosas salgan lo peor posible.
EliminarNo. El de Mallorca es muy feo para Bond.
ResponderEliminarBueno, es un diamante en bruto. Hay que pulirlo un poco.
EliminarJaja, a ver, varias cosas: Está claro que no te gusta James Bond, porque todos los amantes de esta tontería odian a Daniel Craig porque no es James Bond, me ha encantado lo de que te ha parecido siempre de cartón piedra, muy bien definido, no sé si se intuye de lo que digo que a mí no me gustan estas películas, el coriano es fan absoluto y Skyfall fuimos a verla al cine, para saber mi opinión te remito al post que escribí si te apetece leerlo.
ResponderEliminarhttp://patchworkdeideas.blogspot.com.es/2012/11/skyfall-un-buen-hostion-contra-el-suelo.html
Has hablado de algo que es una teoría que tengo y proclamo hace tiempo, desde que no se puede fumar, la creatividad se ha ido de paseo, y eso se nota en todos los sectores, ya te lo digo yo, se les va la pinza y no pueden centrarse.
Besitos
Recuerdo perfectamente aquella opinión, entre otras cosas, porque fue la primera vez que aterricé por su blog y, fíjese, por entonces pensé que exageraba, aunque usted no es muy partidaria del cine de tiros y porrazos.
EliminarMr. Cahiers, coincido con usted de que en esta nueva aventura faltaron horas de cafe y cigarros, casi como en mucho de los titulos de Moore, pero sobre todo mucho cafe; " Sky Fall " no me gusto tanto como las dos anteriores, incluso el final me parecio medio cheesy; pero los films de Bond me gustan bastante, entretenimiento puro, aunque a veces sea medio flojo. Saludos y Bond will return...
ResponderEliminarLa verdad es que solo aguanto bien, bastante bien debo decir, la primera entrega, "Casino Royale", la segunda me pareció muy inferior y ésta última tenía mejores mimbres, pero poco trabajo en la resolución del guión.
EliminarPues como pienso alquilar cualquier día de estos el dvd, me he quedado con el primer tercio de su entrada, Sr. Cahiers. Sin ser un fan de la saga, no desdoro los méritos de la misma, esa estética pop, esas chicas tan estupendas, y todo ese deje de autoparodia y cinismo que rezuman esas películas...
ResponderEliminarUn abrazo, Sr. Cahiers!
De eso no cabe duda, que es todo un símbolo de una época y estética, incluso el Bond de Roger Moore tenía ese punto entre irónico y guasón, a pesar de no estar muy bien considerado.
EliminarNos encontramos en unos excelente época para los fuegos de artificio exhibidos mediante magníficos efectos especiales... pero en una crisis profunda en lo que toca a elaboración de guiones. Malos tieeempos para la líiiriicaaa... que decian los Golpes Bajos.
ResponderEliminarBien definido, aunque me parece una falta de interés, pues no son pocos los guiones que retocados convenientemente, darían mucho mejor resultado.
EliminarYo me dormí viéndola... Desde "Casino Royale" no he vuelto a disfrutar con Bond. Le dieron mucho bombo y platillo y bueno, una buena siesta que me pegue con Craig, Bardem rubio (y desfigurao) y compañía.
ResponderEliminarPuede llegar a ser aburrida por ilógica, porque el ritmo se lleva bien, pero uno se pregunta si en este tipo de producciones, bien trabajadas y costeadas, se pueden permitir la licencia del fallo argumental, algo que si se le perdonaría a una serie B.
EliminarTambién quise recordar ese buen sabor de "Casino Royale". Pero, me quede con único gusto de ver a Daniel. Oficio lo tiene, ahora, le falta el poso de café con el cigarrillo humeante y el bourbon, en un tête à tête actor/director.
ResponderEliminarMucho ruido y pocas nueces. ¡Qué se le va hacer! Saludos, Anna
En efecto, se echa de menos ese humo, el café, un sofá de oficina y el director y guionista sin corbata, despeinados y sin afeitar.
EliminarMe gustó mucho. Además un James Bond derrotado, com el del principio y ese "retorno al pasado" me parecieron muy acertados. Un abrazo Sr. Cahiers.
ResponderEliminarSi es que la historia está muy bien, lo que trata de contar es sumamente interesante, pero hay que dejar la historia redonda. No era tan difícil.
EliminarPues a mí me pasó al revés, no diré que "Casino Royal" es mala película, ni siquiera que no sea mejor que todas las anteriores, pero uno veía las pelis de bond como mero entretenimiento, sabiendo lo que te íbas a encontrar y esperando encontrarte eso, el prólogo, la explicación de la misión, de los gadgets nuevos, la chica, el malo, otra chica, aventurillas y duelo final donde gana James para volver a zumbarse a la chica.
ResponderEliminarSin más, eso era lo que ofrecía y lo que yo buscaba en la saga, ahora ya no parece ni el mismo :D
Abrazos.
Ahora es otra historia, digamos que el efecto del Batman de Nolan se ha infiltrado en no pocos géneros. No obstante, a mi me gusta más está nueva visión, que reconozco es menos festiva, pero es simplemente cuestión de gustos.
EliminarCierto, no lo había pensado, pero sí que parece el punto de inflexión, a mí el Batman ese de Nolan me gustó en su primera entrega, luego la verdad es que tampoco me llama la atención.
EliminarEs cuestión de gustos, y reconozco que el Batman de Nolan me tiene absolutamente convencido.
EliminarYo siempre me he tomado a Bond como un personaje del género fantástico. Markus Wolf, el jefe de los servicios secretos de la Stasi y aficionado a sus novelas decía que Bond, como espía, no duraría ni un día en el mundo real. Roger Moore lo llevó a extremos de parodia.
ResponderEliminarNo hay que buscar un guión demasiado vesosímil en sus películas. "Skyfall" es distraida pero para mi gusto inferior a "Casino Royale" que me parece la mejor con Daniel Craigh. Eso sí: mi favorita de toda la saga es "Desde Rusia con amor".
Saludos. Borgo.
Al Bond anterior a estas últimas entregas es cierto que no se debe buscar la verosimilitud por ningún lado, sería absurdo, pero cuando construyes un personaje más dramático, con escaso sentido del humor, y una historia más, digamos seria, si que se debe pedir un mínimo de coherencia. El fallo estratégico de "Skyfall" pasaría desapercibido en una película de Rober Moore.
EliminarHola Mr. Borgo y Maestro Cahiers.
Eliminar"Desde Rusia con amor" o "Moonraker" (por lo del actor con dientes de tiburon).
Yo estoy con Pepe, no han sabido darle la coherencia "fantástica" que merecía la historia.
Ni tocar a Roger Moore. ;->
Un abrazo muy grande.
Sin ser un seguidor de Bond, debo reconocer que Roger Moore me caía simpático en su interpretación del personaje.
EliminarHola Maestro,
ResponderEliminarQue crítica tan acertada.
Lo que no ha sabido Pepe es es que TODO era un plan de James Bond para liquidar a la odiosa M y que el pobre Bardem cargara con las culpas. ;->
Realmente de los últimos films de 007 no he visto muchos, pero después de ver este me lo pensaré seriamente. suerte que estaba Bardem haciendo de malo maloso. Lo único un poco salvable. La chica no dura nada, en fin.
Lo de casa final, si hay que ir se va... Pero vamos porque queremos...me pareció tambien algo muy forzado, será por recursos dentro de una institución tan gigantesca como el MI6... aiissss
Un abrazo Pepe.
La chica dura poco y quitando alguna insinuaciones algo descafeinadas por parte de Moneypenny, la película en ese respecto es muy discretita. Bardem es lo mejor del film, sobre todo cuando se quita la dentadura postiza... Saludos UTLA.
EliminarGracias por el interés, en cuanto pueda me pongo a ello.
ResponderEliminarA mi sucede absolutamente al contrario que a usted, a mi me encantaba James Bond hasta que llego Daniel Craig y su Bond rubio, vulgar, basto y excesivisimamente humanizado. El nuevo Bond esta hecho para gustar a los quienes no gustaba antes y desagradar a los que si lo hacia.
ResponderEliminarRespecto a Skyfall en concreto, mi teoria particular es que su problema no son aristas del guión sino que pretende cargarse los 50 años anteriores de Bond. Algunos ejemplos que apoyan mi teoria son: Bond no conduce sino que una chica lo hace por él, esa chica resulta ser Moneypenny que ahora es agente de campo, ha cambiado de raza y despues de 50 años de tensión sexual no resuelta ahora resulta que Bond no la conoce. Deja que maten a la chica pudiendo salvarla, también deja que el asesino realice el disparo antes de atacarle, vamos lo que es un Bond sin ningun tipo de aprecio a la vida ajena. No pide Martini con vodka, mezclado no agitado; va el tío y dice lo de siempre y de este tipo hay a cientos pero hubo una en especial que me encanto, y es que a partir de lo que cuenta el guarda de Skyfall y de los nombres de las tumbas descubrimos que James Bond, el mayor héroe de la historia de Inglaterra, un tío cuyo "grito de guerra" es por Inglaterra (no Reino Unido o Gran Bretaña sino Inglaterra) resulta que es hijo de un catolico escoces y una francesa, olé, olé y olé.
Pero que se le va hacer, unos hemos disfrutado de James Bond 50 años ahora les toca a otros.
Saludos.
"El nuevo Bond esta hecho para gustar a los quienes no gustaba antes y desagradar a los que si lo hacia.". Pues seguramente, es así. De hecho yo mismo me lo podría aplicar. Pero, aún siendo así, lo cierto es que, de las tres películas que lleva Craig, sólo me ha gustado la primera, así que no es tampoco una proporción aceptable.
EliminarMe deja usted de piedra. Porque de su entrada yo habia deducido claramente que Skyfall aunque no le hubiera entusiasmado, si le habia gustado.
EliminarVeamos, es una película que se deja ver bien, con ritmo, pero me molesta que no hayan sido capaces de pulir unos fallos tan fácilmente subsanables.
EliminarAún no la he visto, pero en "Quantum of solace" este Bond con cara de bruto no me convenció en absoluto.
ResponderEliminarSaludos.
Es que esa segunda entrega es francamente olvidable, de hecho no recuerdo ni el argumento.
EliminarTodavía tengo pendiente de ver esta tercera entrega interpretada por Daniel Craig, pero si hay algo que me retiene a verla es que sale Bardem, pero creo que no resistiré mucho tiempo más para verla. Yo soy de los que creció cuando Bond era interpretado por Roger Moore y guardo buenos recuerdos de aquellas películas, aunque algunas eran bastantes flojillas vista hoy, pero pienso que Craig es un buen Bond si lo comparamos con por ejemplo Timothy Dalton.
ResponderEliminarUn saludo.
Pues créame si el digo que Bardem está muy bien, quizás lo mejor de la película, a la que, por cierto, no se le puede negar buen ritmo, a pesar de esos baches en el guión. Me alegro verle por aquí Lost Boy. Saludos.
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