sábado, 12 de junio de 2010

JUSTICIA O CIENCIA



Hace algunos días tuve la oportunidad de contemplar en Canal Historia un documental sobre la ciencia-ficción y su relación con la carrera espacial. Pude ver unas secuencias de unos cortos elaborados por Disney en los que se pretendía explicar, de forma sencilla y amena, los logros de la ciencia espacial. En uno de estos cortos intervenía Wernher von Braun y eso mi hizo pensar y también recordar. En mi memoria aún latía el eco de un libro escrito por Jean Michel titulado "Dora". En él se narraba el horror de los presos del campo de concentración de Dora, en donde se fabricaban las temibles bombas V2 diseñadas por Braun y la actitud, pasiva e indiferente, que el científico tuvo hacia los prisioneros que allí trabajaban y morían en medio de terribles atrocidades.



El considerado padre de la astronáutica moderna nació en 1912. En 1930 se graduó en ingeniería mecánica en el Instituto Politécnico de Berlín, obteniendo dos años después su doctorado en Física. Al contrario que algunos científicos e intelectuales que se exiliaron ante la subida de Hitler al poder, von Braun fue adscrito a las SS en 1940. Durante la segunda guerra mundial se dedicó a la fabricación del misil V2, cuyo principal objetivo era Inglaterra. Cuando acabó la guerra cerca de 18oo cohetes V2 fueron lanzados contra territorios enemigos. La construcción de los mismos costó cercan de 30.000 muertos en los campos de concentración implicados.


Pero a von Braun le importaba muy poco el destino de la Alemania del tercer Reich, su objetivo principal era la investigación aeroespacial y los medios por los que se valiera para mantenerla era secundarios. De esta manera, cuando comprendió que la derrota de las fuerzas de eje era más que inminente, preparó su rendición a los norteamericanos que por entonces desarrollaban la "Operación Paperclip", destinada a capturar cuantos científicos alemanes pudieran para que trabajaran en el bando aliado. Los soviéticos también tuvieron su plan de rescate a las órdenes de Sergei Korolov.


Cuando comenzaron las ejecuciones en los juicios de Nuremberg, sólo había dos formas de evitar someterse a una justicia al principio implacable. Una de ellas era huir como refugiado a España o Sudamérica y vivir el resto de sus vidas bajo falsa identidad y otra, mucho más edificante, era ser científico, pues solo se requería su colaboración y todo su pasado nazi sería perdonado y olvidado. Pero la palabra olvido es algo efímero, sobre todo si existen testigos de los hechos acaecidos.



El campo donde se construyeron las bombas V2 era conocido con el nombre de Dora-Mittelbau y originalmente dependía de Buchenwald, aunque más tarde se transformara en independiente, con instalaciones y subcampos propios. Hasta la primavera de 1944 los prisioneros trabajaban hasta 14 horas en túneles bajo tierra desprovistos de luz natural y aire fresco. Fue uno de los campos cuya mortalidad alcanzaba niveles verdaderamente angustiosos, y los prisioneros enfermos o demasiado débiles eran enviados para su exterminio a Auschwitz o Mauthausen. Desde su inicio, Dora albergó a más de 60.000 prisioneros de los cuales la mitad no llegaron con vida al final de la guerra. Se estima que cada V2 operativa se cobraba 6 víctimas mortales.



Se decía que von Braun no era un nazi convencido, sino un oportunista, y que aprovechó su ascenso en el cuerpo de los Camisas Negras para desarrollar sus aspiraciones científicas. Esto tendría cierto paralelismo con la figura de Oskar Schindler, quien utilizó sus influencias con los altos cargos del nazismo para enriquecerse. La única diferencia es, que éste último, como ser humano dotado de empatía, tomó conciencia del horror y optó por tomar partido por las normas más elementales de moralidad. A von Braun, estas normas, como cierto monstruo de una película de ciencia-ficción, debieron antojárselas como fantasías de moralidad. Naturalmente el científico, cuando se le preguntaba si conocía el régimen atroz de Dora, argumentaba lo que muchos alemanes esgrimían como justificación inverosímil: ¡No sabía nada!. Sin embargo, uno de los supervivientes, Adam Cabala, decía lo siguiente: "Al lado del puesto médico, todos los días se veían apilados los cuerpos de los presos que habían muerto de agotamiento bajo el yugo de los trabajos forzados y el terror de los guardias sanguinarios... Pero el profesor von Braun pasaba como si nada al lado de los cuerpos, tan cerca que casi tocaba los cadáveres."


"Mi país perdió dos guerras mundiales. La próxima vez quiero estar del lado de los victoriosos". Estas cínicas palabra fueron pronunciadas por von Braun cuando, después de haber dejado tras de sí una Alemania devastada por la guerra y los miles de muertos que costó su sueño de conquista espacial, abrazó a su nuevo país de acogida con la certeza de su fácil perdón y de las posibilidades que se le abrían a su ciencia sin conciencia.




¿Cuántos científicos prescinden de sus principios morales a cambio de sus ambiciones?; ¿cuántos trabajan en la industria armamentística en armas de destrucción para así cumplir sus ególatras preceptos?. Hay quien es de la opinión de que todo vale, que todo se justifica, que no hay cortapisas en la consecución de un sueño o un deseo. Que el daño realizado es el pago del progreso y el futuro, pero un futuro pagado con almas humanas no es futuro, es lo inhumano llevado al paroxismo.



Wernher von Braun pasó del blanco y negro atroz de los campos de concentración al mundo de color y cuentos de hadas de Walt Disney, como si en el proceso se hubiera despojado de sus pecados en forma de desprecio a la vida humana, como si un manto de olvido curara las heridas de un pasado infecto y miserable, pero el eco de los que quedaron en el camino siempre nos recordará quién fue el padre de la conquista del espacio.


"El 17 de agosto de 1943, la Gestapo me condujo a un lugar en el que la vida humana perdía todo sentido. Entonces yo medía 1,79 y pesaba 74 kg; mi pulso debía latir como el de un hombre normal. El 15 de abril de 1945 nos liberó el II Ejército inglés. Eramos ya sólo sombras , que habíamos pasado por experiencias alucinantes. Allí, sobre nuestras legiones de mártires, habían reinado los agentes del insulto, de la violencia, de las agonías provocadas y de la muerte. Al liberarme, pesaba 41 kg, mi pulso latía a 16 y la temperatura de mi cuerpo era de 41 grados... El siglo XX ha realizado algo digno de sus hipocresías científicas: el admirador de los pioneros del espacio no se imagina, frente al V2 expuesto en el museo de la NASA, que éste fue construido en Dora por legiones de espectros vestidos con atuendos a rayas, vigilados por SS sedientos de sangre.
Por mí, para mis millares de camaradas franceses, belgas, holandeses, rusos, checos, húngaros, yugoslavos, italianos, polacos y alemanes muertos en Dora, me debía a mí mismo no llevarme ese secreto a la tumba."
Jean Michel ("Dora")


14 comentarios:

  1. Para mi Von Braun siempre será el "Dr Strangelove" tan genial de Kubrik, y como Braun muchos mas fueron perdonados según les convenía a los vencedores. Por decisión de los aliados, sólo se inculpó en Nuremberg a la estructura del partido Nazi y su gobierno, pero muchos industriales se lucraron con el trabajo de los campos de trabajo y se fueron de rositas bajo el lema "yo no sabía nada" la mas triste de las excusas. Que pena.

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  2. Aquí, cuando se trata de responsabilidades, el "yo no sabía de lo que iba" es siempre recurrente. Yo también leí hace muchos años "Dora" y aún me estremece recordar los párrafos que explicaban lo que se hacía dentro del campo.
    Un saludo.

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  3. Muy interesante artículo de lo que parecía ser un "Mad doctor" en toda regla.
    ¿Cómo termino al final sus días el susodicho?

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  4. La figura de Von Braun es fascinante como paradigma de los pecados de cierto sector de la sociedad Alemania de los años 30-40, y de como conforme se acercaba el final de la Guerra se preparaba contra reloj el nuevo orden mundial.
    En ese sentido su figura fue maquillada, su historial falsificado, y su imagen idolatrada por la sociedad americana, y por extensión occidental.
    Su talento como físico era descomunal, y todo ese élite que fue llevada a América es clave para entender el triunfo de la carrera espacial por los Usas.
    Y algo más Sr. Cahiers, seguro que eso podría ser tema de algún post, que ya se encargará de firmar el Tirador, pero en la famosa operación Paper Clip hay elementos que entroncan directamente con el fenómeno Ovni.
    Hay dejo la alarma, que será desarrollada convenientemente...

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  5. Desde luego, Lucifer, todo el que pudiera ser útil de algún modo se fue de rositas.

    Pues si, Blue Day, la excusa infantil de "yo no lo sabía" parece que era mano de santo.

    Estimado Inquilino, nuestro Mad doctor después de trabajar en diversos proyectos para la Nasa, murió con 65 años de un cáncer de colon.

    Amigo Tirador, no cabe duda que, en estos casos, el arte de la hipocresía alcanza su lado más sublime. Respecto al fenomeno Ovni, aunque no es el tema de este post, yo si que recuerdo los famosos "foo fighters" de la segunda guerra mundial.

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  6. Sólo un avance más Sr. Cahiers. ¿Qué infinidad de tipos de proyectos se llevaron estos sujetos bajo el brazo en 1945? ¿Qué extraños fenómenos empezaron a verse un día sí y otro también en los cielos americanos a partir de 1947? e incluso...¿Se tapaba con cierta parafernalia aérea otra realidad que no debía transcender a ningún precio?
    Son solo preguntas Sr. Cahiers...

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  7. Bueno, amigo Tirador, no cabe duda de su entusiasta visión de lo oculto, pero debe tener en cuenta de la psicosis que se apoderó de la población durante la guerra fría.

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  8. Lo veo peligrosamente alineado en las tesis del Dr.Edward U.Condon, Sr. Cahiers...

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  9. Respecto al desmantelamiento del entramado nazi, se han cometido miles de injusticias, gente que como el cientifico que hoy nos toca, cambiaron de bando como de chaqueta y vivieron toda su vida sin preocupaciones y sin pagar por el daño cometido.

    Al final la ambición tanto de una persona como de un país (obviamente USA es parte esencial en la historia, porque aprovechó la oprtunidad para beneficiarse dando impunidad a monstruos) se lleva por delante la justicia, la humanidad y la moral.

    ¡Gran post!

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  10. No me alinee usted con nadie, amigo Tirador, al fin y al cabo, debe usted reconocer que una parte de las oleadas ovni de los 5O se fundamentaban al miedo de la tecnología secreta que pudiera existir al otro lado del telón de acero, en parte, y estos viene a cuento, de los posibles secretos militares que los soviéticos pudieron obtener de sus von Braun particulares.

    Amiga Gelen, sucede que en tiempos de guerra, ya sea fria o caliente, es cuando la tecnología avanza de forma considerable, en parte porque no hay ningún reparo moral en contar con individuos de dudosa calidad humana y tampoco limites económicos.

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  11. von Braun, como tantos otros, debería haber sido colgado de un árbol al terminar la WWII. Es la parte más repugnante de la victoria aliada: el injusto perdón de algunos hijosdeputapeligrosos.
    No te digo nada de los cabrones japoneses de Shiro Ishii y cia.
    Qué buen post, me ha encantado.

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  12. Gracias Mr Lombreeze por tu comentario acertado. Es curioso, sin embargo, que los doctores en medicina no tuviera igual consideración, léase Mengele, claro que estos estuvieron directamente implicados en las atrocidades y no había por donde aplicarles ningún perdón. Lo peor de todo es que seguro que von Braun jamás se sintió culpable.

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  13. Wernher von Braun es un personaje de connotaciones monumentalmente cinematográficas. Necesita una película YA.

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  14. Pues no le digo que no, Octopusmagnificens, desde luego argumento no le faltaría. Bienvenido a la Guarida.

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